En las condiciones actuales de Argentina,
la compra de un caballo deportivo exige del interesado si no un sacrificio,
por lo menos un esfuerzo considerable en el aspecto económico, además de un
sinnúmero de responsabilidades y gastos en el mantenimiento, que pueden llegar
a ser desconocidos total o parcialmente por aquellos que se exponen al tema
sin mayor conocimiento y experiencia.
A qué se enfrenta un jinete joven o los
padres de un alumno de una escuela de equitación que quiere tener su propio
caballo?
Comprar un caballo, aunque sea en un mercado lleno de oportunidades, exige atención
a algunos detalles y ciertas precauciones; actitudes que pueden hacer la diferencia
entre la satisfacción de sus expectativas y una decepcionante experiencia.
Bastará comentar a alguien que uno está interesado en comprar un caballo, para
que como hongos después de la lluvia, surja el profesor que tiene "el caballito
ideal para su hijo", el que tiene a la venta un "caballo sensacional que "descubrió
en el fondo de un campo", un "caballo maestro -que no tiene papeles- pero que
ya saltó palos altos", etc. etc.
El comprador potencial podrá ir a algún remate con ánimo adquirente, pero allí
se le "pegará" el profesor o algún "entendido" (no sea que se les escape el
candidato), que se encargará de criticar negativamente todo animal por el que
manifieste algún interés, para finalmente ofrecerle "el purito de un amigo que
corría cuadreras, muy dócil y a muy buen precio" o cualquier cosa por el estilo.
Así, el comprador tiene dos caminos: el de entregarse a quien le merece cierta
confianza por ser su profesor y/o "un entendido" o sumergirse en un mar de dudas
(tal vez, lo mejor!) que puedan llevarlo a preguntar, asesorarse y con mucha
paciencia encontrar lo que realmente le conviene.
Si ese es su caso, considere que en esa instancia Ud. puede evitar los problemas
principales que debe enfrentar un comprador primerizo, atendiendo a algunas
reglas básicas.
No compre sin supervisión
Posiblemente, Ud. se anime a comprar un auto usado apelando a su experiencia,
pero si Ud. carece de ella en cuanto a caballos, no debiera salir a comprar
sin la ayuda de alguien verdaderamente experimentado.
¿Pero cómo Ud. puede determinar que quien
lo aconseja lo haga lealmente y verdaderamente conozca de caballos?
La única forma de saberlo es inquiriendo y pidiendo referencias.
Preguntar a otras personas que ya compraron caballos por intermedio de esa persona
y en el caso que se intuya que hay una comisión dentro del precio que Ud. pagará
por el animal, tener conocimiento y establecer si el porcentaje o monto que
Ud. abonará por la intermediación es justificado y razonable o no.
Hay profesionales que se dedican abiertamente a este 'metier' y que en cada
compra y venta de caballos juegan su prestigio. En el caso que Ud. recurra a
uno de ellos, debería recabar sobre su seriedad y antecedentes. Junto con su
asesor, determine cuidadosamente sus necesidades y expectativas.
Si Ud. es un jinete nuevo, debería requerir un caballo "maestro" que lo ayude
-sin ocasionarle problemas- en su evolución ecuestre.
Además de la raza, pelaje, alzada, edad, aplomos, complexión y temperamento,
hay otros factores importantes que deben ser analizados y tenidos en cuenta.
Pregunte al vendedor todo lo posible sobre la historia del caballo, su doma,
sus antecedentes sanitarios, sus vicios y hábitos alimentarios, su comportamiento,
lesiones sufridas y todos los detalles que puedan ayudarlo a tener el mejor
cuadro del animal que Ud. va a comprar.
- Tenga en cuenta que ese caballo por el
que Ud. puede interesarse, invariablemente le será presentado como lo mejor,
lleno de virtudes y que es exactamente lo que Ud. anda necesitando.
- Piense también que si hipotéticamente
se diera el caso que, a los pocos minutos de comprarlo Ud. llegara a ofrecérselo
a la misma persona que se lo vendió, éste le encontraría todas las taras y
defectos que Ud. no supo ver, para desvalorizar su precio.
- Nunca compre un caballo sin antes
someterlo a una revisación física completa. Algo que de ningún modo puede
soslayarse, es el aval de un veterinario equino de confianza que constate
el estado sanitario del animal, pida y observe las placas radiográficas que
deberán ser actualizadas, realice los exámenes y análisis que correspondan,
controle la vigencia del plan de vacunación y finalmente redacte un informe
que testimonie las condiciones de salud del caballo. Ese paso es de capital
importancia para que Ud. sepa qué es lo que está comprando, lo que le permitirá
adelantarse a problemas eventuales y adoptar tratamientos para prevenirlos.
Haciendo hincapié en aquello de que cuando
Ud. compra, siempre le venden "lo mejor" y cuando Ud. vende, lo que vende nunca
es "del todo bueno"; en su elección descarte al "purito" que quedó olvidado
en un 'stud' de algún hipódromo, al gran caballo que apareció "en el fondo de
un campo", al hijo "sin papeles" del ganador de un Gran Premio u ofrecimientos
de ese tipo.
Un caballo "con papeles", es decir, registrado en alguna asociación o 'stud
book' de criadores, (en Argentina: la Asociación Argentina de Fomento Equino,
Sociedad Rural Argentina o Stud Book Argentino), una vez hecha su transferencia,
ésta le asegurará la propiedad y siempre le dará mayores garantías en materia
de una progenie cierta, de una cría y doma cuidada y la posibilidad de un precio
de reventa lógico al momento de tener que desprenderse de él.
La importancia de un Contrato de Compra y Venta
Hace unos años, una persona amiga compró un caballo para su hija -un padrillo
registrado en una asociación de criadores-, con la intermediación del profesor
de aquella.
Pasado cierto tiempo, la evolución ecuestre de la jóven amazona -ya con un nuevo
profesor- hizo que afloraran en el caballo ciertos problemas físicos que anteriormente
se disimulaban.
Así, en esa nueva etapa, el caballo no soportaba los ejercicios de entrenamiento
y el esfuerzo de la competencia y después que era montado, debía pasar largos
días en su box recuperándose.
Eso decidió a su dueña a enviarlo a un campo de descanso y luego prestarlo a
una criadora para que sirviera a unas buenas yeguas que ésta tenía en su haras,
combinándose como contraprestación, la entrega a la dueña del padrillo de uno
de los potrillos que nacerían.
Cuando las yeguas avanzaron en su preñez, la criadora se decidió a tomar los
recaudos para registrar los potrillos que iban a nacer y combinó con la propietaria
del padrillo para resolver ese trámite. Allí afloraron los problemas. La propietaria
del padrillo no tenía la documentación necesaria.
Había comprado de buena fe el animal, confiando en el profesor de su hija y
en quien éste le había recomendado -que supuestamente aparecía como su dueño-
y se había demorado demasiado para encarar la transferencia del animal a su
nombre.
Lo cierto es que el caballo no estaba registrado a nombre del supuesto dueño
anterior y que el verdadero propietario desde hacía años desconocía la suerte
del animal que había dado en préstamo a quien luego lo había vendido a mi amiga
como si fuera propio.
Más allá de la estafa sufrida por mi amiga, a quien en el momento de comprar
el padrillo le fue entregado un recibo de escaso valor "por la venta de un caballo"
(sin constar mayores detalles) y una documentación incompleta; el perjuicio
se trasladó a la criadora quien vio ocupados los vientres de sus yeguas durante
todo un ciclo completo de gestación, con productos que al nacer no podrán ser
registrados y consecuentemente carecerán del valor como tales.
Todo ésto derivó en reclamos, acusaciones, amenazas, actuaciones judiciales,
etc. etc. sobre las que no vale la pena extenderse, pero que valen para ejemplificar
riesgos y consecuencias de una transacción mal encarada, de la que algunos tránsfugas
inescrupulosos sacaron provecho y personas inexperientes y/o confiadas resultaron
timadas.
Casos como éste o parecidos, suelen ser bastante comunes.
De allí la importancia de hacerse asesorar por los que saben.
Como regla básica, es de suma importancia el Contrato de Compra y Venta firmado
por el comprador y el vendedor y el testimonio de reconocimiento de la firmas
por parte de alguien autorizado o de la asociación de criadores que corresponda.
Como comprador del caballo, Ud. puede exigir que conste en el contrato todo
lo que Ud. considere importante en salvaguarda de sus intereses. Después, los
reclamos que Ud. haga sobre lo que no conste en el mismo, tendrán poco sustento
y por eso, bien vale prevenirse de futuros problemas.
Detalles que no deben faltar en el Contrato de Compra y Venta
1 - Nombres completos, documentos
identidad y direcciones de los firmantes.
2 - Características del animal (sexo, pelaje, marcas, señas particulares,
etc.)
3 - Números de Registro, 'stud-book' y/o asociación donde esté inscripto.
4 - Precio y forma de pago.
5 - Fecha y lugar de entrega.
6 - Condiciones particulares del contrato.
7 - Documentación que se entrega.