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Información sobre la influenza aviar

Influenza Aviar

Publicado: 6 de junio de 2013
Por: Mvz Jose Antonio Olmedo Sanchez, Centro Universitario de Los Altos de Jalisco. México
DEFICICIÓN: La influenza aviar es una enfermedad vial que afecta el sistema respiratorio, entérico y nervioso de muchos tipos de aves doméstica. La forma más virulenta es una enfermedad aguda generalizada que se caracteriza por un curso corto y una mortalidad muy alta.
La forma más virulenta de influenza aviar  se conoció anteriormente como peste aviar, el termino peste aviar fue reemplazado por el termino de influenza en 1981. Esta enfermedad se puede presentar en la mayoría o en todas las especies de aves, se presume que si las aves no han sido expuestas previamente, son susceptibles a cualquier edad, se sospecha que los humanos, los caballos, cerdos y algunas especies salvajes pueden ser infectadas con algunas de las cepas del virus ya que puede existir un ciclo entre aves y mamíferos.
En todo el mundo se han presentado brotes de influenza aviar en su forma más devastadora, este virus aviar de baja a moderada patogenicidad ha estado presente durante muchos años durante los cuales ha modificado su estructura de tal manera que las vacunas existentes no han podido lograr el controlarla al 100%.
La infección del virus aviar en su etapa virulenta puede representar una calamidad en la industria avícola mundial y es un peligro para la avicultura en cualquier lugar. La enfermedad se considera tan importante que existe una comisión internacional para el control de la influenza aviar, esta supervisa brotes y tiene laboratorios de referencia designados como laboratorios acreditados en este diagnóstico.
Los virus de la influenza están clasificados como orthomyxovirus y en todos los casos presentan el antígeno A, este antígeno se utiliza en la prueba de inmunodifusión en agar para la identificación de los virus o de los anticuerpos.
Los virus de la influenza tienen dos antígenos superficiales importantes, la hemoaglutinina y la neuraminidasa, utilizadas para la identificación especifica de los virus, existen por lo menos 13 hemoaglutinasas y 9 neuranomidasas que hacen posible la existencia de un gran número de subtipos de virus.
Los virus de la influenza varían ampliamente en su patogenisidad y habilidad para difundir la enfermedad entre las aves. No se conoce ninguna relación entre subtipo y patogenisidad. La mayoría tiene una moderada resistencia a la destrucción por factores ambientales.
Las aves acuáticas silvestres y domesticas son las más grandes reservorios del virus y estas aves son asintomáticas cuando se encuentran en su forma silvestre eliminando el virus por periodos prolongados y pueden estar infectadas por más de un serotipo de virus, los virus de la influenza aviar han sido frecuentemente aislados de las aves exóticas importadas por lo que es necesario el control sanitario de estas aves. Estas pueden trasmitir el virus a las aves en jaula, silvestres o domésticas.
Los virus de la influenza aviar son tan resistentes que pueden ser trasmitidos en los zapatos contaminados, ropa, envases entre otros utensilios utilizados para realizar la labor diaria al frente de la explotación avícola, la mayoría de los brotes se iniciaron a partir de aves susceptibles con las infectadas.
La presencia de otros agentes infecciosos secundarios, factores ambientales o de estrés influyen positivamente en la severidad de los brotes de influenza aviar.
Los signos clínicos por influenza varían ampliamente, dependiendo de muchos factores incluyendo la edad y las especies infectadas, la virulencia del agente causal,  la presencia de infecciones, estrés, manejo y la protección vacunal. Los virus de baja patogenisidad pueden no producir signos clínicos, en cambio, las cepas altamente patógenas pueden provocar infecciones fatales precedidas de unos cuantos signos clínicos, en la mayoría de los brotes los signos aparentes son los de una enfermedad de tipo predominante respiratorio con tos, estornudo, estertores, lagrimeo y sinusitis o con la combinación de estos se puede presentar además diarrea, edema de la cabeza y cara así como desórdenes nerviosos por lo que los médicos veterinarios debemos estar muy atentos en estas sintomatologías para poder efectuar inmediatamente un diagnóstico adecuado auxiliándonos de las pruebas de laboratorio existentes.
La infección por un virus altamente virulento en la forma severa su presentación es rápida, el curso es corto, las aves se encuentran bastante enfermas pudiendo alcanzar una mortalidad de un 100%. Los signos pueden estar relacionados con los sistemas respiratorios entéricos, y nervioso. Se presenta frecuentemente en los pollos la presencia de cianosis y edema en la cabeza, existe además una inflamación ligera de la tráquea, senos, sacos aéreos y conjuntiva. En las aves de postura frecuentemente hay una regresión del ovario e involución del oviducto.
Las lesiones macroscópicas en las aves son extensas y severas, se observan exudados fibrinosos en los sacos aéreos, oviductos, saco pericárdico o en el peritoneo; los pulmones pueden estar consolidados por neumonía, puede presentarse una sinusitis y los senos estar distendidos por la presencia de exudados.
Se pueden encontrar pequeños focos necróticos en la piel, cresta y en las barbillas o en el hígado, riñones, bazo o pulmones. Señas de daño vascular en muchas zonas que incluyen frecuentemente congestión, edema y hemorragias.
En brotes severos se presentan frecuentemente lesiones microscópicas que incluyen congestión, edema,  hemorragias, infiltración perivascular linfocitaria en muchos lugares incluyendo al cerebro, frecuentemente hay presencia de necrosis en el bazo, hígado, pulmones, riñones, intestino, páncreas y otros órganos comprometidos con este proceso viral. 
La confirmación debe hacerse mediante el aislamiento e identificación del virus y la presencia de sueros positivos, se debe diferenciar cuidadosamente de muchas otras enfermedades incluyendo al Newcastle, otras enfermedades causadas por paramyxovirus, micoplasmosis y cólera aviar. 
El control de esta enfermedad se logra a través de una buena prevención contra la exposición del virus, no se deben introducir aves en las parvadas iniciadas y se debe evitar el contacto directo o indirecto de la parvada con toda clase de aves silvestres, migratorias o exóticas.
Los huevos para incubar deben provenir de parvadas libres de influenza, las medidas cuarentenarias deben de llevarse a cabo de una manera rigurosa de acuerdo al protocolo sanitario establecido para ello, los subproductos (pollinaza o gallinaza) de estas aves infectadas deben ser eliminados por completo ya que el  no hacerlo representa la difusión mecánica del virus. 
No existe tratamiento alguno efectivo, sin embargo, un buen calendario de vacunación, el manejo  sanitario, la nutrición adecuada, el cuidado sanitario de los animales de traspatio y una vigilancia estrecha reducen las posibilidades de adquirir el virus de la influenza aviar en nuestras instalaciones. 
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Autores:
Mvz Jose Antonio Olmedo Sanchez
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