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Secuencia de forjado de una herradura en frío

Publicado: 2 de julio de 2007
Por: Daniel Anz
Este artículo muestra los golpes básicos que necesita aprender un herrador si desea forjar una herradura en frío, con el fin de adaptarla a un casco determinado.

En el arte se dice, se empieza dibujando, se termina pintando. Se puede decir que en la forja se empieza forjando en frío, se termina forjando en caliente.

Forjar en frío es un paso previo a forjar en caliente, es una etapa importante en la formación de todo herrador, ya que permite conocer el verdadero resultado del golpe del martillo. Al forjar en frío, el golpe de martillo debe ser certero, tanto en fuerza, tanto en el punto de la herradura donde se golpea, así como en qué lugar del yunque se apoyará ésta para recibir soporte, palanca o resistencia.

Existe una relación justa entre cantidad de golpes y la fuerza de cada golpe.

A mayor cantidad de golpes con menor fuerza, mayor es la eficacia. Esto es debido a que, al golpear, la estructura molecular del hierro comienza a moverse, permitiendo doblar más fácil la herradura. Por esa razón, al forjar en frío una herradura, el metal se calienta. El movimiento de las moléculas genera calor.

Personalmente, prefiero forjar en un yunque, porque a la bigornia le faltan algunos accesorios a los cuales estoy acostumbrado.

El yunque posee un cuerno redondo y una mesa rectangular, en cambio la bigornia, posee dos cuernos, uno redondo y el otro cónico con ángulos rectos.

Ambos poseen orificios para utilizar durante el forjado en caliente o para colocar en ellos determinadas herramientas secundarias.

La mesa del yunque posee una altura ideal, relacionada con la altura del herrador. Es ideal para el herrador que utilizará el yunque cuando, al pararse junto a la mesa, el puño de su mano puede descansar sobre ésta. Si la mesa del yunque es muy alta, la caída del martillo será como lo muestra la foto nº 1, tomando el primer contacto la parte trasera de la cabeza del martillo. Además, el brazo del herrador se cansará muy pronto.

Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 1
Foto 1

Si la mesa es muy baja, el primer contacto de martillo será mediante la parte delantera de la cabeza. Además, al herrador le comenzará a doler la cintura luego de poco trabajo. Foto nº 2.

Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 2
Foto 2

En cambio, si la altura de la mesa es justa, el martillo caerá plano sobre ésta. Preservando la cintura del herrador, evitando que se canse su brazo y que se dañe la superficie de la herradura con el borde de la cabeza del martillo.

Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 3
Foto 3

Al pretender doblar una rama de la herradura mediante el martillo, se debe tener en cuenta el punto o línea dulce del cuerno del yunque.

El punto dulce es el punto de contacto que existe entre la herradura y el cuerno. Se transforma en una línea cuando se utiliza todo el largo del cuerno al forjar. La foto nº 4 muestra el punto dulce del cuerno.

Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 4
Foto 4

Cuando se golpea muy por delante del punto dulce, se genera una palanca muy grande, la herradura no se dobla y la mano que sostiene la herradura sufre dolor. Foto nº 5.

Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 5
Foto 5

Cuando el golpe es justo sobre el punto dulce, se aplasta el material, compactándolo. Si se golpea sobre una clavera, ésta se cierra y el clavo luego no pasará. Foto nº 6.

Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 6
Foto 6

El golpe correcto debe ser 2 ó 3 milímetros por delante del punto dulce. De esta forma, la herradura se doblará sin esfuerzo, preservando la estructura del hierro y la mano del herrador. Foto nº 7.

Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 7
Foto 7


Al trabajar en el cuerno, el golpe del martillo debe ser siempre en un solo lugar, lo que se moverá es la herradura, hacia delante y hacia atrás respecto del herrador. Se dice que la mano que sostiene la herradura es la inteligente y la mano que golpea, la tonta.

La foto nº 8 muestra el resultado de doblar la herradura a la altura de talones, teniendo en cuenta el punto dulce del cuerno. Nótese que la clavera permanece intacta y el hierro no se ha aplastado.

Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 8
Foto 8


Cuando se pretende enderezar una rama, se debe utilizar el extremo de la mesa del yunque, trabajando con los talones de la herradura hacia atrás, es decir hacia nosotros. Contrariamente al trabajar en el cuerno, ya que se trabaja con los talones de la herradura hacia delante (foto nº 9). Los golpes se darán a lo largo de toda la rama de la herradura, evitando golpear en un solo lugar, debido a que se cerrarán las claveras, además, el resultado será una rama demasiado recta en el centro.

Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 9
Foto 9


La foto nº 10 muestra el resultado de enderezar la rama en la mesa del yunque. Nótese la diferencia respecto de cómo estaba en la foto nº 8.

Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 10
Foto 10


El extremo de la mesa del yunque debe tener los bordes redondeados, con el fin de no marcar y dañar la herradura al golpear.

Cuando se pretende aplanar o nivelar la herradura, se debe colocar la mayor cantidad de herradura sobre la mesa del yunque. Las dos ramas o, por lo menos una parte de la opuesta, deberán apoyar en la mesa.

Con nuestra mano, la herradura deberá ser firmemente apretada hacia abajo, con el fin de que no salte al golpear.

Luego, se comenzará a golpear, siempre desde la pinza de la herradura hacia el talón, como lo muestran las fotos nº 11 y 12. Si se golpea desde el talón hacia la pinza, la rama de la herradura se comenzará a doblar hacia arriba, se combará.

Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 11
Foto 11


Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 12
Foto 12


Para abrir la herradura de forma pareja, se puede utilizar el cuerno del yunque como lo muestra la foto nº 14.

Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 13
Foto 13


La foto nº 15 muestra como se debe cerrar de forma pareja una herradura. Las dos ramas cerrarán la misma cantidad de espacio.

Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 14
Foto 14


La foto nº 174 muestra como se utiliza el accesorio del yunque para forjar curvas cerradas en los talones de la herradura.

Secuencia de forjado de una herradura en frío - Image 15
Foto 15


Estos son los golpes básicos para formar una herradura, con el objetivo de adaptarla a la forma del casco de cada caballo.

Por más que se haya realizado un excelente trabajo al desvasar o normalizar el pie del caballo, si no se le coloca la herradura correcta el trabajo final será incorrecto.

Es muy importante adaptar, correctamente, las herraduras al pie del caballo, por esa razón, el yunque, es una herramienta fundamental para el herrador.

Al forjar en frío, el herrador se debe proteger los oídos, porque el sonido emitido por el yunque produce sordera a largo plazo. El permanente forjado en frío, puede dañar las articulaciones del brazo del herrador, es una causa que podría motivar al herrador a adquirir experiencia en la forja en caliente.
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Daniel Anz
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Daniel Anz
21 de agosto de 2012
Estimado Miguel, no descubrí la forma de enviarle un mensaje a su casilla. Puede escribirme de forma directa a info@danielanz.com Un cordial saludo.
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Daniel Anz
21 de agosto de 2012
Estimado Miguel, te estaré pasando datos por mensaje privado. Un cordial saludo.
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Daniel Anz
16 de febrero de 2010
Estimado Oscar. Comparto plenamente tu forma de pensar al respecto. Por esa razón, dicho con otras palabras, escribí lo mismo que vos en el comentario anterior. Quizá, la diferencia radica en que sostengo que desde ser un especialista en algo a hacer un poco de todo, hay un largo trecho. Luego de mis 21 años de oficio, considero que he atendido todo tipo de patologías, y las sigo atendiendo, porque, como vos decís, cuando te traen un caballo que ya tiene un problema crónico o reciente, hay que solucionarlo y recurrir a la ortopedia y a las herraduras que escapan de lo preventivo o convencional. Y es en ese momento donde, a esta altura de mi profesión, prefiero delegar trabajos a otros herradores que optaron por escoger la ortopedia como especialidad y que podrían llegar a hacer un mejor trabajo que yo. Me parece muy necesario que aprendamos a hacer un poco de todo, de hecho pasé por esa etapa, pero encuentro más necesario aun, de forma paralela, ir apuntando hacia una especialidad. Nos permite profundizar en un tema, concentrando todas las energías en ello, y además, hacer cada cosa bajo fundamentos basados en verdadera experiencia. Por otro lado, de esta forma, siempre dejamos lugar a los nuevos herradores para que abarquen mercado y puedan elegir cuál será su especialidad. Permitimos que ingresen al oficio sin cerrarles las puertas. Esto último fue sólo una ampliación del tema, pero principalmente, sólo quería manifestar mi total acuerdo con vos. Recibe un cordial saludo. Daniel Anz
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Daniel Anz
5 de junio de 2009
Estimado Oscar, te recuerdo, es un gusto saludarte. Me alegro que el libro te haya sido de utilidad. Es mi intención, en la segunda edición, completar y mejorar algunos conceptos volcados en el actual libro. Personalmente, no sé mucho sobre herraduras ortopédicas es porque me dedico más a la prevención que a la corrección. Existe una gran variedad de herraduras especiales y cada una con su función. Existen herradores que conocen a cada una de ellas y tienen un fundamento profundo sobre sus funciones. En las grandes colecciones de herraduras, la mayoría son ortopédicas o terapéuticas, y la minoría preventivas. Debería ser a la inversa. Considero que un alto número de herraduras especiales se utilizan por desconocer conceptos básicos del pie. Yo llamo a estas herraduras, violentas. Escapan de mi forma de pensar, porque sostengo, para todos los ordenes de la vida, que, ACABANDO LA HABILIDAD EMPIEZA LA VIOLENCIA. Luego de conocer la función de muchas de estas herraduras que yo llamo violentas, pude apreciar que fueron confeccionadas por hábiles forjadores, pero desconocedores de ciertos factores naturales del pie durante el herrado diario, antes de acudir a la ortopedia o terapéutica. Debo aclarar que sé que existe una variedad de herraduras muy útiles para determinados casos. Y son aquellas que se utilizan en casos donde generan una verdadera ayuda al caballo. Así como hay especialistas en herrados terapéuticos y en herraduras ortopédicas, considero de gran utilidad, también, que aumenten los especialistas en prevención, con el fin de no llegar a tener que utilizar las mencionadas herraduras especiales. Esto último es más difícil de lograr, porque nuestra tendencia es romper para luego, si la situación lo permite y si todavía conservamos al cliente, arreglar. Lo mejor para el caballo y cliente es no romper para no tener que arreglar. Esto requiere de disciplina y conocimientos profundos. Claro está que hay que contar con los conocimientos necesarios para paliar las lesiones ya establecidas. Y existen especialistas para ello. No soy uno de esos especialistas, por esa razón, lamentablemente, no me encuentro en posición de enseñar sobre ese tema. Te envío un cordial saludo Daniel Anz
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Daniel Anz
2 de octubre de 2007
The Professional: Considerando un casco saludable, es indistinta la técnica que se utilice, ya que las dos bien utilizadas son buenas y las dos mal utilizadas pueden ser nocivas. Si te piden un herraje en frío porque el propietario lo desea, no hay inconvenientes. Si está bien realizado funciona perfectamente. Si el propietario desea uno en caliente, será porque prefiere una herradura con pestañas o clip. El herraje en caliente posee la ventaja de poder forjarle accesorios a la herradura, como lo son las pestañas, éstas ayudan a los clavos a soportar los movimientos transversales del pie sobre la herradura. Fuera de ello, el resultado para el pie es el mismo, tanto para uno como para otro. Te envío un cordial saludo Daniel Anz
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Daniel Anz
12 de agosto de 2007
Estimado Juan Carlos. Es de mi preferencia no aplicar productos al casco. Sí soy partidario de nutrir el casco con los elementos correspondientes a través del tracto digestivo del caballo. Sólo de esta forma son asimiladas las proteínas, minerales y vitaminas que el caballo necesita para fortalecer los cascos. Estando sano el caballo por dentro, considero que no es necesario aplicar productos sobre el casco. Se pueden aplicar algunos productos puntuales en casos en que realmente es necesario, como en podredumbres de ranilla, afecciones de la línea blanca, etc. No creo conveniente ablandar o endurecer los cascos mediante productos, normalmente lo hace el propio caballo mediante sus defensas y de acuerdo al ambiente en que se encuentra. Tampoco creo conveniente acelerar el crecimiento del casco, crecería débil, sin compactación necesaria, como una planta a la sobra. Hay ungüentos bactericidas y fungicidas, pero deben ser aplicados en casos puntuales y sólo cuando es necesario. Sé que hay diversas apreciaciones al respecto. Esto es sólo de acuerdo a mi experiencia adquirida hasta el momento. Le envío un cordial saludo. Daniel Anz
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Daniel Anz
30 de julio de 2007
Estimado Jorge Lamentablemente no dispongo de ningún esquema. En términos generales, la dirección del clavo debe ser paralela a la pared del casco. Debe ingresar por el borde externo de la línea blanca, atravesar a ésta y luego, el bisel o guía del clavo hará que éste se direccione hacia la pared. El clavo entrará a la zona dura de la pared, saliendo rápidamente a través de la misma. Esto ocurre a una altura de 1 pulgada por sobre el borde del casco. Debido a que la consistencia del casco varía entre algunos caballos, la dirección dada al clavo, paralela a la pared en teoría, variará un poco. Yo diría que en un casco de alta densidad, donde el clavo busca salir enseguida, se puede mantener esa direción paralela a la pared. En cambio, en aquellos cascos de baja densidad o donde la pared no se encuentra tan compactada, se puede colocar el clavo casi paralelo a la pared, buscando una dirección que apunte más hacia afuera. En cascos de baja densidad el bisel del clavo trabaja menos. Debo recordar que la dirección del clavo está relacionada con el correcto desvasado y el correcto forjado de la herradura. Cuando estas dos cosas están bien realizadas, el clavo siempre entrará por la línea blanca. Si se desvasa de forma incorrecta y se coloca una herradura no acorde al casco o desvasado, la direción del clavo variará. En estos casos, el herrador deberá prestar atención al trabajo realizado, buscando siempre que el clavo no ingrese por dentro de la línea blanca, porque correrá el riesgo de lastimar al caballo. Desvasando correctamente y contando con una herradura bien confeccionada, es muy difícil llegar a lastimar al caballo. Se lastima al caballo: - cuando no se desvasó correctamente - cuando no se forjó correctamente la herradura - cuando la herradura se corre hacia atrás o hacia el costado, - cuando la clavera de la herradura fue realizada más adentro de la línea correcta, - cuando la dirección del clavo esta orientada a las partes internas del pie o - cuando el bisel o guía del clavo se encuentra girada, permitiendo que el clavo se direccione hacia adentro y no hacia afuera, - cuando el casco del caballo posee un apared muy delgada y se trabaja en límites muy estrechos. Le envío un cordial saludo. Daniel Anz
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Daniel Anz
5 de julio de 2007
Estimado Gamaliel Aguilar.

Primero deberá verse si la desviación del casco responde a un problema de conformación del caballo, instalada en alguna parte del miembro, o si responde sólo a una deformación del casco. Si la causa del problema se encuentra en una desviación ósea del miembro, no se puede corregir, pero sí se puede estabilizar para que el defecto no se acentúe y para que el caballo lleve ese defecto de una forma más cómoda.
Si es una desviación sólo de casco, sí se puede corregir, sin importar la edad del animal.
Pero es importante saber antes cuál es la causa de la desviación.
La mayoría de las veces son producto de una desviación del miembro, por lo tanto no se deben intentar corregir. Pero como le dije anteriormente, sí se pueden estabilizar.
No es fácil, para ello lo remito a que lea el artículo "El Balance F, un cuarto balance no considerado".
Ahí explica la forma de recortar el casco con el fin de estabilizar o corregir una desviación, dependiendo del caso.

Su aplomo perjudica en gran medida porque causa un gran desequilibrio en el caballo en su conjunto. Para compensar el desequilibrio el caballo debe tensar algunos músculos más que otros, logrando contracturas dolorosas. Ubicadas, sobre todo, a lo largo de la columna vertebral.
Además se dañan las articulaciones y ligamentos de ese miembro. Por otro lado, se alterarán las del miembro opuesto por sufrir una sobrecarga de fuerzas.

Ante estos problemas, por desconocimiento de la solución o tratamiento, comunmente se los trata de mitigar mediante infiltraciones. Las cuales, en estos casos, sólo tapan el problema pero no lo eliminan.


Le envío un cordial saludo
Daniel Anz
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Daniel Anz
5 de julio de 2007
Estimado Jorge Alberto Hurtado: Son muy interesantes y acertados los datos que aportó Juanjo Irazusta. Aquí en Argentina, las bigornias eran de uso corriente. La mayoría fue importada, principalmente, desde Inglaterra. Eran utilizadas durante los trabajos en los ferrocarriles, donde debían forjar los clavos para rieles y demás cosas. También eran utilizadas para la construcción de llantas para carretas, sulkis y todo lo que en aquella época necesitaba del hierro forjado. Hoy en día sólo la utiliza algún herrero y los mismos herradores que trabajan en un lugar fijo. En uso, en las estancias u otros lugares donde todavía se forja, se ven desde 30 Kg. hasta 200Kg., éstas últimas eran las utilizadas en los ferrocarriles. Son casi una reliquia y muy buscadas, debido a que cobraron valor por su antigüedad y difícil obtención. En su momento, cuando existía una correcta relación monetaria, si la bigornia pesaba 90 kg. a ese número se le agregaba un cero, su costo era de $900.- Hoy se fabrican muy pocas y de poco peso. Además, se importan algunas de China, de menor calidad. Todas ellas orientadas a la industria ferretera. De USA y Australia se importan para los herradores, a través de empresas dedicadas al tema. Le envío un cordial saludo Daniel Anz
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Daniel Anz
5 de julio de 2007
Estimado Carlos Carabajal: Personalmente, al extraer la herradura, trato de retirar los clavos uno a uno, pero sobre todo en caballos que sufren la molestia de la palanca mediante la tenaza, o en aquelllos, que como usted dice, tienen los cascos débiles, donde la duración del futuro herraje dependerá de la calidad de pared que quedó. Si el casco está sano, si se han desdoblado o cortado bien los remaches y si la palanca se realiza correctamente, no hay necesidad de sacar los clavos uno a uno. Pero no todos los cascos soportan eso. En los cascos débiles conviene tomarse unos segundos más y sacar clavo por clavo. Esto ayuda al mismo herrador a que el próximo herraje sujete mejor por haber preservado la pared. Me parece que, olvidar estos detalles para casos especiales, es una cuestión de querer ganarle al reloj. Considero que está bien cuando todo indica que, aunque avancemos rápido, de todos modos lograremos realizar un buen trabajo. Pero hay que acostumbrarse a detenerse y saber que el propietario nos paga por un buen herraje, no por un trabajo rápido. Algún herrador me dirá -yo no tengo tanto tiempo-, entonces quizá deba revisar su servicio y considerar que ganará lo mismo o más si trabaja menos pero mejor. Le envío un cordial saludo Daniel Anz
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