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Resistencia a los coccidiostatos, nuevas estrategias de control

Publicado: 23 de febrero de 2020
Por: Germán Bertsch, Médico Veterinario
Introducción:
La coccidiosis es una enfermedad parasitaria producida por protozoarios con hospedadores muy específicos, que afectan principalmente el tracto gastrointestinal. Las principales manifestaciones patológicas de la coccidiosis clínica son la diarrea, cuyas consecuencias productivas son importantes por el menor crecimiento, hemorragia intestinal, mala absorción, peor índice de conversión y deficiencias en la pigmentación. Todo lo cual acarrea grandes pérdidas económicas.
Por su parte, la coccidiosis subclínica, producida por E. acervulina, E maxima y, muy probablemente, también por E. mitis, ha adquirido una particular importancia en las últimas décadas.
Los protozoarios causantes de la coccidiosis aviar, son parásitos miembros del género Eimeria pertenecientes a la familia Apicomplexa. Hay siete especies de Eimeria que afectan a pollos parrilleros, y otras cinco especies son específicas de los pavos.
La mayoría de los animales son parasitados por más de una especie de Eimeria simultáneamente, que usualmente difieren en patogenicidad. Si bien la coccidiosis puede afectar a terneros y lechones, el mayor foco es en pollos de engorde, pavos y conejos, por lo que son los sectores que mayores medidas de control deben aplicar para prevenir esta enfermedad.
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A la gran cantidad de variables que afectan la producción avícola debemos sumarle la aparición de resistencia a los anticoccidiales. Año a año, la coccidia presenta menor sensibilidad a distintos fármacos y esto tiene impacto negativo en los índices económico y productivos de las explotaciones.
Control tradicional de la coccidiosis
Coccidiostatos (uso continuo)
En producciones comerciales, el principal método de control de la coccidiosis es a través de la adición de coccidiostatos al pienso en los niveles autorizados y la aplicación de las medidas de bioseguridad.
Los coccidiostatos inhiben la reproducción de estos parásitos, pero no los eliminan completamente del intestino del animal, por esto, se suele rotar entre coccidiostatos y los ionóforos de un ciclo productivo a otro, o entre las distintas fases de crecimiento de un lote de animales, con el fin de obtener un control correcto de la enfermedad y minimizar el desarrollo de inmunidad de los parásitos contra estos compuestos.
Los coccidiostatos pueden clasificarse en dos grupos principales:
  • Ionóforos: sustancias que contienen un grupo poliéster, producidos por fermentación de distintas cepas de Streptomyces spp. y Actinomadura spp., como la monensina, el lasalocid y la maduramicina.
  • Sintéticos no ionóforos: podemos mencionar al decoquinato, la robenidina, el diclazuril, la nicarbazina.
Generalmente, es necesario administrar el coccidiostato a lo largo de toda la vida del animal (como en el caso de los pollos de engorde) con el fin de protegerlos contra la reinfección de los distintos estadios de ooquistes.
Fármacos anticoccidiales (uso en brotes)
Un número limitado de químicos está aprobado para este tipo de uso en veterinaria. Entre ellos, tenemos el toltrazuril, el amprolio y un número de sulfamidas (sulfamiderazina, sulfadimetoxina, trimetoprima asociada con sulfadimetoxina o sulfametoxipiridazina). Estas son efectivas en tratamientos de brotes de coccidiosis, los cuales ocurren cuando no hay coccidiostato en el pienso o en el caso de que se haya desarrollado resistencia a éste.
A pesar de su amplia difusión, estos productos son sensibles de desarrollar resistencia y no deben ser tenidos en cuenta entre los programas habituales para control de coccidiosis.
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Desarrollo de la resistencia a los coccidiostatos
El uso intensivo de coccidiostatos alrededor del mundo ha conducido inevitablemente al desarrollo de resistencias hacia los anticoccidiales, como ocurre con cualquier fármaco con largo tiempo de exposición. La aparición de casos de resistencia es amplia y ha sido descrita en Estados Unidos, América del Sur, Europa y China. Eimeria acervulina es la especie de coccidio que presenta mayor frecuencia de resistencia a los antiparasitarios.
Un factor importante que contribuye al desarrollo de resistencia es el alto potencial reproductivo de los coccidios y la subsecuente variación genética en cada generación, lo que aumenta las chances de que las cepas resistentes sean seleccionadas y sobrevivan en la población parasitaria. Además, el largo tiempo de exposición a los anticoccidiales incrementará la frecuencia de genes resistentes por selección de las cepas mutantes resistentes a ellos y éstas, luego, se volverán el genotipo dominante.
Adicionalmente, la generación de un alto número de estadios haploides asexuados contra los cuales son efectivos la mayoría de los anticoccidiales, contribuye eficientemente a permitir la selección de estos genotipos resistentes, sumado a que las complejidades genéticas de la fase diploide de los organismos no están presentes en formas asexuales.
La resistencia de los coccidios a los fármacos está basada en la ocurrencia de mutaciones simples o mutaciones de varios loci, con la subsecuente selección de los genotipos resistentes. En casos de resistencia múltiple se cree que se debe al resultado, entre otros, de genética recombinante.
La posibilidad de que ocurra la resistencia cruzada entre fármacos anticoccidiales con productos similares, o de que éstos sean prohibidos, es una importante motivación para poner en práctica otras alternativas cuando se trata del control de coccidiosis en aves de corral.
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Nuevas alternativas para el control de la coccidiosis
Vacunas
Actualmente, en el mercado existen 3 tipos de vacunas, las atenuadas, las no atenuadas y a subunidades
Las vacunas atenuadas han sido desarrolladas en base a ooquistes precoces de las cepas de parásitos causantes de la coccidiosis, que conservan su capacidad inmunogénica igual a las de sus progenitores sin producir infecciones severas.
 Fueron llamados "precoces" ya que, en comparación con sus progenitores, sus ciclos de vida son más cortos y los completan en menor tiempo. Este ciclo de vida más corto se basa en el desarrollo de un menor número de esquizontes y, de esta manera, un menor número de parásitos dentro del intestino de las aves.
Existen también las vacunas virulentas o no atenuadas, estas contienen cepas de laboratorio o de campo que no han sido modificadas, estas no poseen suficiente cantidad de ooquistes de las especies de Eimeria más patógenas lo que induce a una inmunidad protectiva.
Dentro de las desventajas de la vacunación con cepas no atenuadas se encuentran:
  • Reducción excesiva de la producción de ooquistes: en oportunidades no generan la cantidad de ooquistes necesaria para generar buena inmunidad.
  • Esporulación reducida: un ambiente con baja humedad relativa no permitirá que los ooquistes esporulen, de esta manera se interrumpe la reinfección con las cepas vacunales.
  • Baja densidad o recría en jaula: para que la vacuna sea efectiva debe haber ciclos de reinfección.
  • Especificidad: son especies específicas, debemos conocer cuál es la Eimeria prevalente.
  • Pueden causar reducción de crecimiento en los pollos, que no es compensada antes de la edad del sacrificio.
Las vacunas a subunidades, han sido desarrolladas a partir de ciertos componentes del coccidio, estas dan lugar a la generación de anticuerpos con inmunidad cruzada contra las diferentes especies de Eimeria.
Solución natural para coccidiosis: Pronutrientes
En la búsqueda de nuevas estrategias para mitigar la creciente resistencia a los coccidiostatos, los aditivos naturales se presentan como una solución de gran utilidad. Estos mejoran los mecanismos innatos de defensa, pudiendo eliminar o reducir en forma efectiva la necesidad de terapias contra estas infecciones.
Uno de los aditivos naturales con eficacia comprobada son los pronutrientes optimizadores intestinales (POI). Estos tienen propiedades inmunoestimulantes a nivel de la mucosa intestinal, gracias a que estimulan la expresión de interleuquinas (IL-1, IL-12, IL-18) por parte de células polimorfonucleares intestinales (PMNs). Las interleuquinas son proteínas que actúan como mediadores químicos en la reacción inmune celular, por ello juegan un papel fundamental en la prevención de la coccidiosis.
Los POI son moléculas de origen vegetal que mejoran la inmunidad local del intestino, de esta forma potencian la respuesta inmune rompiendo el ciclo de los coccidios, eliminándolos de la célula epitelial.
La utilización de extractos naturales basados en POI demostró ser efectiva para control de coccidiosis, ya que obtuvo mejores resultados que los aceites esenciales. Son una excelente herramienta para dar soporte a la vacunación, también se pueden utilizar en programas duales como reemplazo de los ionóforos y en adición a los programas habituales disminuyendo la aparición de resistencias. 
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Se han realizado ensayos comparando los programas duales de narasina-nicarbazina más monensina versus narasina-nicarbazina más POI, está última combinación tuvo un mejor rendimiento. 
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Los POI tienen la capacidad de regular o estimular la fisiología del animal, por lo que no generan resistencias, carecen de periodo de retirada y no dejan residuos en los tejidos.
Conclusiones
A pesar de los esfuerzos continuos en el control de la coccidiosis, la producción avícola ha debido acostumbrarse a que ésta sea una enfermedad siempre presente, ya que su epidemiología la hace asociarse con las condiciones de confinamiento y hacinamiento en que se crían las aves. Las medidas de manejo, medio ambiente y bioseguridad son elementales para que funcionen las técnicas de control descritas en este artículo.
Hasta hoy en día, el control de la coccidiosis en las aves de corral ha dependido principalmente de la quimioprofilaxis, sin embargo, el alto grado de resistencia contra los anticoccidiales usados como aditivos en el pienso ha sido la principal motivación para buscar estrategias alternativas para controlar esta enfermedad.
Las vacunas han demostrado ser una herramienta útil, considerando el alto grado de desafío y resistencia presente en las granjas, y el uso combinado con aditivos naturales constituye una estrategia completa para el control de la coccidiosis aviar.
Gracias a su versatilidad, los pronutrientes optimizadores intestinales son cada vez más utilizados en los programas anticcocidiales, ya que pueden aplicarse reemplazando coccidiostatos en programas continuos y/o duales y como soporte a la vacunación.
Las soluciones naturales tienen como valor agregado que cumplen con la creciente demanda de productos orgánicos, ya que estos no dejan residuos en carne, leche y huevo.
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Autores:
German Bertsch
Biovet-Alquermes
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Willy López
6 de marzo de 2020
Bastante completo y muy interesante,el hecho de que nos den alternativas tanto para prevenir como para curar esta enfermedad en las aves.
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