Almacenaje en silo en Argentina

Cuando llega el momento de ensilar el material cosechado, contamos con diversas opciones para almacenarlo. La elección estará definida por el volumen, la humedad del material y el costo del sistema. Entre la cosecha del forraje y su utilización como ensilaje ocurren pérdidas que dependen de distintos factores. La fermentación que se logra dentro del silo, depende de las decisiones y prácticas de manejo implementadas antes y durante el proceso de ensilado. Los factores de manejo que permiten disminuir las pérdidas durante el almacenaje y que están bajo el control del productor son: a) Madurez y contenido de humedad del forraje b) Tamaño de picado del forraje c) Llenado, compactado y sellado d) Sistema de almacenado El cultivo debe ser cosechado y almacenado en el silo lo más rápido posible. Es necesario conseguir una pronta eliminación de aire de la masa ensilada para limitar el proceso de respiración inicial pérdidas por descomposición. Un llenado prolongado puede resultar en una excesiva respiración y, por lo tanto, incrementar las pérdidas del silaje. Los silos horizontales (bunker, trinchera, tortas) son económicamente atractivos para almacenar grandes cantidades de alimentos pero su diseño conduce a pérdidas por la alta exposición al ambiente. Además de la influencia del clima, el material ensilado en este tipo de silos es afectado por el contenido de materia seca, la permeabilidad de la pared de los silos, la superficie expuesta durante el llenado, el periodo del almacenaje y la forma como el material es removido durante la fase del suministro. Para evitar pérdidas, el compactado debe realizarse inmediatamente cuando el material es almacenado. Para una adecuada preservación del ensilaje durante largos períodos, debe aislarse del ambiente atmosférico. Esto se consigue procurando la impermeabilidad de las paredes y tapándolo con cubiertas de tractor en estrecho contacto con el material para prevenir la penetración de aire y lluvia dentro del silaje. Un plástico de buena calidad, cubierto con neumáticos en desuso, es el método mas común para cubrir y aislar la superficie del silo. La protección que provee es altamente variable y depende de la técnica de sellado y de las propiedades físicas de la lona. Generalmente, las mayores pérdidas se dan en la parte superior, en las puntas y en los costados contra la pared. Las pérdidas en silos horizontales son muy variables y están en función del tipo de diseño: cuanto más altos y angostos sean, menor es la superficie expuesta y por lo tanto la cantidad de material que se pierde. El tamaño también influye: son mayores en silos pequeños y proporcionalmente menores en los de grandes dimensiones. En los silos bolsas, si bien las pérdidas de material por fermentación se reducen al mínimo, la bolsa y el embolsado implican un mayor costo. La conservación del material en silos del tipo bunker o puente suponen una menor erogación inicial pero el nivel de pérdidas durante el almacenamiento será el que determinará si es más conveniente incurrir en un mayor gasto al momento de la confección del silo o perder un monto mayor cuando el silo no fue bien confeccionado y tapado. Los problemas de llenado, compactado y sellado prácticamente son irrelevantes. La influencia del clima se reduce al mínimo y las pérdidas por fermentación son muy bajas (6-7%). El factor más importante que influye sobre la eficiencia de conservación de un forraje ensilado es el grado de anaerobiosis que se logra en todo el silo. Teniendo en cuenta detalles como la velocidad de cosecha, el contenido de humedad, el tamaño de picado y la compactación y distribución del silaje, se puede influir mucho sobre el proceso de fermentación y las pérdidas de almacenamiento. Fermentaciones eficientes garantizan un alimento más palatable y digestible, lo que tiende a optimizar el consumo de materia seca y por ende, la performance animal.