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Situación de los recursos Hídricos y el riego en América Latina. Potencial del riego en el marco de la intensificación sostenible de la Agricultura. Enfoque en la situación Argentina

Publicado: 3 de junio de 2014
Por: Luis Loyola. Funcionario FAO, Chile.
Resumen

Objetivo de la presentación: La gestión adecuada de los recursos hídricos y especialmente del riego son herramientas relevantes para el incremento sostenible de la producción orientada a satisfacer una demanda de alimentos creciente. Se presenta el contexto y proyección de los proyectos de inversión en riego a nivel de la región latinoamericana, identificando desafíos y posibles acciones en el caso de Argentina.

Palabras clave: agua, riego, alimentos, agricultura, economía, social, ambiental.

1- Contexto mundial sobre demandas de alimentos.
A lo largo del último medio siglo, la agricultura basada en el uso intensivo de insumos ha permitido aumentar la producción alimentaria mundial y el consumo medio per cápita de alimentos. Como resultado de ello, sin embargo, se han mermado los recursos naturales de muchos agroecosistemas lo que pone en peligro la productividad futura, y se ha incrementado la emisión de gases de efecto invernadero responsables del cambio climático.
Por otra parte, no se ha reducido de manera significativa el número de personas que padecen hambre crónica, que actualmente se calcula que asciende a 870 millones de personas. El desafío consiste en incrementar la producción y el consumo de alimentos sobre una base verdaderamente sostenible.
Desde la actualidad y hasta el 2050, se prevé que la población mundial crezca desde cerca de 7 000 millones hasta 9 200 millones de personas, lo que exigirá un incremento del 60% de la producción mundial de alimentos de mantenerse las tendencias actuales.
Teniendo en cuenta la disminución de la superficie de tierras sin utilizar con buen potencial agrícola, para satisfacer esa demanda será preciso aumentar de modo constante el rendimiento de los cultivos. Esos aumentos, a su vez, deben lograrse en el contexto de una creciente competencia por la tierra y el agua, el alza del precio de los combustibles y los fertilizantes y las repercusiones del cambio climático.
2- Visión FAO sobre la intensificación sostenible de la producción agrícola (ISPA).
Las proyecciones de la FAO sugieren que hasta 2050 la producción agrícola deberá aumentar un 70% mundialmente —y cerca del 100% en los países en desarrollo— solamente para satisfacer las necesidades alimentarias, excluyendo la demanda adicional de productos agrícolas como materia prima para la producción de biocombustibles. Dicha cifra equivale a una producción anual de 1000 millones de toneladas adicionales de cereales y 200 millones de toneladas adicionales de carne para 2050 en comparación con la producción registrada entre 2005 y 2010.
Por lo tanto, entre 2015 y 2030 aproximadamente el 80% del incremento necesario de la producción de alimentos tendrá que proceder de la intensificación en forma de aumento del rendimiento y la intensidad del cultivo.
La intensificación sostenible de la producción agrícola se caracteriza por la aplicación de un enfoque más sistémico a la ordenación de los recursos naturales y se funda en un conjunto de principios ambientales, institucionales y sociales con base científica.
La ISPA se fundamenta en sistemas de producción agrícola y prácticas de ordenación que se describen en los siguientes capítulos. Entre tales sistemas y prácticas se incluyen los siguientes:
  • El mantenimiento del suelo sano para mejorar la nutrición de los cultivos.
  • El cultivo de una gran diversidad de especies y variedades en asociaciones, rotaciones y secuencias.
  • El uso de variedades bien adaptadas y de alto rendimiento y de semillas de buena calidad.
  • El manejo integrado de plagas, enfermedades y malas hierbas.
  • La gestión eficiente del agua.
3- Gestión del agua – Manejo de los recursos Hídricos.
La intensificación de la producción agrícola se basará en sistemas agrícolas que ofrezcan a los productores y a la sociedad en general una variedad de beneficios socioeconómicos, ambientales y relacionados con la productividad. La intensificación sostenible requiere tecnologías de irrigación más inteligentes, de precisión, y prácticas agrícolas que utilicen enfoques ecosistémicos para conservar el agua.
Las ciudades y las industrias compiten intensamente con la agricultura por el empleo del agua. A pesar de su gran productividad, el riego está sometido a una presión cada vez mayor para reducir sus repercusiones en el medio ambiente, tales como la salinización del suelo y la contaminación por nitrato de los acuíferos. El riego de precisión basado en los conocimientos mediante el que se suministra agua de manera fiable y flexible, junto con el riego deficitario y la reutilización de las aguas residuales, constituirá una importante plataforma para la intensificación sostenible.
En las zonas de secano el cambio climático supone una amenaza para millones de pequeñas explotaciones. El incremento de la productividad en la agricultura de secano dependerá de la utilización de variedades mejoradas y tolerantes a la sequía y de prácticas de gestión que ahorren agua.
El margen para la aplicación de la ISPA en condiciones de secano dependerá, por lo tanto, del empleo de alternativas que amplíen al máximo el almacenamiento de humedad en la zona de las raíces. Si bien tales enfoques pueden facilitar la intensificación, el sistema todavía sigue estando sometido a los caprichos de las precipitaciones.
El cambio climático incrementará los riesgos para la producción agrícola. De hecho, la agricultura de secano es el ámbito en el que el desafío de elaborar estrategias eficaces para la adaptación al cambio climático es más urgente..
Por ello se necesitan otras medidas para reducir la aversión de los agricultores al riesgo, tales como la mejora de la previsión estacional y anual de las precipitaciones y la disponibilidad de agua y de la gestión de las inundaciones, con vistas a mitigar el cambio climático y, en el futuro más inmediato, a aumentar la resistencia de los sistemas productivos.
Sistemas de cultivo de regadío: 
Existe margen para convertir algunos sistemas de cultivo de secano en sistemas de riego complementario de insumos reducidos con el fin de evitar sequías breves durante fases críticas de crecimiento, pero tales sistemas siguen dependiendo del calendario y la intensidad de las precipitaciones.
Los agricultores que dependen de la lluvia para producir cereales pueden aumentar sus cosechas con riego complementario, lo que supone captar o manejar la escorrentía y el recurso y aplicar esta agua en las etapas críticas del desarrollo de los cultivos.
Uno de los principales beneficios del riego complementario es que permite sembrar antes: mientras que en la agricultura de secano el inicio de las lluvias determina el momento de la siembra, el riego complementario permite escoger la fecha con precisión, lo que puede aumentar.
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4- Situación Latinoamericana.
Se estima que el número de personas afectadas por el hambre en la región ascendía a 54 millones en el trienio 2004 - 2006. Este número cayó a 50 millones en el trienio 2007-2009, y entre 2010 y 2012 bajó a 49 millones de personas. Aunque se mantiene la tendencia a la reducción en el número de personas afectadas por el hambre, disminuyó su ritmo, debido a la desaceleración en el crecimiento económico de los países de la región en este último período.
El alza de los precios de los alimentos y las oscilaciones que afectan desde 2007-2008 a la economía mundial constituyen una amenaza a la seguridad alimentaria y nutricional de los hogares más pobres y vulnerables, que son los que destinan una mayor proporción de sus ingresos a la alimentación. Desde 2009 a 2011, aumentó la proporción de población bajo la línea de indigencia.
  • La sequía de Estados Unidos ha generado presiones al alza y volatilidad en los precios alimentarios, con impactos positivos para los países exportadores netos de granos, como Argentina, Brasil y Paraguay, y negativos para los importadores netos de granos, como México y los países centroamericanos y caribeños.
  • La posición de América Latina y el Caribe en el comercio agroalimentario internacional ha mejorado durante los últimos años, dados los altos precios internacionales de sus productos exportables. Durante la última década ha crecido sistemáticamente el intercambio intrarregional, al punto de que durante 2011 su peso superó levemente al del comercio con Estados Unidos.
Hasta el momento la inserción de las economías y de las agriculturas regionales en el mundo ha dado como resultado un crecimiento con saldos comerciales agroalimentarios positivos, y un mayor peso y preponderancia del sector agrícola y sus encadenamientos productivos dentro de los propios países.
5- Oportunidades y desafíos para la Región.
El alza en los precios de productos sobre los cuales América Latina y el Caribe tienen saldos comerciales positivos significa una nueva oportunidad de crecimiento económico y de un potencial impulso a la inversión.
La debilidad en la existencia de políticas que fomenten manejos sostenibles en la producción, se suma a la disminución de la inversión en infraestructura productiva en los países. Si bien la región tiene múltiples necesidades de inversión para el desarrollo del sector, existe acuerdo en que los requerimientos de inversión en I+D constituyen prioridad. En efecto, ALC tiene grandes carencias en este ámbito, y una brecha importante con los países desarrollados, cuya magnitud se incrementa año a año (FAO, 2013).
Junto con esto, el escenario de cambio climático en el cual hoy en día se desenvuelve la agricultura hace más necesario invertir en nueva infraestructura que permita desarrollar una agricultura sustentable en los nuevos escenarios. Estas inversiones apuntan hacia el aumento de la brecha productiva existente que entrega un enorme potencial productivo a la región.
La demanda creciente de alimentos de la propia región y a nivel mundial, los precios de los mismos y el rol productor exportador que debe cumplir parte de ALC para satisfacer una demanda creciente de mercados externos, representan una oportunidad única para el crecimiento de la región.
No obstante lo anterior si el incremento de la producción no se enfoca y realiza de una manera integrada y sostenible, dicha oportunidad puede traducirse en un importante riesgo de degradación progresiva de los recursos naturales de la región.
Estos factores justifican de sobremanera una mayor inversión en infraestructura rural con una visión integrada y sostenible.
6- Oportunidades, desafíos y posibles acciones para la Rep. Argentina.
Entre las oportunidades que se presentan se pueden resumirá las siguientes:
  • Un favorable escenario internacional para alentar la inversión pública en el riego.
  • La demanda mundial de productos agroalimentarios y agroindustriales aumentará en forma sostenida por lo menos en los próximos cuarenta años.
  • Entre los productos más demandados y manteniendo la tendencia actual, estarán los cereales (trigo, arroz y maíz), las carnes, los lácteos y las oleaginosas (soja y girasol), sea como alimentos o como biocombustibles.
  • Estas condiciones representan una notable oportunidad debido a sus condiciones naturales y su capacidad productiva.
  • La mejora en el uso del agua permitiría aumentar y diversificar la oferta agroalimentaria y agroindustrial del país para aumentar el área cultivada, los rindes de los cultivos y la calidad de las cosechas.
Algunos de los desafíos y metas planteados en el Plan Estratégico Agroalimentario – PEA 2020, se pueden mencionar los siguientes:
  • 2020 la producción de granos llegue a 157, 5 millones de toneladas (aumento del 58% frente a la del año 2010),
  • y superficie sembrada: 42 millones de hectáreas (aumento del 27 %).
  • Actividad ganadera: crecimiento del 70%.
Entre algunos análisis y posibles acciones que se presentarán, se encuentran los avances en el estudio de potencial ampliación del riego que se encuentra en preparación entre la FAO y el PROSAP.
Particularmente se plantea realizar un análisis de posibles acciones que colaboren en la operacionalización del PEA, en relación a la evaluación de las posibilidades y viabilidad del riego complementario, considerando una visión integrada de diferentes dimensiones de análisis:
  • Hidrológica: Disponibilidad de Recurso Hídrico, análisis de Nuevas Fuentes Superficiales: (Ej. Cuenca del Plata), y a partir del Agua Subterránea.
  • Agronómico: Análisis de potenciales incrementos de producción para diferentes modelos productivos de cereales con riego complementario.
  • Económico: Viabilidad económica, considerando costos del agua, costos de producción y beneficios incrementales generados.
  • Social y Ambiental, Identificación impactos e implicancias ambientales y situación y marco social.
  • Legal e Institucional: Marco institucional y legal de cada provincia en relación a los Recursos Hídricos.
  • Estrategias / mecanismos para implementación y/o apalancamiento.
Contenido del evento:
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Autores:
Luis Loyola
FAO (Food and Agriculture Organization)
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