En el equino deportivo, las tendinitis son verdaderas enfermedades profesionales.
  Su origen más frecuente es el trauma indirecto, ya que generalmente las 
  lesiones son efecto del exceso de trabajo al cual son sometidas estas estructuras 
  en las distintas actividades competitivas de los equinos.
  Los tendones son estructuras más o menos largas, elásticas, semiduras 
  y de color blanco amarillento, que unen el cuerpo de un músculo a uno 
  o más huesos, siendo el medio por el que dicho músculo ejerce 
  su función fijando el miembro y provocando el movimiento de la zona correspondiente.
  Estas características varían fundamentalmente por su localización, 
  su acción y su función básica (movilización o fijación).
  La unidad funcional del tendón está representada por una estructura 
  bioquímica especial denominada tropocolágeno, que esta dispuesta 
  en forma de microfibrillas. La mismas, agrupadas, componen haces de tropocolágeno 
  que se orientan en zigzag en una angulación constante.
  Ante un esfuerzo fisiológico, este zigzag se estira, y al cesar la fuerza 
  actuante regresa a su angulación original.
  A la propiedad de retomar su forma original, se la denomina capacidad tensoelástica 
  del tendón. Si esta capacidad es excedida, las estructuras no regresan 
  a su posición normal, originándose los fenómenos de ruptura 
  y /o edema fibrilar.
  
  Cuando un tendón se estira mas de un 4%, su ondulación desaparece. 
  Cuando la distensión supera esta tolerancia se produce una lesión 
  irreversible del patrón ondulante del tropocolágeno que lleva 
  a un proceso inflamatorio.
  
  Generalmente cuando la distensión es mayor al 8% ocurre la ruptura de 
  las fibras.
  
  Existen discusiones si la causa de las tendinitis es causada por el exceso de 
  fuerzas o si hay cambios metabólicos-degenerativos previos que favorecen 
  la aparición de la lesión. Uno de los puntos en donde más 
  frecuentemente se lesionan dichos tendones, es la mitad distal del tendón 
  del flexor digital superficial y estaría relacionado a una menor irrigación 
  sanguínea y, por lo tanto, a una menor nutrición, situación 
  demostrada por estudios angiográficos. Esta situación se presenta 
  también en el Ligamento Frenador Distal y en el Tendón del Flexor 
  Digital Profundo a nivel del nudo.
  
  La reparación de la lesión tendinosa ocurre por tejido de granulación 
  fibroso, altamente celular, rico en colágeno tipo III (colágeno 
  fetal), el cual no tiene estructura en zigzag y por lo tanto su fuerza ténsil 
  es muy pobre. Esto hace que la cicatriz se mantenga anormal con excesiva matriz 
  intercelular y fibras sin alinear, dando así al tendón un punto 
  de debilidad, expuesto a sufrir nuevas lesiones.
  
  Dentro de las tendinitis se incluye a la inflamación del Músculo 
  Interosseus III (Ligamento suspensorio de los sesamoideos, entrecuerda u Organo 
  de Ruini), aunque en realidad es una desmitis (inflamación de un ligamento).
  
  La tendinitis se puede producir por múltiples factores.
  Las causas que primariamente pueden producir este tipo de lesiones son los esfuerzos, 
  que se producen cuando se supera la capacidad tensoelástica. También 
  tenemos causas infecciosas (principalmente originadas por heridas), contusiones 
  que se producen por patadas de otros animales o por interferencias en el andar, 
  y también causas parasitarias.
  
  Existen otras causas que se podrían mencionar como secundarias, por ejemplo, 
  las lesiones tendinosas producidas por la porción terminal del Hueso 
  Metacarpiano II o IV (rudimentarios) que cuando se fractura, puede lesionar 
  al tendón, la vaina o la rama de bifurcación del ligamento suspensorio.
  
  El tendón del flexor digital superficial 
  es el más frecuentemente lesionado, siguiéndole en prevalencia 
  el flexor digital profundo y el ligamento Suspensorio de los Sesamoideos.
  
  El tendón del Músculo flexor digital superficial y el Músculo 
  Iinterosseus III (Ligamento Suspensorio de los sesamoideos), están en 
  máxima tensión para evitar el excesivo descenso del nudo en el 
  primer momento del apoyo, por lo que en este momento tenemos el mayor riesgo 
  de lesión sobre dichas estructuras.
  El Músculo flexor digital profundo y su brida se encuentran en hiperextensión, 
  en el tercer momento del apoyo, siendo el de mayor riesgo de lesión para 
  éstos.
  Los esfuerzos tendinosos se clasifican en tres grados: primero, segundo y tercero, 
  de acuerdo a cuánto se superó la capacidad fisiológica 
  de estiramiento del tendón.
  En el Esfuerzo de primer grado, sólo hay distensión.
  En el Esfuerzo de segundo grado hay ruptura de 20 a 30% de fibras con extravasación 
  sanguínea En el Esfuerzo de tercer grado hay ruptura total de las fibras.
  
  Los signos clínicos dependerán del grado de lesión y del 
  curso. La claudicación puede aparecer inmediatamente después del 
  trabajo o al rato.
  A la inspección se puede observar en la zona del hueso Metacarpiano III 
  o hueso Metatarsiano III (hueso de la caña) distintas deformaciones, 
  lo que ha llevado a una clasificación especial:
 
   
    1 - altas (tercio superior 
      de la caña)
       2 - medias (tercio medio 
      de la caña)
      3 - bajas (tercio inferior 
      de la caña)
      4 - vientre de trucha (se 
      denomina así cuando afecta los tres tercios de la caña y el 
      tendón lesionado es el flexor superficial).
  
Si el dolor es muy acentuado el animal adopta una posición antiálgica 
  característica, aliviando el peso en los talones. Durante la palpación 
  se aprecia dolor, calor y edema.
  Siempre conviene realizar esta maniobra en apoyo, y luego en elevación, 
  donde los tendones se relajan y es posible palpar mejor todas las estructuras.
  
  En el animal sano, tanto los Tendones flexores como el Ligamento suspensorio 
  deben ser perfectamente identificables y sus bordes bien netos. Siempre debe 
  considerarse que en un equino deportivo, siempre existe algo de sensibilidad 
  al tacto, por lo que a veces conviene comparar con el miembro opuesto. La presencia 
  de dolor sólo es representativa cuando es constante, tanto en ubicación 
  como en intensidad.
  
  Se debe recordar que junto al tendón puede estar comprometido el Músculo 
  Interosseus III (Ligamento Suspensorio de los Sesamoideos).
  Las tendinitis crónicas resultan de la organización de la inflamación 
  aguda que puede traer como consecuencia la formación de colectas que, 
  con el tiempo, se organizan, se fibrosan y tienden a calcificarse y/u osificarse.
  
  El signo clínico que predomina es la deformación; no hay calor 
  y puede ser posible que a la palpación el animal manifieste dolor. El 
  grado de claudicación es variable y, en la mayoría de los casos, 
  es de tipo mecánico a causa de la restricción del movimiento.
  
  El diagnóstico se realiza basándose en un exhaustivo examen clínico 
  y a métodos complementarios como la ultrasonografía, la cual, 
  en la actualidad, es la técnica más adecuada no sólo para 
  diagnosticar la lesión sino también para establecer su perfecta 
  ubicación y cuantificar el grado de la misma, permitiendo a través 
  de un seguimiento periódico, evaluar el proceso de reparación, 
  y por lo tanto, del tratamiento realizado.
  
  El pronóstico de las tendinitis es siempre reservado, pero en las tendinitis 
  agudas asépticas, si la lesión es leve, puede ser favorable.
  
  El tratamiento debe ser establecido y dirigido por el Medico Veterinario actuante 
  y puede ser médico o quirúrgico, con un complemento fisioterápico.
  
  El tratamiento médico se resume en el uso de antiinflamatorios, vendas 
  frías, geles con DMSO más corticoides, Acido Hialurónico 
  en forma local y sistémica, etc.
  
  El tratamiento quirúrgico se basa en la descompresión del fenómeno 
  de cavitación que se da en la estructura tendinosa por el edema dentro 
  del tendón.
  El mismo se lleva a cabo mediante la técnica de escarificación 
  que se basa en punzar con bisturí o agujas y preferentemente con guía 
  ecográfica.
  
  
  Existen otras cirugías que se basan en permitir la relajación 
  del Músculo Flexor Superficial o del Flexor Profundo mediante el corte 
  de ciertas estructuras como la Brida Radial en el caso del Músculo Flexor 
  Superficial o del Ligamento Frenador distal (check ligament) para el Flexor 
  Digital Profundo.
  
  En el caso de la rehabilitación fisoterápica, variará de 
  acuerdo a la lesión y momento en el que se comienza este tratamiento, 
  pudiendo utilizarse frío en forma de hidroterapia o packs, ultrasonido, 
  iodontoforesis, láser, campos magnéticos pulsátiles y Terapia 
  de Ondas de Choque Radiales, sumado a un adecuado reposo y un programa de entrenamiento 
  controlado durante la rehabilitación.
  
  El programa de ejercicios debe proporcionar al tendón, una tensión 
  suficiente que permita la reorganización de las fibras del colágeno 
  durante la cicatrización, pero no debe ser tan vigorosa como para relesionarlo.