Argentina - La colza en las rotaciones, Jornada de Sursem

Es un cultivo invernal que ante las dificultades del trigo, gana terreno como doble cultivo junto a la soja. En una jornada de actualización técnica realizada por Sursem en Tandil, más de 150 productores intercambiaron inquietudes con especialistas de los diversos eslabones de la cadena.

El grano es chiquito pero poderoso. Ofrece casi un 50% de aceite de muy buena calidad para consumo humano o biocombustibles. Es la colza, también conocida como canola (por su versión canadiense doble cero, CANadian Oil Low Acid), que también ostenta casi un 40% de proteínas, probada por el INTA Rafaela como excelente forraje para cerdos y vacas lecheras. A su vez, debido a las limitaciones en el mercado de trigo (la colza es una alternativa al cereal por su similar período de desarrollo) y a la demanda de su aceite (es la segunda oleaginosa más producida en el mundo, después de la soja), este cultivo inverno-primaveral es cada vez más tenido en cuenta por los productores de diversas zonas del país, especialmente en la zona sur bonaerense.

Allí se congregaron el martes pasado más de 150 productores y asesores técnicos, en una jornada de actualización técnica organizada por el semillero Sursem, que reunió desde especialistas en ecofisiología, manejo, maquinaria, poscosecha y mercados, hasta el testimonio de productores que ya están obteniendo buenos resultados.

Las pruebas están a la vista. Mientras la mayoría de los cultivos disminuye su área de siembra, la colza viene avanzando firme en las últimas campañas. Pasó de no más de 20.000 hectáreas -que hace tres años parecía su techo en la Argentina- a 30.000 hectáreas en la campaña 2007/2008, y en la que finalizó en diciembre último llegó a casi 80.000 hectáreas.

Todos coinciden que no compite mano a mano con el trigo, pero en la combinación con la soja a esta oleaginosa le permite expresar mucho mejor su potencial que con otras opciones de doble cultivo.

El encuentro lo abrió Adolfo Mac, director comercial de Sursem, quien asumió la responsabilidad de mostrar todo el desarrollo de la cadena, en esta instancia de desarrollo, con promesas de expansión del área de siembra.

 
Adolfo Mac 

Enseguida, Pablo Calviño, ex asesor CREA y actual director técnico de producción de El Tejar, mostró ecuaciones económicas que, en diferentes situaciones favorecían a la combinación soja-colza, respecto de otros cultivos, simples o dobles. De hecho, aseguró que "para los que fijaron precio, el año pasado fue la mejor opción, con un margen neto de entre 250 y 650 dólares por hectárea".

Aunque advirtió que "por más que la situación es positiva, mientras no se defina la perspectiva de precios en el mercado de la colza, conviene ser cautos".

Con todo, los organizadores de la jornada de actualización técnica aseguraron que las variedades Sursem, como la SW Gospel (invernal de ciclo largo), la SW 2836 (primaveral de ciclo corto, que combina rendimiento con sanidad y estabilidad) y la SW 2797 (primaveral de ciclo intermedio), permiten el doble cultivo en fechas razonables, tanto con soja como con maíz, sorgo, girasol y verdeos de verano.

Desde ya, además de permitir el doble cultivo, presenta otras elocuentes ventajas. "Aumenta el número de cultivos de invierno, brinda la oportunidad de controlar gramíneas de invierno (lo cual representa un costo de 10 dólares por hectárea), tolera heladas en roseta y floración. Además, ofrece un plus al combinarse con la apicultura. Sus vistosas flores amarillas, entre agosto y septiembre, pueden ser un insumo para abastecer 10 colmenas de abejas por hectárea. También es un verdeo de alta calidad y el Inta Rafaela ha computado buenos resultados en la alimentación de vacas lecheras y cerdos con el expeller de colza", enumeró Hugo Inza, asesor técnico de Sursem.

Calviño e Inza pusieron en consideración que la referencia de un buen rinde de colza es un 45% de lo que se cosecha de trigo. Así lo miden en Francia y para la Argentina es similar. Pero destacaron que en las zonas donde el trigo disminuye su potencial, como puede ser el caso de Entre Ríos o el sudoeste bonaerense, la relación de rendimientos es más parecida, o incluso superior a 50%. El promedio nacional orilla los 1.500 kg/ha.

La otra disertante de la mañana fue María Belén Agosti, de la cátedra de Cultivos Industriales de Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, quien repasó los aspectos de fenología. Especialmente sugirió tener en cuenta la profundidad de siembra. Mostró que las implantaciones a 2 cm del suelo son las más efectivas. "El pequeño tamaño de la semilla hace que la distancia que deba recorrer la plántula no sea mucha, por las limitadas reservas para transmitir a los cotiledones que recibirán la luz".

Inza recomendó elegir un buen lote, bien drenado pero no encharcado (porque no se logra un buen cierre del surco, quedando muchas semillas expuestas) y con bajos niveles de malezas crucíferas.

Otro detalle de manejo estudiado es que para lograr una rápida implantación de la colza conviene sembrarla con una temperatura del suelo no mayor a los 10° C.

Según se trate de variedades invernales o primaverales, se recomienda una importante diferencia de densidad de siembra: 40 pl/m2 en el primer caso y 80 pl/m2 en el segundo. La distancia entre surcos puede oscilar entre 15 y 45 cms.

Entre los aspectos intercambiados entre panelistas y productores del auditorio, hubo consenso en que la colza presenta altos requerimientos nutricionales pero es muy eficiente en el uso de fertilizantes, con muy buena respuesta para su desarrollo y con elevada devolución de nutrientes en rastrojo.

Hay dos opciones de recolección: hilerado y cosecha posterior, o cosecha directa, que conviene definir desde el inicio del cultivo. Aunque el primer método minimiza las pérdidas de grano por su madurez, empareja los cultivos, reduce los costos de secado y permite una cosecha anticipada, se estima que en el camino a una expansión mayor del cultivo se va a ir imponiendo la cosecha directa.

Ya por la tarde, Gustavo López, de Agritrend, realizó un exhaustivo panorama de mercado. Tomó en cuenta el valor FOB al 16 de febrero de 330 dólares y retenciones del 10%, con lo cual se llega a ofertas de 270 dólares/tn, tanto de la industria como de la exportación. De cara al futuro, observó que "los precios del complejo oleaginoso están ajustándose a la nueva realidad productiva, muy reducida a nivel local, con problemas de molienda interna y puja entre crushers para disponer de mercadería, a tal punto que algunas terminales pagarían plus para evitar la ociosidad de sus plantas. En este marco, la colza con un todavía escaso nivel de producción interno, presenta una fuerte dependencia del resto de los oleaginosos, con expectativas de crecimiento".

Como limitante, el representante de Producir Conservando señaló que es importante "contar con un volumen mínimo de producción nacional de colza que incentive a las industrias procesadoras a cambiar y ajustar sus equipos para una correcta molienda. En ese sentido, cree que "deberán encararse programas, en una primera etapa de incentivo, con precios a cosecha fijos o en relación en base a primas sobre otros productos, a fin de poder asegurarse ese mínimo volumen".

Como se trata de un cultivo que requiere de recaudos especiales tanto para la siembra como para la cosecha, fueron muy interesantes las recomendaciones de Jorge Anaya, de Agrometal, y de Chritoph Darfeld, de Claas.

Anaya consideró que pueden utilizarse sistemas de siembra convencional o de directa, teniendo la precaución en este último caso de disminuir el volumen de rastrojo en superficie, incorporando un barrerastrojo a la sembradora. Y advirtió que muchas veces hay problemas con las cascaritas de las semillas mal curadas, que tapan los agujeros de las placas. En tanto, el alemán Darfeld, contó que su padre cosechó el año pasado en su país una colza que rindió 4.800 kg/ha, y lo adujo entre otras cosas a que "allí no se presenta una variación de humedad como en Argentina". Respecto de la técnica de cosecha, mostró imágenes de plataformas modificadas especialmente para colza, con cuchillas adelantadas 50 centímetros y también cuchillas laterales para cortar la colza enredada".

Por otro lado, Carlos Milano, gerente operativo de la acopiadora Alea y Cía, destacó la necesidad de optimizar el manejo de postcosecha. Hizo especial énfasis en que la humedad del grano no debe superar el 15% a cosecha (y debe medirse de modo más preciso que el habitual), porque en el transporte la humedad aumenta 2 o 3 grados y más allá de esos niveles se complica mucho el acondicionado del grano.

Luego llegaron los testimonios desde dos zonas con distinto potencial de rendimiento. Primero, el productor Sean Cameron, que obtiene altísimos rendimientos de trigo en su campo de Pieres, valoró que "la colza deja el lote mucho antes que el trigo (entre 20 y 30 días) y que la cebada (8-10 días). Destacó que "la proporción de área sembrada con colza en relación al trigo y la cebada, tanto en Canadá como en Australia y la Unión Europea ha sido mucho mayor que en la Argentina en los últimos cinco años".

 
Sean Cameron 

Convencido de los beneficios de dispersar riesgos agroeconómicos y obtener mayores beneficios a través de una producción diversificada, dio un ejemplo de rotación donde entra la colza: trigo-soja de segunda; maíz, girasol; colza-soja de segunda; cebada-soja de segunda; maíz; soja de primera. Y mostró que su superficie sembrada en la campaña 2008/2009 presentó aproximadamente estos porcentajes por cultivo: 25% de trigo, 22% de girasol, 20% de maíz, 15% de soja, 12% de colza y 6% de cebada.

Entre los aspectos a mejorar, Cameron aclaró que "debido a la dependencia de la soja en la ecuación, es necesario que aumente un poco más el precio de la colza o el rinde crezca a más de 50% respecto del trigo". Y se mostró convencido de que "la colza que rinde es la sembrada en marzo porque en mayo ya no compite con el trigo".

En tanto, Guillermo Pailhé, asesor de Aapresid Regional Tres Arroyos, una zona de suelos con limitantes donde "este año la colza se posicionó muy fuerte", mostró los beneficios obtenidos con la Agricultura de Precisión. Sólo incluyen a la colza en las rotaciones en suelos con menos de 80 cm de profundidad. Aseguró que allí cosechó "colzas que rindieron 55/60% respecto del trigo, porque con sólo 155 mm entre junio y noviembre los trigos se quedaron sin agua". De acuerdo a la cantidad de rastrojo del cultivo antecesor, si es baja apuntan a 40 pl/m y si es alta a 25 pl/m. Comprobó que, en cada caso, "los rendimientos dependen de las condiciones climáticas a lo largo de la campaña". En función de ello, para la próxima campaña apuntan a calibrar las sembradoras para disminuir la densidad de plantas".

Finalmente, el economista Jorge Ingaramo brindó un análisis económico-político, atentamente seguido por el auditorio, al cual dejó tres mensajes principales. El primero que, según su visión, "la crisis financiera global tocó fondo el 5 de diciembre, y aunque quizás aún no se ha visto lo peor en términos de la economía real, hacia fines de año tenderá a mejorar". Consciente de que "se viene un año difícil, advirtió que sin embargo "el Gobierno la puede pilotear sin que le estalle el país antes de octubre, si hace algunas cosas bien. Pero hasta octubre difícilmente cambie grandes rasgos de la política agropecuaria". La tercera conclusión a la que llegó es que hasta mayo no se sabrá cuál es el horizonte pero lo peor que puede pasar es que se encarezca el dólar. De cualquier modo, habrá que proyectar la campaña agrícola 09/10 y encontrar salidas a temas como la carne y la leche que ya no dan para más".