Introducción
Las enfermedades respiratorias aviares han sido una causa importante en la mortalidad y morbilidad en las granjas, afectando su rendimiento productivo que, a su vez, genera una importante pérdida económica en los avicultores (Jaimes et al., 2010).
En México las enfermedades respiratorias con mayor prevalencia e importancia en las granjas son: influenza aviar que, aunque no es endémica, ha tenido brotes esporádicos generando preocupación debido a su impacto en la salud pública (CONAVE, 2018); Enfermedad de Newcastle, limitada a una o más zonas del país (SENASICA, 2020); bronquitis infecciosa con cepas locales (Guadarrama et al., 2022); Mycoplasma gallisepticum y laringotarqueítis infecciosa (Pisa, 2017). Aún cuando existe la disponibilidad de vacunas para estas enfermedades, constantemente se han reportado brotes y, esto genera una amenaza continua en la productividad y, por ende, en la seguridad alimentaria; por lo que, en medicina veterinaria las pruebas de diagnóstico son herramientas sustanciales y fundamentañes para determinar la presencia o ausencia de la enfermedad, así como para facilitar la toma de decisiones en la resolución del caso clínico (Rendón, 2020).
Para que los resultados de un diagnóstico sean confiables, las muestras deben ser las apropiadas, antes de ello, se debe tomar en cuenta factores como: tipo de enfermedad, agente causal, vía de excreción, tropismo, propósito del muestreo, tipo de muestra, técnica de diagnóstico y volumen o cantidad requerida (OIE, 2018). Es por ello que, el conocer la etapa precisa de la enfermedad para obtener la muestra en la que se encuentre el agente causal, es imprescindible para abordar los problemas sanitarios, clínicos y productivos que se enfrentan las unidades de producción avícola en nuestro país.
Técnica de hisopado tráqueal
Es el procedimiento más común que se ha empleado para recolectar muestras del tracto respiratorio superior en aves, el uso de hisopos de algodón es un método asequible no invasivo (Bermudez et al., 2013). En aves de 1 día se sugiere escobillones de calibre delgado para evitar lesiones, la técnica se basa en sujertar al ave tomar la cabeza del pollito, abrir el pico e introducir el hisopo en el orificio traqueal girando de 2 a 3 veces el hisopo; posteriormente, se introduce en el tubo de transporte que contiene de 3 a 5 mL de solución fisiológica estéril; antes de sumergirlo totalmente, se corta el extremo del hisopo que estuvo en contacto con la mano para finalmente sellar el tubo y evitar contaminación de la muestra, finalmente se introducen los tubos en una hielera para su conservación y transporte a 4° C (SENASA, 2022).
En aves sacrificadas la muestra se obtiene inmediatamente después de remover el tejido pulmonar, se frota vigorosamente el hisopo en la longitud de tráquea o en el pulmón y posteriormente se coloca en el medio de transporte viral se parte manualmente el extremo del palillo y se cierra herméticamente el tubo (Abundo et al., 2020).
Figura 1. Pasos para la toma de muestra de hisopado traqueal en aves.
Ejemplificación de la toma de muestra a través de la técnica de hisopado traqueal: A) Se sujeta el ave, B) se introduce el hisopo en el orificio orotraqueal y se gira de 2 a 3 veces realizando un “arrastre”, C) el hisopo se introduce en los tubos estériles y se sellan, D) los tubos se guardan en una hielera para su conservación a 4°C. Fuente: Ramos, 2025.
Toma de muestra para el virus de Bronquitis infecciosa (VBI)
La enfermedad de bronquitis infecciosa aviar es causada por un virus de la familia Coronaviridae, género Gammacoronavirus (OIE, 2018); Primeramente, infecta a las células ciliadas y secretoras de mucus que se encuentran en el tracto respiratorio superior, alcanzan el nivel máximo de concentración los primeros 3 días en la tráquea, donde permanecen de 2 a 5 días (Raj et al., 1997). Posteriormente realiza otra replicación en la glándula de Harder, intestino, oviducto y riñones donde puede permanecer latente (esquema 1) (Córdoba et al., 2015) las aves empiezan a manifestar signos clínicos después de las 18 a 48 h de contagio como estertores, tos, disnea, descarga nasal, ojos acuosos, diarrea ocasional, en aves de postura se refleja una baja postura y cascarones delgados (Aceveiro-Bedas, 2017). Se transmite por medio de las secreciones respiratorias y excreciones fecales, también se propaga de manera indirecta a través de fómites (Ramakrishnan et al., 2019). Para la detección del IB se sugiere tomar exudados del tracto respiratorio superior en cuanto las aves empiecen a manifestar los primeros signos clínicos de la enfermedad, las muestras obtenidas se vierten en un medio de transporte estéril adicionado con solución fisiológica y estreptomicina para evitar una posible contaminación de la muestra, para su traslado es necesario conservar las muestra a 4°C y para su almacenamiento se necesita una congelación a -20°C (Acevedo-Beiras, 2010). López et al. (2006) en su estudio realizado sobre la detección y caracterización del IBR aviar en Chile, mencionaron que las muestras utilizadas se tomaron de lotes de aves que presentaban marcados signos clínicos respiratorios, sugieren que el tiempo para la obtención apropiada de las muestras debe de ser tan pronto como sean evidentes los signos clínicos, en aves vivas, se sugiere hisopados del tracto respiratorio superior en los primeros 3 a 5 días del curso de la enfermedad, para aves muertas se sugiere hisopados traqueales, pulmón, riñón y oviducto (OIE, 2018).
Esquema 1. Toma de muestra para la identificación de VBI

Toma de muestra para el virus de Laringotraqueítis aviar (LTI)
LTI es una enfermedad viral que afecta principalmente a las aves de corral, como pollos y pavos, es causada por el alfaherpesvirus tipo 1 de las gallináceas (OIE 2021), su replicación tiene lugar en la mucosa de la conjuntiva y tráquea durante 7 días, posteriormente se replica en el tejido glandular de la laringe en el que rompe la célula para migrar al nervio trigémino donde permanecerá latente (esquema 2), la replicación del GaHV-1 desencadena los signos clínicos conocidos como edema ocular, hiperemia, exudados mucohemorrágicos (Couto, et al., 2016). Para su diagnóstico, la toma de muestra consiste en colectar por medio de hisopados las secreciones de las mucosa en la cavidad nasal y tráquea durante los primeros 3 a 7 días que los pollos manifiestan los signos clínicos respiartorios (Dufour-Zavala, 2008). Cuando se utiliza la prueba de diagnóstico la Reacción en Cadena de la Polimeresa o PCR, se ha encontrado que se detecta el virus desde la fase media hasta la fase final de la enfermedad, utilizando hisopos en el cuál el exudado y las células epiteliales se raspan de la tráquea y se diluyen aproximadamente en 3 mL del medio que contenga penicilina y estreptomicina conservados en cadena fría a 4° C (OIE, 2021).
Esquema 2. Toma de muestra para la identificación del virus de LTI

Toma de muestra para la infección de Mycoplasma gallisepticum
Mycoplasma gallisepticum (MG) tiene un genoma de ADN (OMSA, 2021), es particularmente importante en pollos y pavos, ya que causa una enfermedad respiratoria crónica, primeramente la bacteria se replica durante los primeros días en el núcleo de los macrófagos alveolares, posteriormente en las células productoras de mucus de la tráquea causando bronquitis, aerosaculitis y neumonía (Priyadarshni et al., 2023). Esta enfermedad se transmite durante el contacto entre aves enfermas y a través de fómites, o por propagación por aerosoles que pueden ser los responsables de la transmisión dentro de una bandada, también se puede transmitir verticalmente a través de los huevos, siendo este tipo de transmisión más frecuente en las aves infectadas durante la postura que en las aves infectadas antes de su madurez (Bokhari, 2003). Para el diagnóstico en aves vivas, la toma de muestra sugerida ha sido el hisopado traqueal dentro de los primeros 7-10 días de la etapa clínica (esquema 3), se sugiere introducir el hisopo en el orificio traqueal y realizar un “arrastre”, posteriormente se introduce el hisopo en un tubo con 1.5 mL de solución salina, se sella y se coloca en frío, su almacenamiento se sugiere a -20° C hasta su extracción (Armour et al., 2015).
En aves de corral se pueden tomar hisopados de las coanas, orofaringe, esófago, tráquea y cloaca, ya que se ha demostrado la presencia del agente causal en estos lugares en cuanto las aves empiecen a denotar signos clínicos (IICAB, 2007). Ventura et al. (2012) en su estudio realizado sobre detección y diferenciación de Mycoplasma g. y Mycoplasma s. Mediante la técnica de PCR a partir de hisopos traqueales de aves con signos respiratorios, mencionan que, tomaron 91 hisopados de la muscosa traqueal de aves vivas que mostraran signos respiratorios evidentes, todas las muestras resultaron útiles para realizar el diagnóstico. Venosa (2014) en su estudio sobre micoplasmosis aviar, sugiere que la toma de muestras en aves vivas sea en los primeros 10 días desde que los pollos muestren signos clínicos respiratorios, ya que es la fase donde el agente alcanza su mayor concentración en tejidos como tráquea, conjuntiva orbital, coanas y orofaringe.
Esquema 3. Toma de muestra para la identificación de
Mycoplasma g.

Conclusión
Conocer la fase en la que el agente causal alcanza la mayor concentración en los tejidos en el que se replica, es fundamental para que se pueda realizar una toma de muestra efectiva y se obtenga un diagnóstico clínico confiable que permita la identificación específica del agente causal para proponer y monitorear tratamientos en las unidades de producción avícola y prevenir complicaciones. La correcta ejecución del hisopado y conservación de las muestras no solo permite identificar y controlar enfermedades de manera efectiva, sino que también protege la salud pública y optimiza los recursos de los productores, por ello, es esencial que los profesionales involucrados en la salud aviar estén capacitados en técnicas de muestreo y conozcan los protocolos adecuados para cada tipo de patógeno y situación clínica.