En  el presente trabajo se aborda lo referente a las técnicas moleculares, tópico  que en la actualidad reviste gran importancia debido tanto al gran avance  científico como tecnológico en el mundo, el cual ha permitido avanzar a la  ciencia en el diagnóstico, prevención, control y curación de las enfermedades  que desde épocas pasadas  han afectado  tanto al hombre como a los animales, ocasionándoles incluso la muerte, debido a  la carencia de instrumentos y equipo moderno para combatir y erradicar dichas  enfermedades.
  
  El  documento está estructurado de la siguiente manera, primeramente se hace  referencia a algunos antecedentes respecto al surgimiento de la biología  molecular, su importancia y contribución en la medicina y la investigación en la  actualidad, y posteriormente se aborda lo relacionado propiamente a las  diferentes técnicas moleculares que desde la década pasada y hasta el momento  actual han contribuido a través de la tipificación de microorganismos patógenos  en la vigilancia y control epidemiológico de enfermedades que afectan tanto al  hombre como a los animales. 
  
  Su  objetivo, consistió en describir el uso actual de las técnicas moleculares en el  análisis y tipificación de microorganismos patógenos causantes de enfermedades  tanto en el hombre como en los animales.
  
  
  Antecedentes
    
  La  biología molecular es una disciplina relativamente joven, originada en los años  30s y los 40s, e institucionalizada en los años 50s y los 60s. El período  clásico de ésta comenzó en 1953 con el descubrimiento de la doble hélice del  ADN por James Watson y Francis Crick. La relación científica de Watson y Crick  unificó varios acercamientos disciplinarios: Watson, estudiante de Luria y el  grupo fago, reconocieron la necesidad de utilizar la cristalografía para  aclarar la estructura del ADN, por lo que hicieron un uso amplio de datos a  partir del trabajo de cristalografía con rayos X en ADN realizado por Maurice  Wilkins y Rosalind Franklin en el King´s College, de Londres (Darden y Tabery,  2005).
   
  Con  la estructura del ADN a disposición, la biología molecular cambió su enfoque por  lo que la estructura de la doble hélice   ayudó a la elucidación de los mecanismos de replicación  y función genética, las claves para entender  el papel de los genes en la herencia. Esta investigación subsecuente fue guiada  por la noción de que el gen era una molécula informativa. La secuencia linear  de las bases de los ácidos nucleicos a lo largo de una hebra de ADN proporcionó  la información codificada para dirigir el orden linear de aminoácidos en las  proteínas (Darden y Tabery, 2005). 
  
  Posterior  a lo anteriormente expuesto, el código genético vino a ser caracterizado como  la relación entre un sistema de tres bases en el ADN ("un codon") y  uno de veinte aminoácidos, los bloques de construcción de las proteínas. Las  tentativas para desentrañar el código genético incluyeron esfuerzos teóricos  fallados, así como la competencia entre los genetistas y los bioquímicos. Una  brecha importante surgió en 1961 cuando los bioquímicos Marshall Nirenberg  y  J. Heinrich Matthaei, en los Institutos  Nacionales de Salud de los Estados Unidos, descubrieron que una secuencia única  de las bases de los ácidos nucleicos se podía leer para producir un producto  único del aminoácido (Darden y Tabery, 2005).
  
  En la actualidad, la aplicación de la biología  molecular al estudio de la  genética humana ha dado lugar a un crecimiento sin precedente en nuestro entendimiento  del mecanismo básico  de la enfermedad y las bases del nuevo campo clínico de la medicina molecular, ya que las bases genéticas de un gran número de enfermedades se están  identificando, lo  cual tendrá un impacto importante para el diagnóstico, pronóstico, y manejo confidencial de  pacientes. Por lo que, un  gran desafío para  los servicios de patología en esta nueva era es apoyar la medicina molecular para asegurarse de innovaciones técnicas y  nuevos desarrollos que pueden  ser realizados como un servicio rutinario de una manera oportuna, eficiente, rentable, en  beneficio de un  mayor número de pacientes (Boxer, 2000). 
  
  
  
  
  Técnicas moleculares
  
  
  Las  técnicas moleculares actuales han sido desarrolladas, en solo pocos años de  investigación académica básica en muchos campos de la ciencia, de tal manera  que en los últimos años, seis de éstas técnicas han surgido como los métodos  para el análisis y tipificación de los aislamientos bacterianos. Ellas son  la huella dactilar de plasmidos o PF, el  análisis de endonucleasas de restricción   de ADN de plasmidos  o REA; el  análisis de endonucleasas de restricción de ADN cromosómico utilizando enzimas  de corte y electroforesis convencional; el Polimorfismo de largos fragmentos de  restricción o RFLP utilizando análisis de pruebas de ADN; La electroforesis en  gel de campos pulsantes o PFGE; y el AP-PCR y otras técnicas relacionadas con  la tipificación basada en la amplificación de ácidos nucleicos (Tenover et al., 1997).
  
  La  tipificación puede proporcionar información sobre la distribución de tipos  microbianos en poblaciones humanas y animales, lo cual puede ser aplicado en  programas de vigilancia a nivel local, regional, nacional o global. De especial  interés pueden ser el monitoreo de marcadores asociados con la patogenicidad,  inmunogenicidad o resistencia a medicamentos, como se demuestra por ejemplo en  la vigilancia del cólera con la emergencia de una nueva cepa epidémica en Asia.
  
  En  síntesis, esta aplicación puede incluir análisis periódicos para la detección  de grupos de patógenos con tipos similares y de origen común en espacio y  tiempo, para mejorar las advertencias anticipadas de brotes potenciales.  Asimismo, puede ayudar en la planeación de servicios de salud e intervenciones  preventivas como desarrollo de vacunas y programas de inmunización.
  
  Estas  técnicas también pueden ser usadas en estudios clínicos para la delineación de  patrones de colonización y para la identificación de fuentes de transmisión de  microorganismos infecciosos, lo cual puede contribuir a un entendimiento de la  epidemiología y patogénesis ayudando con ello al desarrollo de estrategias de  prevención de enfermedades (Struelens y MESGEM, 1996).
  
  
  
  
  La Huella Digital de  Plasmidos (PF)
  
  
  La  huella digital de plasmidos fue la primera técnica molecular utilizada como una  herramienta de tipificación. Los plasmidos son elementos de ADN extracromosómico  que están presentes en muchos aislamientos clínicos y pueden ser identificados  por simples procedimientos de lisis de células seguidos de electroforesis en  gel de los lisados. El número y tamaño de los plasmidos presentes es utilizado  como base para la identificación de cepas. Esta técnica de tipificación de  cepas ha sido utilizada con éxito en el análisis de brotes de infecciones  nosocomiales y en infecciones adquiridas en comunidad causadas por una variedad  de especies de bacterias gram-negativas (Tenover et al., 1997). 
  
  En  general esta técnica es más utilizada para estudios epidemiológicos que están  limitados tanto temporalmente como geográficamente y puede complementar otras  técnicas como la PFGE,  para proporcionar una base para diferenciar aislamientos que están relacionados  genotípicamente pero que están separados epidemiológicamente por periodos  moderados de tiempo, como a varios meses (Tenover et al., 1997).
  
  
  
  
  Analisis de Endonucleasas de  Restricción de ADN de Plasmidos  (REAP).
  
  
  En  la actualidad esta técnica es utilizada principalmente como una alternativa  para los aislamientos de estafilococos que contienen frecuentemente plasmidos múltiples,  y para seleccionar especies de Enterobacteriaceae que tienen a menudo grandes plasmidos característicos. Algunas cepas de  bacterias contienen solamente un plasmido grande, de un rango de tamaño de 100 a 150 Kilobases (kb).  Debido a que es difícil de diferenciar plasmidos en este rango de tamaño,  especialmente los que varían solamente de 10 a 15 kb, algunos investigadores han  adicionado una endonucleasa de restricción   para aumentar el poder de discriminación de  la electroforesis en gel de agarosa. Esto puede ser útil cuando los plasmidos  grandes producen muchos fragmentos de restricción  que puede hacer la interpretación más  difícil, especialmente cuando están presentes plasmidos múltiples grandes  (Tenover et al., 1997). 
  
  Actualmente,  la   REAP ha mejorado en su reproducibilidad y poder de  discriminación por lo que es la técnica preferida de tipificación de plasmidos  y es de particular interés para la realización de estudios epidemiológicos de  infecciones institucionales con organismos resistentes a múltiples  antibióticos. Utilizado conjuntamente con  delineación clonal por tipificación de ADN  cromosómico, es esencial para localizar la diseminación de genes de resistencia  antibiótica móviles como los que codifican los beta-lactamasa de amplio  espectro (Struelens, 2001).
  
  
  
  
  Análisis del Polimorfismo de Largos  Fragmentos Amplificados (AFLP)
  
  
  Una  de las técnicas nuevas y más promisorias es el AFLP desarrollado por Keygene  BV, Wageningen, de Nueva Zelanda. Este método combina una aplicabilidad  universal con alto poder de discriminación   y reproducibilidad. Un gran número de reportes describen el uso de esta  técnica para plantas y mapeo genético animal, diagnósticos clínicos, estudios  filogenéticos, y tipificación de bacterias (Savelkoul et al., 1999). 
  
  Está  basada en la detección de fragmentos de restricción genomica por amplificación con   reacción en cadena de la polimerasa (PCR)  y puede ser utilizada para ADNs de cualquier origen o complejidad. La técnica  comprende tres pasos: 1) la restricción del ADN y la ligazón de adaptadores  oligonucleótidos, 2) la amplificación selectiva de juegos de fragmentos de  restricción, y 3) análisis del gel de los fragmentos amplificados (Vos et al., 1995; Savelkoul et al., 1999; Struelens, 2001).
  
  El  ADN es cortado con enzimas de restricción, y los adaptadores de la doble hebra  están ligados al final de los fragmentos del ADN para generar la plantilla de  ADN para amplificación. La secuencia de los adaptadores y el sitio de  restricción adyacente sirve como sitios de unión de los primer para la  subsecuente amplificación de los fragmentos de restricción (Vos et al., 1995).
  
  Para  el análisis del AFLP solamente se necesita una pequeña cantidad de ADN genomico  purificado; este es digerido como ya se menciono con dos enzimas de restricción  , una con una frecuencia media de corte (como la EcoRI)  y una segunda con una alta frecuencia de corte (como la MseI  o TaqI) (Savelkoul et al., 1999). La infrecuente  restricción de los sitios de amplificación, o IRS-PCR, es otra variación de  esta propuesta que esta basada en la amplificación selectiva de secuencias de  ADN con sitios de restricción infrecuentes a los lados. 
  
  Tiene  un alto poder discriminatorio que se ajusta fácilmente y un muy buen nivel del  patrón de reproducibilidad para un amplio rango de bacterias patógenas tanto  Gram positivas como negativas (Struelens, 2001). 
  
  
  
  
  Técnica de electroforesis en gel de  campos pulsantes (PFGE)
  
  
  La electroforesis en gel  de campos pulsantes (PFGE por sus siglas en inglés) fue descrita en 1984 como  una herramienta para examinar el ADN cromosómico de organismos eucariotas. Ha  sido uno de los progresos más útiles de la epidemiología molecular en las décadas pasadas;  emerge en los 90´s como una técnica de la huella dactilar considerada el estándar de oro para la  tipificación molecular de microorganismos, ya que ha demostrado que es  altamente efectiva para muchas especies bacterianas tanto gram-positivas como  los estafilococos, enterococos, y mycobacterias y gram-negativas como la E. coli, otras Enterobacteriaceae, y pseudomonas (Maslow et al, 1993; Goering, 1993; Tenover et al., 1994; Struelens y MESGEM, 1996; Tenover et al., 1997; Goering, 2000; Struelens, 2001; Warner y  Onderdonk, 2003).
  
  En general, la PFGE es una de las técnicas  de tipificación más reproducibles y altamente discriminatorias en comparación  con otras técnicas moleculares (Maslow et  al, 1993; Goering, 1993; Tenover et  al., 1994; Struelens and MESGEM, 1996; Tenover et al., 1997;  Warner and Onderdonk, 2003).
  
  En esta técnica, el genoma  bacteriano, que típicamente es de 2,000 a 5,000 pares de kb en tamaño, es  digerido con una enzima de restricción que es relativamente de pocos sitios de  reconocimiento y que genera aproximadamente de 10 a 30 fragmentos de restricción  que van de 10 a  800 kb. Todos estos fragmentos pueden ser separados como un patrón de distintas  bandas por PFGE, usando una cámara diseñada especialmente que cambia de  posiciones en el gel de agarosa entre tres juegos de electrodos que forman un  hexágono alrededor del gel   (Tenover et al., 1997; Warner y Onderdonk, 2003).
 
La preparación del ADN  genomico y la macrorestricción son llevados a cabo en bacterias que se  ensamblan en los pozos de agarosa. Utilizando unidades de electroforesis  programables especiales, los cambios de orientación periódica de los campos  eléctricos o electroforesis en gel de campos pulsantes, permiten la separación  y determinación del tamaño de los fragmentos de macrorestricción.
  
  La PFGE escanea más del 90% del cromosoma para reordenar  fragmentos de gran tamaño tales como duplicaciones, cancelaciones, o  inserciones de secuencias que se detectan como un cambio en el tamaño o número  del fragmento (Struelens, 2001).
  
  Los patrones de  restricción del ADN de los aislamientos en estudio son comparados unos con  otros para determinar sus relaciones. Algunos resultados con esta técnica  pueden llevar a conclusiones diferentes entre laboratorios, como por ejemplo,  que los aislamientos puedan ser designados como relacionados con brotes o no  relacionados con brotes de alguna enfermedad (Tenover et al., 1995).
  
  Las principales  dificultades asociadas con esta técnica son las relacionadas a las demandas  técnicas del procedimiento y costos iniciales del equipo. La preparación de ADN  genomico apropiado requiere de 1   a 3 días, dependiendo de los organismos a examinar, y  los costos del equipo requerido (incluyendo el aparato de electroforesis y el  transiluminador) varia entre 10, 000 y 20,000 dólares. Sin embargo, el método  es operacional en el laboratorio, y puede ser aplicado a un amplio rango de  especies con solo un mínimo de modificaciones (Tenover et al., 1997).
  
  
  
  
  La   Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR)
  
  
  La Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR por sus siglas en  inglés) es una técnica que se utiliza comúnmente en los laboratorios de  investigación médicos y biológicos para amplificar (crear copias múltiples de)  el ADN, sin utilizar un organismo vivo, tal como la E. coli o una levadura. Asimismo, se  emplea en una variedad de tareas, tales como la detección de enfermedades  hereditarias, la identificación de huellas digitales genéticas, diagnóstico  clínico, análisis forense del ADN, detección de patógenos en el hombre,  animales, plantas, y alimentos, e investigación en biología molecular  (Saunders et  al., 2001).
  
  La PCR fue inventada a principios de los 80´s por Kary  Mullis, al cual le fue otorgado el premio Nobel en química en octubre de 1993 por este logro,  siete años después de haber publicado sus primeras ideas. La idea de Mullis fue la  de desarrollar un proceso a través del cual el ADN se pudiera multiplicar  artificialmente a través de ciclos repetidos duplicados llevados a cabo por una  enzima llamada ADN-Polimerasa. 
  
  La ADN-Polimerasa se produce naturalmente en los organismos vivos,  donde funciona para duplicar el ADN cuando las células se dividen. Trabaja uniéndose a una  sola hebra de ADN y creando una hebra complementaria. 
  
  El proceso original de  PCR actualmente ha sido mejorado mediante el uso de la ADN-Polimerasa que  procede de una bacteria termofilica que vive a temperaturas arriba de 110 °C (en aguas termales). La ADN-Polimerasa o Taq polimerasa tomada de estos  organismos es termoestable (estable en las altas temperaturas). 
  
  Actualmente la Taq polimerasa se utiliza frecuentemente en la práctica de PCR. Una desventaja de la Taq es que incurre a veces en equivocaciones al copiar el ADN, conduciendo a  mutaciones (errores) en la secuencia del ADN (Saunders et al., 2001). 
  
  La PCR que ha sido utilizada por varios años para la  detección directa de muchos tipos de agentes infecciosos en muestras clínicas,  ha sido adaptada para ser usada como una herramienta de tipificación. La ventaja  de la PCR es su  habilidad para producir literalmente millones de copias de un segmento de ADN  particular con alta fidelidad en un tiempo de 3 a 4 horas (Tenover et al., 1997).
  
  El procedimiento requiere  una plantilla de ADN que puede estar presente en la muestra en pequeñas  cantidades; dos primers oligonucleótidos que flanquean las secuencias de la  plantilla de ADN que va a ser amplificado; y una DNA-polimerasa estable al  calentamiento. Un ensayo típico de PCR requiere aproximadamente de 3 horas para  completar 30 ciclos, donde cada ciclo consiste de una fase de  desnaturalización, en donde la doble hebra de ADN es fundida en hebras únicas;  una fase de alineación, en donde los primers se unen a las secuencias blanco en  las hebras separadas; y una fase de extensión, en donde la síntesis de ADN  procede de los primers a partir de cada hebra de la plantilla de ADN, generando  dos nuevas copias de la doble hebra de la plantilla original. Después de cada  30 ciclos , una sola copia inicial de la plantilla de ADN teóricamente puede  ser amplificado a 1 billón de copias   (Tenover et al., 1997;  Saunders et al., 2003).
  
  El  uso válido de esta técnica es crítico para mantener la calidad de muchas bases  de datos de ADN producidas. Es un hecho establecido que diversos factores  pueden influenciar la validez de los resultados obtenidos por PCR, incluyendo  la presencia de componentes inhibitorios, la calidad de la plantilla de DNA, y la  carencia de optimización con respecto a componentes de la reacción y las condiciones  de los ciclos termales. 
  
  Todos  estos factores pueden comprometer la especificidad y sensibilidad de la  reacción, pudiendo llevar a resultados falsos-negativos, falsos-positivos, o no  reproducibles. Pero menos conocido, sin embargo, es la variación de los  resultados en la PCR  atribuidos debido al subóptimo funcionamiento de los termocicladores, siendo este  el aspecto particular de la técnica que constituye las bases de los estudios  interlaboratorios (Saunders et al.,  2003).
  
  
  
  
  La Reacción en Cadena  de la Polimerasa  con Primers Arbitrarios (AP-PCR)
  
  
  Esta  técnica simple y rápida ha sido sucesivamente aplicada para la delineación de  cepas genotípicas y análisis de poblaciones genéticas de un amplio rango de  patógenos microbianos, incluyendo bacterias, hongos y protozoarios (Struelens,  1998).
  
  La  discriminación es buena y puede correlacionarse con otras técnicas de genotipificación.  El poder discriminatorio es variable de acuerdo al número y secuencia de los  primers arbitrarios y a las condiciones de amplificación. Aunque requiere de  varios factores técnicos para ser estrictamente estandarizado para una reproducibilidad  óptima.
  
  La  tipificación con esta técnica, y con métodos similares como el RAPD y el DAF,  están basados en la amplificación por PCR de baja astringencia utilizando un  primer simple de secuencia arbitraria, típicamente de 10 pares de bases. Después  de varios ciclos adicionales, se obtiene una cepa específica de segmentos de  ADN amplificados de varios tamaños (Struelens, 1998).
  
  Los  productos resultantes del PCR pueden representar una variedad de fragmentos de  ADN de diferentes tamaños que son visualizados a través de electroforesis en  gel de agarosa. Reportes recientes  han  descrito condiciones y primers específicos para analizar aislamientos de Staphylococcus aureus (Ternover et al., 1997).
  
  En  la actualidad es considerado el método más adecuado para una tipificación  comparativa rápida, pero inadecuado para bibliotecas de tipificación en  programas de vigilancia epidemiológica.
  
  
  
  
  Análisis de la secuencia de los nucleótidos
  
  
  La  secuenciación de nucleótidos de genes amplificados por PCR es el medio más  preciso y sensitivo de indexar el polimorfismo del ADN localizado para la  tipificación de cepas bacterianas. Sin embargo, el tiempo requerido y los  costos del procedimiento actualmente limitan el uso  de este método cuando se ha aplicado a varios  tipos de virus como el de la hepatitis y el VIH, pero también a bacterias como  los Streptococcus pyogenes. Con el  rápido progreso de la automatización, es probable que en los siguientes años la  resecuenciación con PCR pueda ser utilizada para la tipificación epidemiológica  de virus, bacterias y otros patógenos (Struelens, 1998). 
    
  
  
  
  Conclusiones
  
    
  El continuo crecimiento exponencial de la comprensión de las bases genéticas  moleculares de la  enfermedad humana y animal ha sido apoyado por los progresos tecnológicos en el desarrollo de  nuevas técnicas moleculares que han venido a substituir los métodos intensivos de trabajo empleados previamente. 
  
  Estas  nuevas técnicas moleculares en la actualidad le han permitido a los científicos  tener un gran avance en el área de la medicina como de la investigación, ya que  gracias al desarrollo de estas técnicas es que se ha logrado llevar a cabo la  producción de medicamentos y vacunas para combatir una serie de enfermedades,  incluso incurables, que afectan desde hace tiempo tanto al hombre como a los  animales de manera individual como colectiva.
 
Si  bien es cierto pues, los avances en la comprensión de las bases biológicas de  la biodiversidad microbiana a nivel de subespecies puede mejorar el marco  conceptual requerido para una apropiada interpretación epidemiológica de los  resultados de tipificación. Por lo que una adecuada y más amplia aplicación de  estas técnicas puede dar luz a la epidemiología de infecciones adquiridas por  el hombre y/o animales, permitiéndole con ello tener un control más eficaz de  estas, así como llevar a cabo mejores estrategias de prevención.
  
  
  Referencias
   Boxer, M. 2000.  Molecular  Techniques: divide or share. J Clin Pathol. 53:19–21.
    
    Darden,  L., y Tabery, 
J. 2005. Molecular biology.  Stanford Encyclopedia Philosophy. Metaphysics Research Lab, CSLI, Stanford University. 
    
    Goering, R. V. 1993.  Molecular epidemiology of nosocomial infection: analysis  of chromosomal  restriction fragment patterns by pulsed-field  gel eletrophoresis. Infect Control Hosp Epidemiol, 14: 595-600.
    
    Goering, R. V. 2000. The  molecular epidemiology of nosocomial infection: past, present and future.  Reviews in Medical Microbiology, 11(3): 145-152.
    
    Warner, J. E. y Onderdonk, A.  B. 2003. Method for Optimizing Pulsed-Field Gel Electrophoresis Banding Pattern  Data. Journal of Molecular Diagnostics, Vol. 5, (1): 21-27.
    
    Maslow, J. N., Ellis, M. M., Arbeit, R. 1993. Molecular epidemiology:  application of temporary techniques to the tiping of microorganisms. Clin  Infect Dis, 17: 153-164.
    
    Saunders, G. C., Juliet, D., Helen, C. P.,  y Johanne, H. C. 2001. Interlaboratory Study  on Thermal Cycler Performance in Controlled PCR and Random. Amplified  Polymorphic DNA Analyses. Clinical Chemistry 47 (1): 47–55 . 
    
    Savelkoul,  P. H. M., Arrts, H. J. M., de Haas, J.,  Dijkshoorn, L., Duim, B., Otsen, M., Rademaker, J. L. W., Schouls, L., y  Lenstra, J. A. 1999. Ampified-Fragment length polymorphism analysis: the state  of an art. J Clin Microbiol, 37 (10): 3083-3091.
    
    Struelens, J., y Members of the European Study Group on Epidemiological Markers  (MESGEM). 1996.  Consensus guidelines for appropriate use and evaluation of microbial  epidemiologic typing systems. Clin Microbiology and Infect, 2 (1): 2-11.
    
    Struelens, M. 1998. Molecular  epidemiologic typing systems of bacterial pathogens : Current issues and  perspectives.
    
    Struelens, M. 2001. Molecular epidemiology. Laboratory  Diagnosis of Bacterial Infections. Marcel Dekker, Inc. New York. pp. 125-145.
    
    Tenover, F., Arbeit, R., Archer, G, 
et al. 1994. Comparison of traditional and  molecular methods of typing isolates of 
Staphylococcus  aureus. J Clin Microbiol, 32: 407-415.
    
    Tenover, F. C., Robert, D.  A., Goering, R. V., Patricia A. M., Barbara E. M., David H P., y Bala S. 1995.  Interpreting chromosomal DNA restriction patterns produced by pulsed-field gel  electrophoresis: criteria for bacterial strain typing. Journal of Clinical  Microbiology. Vol 33 (9):2233-2239.
    
    Tenover, F. C., Robert D. A.,  Goering, R. V., y the Molecular Typing Group of the Society for Healthcare  Epidemiology of America. 1997. How to select and interpret molecular strain  typing methods for epidemiological studies of bacterial infections: a review  for healthcare epidemiologists. Infection  Control and Hospital Epidemiology. Vol. 18 (6): 426-439.