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Factores que afectan a la producción agrícola

Publicado: 11 de abril de 2022
Por: ISPA María Guadalupe de Los Santos Zavala (Docente) y Brayan Cosco Rivera (Alumno). Instituto Tecnológico Superior de Jesús Carranza (ITSJC). México
INTRODUCCIÓN
La agricultura es el arte del cultivo y explotación de la tierra con el objeto de obtener productos con fines humanos o con destino a los animales domésticos.
Existen variadas disciplinas y toda una infraestructura agrícola, científica e industrial alrededor de estas actividades. Se incluyen en estas prácticas el estudio, acondicionamiento de las tierras, cultivo, desarrollo, recolección, transformación, distribución, etc. Se trata de una actividad muy antigua, con origen en la prehistoria, y es actualmente un sector económico indispensable y fundamental en la alimentación mundial.
Ha variado mucho a lo largo de la historia, lográndose mejoras significativas en la misma gracias a la implementación de diferentes herramientas y procesos. Desde el punto de vista social, la producción agrícola ha jugado un papel fundamental en las condiciones de existencia de la especie, generando como resultado una mejora es las condiciones de productividad.

IMPORTANCIA
La producción agrícola significó en la última centuria una producción con poco valor agregado. En efecto, la misma requiere principalmente tierra, semillas y algunas técnicas para su puesta en marcha. Este hecho dio como resultado que sea la práctica principal de naciones subdesarrolladas. A pesar de este hecho, en la actualidad esta circunstancia está comenzando a cambiar. En efecto, el aumento de la población a nivel mundial y la perspectiva de que dicho proceso continúe en el futuro hace necesaria la provisión de alimentos como nunca antes. Dada esta circunstancia, la aplicación de diversas innovaciones tecnológicas de alto valor agregado se hace harto valorable. Así, por ejemplo, podemos ver cómo se desarrollan nuevas técnicas y tecnologías para sembrar y cosechar cultivos alterados genéticamente para ser más resistentes, pudiéndose obtener mejores rindes3 .
La base fundamental del sistema económico agrícola cubano está erigida sobre cinco formas productivas, que son; las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS), las Cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA), los productores individuales, las Granjas Estatales y las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC). En ellas trabajan casi un millón de personas, equivalente a la cuarta parte de la población laboral activa de la isla4 .
Se estima que la agricultura se ha desarrollado desde hace unos 10.000 años. Desde entonces todos los pueblos de la Tierra han reconocido el valor que las plantas cultivadas tienen para la alimentación humana y de los animales domésticos. Algunos vegetales se han hecho tradicionales en muchos países, e incluso en determinados de ellos se han convertido en monocultivos, y en la fuente más importante de ingresos.
Entre las variadas producciones agrícolas se distinguen algunos productos muy importantes para la alimentación humana, tales como los cereales, trigo, maíz, centeno, arroz, caña de azúcar, remolacha azucarera, aceite, verduras y frutas. En cuanto a la alimentación animal, son importantísimos los piensos a base de granos de la soja, maíz forrajero y sorgo. No todas las producciones agrícolas tienen valor alimentario, también existen numerosos cultivos dedicados a producir materias para la industria, tales como el caucho, semillas oleaginosas para fabricar pinturas o compuestos químicos sintéticos, plantas para la obtención de fibras, etc.
Algunos cereales, como el arroz, constituyen alimentos muy importantes para la alimentación humana
Se reconoce el valor de la agricultura al comprobar que casi la mitad de la población mundial se dedica a esta actividad, aunque es cierto que su distribución es muy variable. Así, mientras que en África y Asia superan el 60% de la población, en Estados Unidos y Canadá apenas alcanza el 5%. Por su parte, en América del Sur la población dedicada a estas tareas son casi la cuarta parte; en Europa Occidental supone alrededor del 7%; y en los países de la Federación Rusa y los englobados en la antigua Unión Soviética alcanza el 15%.
En el neolítico se practicaba una agricultura itinerante (y que todavía hoy practican algunos pueblos primitivos), ésta consiste en abandonar las tierras una vez han sido agotados sus recursos y buscar nuevos suelos productivos. Actualmente la agricultura ha evolucionado hasta alcanzar carácter industrial, donde la ingeniería genética, química y tecnología mecánica juegan papeles fundamentales.
La agricultura es la base de la seguridad alimentaria, los ingresos de exportación y el desarrollo rural casi en todos los países en desarrollo. La FAO estima que la agricultura sigue siendo la única fuente de ingresos de alrededor del 70 por ciento de la población rural de menores ingresos del mundo, cuya mayoría son pequeños campesinos. Los medios de subsistencia de millones de personas en el planeta dependen de la agricultura, directa o indirectamente.
Sin embargo, en todo el mundo en desarrollo la agricultura sigue afrontando dificultades. En los años 90 la producción agrícola per cápita tanto para el mercado interno como para el de exportación disminuyó. Los países denominados menos adelantados (PMA), en particular, siguen marginados de los mercados agrícolas internacionales, y a fines de la década de 1990 sólo aportaban el 1 por ciento de las exportaciones agrícolas mundiales. En efecto, a pesar de todas las oportunidades económicas atribuidas a la globalización y el comercio internacional, por lo general los pequeños campesinos del mundo en desarrollo no sólo no pueden participar en los mercados internacionales, sino que tienen que competir con los productos de importación en sus propios mercados internos.
En muchos países en desarrollo los pequeños productores, mujeres y hombres, afrontan una serie específica de limitaciones: falta de crédito, infraestructura rural inadecuada, falta de tecnología y de sistemas apropiados de tenencia de la tierra y, en algunos casos, conflicto civil. La disminución de la asistencia internacional para desarrollo agrícola y de la inversión extranjera directa en agricultura, en particular en los países menos adelantados, han contribuido a las dificultades que atraviesan hoy los pequeños campesinos. Más importante, los subsidios agrícolas y los aranceles utilizados por numerosos países desarrollados en apoyo a su propio sector agrícola siguen repercutiendo negativamente en el desarrollo sostenible de la agricultura en muchos de los países más pobres del mundo.
Los sistemas agrícolas en los que la división del trabajo por género tiende a ser inflexible y donde la globalización6 socava cada vez más los enfoques tradicionales a menudo exacerban los problemas mencionados. En general, la mujer tiende a ser la responsable de producir y comercializar cultivos alimentarios para consumo doméstico o para el mercado interno, por ejemplo, hortalizas y tubérculos en el África subsahariana; mientras el hombre suele tener el control económico de los cultivos más comerciales o industrializados, aquellos que se producen a gran escala, ya sea para exportación directa o elaboración, como el algodón y el azúcar (Koehler).
Suele considerarse que el análisis convencional y la reglamentación del comercio son neutrales en materia de género, si bien en los últimos 10 años cada vez se produce más bibliografía sobre los aspectos de género del comercio. Investigadores, ONG y las Naciones Unidas han realizado numerosos estudios sobre los efectos del comercio, la liberalización del comercio y la globalización de la economía en la equidad de género. Con todo, todavía están muy poco documentadas la participación de las mujeres en la expansión del comercio, las repercusiones de la liberalización del comercio agrícola en los derechos y en las funciones de las mujeres en el sector agrícola y rural, y en la equidad de género en general.
La falta de estadísticas agrícolas desglosadas por sexos sigue siendo uno de los principales obstáculos para analizar a fondo la dimensión de género de muchos aspectos de la transformación que está sufriendo el sector agrícola, así como las posibles consecuencias para la agricultura de las reformas comerciales que se están llevando a cabo. De esta manera, cada vez es más necesario disponer de evaluaciones de las repercusiones diferenciadas por género de la liberalización del comercio y sus ajustes correspondientes, en particular debido a que "los mecanismos del mercado y las políticas macroeconómicas en apariencia neutrales pueden reforzar los sesgos prejuicios y las desigualdades sociales7 .
El presente artículo discute algunos temas relevantes sobre las implicaciones que la expansión y liberalización del comercio agrícola, tiene sobre aspectos vinculados a las desigualdades de género existentes en el sector agrícola y rural. La sección 2 ofrece un marco general con un breve examen de la contribución de las mujeres a la agricultura. La sección 3 presenta el análisis de experiencias de algunos países en desarrollo, del cual se hacen algunas inferencias sobre los impactos de la expansión del comercio agrícola sobre cuestiones como el trabajo agrícola, el uso de la tierra, el acceso de la mujer a los recursos productivos y a las nuevas oportunidades productivas en la agricultura. La sección 4 reflexiona sobre las principales características de los acuerdos multilaterales y regionales de liberalización del comercio, y en particular sobre los mercados de cuatro productos de exportación importantes para las economías en desarrollo. La sección 5 presenta algunas reflexiones sobre las principales consecuencias de la expansión del comercio agrícola en la agricultura campesinas a pequeña escala, cuestiona las condiciones en que se presentan las nuevas oportunidades económicas para las mujeres y señala otros aspectos importantes desde una perspectiva de género que son ignorados en las políticas y negociaciones comerciales sobre productos agrícolas. La sección 6 recoge algunas de las principales consideraciones y conclusiones surgidas del examen realizado.

FACTORES CLIMÁTICOS QUE AFECTAN A LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
Cambio climático y agricultura son procesos relacionados entre sí que tienen efecto a escala mundial8 . El cambio climático afecta a la agricultura de diferentes maneras, por medio de cambios en la temperatura promedio, las precipitaciones, los climas extremos (como olas de calor), el dióxido de carbono, el deshielo y la interacción entre estos elementos,9 los cuales determinan la capacidad de carga de la biósfera para producir suficiente alimento para todos los seres vivos.10
El cambio climático ya está afectando la agricultura, de manera desigual a lo largo del mundo. A futuro, se prevé que el cambio climático afecte negativamente los cultivos en países de baja altitud. Las olas de calor y las sequías pueden causar disminuciones significativas en la productividad agrícola. El cambio climático incrementará el riesgo de seguridad alimentaria para las poblaciones vulnerables. Por otra parte, el estudio de los efectos del cambio climático global podría ayudar a prevenir y adaptar adecuadamente el sector agrícola para maximizar la producción de la agricultura.
A su vez, se ha visto que la agricultura también puede producir efectos significativos en el clima, principalmente por la producción y liberación de gases de efecto invernadero como dióxido de carbono, metano y óxido nítrico; por la alteración de la superficie del planeta, la cual pierde su capacidad de absorber o reflejar calor y luz, así como por el forzante radiactivo. La deforestación y la desertificación, además de los combustibles fósiles, son las mayores fuentes antrópicas de dióxido de carbono. La agricultura en sí es el principal contribuyente en incrementar las concentraciones de metano y óxido nítrico en la atmósfera del planeta11 .

El cambio climático puede golpear a la agricultura en diversas formas
El cambio climático a largo plazo, en particular el calentamiento del planeta, podría afectar a la agricultura en diversas formas, y casi todas son un riesgo para la seguridad alimentaria de las personas más vulnerables del mundo:
  • Sería menos previsible el clima en general, lo que complicaría la planificación de las actividades agrícolas.
  • Podría aumentar la variabilidad del clima, ejerciendo más presión en los sistemas agrícolas frágiles.
  • Los extremos climáticos –que son casi imposibles de prever- podrían hacerse más frecuentes.
  • Aumentaría el nivel del mar, lo que sería una amenaza para la valiosa agricultura de las costas, en particular en las islas pequeñas de tierras bajas.
  • La diversidad biológica se reduciría en algunas de las zonas ecológicas más frágiles, como los manglares y las selvas tropicales.
  • Las zonas climáticas y agroecológicas se modificarían, obligando a los agricultores a adaptarse, y poniendo en peligro la vegetación y la fauna.
  • Empeoraría el actual desequilibrio que hay en la producción de alimentos entre las regiones templadas y frías y las tropicales y subtropicales.
  • Se modificaría espectacularmente la distribución y cantidades de pescado y de otros productos del mar, creando un caos en las actividades pesqueras establecidas de los países.
  • Avanzarían plagas y enfermedades portadas por vectores hacia zonas donde antes no existían.
El calentamiento del planeta también podría tener algunos efectos positivos para los agricultores. El aumento del bióxido de carbono tiene efectos fertilizantes en muchos cultivos, esto incrementa las tasas de crecimiento y la eficiencia de la utilización del agua. Pero los expertos señalan que las numerosas interrogantes que quedan sobre este posible panorama tienen más peso que sus posibles beneficios12 .

CLIMA
La concentración de la lluvia en la estación fría es el único criterio reconocido unánimemente por la climatología como rasgo característico del clima mediterráneo. Considerando que el único medio de satisfacer las necesidades hídricas del cultivo protegido es la aplicación eficaz del riego, esta característica climática es un freno al desarrollo del cultivo protegido en la región, ya que por una parte la lluvia es una dificultad añadida al uso de los abrigos durante la estación fría del año y por otra parte la escasez de agua en verano se corresponde necesariamente con la insolación elevada que causa aumentos de temperatura casi incontrolables dentro de los invernaderos.
Algunos expertos en climatología asocian una característica térmica, "inviernos suaves", con la condición lluviosa del clima mediterráneo. Esta característica no puede generalizarse. De hecho, existen un número de variantes térmicas en el clima mediterráneo que no son favorables al cultivo protegido y que no se corresponden con la suavidad invernal13 .

NECESIDADES CLIMÁTICAS DE LAS PLANTAS
Las características climáticas de una zona deben analizarse en relación con las necesidades de las plantas que se intentan cultivar. Las especies cultivadas bajo protección son principalmente especies de estación cálida, adaptadas a temperaturas de aire con medias mensuales que fluctúan de 17 a 27 ºC, que aproximadamente se corresponden con los siguientes límites: temperaturas mínimas medias de 12º C, temperaturas máximas medias mensuales de 32ºC.
Las heladas destruyen a las especies de estación cálida. Se acepta generalmente que el riesgo de que la temperatura descienda por debajo de cero durante un período suficientemente largo, para destruir los cultivos, puede despreciarse si la temperatura mínima media mensual excede de 7º C.
Las temperaturas por debajo de 10 a 12 ºC, durante una serie de días consecutivos, no destruyen los cultivos, pero afectan a su comportamiento y condicionan la productividad, tanto cualitativa como cuantitativamente.
Las temperaturas por encima de 30 ºC (si la humedad del aire es muy baja) o por encima de 35º, si la humedad relativa es alta, no son fácilmente toleradas por las plantas y causan daños extensivos en las cosechas.
Los cultivos requieren una cierta amplitud o variación diaria de temperatura, para que su comportamiento fisiológico sea normal. La diferencia mínima entre las temperaturas medias del día y de la noche, es alrededor de 5 a 7 ºC.
La latitud del lugar y la estación del año condicionan el que las necesidades de fotoperíodo de los cultivos queden satisfechas o no, necesidad ligada a la duración de la noche más que a la del día. En caso de que sea preciso, la duración de la noche puede modificarse con facilidad, utilizando las técnicas de sombreo o la iluminación intermitente para acortar la noche.
En cualquier caso, independientemente de que las especies sean de día neutro o pertenezcan a un grupo de día corto o de día largo, el crecimiento no es normal hasta que los cultivos hayan recibido un número de horas de insolación. Este umbral de insolación es aproximadamente de 6 horas al día, lo que se corresponde con un mínimo de 500 a 550 horas de insolación durante los meses en que los días son más cortos: noviembre, diciembre y enero. En términos de energía, esta insolación se corresponde con una irradiación solar de alrededor de 200 Cal/cm² y día, o 2.350 wh/m2d (Véase el apartado 4.2. para mayor información al respecto). A pesar de que las necesidades higrométricas en los cultivos no son fáciles de especificar, es muy común admitir que los valores extremos de humedad atmosférica son desfavorables. Las humedades relativas del 70 al 90 % pueden considerarse favorables.
Es importante considerar que, a pesar de no ser un dato climatológico clásico, la temperatura del suelo es un factor medioambiental determinante. Parece que hay un valor umbral mínimo de temperatura del suelo (fijado aproximadamente en 15 º C).

FACTORES EDÁFICOS QUE AFECTAN A LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
El suelo es un componente esencial en los agroecosistemas. A pesar de que el suelo existe en los diversos territorios, su composición química y física varían incluso dentro de pequeñas áreas, por lo cual es importante conocerlo para garantizar un manejo apropiado al planificar y establecer cultivos agrícolas.
Entre los principales factores edáficos importantes para la agricultura se pueden mencionar:
• Profundidad: El suelo tiene varios horizontes, siendo el superior (horizonte A) donde existe mayor actividad y de donde se pierden más partículas por efecto del agua, tanto a través de la escorrentía como de la lixiviación. Este último proceso traslada las partículas hacia el horizonte B, donde se acumulan materiales diversos dependiendo del tipo de suelo. En el horizonte C/R se encuentra la roca madre. El horizonte de mayor importancia para la agricultura es el A, por ser donde concentran mayor cantidad de raíces los cultivos y por la actividad biológica que existe en el mismo. Este horizonte es frágil ante la erosión, las quemas y el manejo incorrecto. En la actividad agrícola se debe conocer la profundidad del suelo para programar apropiadamente la siembra de cultivos cuyos sistemas radiculares puedan desarrollarse completamente en el espacio disponible del suelo.
• Textura: La textura es la distribución relativa de tres tipos de partículas en el suelo según su tamaño: arena, limo y arcilla. La clasificación textural del suelo se realiza de acuerdo con la partícula predominante. Si la distribución es balanceada, se dice que el suelo es franco. La textura guarda relación con la facilidad para preparar el terreno, la erodabilidad del suelo, la germinación de las semillas, el desarrollo de las raíces, la capacidad de retención de nutrientes y agua y la aireación del suelo.
• Estructura: La estructura se refiere al arreglo de los agregados de partículas en el suelo. Guarda relación con la textura, sobre todo con el contenido de arcilla, así como con la presencia de materia orgánica. Tiene incidencia sobre la aireación y la retención de agua. La estructura puede ser mejorada a partir de la adhesión de materia orgánica.
• Color del suelo: El color es determinado por el contenido de materia orgánica y las propiedades químicas del suelo. Los suelos con mucha materia orgánica normalmente son oscuros, mientras que los rojos y amarillos se relacionan con la presencia de hierro, buena aireación y drenaje interno. Suelos grises y azulados suelen ser poco aireados y susceptibles al encharcamiento.
• Potencial de hidrógeno (pH): El potencial de hidrógeno (pH) mide la acidez o alcalinidad del suelo, en relación con la presencia del catión hidrógeno (H+) o el anión hidroxilo (OH-). Influye en la disponibilidad de elementos esenciales para las plantas. En pH bajo puede haber toxicidad por aluminio y manganeso, mientras que en pH alto el sodio puede ser tóxico para las plantas. El pH se mide en una escala de 0 a 14, siendo más ácidos los suelos a medida que se acercan de 7 a 0 y más alcalinos cuando tienden de 7 a 14. Son neutros los que tienen un pH de 7.
Otros factores del suelo importantes para las plantas son: la capacidad de intercambio catiónico, la conductividad eléctrica, el contenido de materia orgánica y la pedregosidad.

FACTORES GENÉTICOS QUE AFECTAN LA PRODUCCIÓN AGRICOLA
Los cultivos comerciales están sometidos a la acción de factores adversos de origen biótico, como virus, hongos, bacterias, insectos y otras plagas, y de origen abiótico, como sequías, heladas y salinidad, que pueden afectar negativamente la producción y poner en riesgo las cosechas.
Los factores adversos de origen biótico pueden controlarse mediante estrategias de manejo del cultivo, por ejemplo, la aplicación de agroquímicos, que puede ir acompañada de labores culturales complementarias como la remoción mecánica de malezas que hospedan plagas y patógenos, o mediante la utilización de formas comerciales (variedades) de la especie cultivada que poseen resistencia genética (es decir, que no se enferman o que no son atacadas por las plagas debido a los genes que llevan) o con tolerancia genética (que se enferman o que son atacadas por las plagas pero, sin embargo, el rendimiento no se ve mayormente afectado en términos económicos). Los factores adversos de origen abiótico, por otro lado, restringen las áreas en las que pueden cultivarse algunas especies o aumentan los riesgos de cosecha. La acción negativa de estos factores puede ser contrarrestada, en algunos casos, con prácticas agronómicas (por ej., mediante la realización de cultivos protegidos en invernáculo o utilizando fuentes de calor en el campo para evitar daños por heladas, o aplicando riego artificial para suplir las deficiencias de agua) o utilizando variedades con resistencia o tolerancia genética a estos factores.
Para que sean efectivas, las estrategias de manejo de los cultivos deben proveer niveles aceptables de control de los factores adversos, ser de fácil aplicación, seguras para el ambiente y efectivas en relación al costo. Con referencia al control de los agentes bióticos adversos, la aplicación de agroquímicos es una práctica que contamina el ambiente y que, en muchos casos, no satisface los otros requisitos. En contraste, el uso de variedades con resistencia o tolerancia genética elimina la necesidad de aplicación de agroquímicos o reduce el número de aplicaciones necesarias para realizar un control efectivo, al mismo tiempo que satisface los otros requisitos; por eso se considera que es una tecnología segura y ‘amigable’ para el ambiente. Principalmente en los países desarrollados, el consumidor tiene una opinión negativa de la agricultura en general, por los efectos nocivos de la aplicación de agroquímicos sobre el ambiente y los residuos tóxicos que pueden quedar en los alimentos. Por eso demanda, cada vez con más fuerza y a través de organizaciones de consumidores que tienen peso en las decisiones políticas, que se eliminen o reduzcan estas prácticas contaminantes, a la vez que está dispuesto a pagar precios más altos por alimentos que considera más sanos y seguros.
La relación entre las plantas y los agentes bióticos adversos es dinámica. Constantemente, en las poblaciones de patógenos y plagas aparecen individuos con nuevas constituciones genéticas (genotipos) como consecuencia de la reproducción sexual y por mutación (cambio espontáneo o inducido en el material genético o ADN=ácido desoxirribonucleico). Algunos de estos individuos pueden ser resistentes a los agroquímicos en uso o superar la resistencia o tolerancia genética de las plantas en cultivo, por lo que rápidamente se multiplican y ponen en riesgo la producción. El desarrollo de variedades comerciales es, entonces, un proceso continuo en el que el Fito mejorador constantemente tiene que generar nuevos materiales genéticos que no solo reúnan las características deseables desde el punto de vista comercial, culinario y/o industrial, de acuerdo con el uso que se le dará a la producción, sino también desde el punto de vista agronómico, para superar las restricciones impuestas por los factores adversos y asegurar la cosecha. Para llevar a cabo ese proceso, el Fito mejorador tiene que disponer de variabilidad genética para los caracteres que desea combinar en una nueva variedad.
Las fuentes naturales de variabilidad genética son otras variedades comerciales de la misma especie, materiales avanzados de los programas de mejoramiento genético, especies cultivadas emparentadas, especies asilvestradas (que han sido cultivadas en algún momento pero que en la actualidad crecen en forma espontánea como malezas de otros cultivos, en banquinas o en campos sin cultivar) y especies silvestres. Otras fuentes de variabilidad genética son las mutaciones inducidas por la aplicación de agentes químicos (gas mostaza, ácido nitroso) o físicos (radiaciones ionizantes, luz ultravioleta) y la transgénesis o transferencia de genes de una especie a otra mediante la manipulación directa del ADN utilizando biotecnologías. Sin embargo, las mutaciones inducidas son aleatorias (no se sabe a priori qué genes mutarán ni qué tipo de cambios se inducirán) y la transgénesis, que puede incluso superar las barreras a la hibridación entre individuos de distintos reinos de la naturaleza, se basa en el uso de la variabilidad natural existente.
Las especies silvestres han estado sometidas a la acción de factores bióticos y abióticos adversos, en algunos casos por miles de años. Por eso, es posible encontrar en poblaciones naturales algunos individuos que poseen genes de resistencia o tolerancia genética, que pueden transmitirse a las formas cultivadas mediante procedimientos relativamente sencillos (por ej., transferencia controlada de polen entre plantas)
La obtención de una variedad demanda entre 10 y 15 años. Como los materiales genéticos que están en el sistema de investigación y desarrollo van perdiendo su valor a una determinada tasa anual (estimada en alrededor del 7 por ciento) por las contingencias ambientales y las demandas cambiantes de los mercados, se deben incorporar nuevos materiales genéticos de fuentes naturales en aproximadamente la misma tasa para que no haya una depreciación en el sistema. Por eso, la conservación de los recursos genéticos vegetales es fundamental para mantener y mejorar la producción agrícola.
La importancia de los recursos genéticos vegetales para la seguridad alimentaria y la agricultura sustentable ha sido reconocida en los máximos niveles políticos del mundo. Los gobiernos de 150 países, entre los que se incluye la Argentina, adoptaron en 1996 un Plan Global de Acción para la Conservación y Uso Sustentable de Recursos Genéticos de Plantas para la Alimentación y la Agricultura (FAO 1996), que presenta muchos desafíos para los investigadores en lo que hace al desarrollo o adaptación de tecnologías apropiadas para el uso de estos recursos. Son prioridades de este plan la elaboración del inventario de los recursos genéticos vegetales, así como la caracterización y evaluación de los mismos para que puedan ser efectivamente utilizados en la agricultura y la alimentación con los consiguientes beneficios sociales y económicos14 .

FACTORES FISIOLÓGICOS EN LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
El alto rendimiento en cualquier cultivo puede lograrse con una adecuada combinación entre variedad, ambiente y prácticas agrícolas, entendiendo desde luego los procesos fisiológicos que envuelven a la producción. Dicho lo anterior, la decisión de realizar una u otra práctica agrícola será a partir del entendimiento de la fisiología del cultivo. Cada cultivo tiene particularidades en cuanto a los factores que inciden en su rendimiento; sin embargo, de acuerdo con el Dr. Hugh Earl, existen nueve principios fundamentales relacionados a la fisiología de la planta que determinan el alto rendimiento de manera general15 .
El rendimiento potencial genético casi nunca es una limitación en la producción El rendimiento potencial genético de una especie no limita la productividad del cultivo, ya que dicho rendimiento no solo depende de la variedad, sino que también estará en función de otros factores como: prácticas agrícolas, nutrición, riego, radiación, entre otros. Como ejemplo de lo anterior, se reportó para maíz un rendimiento potencial genético de 28 t/ha (Tollenaar, 1983), el cual ha sido superado varias veces, muestra de ello son las 31.5 t/ha en 2014 en Georgia, EE. UU. y actualmente el récord mundial de 33.4 t/ha logrado por David Hula en Virginia.

Las verdaderas causas de grandes variaciones de rendimiento son a menudo desconocidas
Generalmente los factores que limitan el rendimiento interactúan o incluso pueden ser co-limitantes, como ejemplo tenemos que, si existen sequías, la apertura de estomas se reduce y esto lleva a una disminución en el intercambio C02/O2, teniendo como consecuencia una reducción de la fotosíntesis. También el factor más limitante que llegara a presentarse en algún momento puede cambiar durante la temporada o a lo largo del día, caso común es la temperatura, la cual suele ser baja en las mañanas y muy alta en las horas centrales del día. Otro ejemplo muy claro es un estudio en el que se encontró que cada intervención agronómica al cultivo (fertilización, reguladores de crecimiento, arrancadores, entre otros), excepto el riego, por lo general aumentan el rendimiento entre 0.3 a 0.5 t/ha.
La comunidad de plantas o dosel vegetal es más importante que las plantas individuales
Muchos procesos que determinan el rendimiento solo pueden entenderse o estudiarse adecuadamente en la comunidad de plantas, conocido también como dosel vegetal. Para evaluar el dosel vegetal, se toma como referencia la materia seca por unidad de superficie, con el objeto de conocer el crecimiento sigmoide del cultivo a lo largo del ciclo y no tanto el de la planta, que permita una mejor estimación del rendimiento. Bajo este principio, se estudia la densidad más adecuada para expresar el máximo rendimiento del cultivo, donde se ha encontrado de manera general, que conforme se incrementa el número de plantas por unidad de superficie se incrementa el rendimiento hasta un cierto punto en el que, como en el maíz, después de superar dicha densidad reduce su productividad abruptamente debido a que se incrementa el porcentaje de plantas estériles, causado por no contar con las reservas suficientes para alimentar al elote. En soya, una vez se llega a esa densidad, cualquier incremento no tiene respuesta alguna sobre el rendimiento. Algunos cultivos no presentan cambio alguno en su rendimiento al incrementar la densidad de siembra, un digno representante es la canola.
• La acumulación de biomasa está principalmente determinada por la captura de la radiación.
• Lo que importa es la intercepción de la radiación, no el área de la hoja.
• Las hojas individuales no nos dicen mucho sobre la cosecha en su conjunto. • La etapa crítica del desarrollo de cualquier cultivo es aquella en la que se determina el componente del rendimiento más variable.

FACTORES ECONÓMICOS QUE AFECTAN EN LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
CRISIS Y PARO AGROPECUARIO
Esta semana se ha vivido un paro agropecuario convocado por 3 entidades en función de una profunda crisis de rentabilidad del sector agrícola y las economías regionales. Esta situación no es nueva, sino que se viene profundizando desde hace 2 o 3 años en función de distintos factores que ha puesto a la actividad en una situación de rentabilidad negativa.
CAÍDA DE PRECIOS, ATRASO CAMBIARIO E INFLACIÓN ALTA
Los precios de los commodities bajaron en forma permanente, hoy están en valores de la mitad de hace 7-8 años atrás. Por otro lado, el tipo de cambio tiene algún tipo de retraso, distintos analistas que discuten cual es el punto de equilibrio, pero evidentemente existe. Además, hay un aumento en los costos, todos vivimos el proceso inflacionario, que más allá de los números oficiales o extraoficiales, son todos altos.
EXPECTATIVAS
El paro fue convocado por Sociedad Rural, Coninagro y la SRA, que quieren que se visualice un problema y como no tienen muchas expectativas en la actual gestión, quieren saber qué va a pasar en la próxima. La otra entidad que no adhirió al paro, FAA convocó a todos los presidenciables que dijeran que va a pasar en el futuro.
HABLANDO DE NÚMEROS
En nuestra producción agraria hay distintas realidades que tiene que ver con los costos diferenciales. Vemos que un 60% se realiza en campos arrendados, lo cual tiene un costo adicional. Esto es muy distinto al quien produce en campo propio. Por otro lado, tenemos el flete, donde no es lo mismo producir un mismo producto a 80 o 100 km del puerto, que en Salta o Santiago del Estero. A nivel de rentabilidad hemos aumentado desde hace 20 años a esta parte, por ejemplo, los rindes del cultivo de soja en 10 qq haciendo un promedio nacional. Todos pensaríamos que el que produce está ganando 10 qq más, pero esa diferencia se la ha llevado la renta de la tierra.
REPLANTEAR EL SISTEMA PRODUCTIVO
Es importante aprovechar este tipo de crisis para que su resolución permita al sector y al país salir fortalecidos. Entonces habría que poner en valor muchas cosas y ojalá nos sirva para replantear el sistema productivo. Hay muchos responsables, los que ejercen el gobierno porque son los que generan políticas para el sector y para el país, pero también el sector debe hacer un mea culpa para ver si han hecho bien las cosas.
EL CAMPO
Es totalmente incorrecto hablar de «el campo». No es lo mismo un productor de economía familiar, que un mediano productor, o un latifundista de la provincia de Bs.As. No hay equivalencias, y ahí debe estar el rol del Estado generando políticas diferenciales. Yendo aún más lejos, tendría que haber una reforma tributaria que contemple estas distintas realidades.
CICLOS DE ESCASEZ
Hemos visto que periódicamente se repiten las crisis. Hubo un colapso a fines de los 70, otro en el segundo quinquenio de los 80, otro en la última parte de los 90, y la del 2008, que fue distinta: una crisis por una cuestión impositiva en una situación de cierta bonanza, una puja por la distribución de la renta, pero muy arriba de la línea de flotación, disputando excedentes. Hoy estamos en una nueva crisis profunda, sobre todo en el interior más que en la región cercanas al puerto, incluso en situaciones de campo propio.
LA DEUDA INTERNA
Siempre se escucha de los factores externos, del clima, de la bonanza en el exterior, del exceso de oferta, pero todo eso es una constante. Siempre he tenido la curiosidad cuando la política pasaba por los partidos políticos, y leía los programas electorales. Desde los 70 la parte agropecuaria ocupaba sólo una carilla, cuando las demás áreas como salud o vivienda llenaban 4 o 5 hojas. Entonces en nuestros partidos politicos históricamente no se han visto proyectos consistentes.
NTERESES COMUNES*
Esta crisis nos afecta a todos porque toca al ingreso privado pero también afecta el ingreso nacional. Deberíamos aprovechar estos momentos donde los sectores están más dispuestos a hablar y poner sobre el tapete que sistema de producción queremos, qué alimentos queremos producir, alentar a que la gente se quede en el campo. Hay que sacarse de encima enconos, entender al otro y tirar todos para el mismo lado.
UNA NUEVA MATRIZ PRODUCTIVA
Sería deseable no quedarse en lo coyuntural, sino aprovechar el momento de intercambio para llevar adelante un proyecto de país a largo plazo. El productor más joven puede sorprenderse, pero para los que tenemos canas esto es un permanente deja vú. Para lograr consenso cada sector tendrá que despojarse de algo, como en toda negociación, no puede ser como la perinola donde «todos toman». La nueva matriz productiva debe ser superadora y sobre todo apuntar a la sustentabilidad y a la calidad de los alimentos.

FACTORES CULTURALES QUE AFECTAN EN LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
En los años ochenta el FMI y el Banco Mundial impulsaron la ejecución de programas de ajuste estructural en muchos países en desarrollo, que a corto plazo casi nunca lograron asegurar servicios adecuados para las pequeñas explotaciones marginales ya que los bienes públicos se fueron privatizando con rapidez y el gobierno dejó de intervenir. Aun así, creen que la ulterior liberalización del comercio abrirá nuevas posibilidades de mercado a los agricultores del mundo en desarrollo, ya que provocará una mayor competitividad, y con el tiempo redundará en un mayor bienestar de los pequeños agricultores de las zonas marginales. Sin embargo, es preciso advertir que este hecho no es ineluctable pues se verá afectado en buena parte por las subvenciones que se continúan otorgando a los agricultores en la UE y en los Estados Unidos. Probablemente, las fuerzas de mercado externas seguirán teniendo un enorme impacto en los modos de vida de la población rural pobre16. El enfoque de los sistemas agrícolas, los enfoques que se desarrollan en América Latina y el Caribe y el enfoque de los MVS tratan de lograr cierta sostenibilidad de los medios de sustento de los agricultores para que éstos puedan enfrentar los profundos cambios de las condiciones de mercado y de las políticas gubernamentales, y de esta manera no resulten perjudicados de gravedad por las nuevas políticas internacionales de comercio agrícola17 .

POLÍTICAS, INSTITUCIONES Y BIENES PÚBLICOS
Recientemente ha habido un desplazamiento en la escena internacional y nacional, hacia la descentralización de los gobiernos y la privatización de los servicios. No obstante, la marginalización de los pequeños agricultores y los hogares encabezados por mujeres sigue agravándose debido a que el sector privado no ha sustituido eficazmente los servicios que anteriormente brindaba el gobierno y por lo general la sociedad civil no ha logrado subsanar estas deficiencias18. Los cambios de políticas tienen un efecto radical en los incentivos a la producción en el ámbito de los sistemas agrícolas. Este hecho se hace ulterior eco de la crítica dirigida a los enfoques de los MVS y de la gestión de territorios de que éstos deberían hacer más hincapié en la función de la política y de la formulación de políticas públicas, mientras que el enfoque basado en los sistemas agrícolas reconoce el papel de las políticas, las instituciones y los bienes públicos19. En el marco del enfoque de la gestión de territorios, se recomendó que en los procesos de formulación de las leyes y las políticas públicas se institucionalizara la participación y el papel preponderante de las organizaciones comunitarias locales, lo que en el caso en cuestión responde a las necesidades de ambos enfoques (gestión de territorios y MVS)20 .

LA INFORMACIÓN Y EL CAPITAL HUMANO
La exigencia de mejorar la información y realzar el capital humano ha sido un hecho reconocido, mientras se siguen desarrollando diversos programas de alfabetización, así como la ampliación del acceso a la educación primaria. Sin embargo, con la propagación del VIH/SIDA y los continuos conflictos civiles, en los países en desarrollo ha aumentado el número de hogares encabezados por mujeres. Actualmente, en su mayoría, son desatendidos por los servicios de extensión agrícola, aunque los enfoques examinados en este informe se dedican cada vez más a este aspecto. Aun así, se trata de un problema grave que todos estos enfoques tendrán que enfrentar en el campo una y otra vez21 .
Gracias a la categorización de distintos tipos de sistemas en una misma región y entre regiones diferentes, el enfoque de los sistemas agrícolas permite ajustar las intervenciones de desarrollo de forma mucho más acertada que en el pasado. Por su reconocimiento de la importancia del capital social y humano y de las políticas, los procesos y las instituciones, este planteamiento guarda diversas semejanzas con otros enfoques centrados en las personas, por ejemplo, el de los MVS. Gracias a esto, en muchas zonas en que se ha venido aplicando directamente, prepara las bases para una transición menos problemática hacia la adopción de prácticas más participativas y más orientadas hacia la población22. El enfoque de los MVS podría conseguir resultados muy positivos en la lucha contra la pobreza rural si aprovechara los fundamentos de los sistemas agrícolas y modificara sus intervenciones para dar cabida a las diferencias culturales y regionales. En el enfoque de los sistemas agrícolas, se reconoce con mayor fuerza que algunos elementos de los sistemas agrícolas tradicionales:
1. Permiten a los participantes reducir o compartir los riesgos;
2. Aprovechan eficientemente los recursos; y
3. Solucionan los conflictos relacionados con la distribución de los recursos mientras aseguran una sostenibilidad a largo plazo del limitado patrimonio de recursos naturales.
Lo mismo puede ser referido al enfoque relativo a la gestión de territorios, lo que debe representar una útil enseñanza para el enfoque de los MVS a la hora de poner en práctica sus principios en el campo. Este reconocimiento es patente asimismo en los nuevos enfoques que van apareciendo en América Latina y el Caribe23 .

FACTORES TECNOLÓGICOS QUE AFECTAN EN LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
Hay quien dice que la tecnología es el conocimiento en las labores de producción de cada uno de los trabajadores de la empresa y que existen trabajadores calificados que son los que dominan la tecnología, esta tecnología se manifiesta desde la persona que domina el uso de una escardilla y un machete, hasta la persona que domina el uso de una cosechadora combinada con geo-posicionamiento y computadora a bordo que controla cada uno de los componentes de la maquinaria. En otras palabras, que la tecnología es una expresión del factor de producción trabajo.
El factor de producción tecnología se puede considerar como el conocimiento necesario para poder lograr la producción agrícola, ese conocimiento puede ser de la masa de trabajadores que ha generado destrezas en la realización de las labores agrícolas, hasta un conocimiento acumulado por empresas que desarrollan nuevos tipos de maquinaria, tractores, aviones de fumigación, cosechadoras, invernaderos, etc. y que están disponibles para todo aquel productor agrícola que disponga los recursos económicos para comprar esa tecnología.
En el desarrollo de las maquinarias y equipos grupos de ingenieros, tuvieron una curva de aprendizaje que redundó en la optimización de las referidas maquinarias y equipos para realizar las labores de producción agrícola y el continuo desarrollo de estas tecnologías representan un capital intelectual.
Sin el conocimiento tecnológico necesario no se puede lograr una cosecha a pesar de poseer tierra, capital y trabajo en cantidad suficiente.
La gerencia que hace el productor agrícola desde un conuquero hasta el dueño de una gran cantidad de invernaderos, es la aplicación del factor de producción tecnología. Esto se expresa desde elegir la fase lunar en la cual se hará la siembra o la poda, decidido por un conuquero, hasta la decisión del dueño de un invernadero, al determinar las partes por millón de nitrógeno, que tendrá la solución nutritiva, al momento de hacer la fertiirrigación del cultivo, dependiendo de la edad del cultivo, la radiación solar, la evapotranspiración, el estado fitosanitario, el rendimiento esperado, etc.
Ambas decisiones son basadas en experiencias anteriores y conocimiento adquirido con anterioridad, la cual se transmite de generación a generación en forma verbal en el caso del conuquero, hasta por internet y libros especializados en el caso del dueño de un invernadero.
Incluso al contratar a ingenieros agrónomos para la gerencia del proceso productivo se aprovecha toda la curva de aprendizaje del ingeniero contratado y su experiencia profesional.

CONCLUSION
Es necesario disponer de sistemas de CCTA para fortalecer la sostenibilidad al mismo tiempo que se mantiene la productividad de manera que se proteja la base de recursos naturales y el abastecimiento ecológico de los sistemas agropecuarios. Entre las opciones posibles figuran la mejora de la eficiencia de los nutrientes, la energía, el agua y el uso de la tierra; la mejora de los conocimientos sobre la dinámica suelo-planta-agua; el aumento de la diversificación de las explotaciones; el apoyo a los sistemas agroecológicos y el fortalecimiento de la conservación y el empleo de la biodiversidad tanto en los campos como en el paisaje; la promoción de una gestión sostenible del ganado, los bosques y los recursos pesqueros; la mejora de los conocimientos sobre el funcionamiento agroecológico de los mosaicos de zonas de producción de cultivos y hábitats naturales; la lucha contra los efectos de la agricultura en el cambio climático, y la atenuación de los impactos negativos del cambio climático en la agricultura.

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Dixon, J. et al (2001): Farming Systems and Poverty
Extraído de Dixon, J. et al (2001): ibid., pág. 20.
Dixon, J. et al (2001): ibid., pág. 11.
Extraída de la base digital de imágenes de la FAO (Mediabase): www1.fao.org/media_user/_home.html

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Autores:
Guadalupe de los Santos
ITSJC
Brayan Cosco Rivera
ITSJC
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