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Coccidiosis y Covid 19

Publicado: 11 de noviembre de 2020
Por: Dr. Mauricio E. De Franceschi, Profesor Emérito, Director Especialización en Producción Avícola, Universidad Nacional de Luján, Buenos Aires, Consultor de Nuproxa Suiza
Se suele afirmar, con bastante certeza, que “todo tiene que ver con todo”...Pero ¿qué relación podemos hallar entre la coccidiosis de los animales domésticos y la actual pandemia de Covid 19?
Para llegar al punto es conveniente hacer un poco de historia.
Hace más de 5000 años en el Golfo de Bengala, en el sudoeste asiático tenía lugar el surgimiento de una especie que, a lo largo de los milenios se fue trasformando en una importante fuente de proteínas para el ser humano. Se trata obviamente del Gallus gallus, devenido más tarde en Gallus domesticus. Pero tal condición no fue su primera servidumbre ya que en la India, su país de origen era considerado un animal sagrado y como tal era tratado. El gallo es el animal del dios de la guerra Skanda que simboliza el sol naciente y responde al imperio del tiempo. Justamente el tiempo es el que marca una premonición de la especie por el impresionante desarrollo que tuvo. Pero lo místico o religioso no fue su única función, un mileno más tarde tuvo una importancia de índole un poco más pagana transformándose en animal deportivo o mejor dicho lúdico por su aplicación como ave de pelea, convirtiéndose la riña de gallos como una actividad de característica poco relacionadas con su bienestar como ser vivo, pero –mal que nos pese- con tanta difusión que aún perdura en nuestros días.
Su domesticación abarcó etapas de migración como la que se dio por la ruta de la seda y su llegada al este de Europa y al Egipto faraónico. Los egipcios tan pioneros en la cultura le dieron a la especie el valor de alimento que sin dudas habría de perdurar transformándose en una de las principales fuentes de proteínas para el ser humano.
Dando un gran salto en el tiempo, con todo lo que implica el desarrollo de las razas en Europa, principalmente en Italia, Francia España y Gran Bretaña, el gallo cruzó el Atlántico y antes de difundirse por el continente llegó primero a los Estados Unidos. En este país que fue caja de resonancia de los avances científicos –en especial en biología- que se lograban en Europa en la segunda mitad del siglo IX tuvieron lugar una serie de descubrimientos que permitieron que la actividad de criar aves se transformara en ciencia y, posteriormente en industria de proporciones y características inusitadas. Podemos resumir los siguientes hitos que marcaron tal progreso:
  • Mc Gowen. Inventa el nido trampa
  • Hearson. Inventa la cápsula termostática
  • Rettger. Aisla el agente de la Pullorosis
  • Bateson. Descubre la herencia del color barrado B1
  • Eichman y Grijus. Descubren la importancia de la vitamina B1.
  • Se produce el descubrimiento de la importancia de la luz en la fisiología de la gallina
  • Ya en la tercera década del Siglo XX Henry Wallace Jnr. produce por selección y cruzamiento las primeras aves de postura híbridas.
  • Finalmente, en 1947 las grandes casas de genética comienzan la producción industrial de pollos y huevos dando comienzo a la avicultura científica. De allí en adelante el progreso fue meteórico

El avance genético, nutricional, en instalaciones y manejo permitió llegar a los parámetros productivos actuales con conversiones alimenticias de 1,6 a 1 y valores en el FEP (Factor de Eficiencia Productiva) de más de 400 puntos dando satisfacción a la demanda de la industria y de la mayoría de los consumidores. Estas circunstancias cambiaron drásticamente, entonces, las condiciones de crianza de las aves, llevándolas a las de carácter de intensividad con sus esperables implicancias sanitarias. Sin embargo la industria, en especial en los últimos años, realizó permanentes esfuerzos para que sus consecuencias se sintieran lo menos posible en la sanidad y bienestar de los animales. Estos hechos, no obstante, no pudieron evitar que las lógicas condiciones del confinamiento al que son sometidos dieran lugar a la aparición de afecciones que previamente existentes o no, cobraran la trascendencia y el dramatismo que no tenían.
Una de estas enfermedades típica de la cría intensiva es la coccidiosis, patología producida por varios protozoarios de los géneros Eimeria e Isospora que afectan por igual los intestinos –y para el caso de los conejos también al hígado- de todas las especies de crianza intensiva, en especial en edades jóvenes, cuando los animales aún no tienen desarrollado adecuadamente su sistema inmunitario.
Por ello la coccidiosis está siempre vigente ya sea en presentaciones clínicas o subclínicas en aves industriales, rumiantes estabulados, lechones de crianza intensiva, conejos y mascotas de criaderos. Y no es casual porque, si bien como se dijo tiene su etiología en un agente biológico específico no es sino la condición de intensividad la que favorece su desarrollo. Cobra aquí, entonces particular importancia una vez más el correcto manejo y la bioseguridad indispensable para lograr los objetivos productivos que nos proponemos, junto con la preservación del medio ambiente y el ya clásico concepto de “una sola salud”. Pero, en realidad no es que esta afección no aparezca en animales de crianza extensiva, solo que la necesidad de lograr objetivos productivos que tiendan a su optimización la transforman en la enfermedad de mayor trascendencia económica de la avicultura industrial.
Ahora bien, llegado a este punto nos volvemos a preguntar ¿Cúal es la relación entre la coccidiosis y el Covid 19?
Esta nueva patología, que tanto preocupa a la humanidad por estos días surgió en un mercado chino a través del “salto” de un animal al ser humano y, precisamente esto ocurrió en una población de alta densidad en la que su difusión tuvo una velocidad inusitada. Una cultura de costumbres ancestrales fue el disparador para esta nueva pandemia y, si bien su expansión a nivel mundial se dio por viajes y contactos entre personas, su enorme difusión tuvo que ver con las condiciones de superpoblación en aquellos lugares en donde las condiciones de aislamiento no fueron respetadas de la manera adecuada para evitarla.
La coccidiosis y la pandemia de Covid 19 tienen relación, sin dudas, pero si bien su control dependerá siempre de las acciones del ser humano, no se logrará que los animales criados en condiciones de intensividad puedan librarse definitivamente de algunas de las consecuencias lógicas de tal condición de crianza.
La nueva pandemia que asola por estos días al mundo deberá obligar a que se refuercen medidas de control y protocolos especiales para convivir con ella a través de una nueva realidad sanitaria, quizás por mucho tiempo. De la misma manera la industria pecuaria ha debido adaptarse a las enfermedades que, como la coccidiosis son de presentación permanente buscando constantemente soluciones que ayuden a su control efectivo. Y, en este sentido es interesante, entonces, hacer un paralelo entre las estrategias de control natural que deben establecerse en este tipo de enfermedades (Covid y coccidia) con el uso de productos naturales, ya que es inquietud permanente de la medicina ancestral la búsqueda de compuestos naturales antivirales como el caso del regaliz y de la madreselva con demostrados efectos para Hepatitis B, influenza y HIV. Por su parte la producción animal intensiva y, particularmente la avícola, ha demostrado una gran actividad en la búsqueda de productos naturales con fines preventivos y terapéuticos con resultados cada vez más concluyentes. En este aspecto se destacan los productos herbales que adquieren, por estos tiempos, renovada y eficaz vigencia.
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Autores:
Mauricio De Franceschi
Universidad Nacional de Lujan
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Marcelo Paolella
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