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Balance de Nutrientes del sistema Trigo-Soja-Maíz

Balance de Nutrientes del sistema Trigo-Soja-Maíz: Balance necesario para un buen cultivo de trigo

Publicado: 25 de julio de 2007
Por: Fernando O. García. Director Regional INPOFOS Cono Sur
Argentina ha incrementado notablemente el uso de nutrientes vía fertilizantes en los últimos 15 años. Sin embargo, los balances de nutrientes siguen siendo negativos para nuestros suelos. La estimación de extracción en grano y la aplicación de nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K) y azufre (S) en los cuatro principales cultivos indica que, para la campaña 2004/05, se repuso vía fertilización el 28%, 42%, menos del 2% y el 13% del N, P, K y S, respectivamente, extraídos en los granos (García, 2006). Estas cifras son similares a las que se han observado en los últimos 5-6 años e indican que el fuerte crecimiento en el uso de fertilizantes no alcanza a compensar el crecimiento notable que se ha registrado en la producción de granos.

En la región pampeana, el balance de nutrientes a nivel de partido y/o departamento, considerando los cuatro principales cultivos de grano: soja, trigo, maíz y girasol, indica que las áreas de balances más negativos para N, P y S coinciden con las áreas de mayor difusión del cultivo de soja, ya sea las tradicionales del norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y sudeste de Córdoba, o las áreas de expansión más reciente como el centro-norte de Córdoba y Entre Ríos (García, 2006). Las estimaciones indican que casi todo el maíz y el trigo reciben fertilización y que las dosis de fertilizante utilizadas serían del 75% y del 107% de las consideradas necesarias para cubrir las extracciones de N, P y S de los granos de maíz y trigo, respectivamente. La situación de soja y girasol es bastante similar para ambos cultivos, el 40% del área en ambos casos recibe fertilizantes y las dosis promedio cubren solamente un 31-32% de las dosis necesarias para reponer las extracciones de N, P y S en granos. Obviamente, el área sembrada de soja es mucho mayor que la de girasol, 5 a 6 veces superior, generando un impacto mayor de soja que de girasol en los desbalances nutricionales a escala regional y nacional.

Estos desbalances de nutrientes impactan en la fertilidad de los suelos y la producción de trigo y otros cultivos en la rotación. La primera alternativa para mejorar los desbalances nutricionales es manejar más eficientemente la fertilización de soja. En este aspecto, la información actualmente disponible indica que la fertilización de soja es rentable bajo condiciones en las que actualmente no se aplican fertilizantes o se utilizan dosis sub-óptimas (Díaz Zorita et al., 2002; García, 2005). El manejo de la fertilización en trigo y maíz es otra herramienta disponible para mejorar estos balances. Asimismo, la inclusión de trigo y/o maíz es sin dudas una de las alternativas más importantes para mejorar el balance de carbono (C) y, por ende, de materia orgánica (MO) del suelo.

En este escrito, se discute el impacto de distintos manejos de la fertilidad de los suelos y fertilización de cultivos de la rotación en la producción de trigo.


Fertilización del sistema de producción

Normalmente cuando pensamos en la nutrición de cultivos y la fertilidad de los suelos consideramos únicamente el cultivo que se va a implantar en esa campaña. Sin dudas, un aspecto que debe sumarse a la evaluación de la fertilización es pensar en la fertilidad de los suelos y la producción de los cultivos y/o pasturas que se incluyen en la rotación. Podemos involucrar estos dos aspectos bajo lo que se considera la fertilización del sistema de producción.

El concepto de fertilización del sistema de producción se basa en la residualidad de los nutrientes en formas orgánicas (N, P, S) y/o inorgánicas (P, K) en el suelo. Los objetivos y/o potenciales ventajas de la fertilización del sistema de producción son
• Potenciar el reciclado de nutrientes bajo formas orgánicas (efectos sobre la MO del suelo)

• Mejorar los balances de nutrientes en el suelo (Reposición)

• Producir mayor cantidad de materia seca en cultivos de renta y/o de cobertura (mejorar el balance de C del suelo)

• Aumentar la eficiencia de las aplicaciones de fertilizantes (mejor distribución, menor fitotoxicidad)

• Ahorro de tiempo en la siembra

• Uso más eficiente de maquinarias y personal
No estamos refiriéndonos simplemente al efecto puntual de residualidad de la aplicación de un nutriente de un año para el otro, un efecto demostrado ampliamente para el caso de P por ejemplo, sino a generar un suelo de mayor fertilidad y productividad asociando una mejor condición nutricional a prácticas de manejo tales como la rotación de cultivos, la siembra directa, la incorporación de cultivos de cobertura y otras prácticas que contribuyen a preservar y mejorar la sustentabilidad y calidad del recurso suelo.

Los ensayos a mediano y largo plazo realizados a nivel nacional e internacional muestran claramente los efectos de la fertilización del sistema: la nutrición balanceada de los cultivos resulta en la nutrición balanceada del suelo. A continuación, se presentan dos ejemplos de resultados obtenidos en Argentina en los últimos años, resaltando su impacto en la producción de trigo:


1. Ensayos Red de Nutrición CREA Sur de Santa Fe

Esta Red de ensayos se está realizando desde la campaña 2000/01 con el objetivo de evaluar los efectos directos y residuales de distintas combinaciones de N, P y S en dosis de nutrientes similares a las cantidades extraídas por los cultivos. Los tratamientos se repiten todos los años sobre las mismas parcelas para determinar los efectos acumulados del manejo de nutrientes.

Uno de los sitios de la Red permaneció bajo este sistema durante cuatro campañas (2000/01 a 2003/04), y en la campaña 2004/05 retornó a la condición de lote normal. En la campaña 2004/05 se implantó un doble cultivo trigo/soja que recibió una fertilización 86 kg N + 27 kg P + 10 kg S en todas las parcelas. La Fig. 1 muestra los rendimientos de trigo/soja en los tratamientos que habían sido Testigo o fertilizados con NPS en las cuatro campañas anteriores pero que, en esa campaña, recibieron en todos los casos la fertilización anteriormente indicada. Los resultados muestran que el efecto residual de cuatro años de fertilización de reposición NPS, aún con una fertilización NPS en el cultivo actual, permitió obtener respuestas adicionales de 2204 kg/ha de trigo y 559 kg/ha de soja de segunda. Este es el resultado de la nutrición del cultivo y del suelo en “fertilidad acumulada” que genera ambientes edáficos de mayor fertilidad y productividad.

En esta misma Red de ensayos, en la rotación maíz-trigo/soja, la diferencia en el rendimiento de trigo entre el Testigo y el tratamiento con fertilización NPS de reposición pasó de 1233 kg/ha (53% de aumento de rendimiento sobre Testigo) a 2482 kg/ha (94% de aumento sobre el testigo). Estas diferencias muestran los efectos de pérdida (Testigo) y ganancia (Tratamiento NPS) de fertilidad en un lapso de 4 años.


2. Ensayos Corral de Bustos y Camilo Aldao (Córdoba)

En los ensayos que lleva a cabo INTA Marcos Juárez, con la colaboración de AAPRESID, ASP e INPOFOS, en los establecimientos Los Chañaritos y Don Osvaldo (Ing. Hugo Ghio) desde 1999, también se demuestran los efectos acumulados de fertilidad a través de los años. La Fig. 2 muestra que, en Los Chañaritos, el rendimiento de trigo en el tratamiento Testigo se ha mantenido prácticamente constante mientras que en el tratamiento NPS Diagnóstico aumentó a una tasa de 739 kg/ha por campaña, pero el tratamiento NPS Reposición aumentó a una tasa de 1310 kg/ha por campaña. Las mejores condiciones climáticas de las campañas 2003 y 2005 permitieron alcanzar aumentos de 106% y 187%, respectivamente, sobre el Testigo con el tratamiento NPS Reposición. Estas diferencias fueron del 60-70% en las primeras dos campañas de trigo (1999 y 2001).

Los resultados de estos ensayos se suman a la información ya disponible en cuanto a efectos de residualidad de P y S en distintas zonas del país (Berardo et al., 1997; Vivas, 2003; Salvagiotti et al., 2005; Ventimiglia et al., 2005), que aportan a la posibilidad de manejar la fertilización dentro del sistema de producción y no simplemente evaluarla como una práctica aislada para cada cultivo.

Balance de Nutrientes del sistema Trigo-Soja-Maíz: Balance necesario para un buen cultivo de trigo - Image 1

Figura 1. Rendimientos de trigo y soja de segunda sobre parcelas Testigo o fertilizadas con NPS (dosis de reposición de NPS extraídos en grano), en los 4 años previos. Los dos tratamientos fueron fertilizados a la siembra del trigo con 86 kg N + 27 kg P + 10 kg S. Información Ensayo El Fortín, Red de Nutrición de la Región CREA Sur de Santa Fe, Campaña 2004/05.


Balance de Nutrientes del sistema Trigo-Soja-Maíz: Balance necesario para un buen cultivo de trigo - Image 2

Figura 2. Rendimientos de trigo, en rotación Trigo/Soja-Maíz, en tratamientos Testigo, NPS Diagnóstico y NPS Reposición del Ensayo Los Chañaditos (Corral de Bustos, Córdoba).. Las dosis aplicadas en el tratamiento Diagnóstico se basan en metodologías de diagnóstico para N, P y S desarrolladas localmente y no cubren la extracción de nutrientes de los cultivos. Las dosis del tratamiento Reposición se ajustan según la extracción de N, P y S en los granos. Información INTA Marcos Juárez-AAPRESID-ASP-INPOFOS.
Consideraciones finales

La fertilización de cultivos debe manejarse en función de la cuantiosa información existente y asociarse con otras prácticas de manejo de suelos y cultivos que preservan y mejoran la sustentabilidad y calidad del recurso suelo (rotaciones, siembra directa, implantación de coberturas, manejo integrado de plagas y enfermedades, etc.).

Los desbalances nutricionales en los suelos llevan a la degradación de la fertilidad nativa, ejemplificada en las marcadas disminuciones de materia orgánica y las caídas en la productividad de los cultivos.

La fertilización del sistema de producción es una alternativa de manejo de nutrición de cultivos y suelos sustentada en la residualidad de los nutrientes en formas orgánicas y/o inorgánicas.

El sector productivo debe tener en cuenta estos efectos al momento de la toma de decisiones. Como país tenemos la responsabilidad de preservar y mejorar la sustentabilidad de los sistemas productivos y la calidad y productividad de nuestros suelos.
Referencias
Berardo A., F. Grattone, R. Rizzalli y F. García. 1997. Long-term effects of phosphorus fertilization in wheat yields, efficiency and soil test levels. Better Crops International. Vol. 12 No. 2, 18-20.

Díaz Zorita M., F. García y R. Melgar (coord.). 2002. Fertilización en soja y trigo-soja: Respuesta a la fertilización en la región pampeana. Boletín Proyecto Fertilizar. EEA INTA Pergamino. 44 pag.

García F. 2005. Soja. Criterios para el manejo de la fertilización del cultivo. Informaciones Agronómicas del Cono Sur 27:1-6. INPOFOS Cono Sur. Acassuso, Buenos Aires, Argentina.

García F. 2006. La nutrición de los cultivos y la nutrición de los suelos. Informaciones Agronómicas del Cono Sur 29:13-16. INPOFOS Cono Sur. Acassuso, Buenos Aires, Argentina.

Salvagiotti F., G. Gerster, S. Bacigaluppo, J. Castellarín, C. Galarza, N. González, V. Gudelj, O. Novello, H. Pedrol, y P. Vallote. 2005. Efectos residuales y directos de fósforo y azufre en el rendimiento de soja de segunda. Ciencia del Suelo 22(2):92-101.

Ventimiglia L. 2005. Nutrición de cultivos en el centro de Buenos Aires. Actas Simposio “Fertilidad 2005”. INPOFOS Cono Sur-Fertilizar Asociación Civil. Rosario, 27-28 de Abril 2005. pp. 39-47.

Vivas, H. S. 2003. Fertilizando el Suelo: Residualidad de los fertilizantes en rotaciones de cultivos y pasturas. INTA, Estación Experimental Agropecuaria Rafaela. XI Congreso de AAPRESID, “Simposio de Fertilidad y Fertilización en Siembra Directa”. Bolsa de Comercio de Rosario. 26 al 29 de agosto de 2003.
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Autores:
Dr. Fernando Garcia
Fertilizar Asociación Civil
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Alex Quiñones
Alex Quiñones
22 de octubre de 2007
El aporte que hace el articulo a todos los que cultivamos es saber emplear los fertilizantes, darles el manejo adecuado para así obtener los mejores resultados al final del período de siembra.
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