La amenaza persistente de Salmonella en avicultura: una deuda pendiente del sistema agroalimentario
Hablar de Salmonella en avicultura no es nuevo, pero sigue siendo urgente. Pese a décadas de conocimiento acumulado, esta bacteria continúa desafiando los sistemas de producción animal modernos. El problema no radica únicamente en su presencia, sino en la persistencia de condiciones estructurales que favorecen su circulación: la intensificación productiva, el manejo subóptimo del ambiente, y en muchos casos, la débil articulación entre la bioseguridad en granja y los controles sanitarios en la cadena agroalimentaria.
Salmonella representa una amenaza doble: afecta la eficiencia productiva (a través de mortalidad, pérdida de peso, rechazo de lotes) y es además un riesgo directo para la salud pública, al ser una de las principales causas de enfermedades transmitidas por alimentos (ETAs). En este sentido, el abordaje técnico no puede quedarse en la granja: necesita escalar a una lógica de sistemas, donde producción, salud y consumo estén interconectados.
Vacunación, manejo de microbiota intestinal, control de vectores y limpieza de galpones son medidas conocidas y necesarias. Pero muchas veces se aplican de forma fragmentada o tardía. Lo que se necesita es una estrategia integral, sostenida, con liderazgo institucional y responsabilidad compartida. Más aún en contextos latinoamericanos donde la informalidad, la falta de regulación efectiva o las asimetrías en acceso a tecnologías siguen siendo barreras reales.
Por eso, hablar de Salmonella hoy no solo es hablar de una bacteria: es hablar de inequidades en el sistema alimentario, de vacíos en políticas públicas, y de la necesidad de una mirada One Health que promueva no solo alimentos seguros, sino modelos de producción sostenibles y éticos.