Agricultura y el COVID-19

Los desafíos globales de la actualidad, como el aumento exponencial de la población, el cambio climático, contaminación ambiental, el rápido desarrollo de las economías emergentes y ahora con la llegada del virus invisible y poderoso COVID-19, no sólo ha revelado la CORRUPCIÓN, en su máxima expresión, alto nivel de pobreza y la informalidad; sino que, además, ha permitido crear una mayor conciencia en la importancia que representa el SECTOR AGROPECUARIO para la seguridad alimentaria, la economía y la generación de fuentes de trabajo.

El escenario actual, nos obliga a toda la población del mundo y a los organismos rectores del desarrollo del sector agropecuario, a reconsiderar toda una nueva estrategia, que conduzca a impulsar realmente un desarrollo del sector rural en toda su magnitud, que priorice las acciones integradas y enfocadas en los pequeños y medianos productores. NO a recetas politiqueras, ni calmantes que sólo bajan la fiebre y no curan la enfermedad.

Nuestro país, según el ESPAC, 2019, actualmente dispone a nivel nacional 5,11 millones de hectáreas se encuentran bajo labor agropecuaria y 7,19 millones sin uso agropecuario y un ejército de agricultores de más de 6 millones que viven en el sector rural, con mucha experiencia y sabiduría, recursos suficientes, para que nuestro país genere divisas para impulsar el desarrollo en todos sus aspectos. ¿Qué hace falta entonces para lograr aquello?, que se apliquen varias estrategias urgentes, como las sugeridas a continuación:

El papel del gobierno es fundamental para facilitar las condiciones políticas, económicas, sociales e institucionales:

Conformación de un equipo de expertos, productores, gremios profesionales e instituciones vinculas al sector productivo agropecuario, para la realización de un PLAN NACIONAL DE DESARROLLO INTEGRAL DEL SECTOR RURAL DEL ECUADOR.
Comprender y mitigar el impacto de la pandemia en la alimentación y la agricultura,
Rediseñar las funciones del BanEcuador, para que sus créditos e interés sean preferenciales y sus trámites ágiles y oportunos.
Transformar el Ministerio de Agricultura y Ganadería en una institución rectora del cambio del sector agropecuario, directamente en el campo con sus técnicos extensionistas y pocas horas de burocracia.
Impulsar, apoyar y articular acciones con los Centros de Investigaciones Agropecuarias y Universidades de nuestro país.
Involucrar a las Universidad para que generen profesionales técnicos y volver al año rural con su estímulo económico.
Estrategia en la seguridad alimentaria basada en la agricultura familiar.
Aplicar normativas, principios de inocuidad y sanidad, en la industria alimentaria. Mantener la cadena de suministro nacional y contribuir a desarrollar la capacidad de los pequeños agricultores para aumentar la producción alimentaria, entre otras acciones.