27 de septiembre de 2009
Estimado Juan, gracias por contactarse.
El caballo Peruano de paso cuenta con esa característica, el braceo de sus manos suele ser bastante perjudicial para sus miembros, ya que el golpe contra el suelo es muy fuerte, sobre todo en algunos caballos. Ello obliga a los que seleccionan la línea de sangre y a los herradores a procurar un aplomo perfecto, con el fin de disminuir posibles lesiones. Esto último no siempre se logra.
Sus miembros posteriores poseen otros problemas.
Las herraduras alternativas, como las de poliuretano, son un paliativo que ayuda, pero la raíz del problema reside en la morfología del animal. Por otro lado, en el mercado argentino, desconozco si existen buenas herraduras de este material.
Personalmente, considero que realizando un correcto recorte de casco, teniendo en cuenta el desequilibrio latero medial que es provocado por el típico braceo del caballo al andar, es la mejor forma de conservar sus nudos y demás estructuras.
El aterrizaje del pie, comúnmente, suele realizarse con la cara medial del mismo, provocando, esto, un exceso de peso en ese lado y todo un desequilibrio hacia arriba, afectando los nudos.
Como le he mencionado, pasa por la conformación del animal y por cómo se recorta ese casco para que el caballo sobrelleve el problema de una forma cómoda y protegiendo, lo más posible, sus estructuras.
Tanto el dejar largas las pinzas como el exceso de peso del caballo no ayudan mucho, pero no son la causa principal.
Respecto de si al dejar un caballo en terreno blando los cascos se agrandan.
Efectivamente, se agrandan, pero es debido al crecimiento excesivo de casco, y esto no es bueno.
En un terreno duro y abrasivo, el casco se gasta a medida que crece, permaneciendo con el tamaño establecido por el propio caballo, pero cuando la pared no se gasta crece ilimitadamente, produciendo un casco grande pero perjudicial para el caballo. Un casco más grande que lo que el caballo necesita, produce palancas que, luego, terminan por perjudicar a las estructuras del caballo. Sobre todo, se lesionan las articulaciones.
Es válida la siguiente analogía: Si ud. a un auto pequeño le coloca ruedas de camión, algo en la relación de transmisión se romperá, porque las piezas y engranajes no están preparados para soportar un mayor tamaño de rueda.
En el caballo ocurre lo mismo. El tamaño del casco está determinado por el propio caballo y su calidad estructural, no debiéndose achicar ni agrandar, con fines de satisfacer un ideal visual establecido en nosotros que no somos el caballo. Es muy importante no pretender agrandar los cascos de los caballos.
Cuando los caballos permanecen en terreno blando, donde el casco crece sin gastarse, es necesario recortarlo periódicamente. Se debe buscar, en cada recorte, en forma y tamaño, el casco que requiere el caballo.
Dentro de los males, aunque ninguno es bueno y deben evitarse, es mejor pecar por achicar que por agrandar.
Le envío un cordial saludo.
Daniel Anz