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El uso ambiental de los cultivos de cobertura en el medio-oeste Norteamericano

Publicado: 23 de diciembre de 2005
Por: Ph D Germán Bollero
La preocupación de la opinión pública por la calidad ambiental en el medio-oeste norteamericano ha acentuado el interés por estrategias de conservación de suelo, agua y atmósfera. A esto se le suma la necesidad de mantener la productividad a largo plazo de sistemas de producción que tradicionalmente incluyen casi exclusivamente la rotación maíz-soja.
En esta región, el uso de la labranza cero y mínima como herramientas de conservación ha crecido continuamente, existiendo sin embargo limitantes climáticas para una adopción masiva. Por ejemplo en Illinois, que cuenta con aproximadamente 9 millones de hectáreas en la rotación maíz-soja, la labranza cero se utiliza en sólo el 17% de la superficie sembrada de maíz y el 42% de la superficie sembrada de soja. Es necesario entonces buscar una herramienta de conservación alternativa o complementaria y es así que el uso de cultivos de cobertura (CC) aparece como una opción muy promisoria. Los CC son leguminosas o cereales, o una mezcla de ambos, que se siembran después de la cosecha gruesa. En esta región la leguminosa preferida es la Vicia villosa L. mientras que el centeno Secale cereale L. es el cereal de elección más frecuente. El rol tradicional de los CC ha sido la prevención de la erosión del suelo, sin embargo prestan otros servicios al medio ambiente como la fijación de nitrógeno, la reducción de la contaminación por nitratos y fósforo además de la fijación de CO2 y eventual secuestro de C en el suelo.

Varios estudios han mostrado que el uso exclusivo de labranza cero tiene una capacidad limitada para el incremento del la materia orgánica del suelo en suelos de textura fina, pobremente drenados, y en climas fríos (como es el caso de Illinois). Nuestro trabajo en Illinois ha demostrado que los CC pueden mantener y aumentar la materia orgánica del suelo y de esta manera mejorar la calidad física de los suelos. El mejoramiento de la estructura está reflejado por una reducción de la densidad aparente y resistencia a la penetración acompañados por un incremento en la porosidad total, mejoramiento de la infiltración de agua, de la conductividad hidráulica saturada, y de la estabilidad de agregados. Sin embargo, el potencial de los CC para mejorar las propiedades del suelo varía para cada región debido a que los CC tienen una gran variación en la calidad y cantidad de biomasa producida dependiendo de las distintas especies, suelos, condiciones ambientales, y manejo. En la Argentina las interacciones dadas por el potencial uso de diferentes especies como CC, rotaciones o monocultivos, y condiciones agroecológicas deben ser estudiadas para adecuar las prácticas de manejo y obtener las mayores ventajas. En este sentido, las condiciones agroecológicas en la Argentina permiten el uso de un número mucho más grande de leguminosas o cereales comparado con el medio-oeste norteamericano. Las prácticas de manejo deberían concentrarse en establecer claramente fechas de siembra y terminación de los CC para adecuar de esta forma la producción de biomasa, el reciclado de nutrientes y la competencia con malezas manteniendo al mismo tiempo un balance favorable de agua en el suelo.

Es claro que las futuras metas de la investigación en agricultura de producción están casi exclusivamente relacionadas a la protección del medio ambiente. La agencia de protección ambiental norteamericana (EPA) determinó que la agricultura es la mayor fuente de contaminación de agua en todo el país, principalmente debido al lavado de nitratos. Así mismo se estima que los estados de Illinois y Iowa contribuyen aproximadamente con el 35 % del N total que se descarga en el río Mississippi y por consiguiente, en el golfo de México. La mayor parte del lavado de nitratos ocurre a finales del otoño y el principio de la primavera cuando los suelos permanecen descubiertos. Usando centeno post-cosecha de maíz como CC, se ha visto que la reducción en la pérdida de nitrógeno está en el rango de 59 a 77% cuando se lo compara con suelos sin CC. El contenido de nitrógeno del centeno puede estar en el rango de 40 a 120 kg N ha1 dependiendo de las condiciones ambientales y de manejo. Este reciclado de nutrientes es fundamental para la manutención y protección de los sistemas de producción.

Gráfico 1: Contenido de N de Centeno y Vicia Villosa para cultivos de cubierta usando Centeno, Centeno+Vicia, o Vicia Villosa.

El uso ambiental de los cultivos de cobertura en el medio-oeste Norteamericano - Image 1
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