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Fertilización Fosforada del Cultivo de Soja

Fertilización Fosforada del Cultivo de Soja

Publicado: 12 de diciembre de 2006
Por: F. H. Gutierrez Boem y J. D. Scheiner. Cátedra de Fertilidad y Fertilizantes, Facultad de Agronomía, U.B.A.
El objetivo de una fertilización es satisfacer los requerimientos de nutrientes del cultivo en las situaciones en las cuales el suelo no puede proveerlos en su totalidad. Estos requerimientos no son fijos, sino que aumentan con el rendimiento. La tabla 1 muestra los requerimientos de P del cultivo de soja por cada tonelada de grano producido, y el total requerido para obtener un rendimiento de 3000 kg/ha. Del total de P absorbido, la soja exporta a cosecha un 80-85% con el grano. Por ejemplo, la exportación de P de una soja que rinde 3000 kg/ha es de unos 20 kg/ha de P. Hace años que en la región pampeana la soja se cultiva prácticamente sin fertilización fosforada, o con dosis que no compensan la exportación de P en el grano. Como las vías de reposición naturales de P al suelo son irrelevantes, la falta de fertilización ha provocado una caída en la disponibilidad de P en los suelos que ha sido documentada por varios investigadores en los últimos veinte años. Como la disponibilidad inicial de P en muchas zonas de la región era de media a alta, esta extracción se pudo sostener sin mayores consecuencias para la producción y los rendimientos. Pero en la actualidad son cada vez más frecuentes los casos en que la disponibilidad de P ha caído por debajo del mínimo necesario para cubrir los requerimientos del cultivo. Hace ya muchos años un investigador planteó que los nutrientes del suelo son como el dinero en una cuenta bancaria, si las extracciones superan los depósitos se marcha hacia una ruina segura (Thomas, 1989). Todo indica que estamos agotando el crédito que la naturaleza nos proveyó y que va siendo hora de realizar algún depósito.

Tabla 1: Requerimientos de fósforo del cultivo de soja y exportación en el grano en función del rendimiento (Andrade y col., 1996)

RendimientoRequerimientoExportación
(kg/ha)(kg/ha)(kg/ha)
100087
20001613
30002420
40003227


¿Por qué una deficiencia de fósforo disminuye los rendimientos?

El rendimiento del cultivo de soja, como el de otros cultivos, se puede descomponer en número de granos y peso individual de los granos. La caída en los rendimientos producto de una deficiencia de P, se debe en general a una disminución en el número de granos. El peso de los granos, por el contrario, raramente es afectado. La figura 1 muestra esta fuerte asociación entre rendimiento y número de granos cuando éste varió en un ensayo de fertilización fosforada en soja.

El número de granos del cultivo de soja se determina durante la formación de las vainas, esto es, entre floración y el comienzo del llenado de los granos. Para poder maximizar el rendimiento, es importante que durante esta etapa el cultivo pueda hacer un uso eficiente de los recursos del ambiente disponibles, como por ejemplo la radiación solar. La figura 2 muestra un esquema de cómo la radiación solar que llega al cultivo es capturada y transformada en grano, y qué características del cultivo o procesos pueden afectar este pasaje de radiación a grano.


RENDIMIENTOS Y NÚMERO DE GRANOS

Fertilización Fosforada del Cultivo de Soja - Image 1

Fig. 1: Relación entre el rendimiento y el número de granos, cuando ambos variaron por el agregado de 20 kg/ha de fósforo (Gutierrez Boem y col., inédito)


Fertilización Fosforada del Cultivo de Soja - Image 2

Fig. 2: Conversión de la radiación incidente sobre el cultivo en rendimiento


Lograr una buena cobertura es importante para que el cultivo pueda capturar toda la radiación incidente. Para ello debe haber desarrollado una área foliar tal que le permita cubrir bien el suelo. Una buena cobertura a floración va a depender, entre otros factores, de la disponibilidad de P del suelo. La figura 3 muestra cómo una soja no fertilizada creciendo en un suelo con baja disponibilidad de P llega a floración capturando un 25% menos de la radiación. Esto ocurre porque una deficiencia de P disminuye tanto la velocidad de aparición de hojas como su tamaño (Gutierrez Boem y Thomas, 2001).

Una vez capturada la radiación incidente, esta energía es transformada en biomasa. La eficiencia de esta conversión (kg de materia seca acumulada por unidad de energía capturada) puede variar debido al estado nutricional del cultivo. Incluso cuando la deficiencia fosforada no es tan severa como para disminuir en forma importante la formación de área foliar, la eficiencia con que el cultivo hace uso de la radiación capturada puede ser afectada. La figura 4 muestra los resultados de dos ensayos dónde entre floración y comienzo de llenado de los granos, que es el período en el que se determina el número de granos, no se observaron diferencias ni en área foliar ni en radiación capturada entre las parcelas fertilizadas y los testigos. Sin embargo, la fertilización fosforada provocó un aumento en el número de granos y en el rendimiento.


Fertilización Fosforada del Cultivo de Soja - Image 3

Fig. 3: Efecto de la deficiencia de P sobre el área foliar, la radiación interceptada a floración, el número de granos y el rendimiento de soja. Con P: 20 kg/ha de P; P disponible (siembra: 4.6 ppm (Gutiérrez Boem y col., inédito).



Fertilización Fosforada del Cultivo de Soja - Image 4


Fertilización Fosforada del Cultivo de Soja - Image 5


La proporción de la materia seca acumulada por el cultivo que se cosecha en los granos es lo que se llama índice de cosecha. Esta característica se ha mostrado poco sensible a las variaciones en la disponibilidad de P. En síntesis, una deficiencia fosforada en soja puede provocar una caída en los rendimientos por su efecto sobre la formación del área foliar y, por lo tanto sobre la cantidad de radiación capturada, y también por su efecto sobre la eficiencia de conversión de esta radiación en materia seca. La suma de estos efectos provoca un menor crecimiento entre floración y comienzo de llenado de los granos, un menor número de granos y, por lo tanto, un menor rendimiento.


¿Puede el suelo proveer el fósforo necesario?

El diagnóstico de la fertilidad de un suelo implica, justamente, evaluar la capacidad del suelo de proveer los nutrientes requeridos. Al igual que para otros cultivos en la región pampeana, esta capacidad se puede evaluar mediante el análisis de suelo, midiendo el P extractable (Bray 1) en la capa de 0 a 20 cm de profundidad.

En el año 1995 Melgar y colaboradores presentaron una recopilación de numerosos ensayos de fertilización fosforada de soja realizados en la región pampeana desde fines de los 70. El análisis conjunto de estos ensayos mostró una respuesta a la fertilización muy probable cuando el suelo tenía menos de 9 ppm de P y poco probable cuando estaba por encima de 14 ppm. Sin embargo, aún cuando el nivel de fosforo disponible era bajo (< 9 ppm) las respuestas eran muy variables, y en el 15 % de los casos menores a 100 kg/ha. Esta erraticidad planteaba la cuestión de si había otros factores del ambiente o de manejo que estaban condicionando la respuesta a la fertilización fosforada aún en suelos con contenidos muy bajos de P. Y además creaba incertidumbre respecto de la respuesta esperada a la hora de decidir una fertilización basada en el análisis de suelo.

El proyecto Fertilizar (INTA) realizó una red de 28 ensayos de fertilización de soja de primera durante la última campaña (Proyecto Fertilizar-INTA, 2001). En ellos se fertilizó el cultivo con una dosis de 20 kg/ha de P colocado en bandas a la siembra. Los resultados se muestran en la figura 5. De acuerdo a la función ajustada se puede esperar una repuesta mayor a 200 kg/ha en suelos con 13 ppm o menos, y una respuesta mayor a 300 kg/ha en suelos con menos de 9 ppm. Quizás lo más relevante de estos resultados no son estos valores de P disponible por debajo de los cuales se espera una respuesta, sino la consistencia en los resultados obtenidos. Todos los sitios con menos de 12 ppm tuvieron repuestas positivas de más de 100 kg/ha. El análisis de suelo se reveló como una herramienta confiable para predecir una deficiencia fosforada.


RESPUESTA A LA FERTILIZACIÓN FOSFORAD

Fertilización Fosforada del Cultivo de Soja - Image 6

Fig. 5: Respuesta a la fertilización en función del fósforo disponible a la siembra (Proyecto Fertilizar-INTA, 2001)


¿Qué fuentes de fósforo usar en el cultivo de soja?

Dos fertilizantes habitualmente usados como fuentes de P son el superfosfato triple (SPT, 20 % de P) y el fosfato diamónico (PDA, 18 % de nitrógeno y 20 % de P). La principal diferencia entre ambos es el aporte de nitrógeno que realiza el PDA, ya que ambos son solubles y tienen el mismo contenido de P. Se sabe que el cultivo de soja requiere cierta provisión de nitrógeno del suelo, ya que, por un lado la fijación simbiótica no cubre todos los requerimientos y, por el otro, ésta no comienza sino después de al menos 10-20 días de la infección. Previo a este momento el cultivo depende del nitrógeno del suelo. Esto permitiría suponer que el agregado de pequeñas dosis de nitrógeno a la siembra tendría un efecto positivo como arrancador y no llegaría a inhibir la nodulación y fijación de nitrógeno.

En varios ensayos en la zona centro-norte de la Pcia. de Bs.As. se probaron estas dos fuentes de P (SPT y PDA) con una dosis de 100 kg/ha de fertilizante. Esto significó un aporte de 20 kg/ha de P para ambas fuentes más un aporte adicional de 18 kg de nitrógeno en el caso del PDA. Este pequeño aporte de nitrógeno no tuvo ningún efecto sobre la nodulación, pero tampoco afectó los rendimientos, incluso en sitios dónde el contenido de nitratos a la siembra era muy bajo (Fig. 6). La respuesta fue la misma independientemente de la fuente de P utilizada. Por lo tanto, el aporte de nitrógeno no debería ser considerado a la hora de elegir la fuente de P a usar.


FUENTES DE FOSFORO

Fertilización Fosforada del Cultivo de Soja - Image 7

Fig. 6: Respuesta del cultivo de soja al uso de dos fuentes de P, superfosfato triple (SPT) y fosfato diamónico (PDA). Contenido de nitratos inicial (0-60 cm): 32, 12 y 13 kg/ha de N en Junin 99/00, Viamonte 99/00 y Junin 98/99, respectivamente. Las barras representan el desvío estandar (Scheiner y col. 2000; Gutierrez Boem y col, inedito).


A modo de cierre

Hay cada vez más evidencia que la fertilidad fosforada de los suelos en la región pampeana es en muchos casos insuficiente para obtener buenos rendimientos. Las causas hay que buscarlas en que estas deficiencias nutricionales reducen el crecimiento del cultivo, impiden que éste haga un uso eficiente de los recursos del ambiente y, por lo tanto, disminuyen los rendimientos. El análisis de suelo previo a la siembra nos provee de la información necesaria para predecir una deficiencia, y el agregado de fertilizantes a la siembra nos permite corregirla. Es válido suponer que de continuar con la práctica de producir soja sin atender a la fertilidad del suelo, no sólo estaremos empobreciendo cada vez más el suelo, sino también las cosechas.


Referencias

  1. Andrade, F.H., H.E. Echeverría, N.S. Gonzalez, S. Uhart y N. Darwich. 1996. Requerimientos de nitrógeno y fósforo de los cultivos de maíz, girasol y soja. Boletín técnico no. 134, EEA INTA Balcarce, 17p.

  2. Thomas, G.W. 1989. The soil bank account and the farmer´s bank account. Journal of production agriculture, 2: 122-124.

  3. Gutiérrez Boem, F.H. y G.W. Thomas. 2001. Leaf area development in soybean as affected by phosphorus nutrition and water deficits. Journal of plant nutrition, 24 (en prensa).

  4. Melgar, R., E. Frutos, M.L. Galetto, H. Vivas. 1995. El análisis de suelos como predictor de la respuesta de la soja a la fertilización fosfatada. En: AIANBA, 1er Congreso Nacional de Soja y 2da Reunión Nacional de Oleaginosas, Pergamino (Bs.As., Argentina), I:167-174

  5. Proyecto Fertilizar-INTA. 2001. Soja: Respuesta a la fertilización en la región pampeana. Cuadernillo de la Jornada de Actualización Técnica para Profesionales "Fertilidad 2001". pp. 27-28. INPOFOS (PPI-PPIC). http://www.fertilizar.org.ar/redsoja/ResuCamp00-01.htm

  6. Scheiner J.D., F.H. Gutiérrez Boem, J. Pirotta y R.S. Lavado. 2000. Respuesta del cultivo de soja a la aplicación de fertilizantes nitrogenados y fosforados en el norte de la Pcia. de Buenos Aires. XVII Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo, Comisión 3 no. 62. Mar del Plata. 11 al 14 de abril de 2000.
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