Entre estos deben destacarse a los denominados Biocombustibles por ser producidos a partir de productos que se encuentran presentes en seres vivos, fundamentalmente vegetales, los que además por su origen se reconocen como renovables pues provienen de materias primas vegetales que pueden producirse periódicamente en un mismo terreno. Esto significa que mientras se efectúe un manejo adecuado de la plantación de la especie vegetal a usarse como materia prima, tendremos cosechas periódicas permanentes. En realidad lo que les otorga el carácter de renovable es la conjunción de dos factores: por un lado la luz solar que se transforma en biomasa y por otro lado el suelo donde normalmente se fija la misma. Ambos son de carácter permanente. El bioetanol es uno de estos combustibles y la caña de azúcar es una especie a partir de la cual se lo produce eficientemente en el mundo.
Para llevar a cabo un proyecto de producción de biocombustibles es necesario contar con tierras apropiadas para el cultivo de la materia prima vegetal y además, con instalaciones industriales adecuadas para la transformación de la materia prima en el biocombustible propuesto. También hay que tener instalaciones para su almacenaje, y contar con la logística adecuada para que ese combustible sea distribuido a las bocas de expendio desde las que se proveerá a los vehículos que lo empleen tratando de usar, para este propósito, la menor cantidad de energía posible.
Como condición de carácter general debe tenerse presente que, dentro de las posibilidades agroecológicas del lugar donde se quiera radicar el proyecto, debe analizarse implantar aquella especie vegetal que permita obtener la mejor producción de biocombustible por unidad de superficie, expresada esta como tn/ha o como kilocalorías disponibles por hectárea también.
Todo proyecto de elaboración de biocombustibles debe tender a satisfacer por lo menos cuatro condiciones que en todos los casos deben ser analizadas mediante metodologías apropiadas Balance Energético
Balance Ambiental
Balance Económico
Balance Social
Estos cuatro balances deberán mostrar que globalmente mejore la situación preexistente al proyecto, lo que se explicará con mas detalles a continuación.
Como para cada tipo de especie vegetal que se quiera transformar en biocombustible se tendrán situaciones diferentes, es necesario estudiar los resultados de los balances enunciados en cada caso.
En esta oportunidad analizaremos el caso de caña de azúcar, materia prima para la producción de Bioetanol, considerando sus posibilidades desde el punto de vista de los balances enunciados, lo que permitirá conocer su potencial como materia prima para la producción de bioetanol .
Esta especie vegetal ha sido cultivada con éxito en todo el Norte Argentino, en diferentes épocas. Se conoce que en algún momento, además de las actuales provincias productoras, se cultivó caña de azúcar en Chaco, Corrientes y en algunas zonas de Santiago del Estero, habiéndose abandonado su producción en esta última por razones climáticas.
Esta especie vegetal tiene características que la hace sumamente apropiada como cultivo Bioenergético, debido a su gran capacidad de aprovechamiento de la radiación solar, pues se trata de una de las especies vegetales mas eficientes en este aspecto, teniendo además diversos constituyentes útiles para la producción tanto de Bioetanol como de otras formas de Bioenergía.
En la Tabla 1, se tienen valores de rendimiento cultural en diversas zonas azucareras del mundo y en el Tabla 2, valores correspondientes a Tucumán.
Tabla 1: Rendimientos culturales de diversas zonas azucareras del mundo.
| Rendimientos culturales |
| Máximo |
País | Media | Comercial | Experimental |
Autralia | 81 | 100 | 250 |
Colombia | 130 | 202 | 210 |
Irán | 100 | 167 | 221 |
Lousiana | 53 | 129 | 242 |
Sud Africa | 94 | 141 | 166 |
Tabla 2: Rendimientos culturales en Tucumán, Argentina.
Fuentes de información | Rendimiento Cultural (t/ha) | Producción de alcohol (l/ha) |
Modelos de estimación | 125,6 | 10670 |
(promedio) | | |
Rendimientos Experimentales | 125,1 | 10633 |
Máximos | | |
Ajuste de Modelos | 88,9 | 7556 |
(por caract. suelo) | |
Encuesta a productores | 89,3 | 7590 |
-1990 | | |
Puede apreciarse que el potencial productivo de este vegetal puede alcanzar, bajo condiciones adecuadas del suelo de implantación, de uso de las variedades correctas, de manejo agronómico, de disponibilidad de humedad y de luz solar, hasta 250 t/ha/año, y que ese valor para las condiciones de Tucumán, puede llegar, con el paquete tecnológico actual, hasta 125 t/ha/año. Resulta evidente pues que se trata de una especie con muy interesantes cualidades para la generación de biomasa útil para la producción de bioenergía.
Si se analiza los constituyentes de esta especie vegetal (Tabla 3), se encuentra que el tallo contiene principalmente jugo (con contenidos de azúcares que pueden transformarse en etanol por fermentación directa), sales minerales y almidón, entre sus principales constituyentes. Contiene además fibra que, al extraerse el jugo puede servir como combustible para generar vapor en calderas apropiadas y que se conoce como bagazo. Las hojas y el despunte de la planta pueden ser a su vez, luego de un estacionamiento en el campo para su secado después de la cosecha, también empleados para generar vapor si se queman en calderas bagaceras.
Se tiene entonces una especie vegetal cuya plantación puede durar entre 5 y 7 años y de la que se puede aprovechar para generar bioenergía, prácticamente todo lo que la planta produce.
Resulta conveniente analizar la composición de la caña pensando en su empleo con fines bioenergéticos.
En el Tabla 3 se informa los contenidos promedio de estos constituyentes.
Tabla 3: Principales constituyentes de la caña de azúcar.
| Tallo Molible | Hojas | Despunte |
CAÑA | 68-70 % | 13-14 % | 17-18 % |
CONSTITUYENTES | | |
Agua | 68 – 70 % | 40 – 70 % | 68 – 75 % |
Sacarosa | 15 – 16 % | 0% | 2 – 6 % |
Fibra | 13 – 11.5 % | 20 – 50 % | 13 – 20 % |
No-azúcar | 2.5 – 3 % | 6 – 10 % | 2 – 6 % |
Los balances enunciados pueden efectuarse sobre un esquema como el propuesto en la Fig. 1
Figura 1: Esquema del Balance Energético de la producción de Biocombustibles.BALANCE ENERGÉTICO
Con referencia al Balance energético, la energía que ingresa debe ser por lo menos, igual a la que sale, siendo lo óptimo obtener los mayores incrementos posibles dentro del sistema. En el caso que nos ocupa, debe considerarse que ingresará además la energía del sol, normalmente no considerada en las metodologías convencionales de análisis. Esta energía se transformará en biomasa, punto de partida para la obtención del biocombustible. Es decir que se espera contar, a la salida del sistema, con una cantidad mayor de energía medible por métodos convencionales, superior a la que se introdujo en el mismo.
La expresión matemática o numérica de este principio es lo que se denomina Balance de energía, el que en conjunto con un balance de masas o materia, permitirá abordar el diseño y operación de cualquier proceso.
En la Figura 1 se ha esquematizado, discriminado en tres bloques, lo que ocurre en un proceso completo de producción de un biocombustible, en este caso bioetanol a partir de caña de azúcar, indicando los ingresos y egresos de los flujos energéticos expresados con el nombre del tipo de portadores que en cada caso corresponda.
El primer bloque es el de la etapa agrícola de producción de la materia prima del proceso (biomasa),debiendo contabilizarse como insumos energéticos tanto al combustible empleado en las tareas de siembra, cultivo, recolección y transporte de la biomasa producida hasta la planta de procesamiento, como la energía que demandó la construcción de los equipos industriales empleados en esta etapa y en la fabricación de los fertilizantes y otros productos químicos usados en la producción agrícola.g
Aquí se contabiliza, como ingreso de energía al sistema, la que entrega el sol y que constituye la única entrada genuina e inagotable que será transformada a lo largo de todo el proceso para llegar finalmente a estar disponible como biocombustible.Balance
En el segundo bloque, correspondiente a la etapa industrial o de transformación de la biomasa en biocombustible, deben tenerse presentes a todas las incorporaciones de energía que requiera el proceso, entre las que se cuentan el combustible para calderas si fuese necesario operar con vapor, la energía eléctrica que consuman motores si la planta no cogenerase a partir de vapor, la energía necesaria para la elaboración de los productos químicos que el proceso pudiera demandar, y la energía empleada en la fabricación y mantenimiento de los equipos industriales. En este caso, es necesario considerar todas las formas posibles de energía que ingresen a la fábrica donde se lleva a cabo la transformación de la biomasa, sin descartar la energía que demande el abastecimiento de insumos diferentes a la biomasa, materia prima principal del proceso.
Se ha esquematizado una tercera etapa del proceso global, la que toma en consideración la energía de transporte del biocombustible hasta los centros de distribución a los usuarios finales.
El estudio de estas tres etapas del proceso permite considerar una premisa básica en la producción y uso de biocombustibles: Tanto los campos de producción, como la planta de procesamiento y los centros de consumo, deben estar lo más cerca posible, para evitar gastos innecesarios en combustible para los traslados, tanto de materia prima vegetal, como de otros insumos importantes si los hubiera y del biocombustible ya elaborado.
En el caso de la caña de azúcar este balance es sumamente positivo como resultado de la gran capacidad de esta especie vegetal de acumular la energía que recibe de luz solar. Este valor se indica en la Tabla 4, en la que se informa la energía que puede producir una tonelada de tallos de caña y los 180 kg de Residuos Agrícola de Cosecha (RAC), que bien manejados constituyen un buen combustible para las calderas de una destilería de bioetanol de caña.
Tabla 4: Energía producible y consumida en la producción de bioetanol.ENERGIA PRODUCIBLE
| Alcohol | Bagazo | RAC |
Rendimiento | 85 litros | 300 kilos | 180 Kilos |
| 142.9 Kw/Tc |
Kcal/tn caña | 429250 | 122880 | |
TOTAL | 552130 Kcal/tn caña |
ENERGÍA CONSUMIDA
| Sector Agrícola | Fábrica | Total |
Caña | 55733 Kcal/ tn | 11841 Kcal/ tn | 69356 Kcal/tn caña |
BALANCE = 552130 Kcal/tn caña / 69356 Kcal/tn caña = 7.96
Se tiene que se puede producir no solo 85 litros de bioetenol anhidro, sino también 142,9 Kw a partir de cogeneración usando como combustibles el bagazo y los RAC. Todo eso equivale a 552.130 Kcal/tn de tallos de caña.
La energía que demanda esa producción, con valores en destilería, es decir que no se ha considerado la energía a emplear en el transporte hasta las bocas de expendio es de 55.733 Kcal/tn en el sector agrícola y 11. 841k Kcal/tn en la etapa industrial. Cabe acotar que no se tuvo en cuenta la energía usada para el proceso provista por el bagazo, ni en lo consignado como energía producida ni en la energía consumida, respetando los círculos de balance de la Fig 1.
Todo esto indica que se obtienen 7,96 unidades de energía por cada unidad consumida en el proceso para las condiciones enunciadas.
Este valor es muy importante y se considera de los mejores entre los que puede lograrse en procesos empleando otras especies vegetales para producir biocombustibles.
El balance energético de la producción de Bioetanol a partir de caña de azúcar puede ser todavía optimizado, fundamentalmente si se masifica este tipo de producción y las Instituciones de investigación y los fabricantes de equipos dedican su esfuerzo en este sentido teniendo presente la necesidad de ser cada vez mas eficientes en los cuatro balances enunciados.
BALANCE AMBIENTAL
Lo que se debe procurar en este balance es que el impacto ambiental de la producción del biocombustible deseado disminuya o sea nulo y que además, al reemplazar combustibles de origen fósil, el impacto ambiental de la producción del sustituto sea inferior al que producía el combustible no renovable original.
A efectos de definir lo que se considera impacto ambiental, diremos que es un proceso de análisis, más o menos largo y complejo, lo mas objetivo posible, sobre los efectos que tendrá sobre el medio ambiente una acción humana prevista (a la que se denomina proyecto) y sobre la posibilidad de evitarlos o reducirlos a niveles aceptables o bien compensarlos.
En general la obtención de combustibles fósiles tiene un importante y complejo impacto sobre el medio ambiente. Es por todos conocido que la combustión de estos compuestos genera gases como el CO2 e hidrocarburos residuales, que pueden ir a la atmósfera en estado gaseoso, a veces sin quemar, impactando muy negativamente al medio ambiente generando una especie de bóveda opaca sobre la superficie terrestre, que opera produciendo lo que se conoce como "efecto invernadero". Esta bóveda absorbe el calor infrarrojo reflejado en la superficie terrestre, aumentando la temperatura del aire en las proximidades de la misma. El CO2 en concentraciones crecientes eleva el coeficiente de captación de la atmósfera, y las radiaciones solares, reflejadas en el suelo o el mar al disminuir la longitud de onda, se estrellan contra la bóveda opaca de CO2.
Si continúa el incremento de este gas o de otros que también contribuyen al efecto invernadero -caso de hidrocarburos como el metano- en la atmósfera, se estima que la temperatura del planeta continuará aumentando con consecuencias climáticas muy negativas.
Lo que corresponde evaluar, entonces, es si la generación de gases que ocasionará el proyecto de producción del bioetanol a partir de caña de azúcar será inferior a la generada por el combustible fósil que reemplazará, teniendo presente además contabilizar el producido por todas las actividades necesarias para su adecuación y/o transformación, desde su extracción, refinado y transporte hasta la llegada a las bocas de expendio.
En el caso del bioetanol, hay que tener en consideración que la producción de la biomasa que se empleará como materia prima se ha formado tomando CO2, atmosférico generando entonces un ciclo, con lo que el aporte de este gas a la atmósfera resulta nulo. Algunas veces, el sistema resulta tomador neto de CO2, ya que parte del carbono presente en la biomasa termina transformándose en carbonatos que pueden permanecer en el suelo o bien terminar depositándose en el fondo del mar.
Por otra parte, y de acuerdo al Protocolo de Kioto, firmado por un número importante de países industrializados, mas no por los Estados Unidos de Norteamérica, se ha creado un mecanismo de compensación de emisiones que permite a aquellas naciones que emiten gases que producen el efecto invernadero en cantidades superiores a las acordadas, comprar disminuciones en la emisión de dichos gases a proyectos de sustitución de quemado de combustibles fósiles por biorenovables en países que, como la Argentina, no se encuentran obligados hasta ahora a disminuir las emisiones de esos gases.
Resulta necesario considerar también, los efluentes de todo tipo que puede ocasionar la producción de biocombustibles, desde la etapa agrícola hasta su arribo a los centros de distribución. Debe tenerse en cuenta además la contaminación que puede ocasionar la fabricación de los insumos que su producción demanda. En ocasiones dicha producción puede comprender derivados de origen no renovable como es el caso de los fertilizantes elaborados a partir de petróleo o gas natural, los que se deberán procurar reemplazar por algunos de origen renovable o por otros que no ocasionen impactos ambientales negativos apreciables, lo que ya se está haciendo en el caso del cultivo de caña con Biofertilizantes, observándose a la fecha resultados muy alentadores .
Todo estos factores deben tenerse presentes para definir si un proyecto de biocombustibles generará menos impacto ambiental que el producido al elaborarse los combustibles que pueden reemplazarlos o para considerar si resulta necesario estudiar y definir operaciones y/o procedimientos que hagan disminuir ese impacto en el tiempo de vida del proyecto.
En el caso de producción de bioetenol a partir de caña de azúcar se tienen tres corrientes de efluentes producidas por el proceso, indicadas en la Fig 2. Una es la cachaza, residuo sólido que puede emplearse como abono en los cañaverales, otro está constituido por las aguas de limpieza de fábrica y otras corrientes líquidas que deba desecharse, las que pueden emplearse para riego, con o sin un tratamiento previo en lagunas, y el tercero es la vinaza, residuo líquido que queda al destilar el mosto de jugo fermentado y que constituye una corriente de alto nivel contaminante. Sin embargo la vinaza es rica en potasio ya que contiene entre 2.05 - 3.97 kg de óxido de potasio por tn de caña y contiene además entre 3.53 - 8.31 kg de carbono que puede emplearse para producir biogas o para ser quemado previa concentración. Esto puede producir un plus de energía y en el caso de recuperarse el potasio un plus de ingresos por la comercialización del potasio. Es posible entonces definir a la cachaza y a la vinaza como subproductos si se emplean convenientemente.

Figura 2: Esquema producción de bioetanol. Resulta importante analizar lo que se conoce como Ciclo de Vida (ACV) del Proyecto, método de soporte para la toma de decisiones que permite identificar los impactos ambientales vinculados al producto, sus procesos y las actividades asociadas en todas y cada una de sus etapas como sería el cultivo, su cosecha y transporte y todo lo vinculado a las etapas de industrialización y transporte de los combustibles hasta sus lugares de expendio. Deben considerarse, además, los efluentes gaseosos que su uso pueda generar. En cada instancia debe identificarse e inventariar todas las entradas y salidas del sistema en estudio para evaluar el consumo de recursos y las emisiones al medio ambiente, determinándose posteriormente los diferentes impactos ambientales de cada etapa. Finalmente, deben definirse las acciones de minimización y de mejoras accesibles, de suerte de contar con herramientas que permitan que el Balance Ambiental sea lo mas positivo posible.