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Agroenergética: Producción de biomasa para fines energéticos

Publicado: 10 de septiembre de 2003
Por: Jesús Fernández González. Catedrático de Producción Vegetal. E. T. S. de Ingenieros Agrónomos. Universidad Politécnica de Madrid
EVOLUCIÓN DE LA AGROENERGETICA

En la década de los 70 del pasado siglo y como consecuencia de la primera crisis de la energía iniciada en 1973, surgió el concepto de AGROENERGETICA para referirse a una nueva faceta de la agricultura en la que se pretendería la producción de biomasa mediante cultivos específicos y la transformación de ésta en productos energéticos de fácil utilización en los sistemas convencionales, en sustitución de los combustibles tradicionales (1,2). Con el paso del tiempo, lo que parecía entonces una utopía, ha ido poco a poco convirtiéndose en una realidad, todavía en un estado incipiente, pero con un extraordinario porvenir. Hoy en día ya no resulta chocante el pensar en la agricultura como una posible fuente de energía a través de los “cultivos energéticos” y a ello se puede decir que han contribuido, entre otras, las siguientes circunstancias:
  • La Política Agraria de la UE (PAC) fomentando la reducción de la producción de alimentos con el consiguiente abandono de una gran cantidad de superficies de tierras agrícolas. Este hecho ha dado origen a que se fomenten los cultivos alternativos a los alimentarios entre los que destacan los cultivos energéticos, cuyo producto no corre el riesgo de llegar a saturar los mercados, como ha ocurrido con los alimentarios y ocurre con la gran mayoría de los restantes cultivos alternativos que se proponen.
  • Las sucesivas crisis energéticas y la constatación de la fragilidad del sistema energético de los países desarrollados, basado fundamentalmente en el petróleo, ha despertado el interés de producir combustibles autóctonos y renovables, principalmente mediante cultivos energéticos y así se ha puesto de manifiesto en diversas medidas de política energética, tanto a nivel de la UE (3,4) como a nivel Nacional (5).
  • La sensibilización de la opinión mundial por el deterioro que supone el vertido a la atmósfera de contaminantes gaseosos procedentes de la quema de combustibles fósiles e incendios de bosques. De estos contaminantes, el más importante es el anhídrido carbónico, cuyo aumento, junto al de otros gases, ha supuesto un recalentamiento de la superficie terrestre por causa del denominado "efecto invernadero", y cuyas futuras consecuencias son todavía imprevisibles. Entre las medidas que se han propuesto para frenar el aumento de la concentración de CO2 atmosférico se encuentra la utilización de biocombustibles procedentes de biomasa generada en plantaciones energéticas, los cuales son neutros a efectos del incremento global del CO2, ya que todo el CO2 producido en la utilización de dichos combustibles ha sido previamente fijado de la atmósfera.
  • La necesidad de buscar combustibles alternativos a los fósiles para los países en vías de desarrollo ya que constituyen cerca del 80 % de la población mundial y su consumo actual en combustibles fósiles es tan solo del 35 %. Si el futuro desarrollo de estos países estuviese basado en combustibles fósiles, se aceleraría considerablemente el agotamiento de las reservas y como consecuencia se encarecerían los precio de éstos, lo que haría inviable dicho modelo de desarrollo para estos países y provocaría una crisis de dimensiones incalculables en los países desarrollados dependientes de los combustibles fósiles. Una selección de artículos sobre agroenergética publicados por el autor se indican en las referencias 6, 7, 8 y 9.

CARACTERÍSTICAS QUE DEBEN REUNIR LOS CULTIVOS ENERGÉTICOS


Como los objetivos perseguidos con los cultivos energéticos son diferentes de los perseguidos con los alimentarios, parece lógico esperar que las especies que se seleccionen para este tipo de aprovechamiento sean distintas de las tradicionalmente empleadas para la producción de alimentos. Las especies dedicadas a producir biomasa con fines energéticos pueden ser de tipo herbáceo o leñoso y aunque en ocasiones puedan coincidir con especies utilizadas en cultivos agrícolas tradicionales o en aprovechamientos silvícolas clásicos, en general la fitotecnia y el manejo de las plantaciones variará sensiblemente respecto a los planteamientos clásicos.

Entre las características ideales que deben cumplir los cultivos extensivos dedicados a la producción de biomasa para fines energéticos (cultivos energéticos) cabe citar:
1.- Tener altos niveles de productividad en biomasa con bajos costos de producción, de tal forma que hagan viable económicamente la producción de biocombustibles o biocarburantes en relación a los carburantes y combustibles de origen fósil.

2.- Posibilidad de desarrollarse en tierras marginales, en tierras agrícolas marginalizadas por falta de mercado para los productos tradicionalmente cultivados o en tierras retiradas de la producción de alimentos.

3.- Requerimiento de maquinaria agrícola convencional, normalmente disponible por los agricultores, utilizable también para otros cultivos propios de la zona.

4.- No contribuir sensiblemente a la degradación del medio ambiente, de tal forma que el balance medioambiental producido por su cultivo sea mejor al que se produciría si la tierra no estuviese cultivada o fuera ocupada por un cultivo tradicional.

5.- Tener un balance energético positivo, es decir, que la energía neta contenida en el biocombustible producido sea superior a la gastada en el cultivo y en la obtención de los biocombustibles.

6.- Posibilidad de recuperar fácilmente las tierras después de finalizado el cultivo energético para realizar otros cultivos si las condiciones socioeconómicas así lo aconsejaran.

7.- Adecuación de la naturaleza de la biomasa producida para su utilización como materia prima para fabricación de biocombustibles o biocarburantes.

TIPOS DE CULTIVOS ENERGÉTICOS

En la actualidad, los cultivos destinados a la producción de biomasa con fines energéticos pueden agruparse en tres tipos fundamentales en función del destino final de la biomasa:
  • Cultivos oleaginosos para la producción de aceite transformable en biodiesel (conjunto de ésteres metílicos o etílicos de los ácidos grasos de los aceites vegetales) para sustitución del gasóleo de automoción. Hasta ahora se están utilizando para esta finalidad cultivos de colza en los países del Centro y Norte de Europa y se está considerando al girasol para los países mediterráneos, pero debido al relativamente elevado precio de estos aceites en comparación con el precio del gasóleo, es indispensable contar con subvenciones públicas para el desarrollo de esta actividad. Es preciso buscar nuevos cultivos adaptados a las condiciones edafoclimáticas de cada país con un coste bajo de producción, lo que podría conseguirse con nuevos cultivos en los que se valorizara toda la biomasa producida en lugar de cargar todo el coste del cultivo a la producción de aceite, como ocurre actualmente con los cultivos oleaginosos tradicionales. Un ejemplo de este tipo de cultivo para el área mediterránea podría ser el cardo (Cynara cardunculus L.) cuyas semillas contienen un aceite muy similar al de girasol, pero cuyo coste de producción podría ser alrededor de la mitad, si se aprovecha el resto de la biomasa producida por este cultivo para fines energéticos o como materia prima para usos industriales.
  • Cultivos alcoholígenos para la producción de bioetanol utilizable en sustitución total o parcial de las gasolinas de automoción o para la producción de aditivos antidetonantes exentos de plomo como el Etil-Terbutil-Eter (ETBE). Hasta ahora los cultivos más utilizados para esta finalidad han sido la caña de azúcar, los cereales y la remolacha, todos ellos cultivos desarrollados en la agricultura tradicional. La caña de azúcar se está utilizando en los países de clima tropical o subtropical, cuyo ejemplo más representativo es el caso de Brasil, en un sistema de producción autosostenible desde un punto de vista energético, ya que toda la energía que requiere el proceso se obtiene del propio bagazo de la caña que queda tras la extracción del jugo azucarado. En USA se obtiene el bioetanol a partir de maíz, principalmente y en Europa la mayor parte se obtiene a partir de remolacha (Francia) o cereales de invierno (trigo y cebada principalmente) como es el caso de España. La fabricación del bioetanol a partir de cereales o de remolacha requiere un aporte externo de energía, que en los sistemas tradicionales de destilación se realiza mediante combustibles fósiles con unos requerimientos equivalentes a la energía contenida en el bioetanol producido, lo que rebaja sensiblemente las ventajas ecológicas globales de este tipo de biocarburantes. Para obviar este inconveniente sería deseable, a parte de emplear sistemas de bajo consumo energético, utilizar biocombustibles sólidos en los procesos de destilación, combinados con la cogeneración de electricidad o buscar otros cultivos que produzcan bagazo además de la materia prima alcoholígena, como pueden ser la pataca (Helianthus tuberosus L.) o el sorgo azucarado (Sorghum bicolor Moench.). Actualmente se está desarrollando la producción de etanol a partir de materiales celulósicos, lo que supondría una reducción considerable del coste de la materia prima, aunque todavía el proceso está en fase de I + D.
  • Cultivos lignocelulósicos para la producción de biocombustibles sólidos utilizables con fines térmicos, para calefacción, usos industriales o producción de electricidad (agroelectricidad). Los cultivos destinados a producir este tipo de a biomasa lignocelulósica producida con especies leñosas de rápido crecimiento o con herbáceas perennes de alta producción, parece ser la más adecuada ya que puede cumplir las características antedichas. Entre las especies leñosas propias para esta finalidad cabe destacar el chopo (Populus sp.) y los sauces (Salix sp.)para zonas frescas o con posibilidad de riego barato, y para zonas más secas habría que pensar en especies resistentes a la sequía, entre las que cabe destacar algunas pertenecientes a los géneros Robinia y Eucaliptus entre otros. Estas especies deben plantarse en alta densidad (de 10.000 a 20.000 plantas por ha) y con turnos de corta de 3 a 6 años, aprovechando la capacidad de rebrote para continuar la plantación en años sucesivos. La productividad que se puede alcanzar con este tipo de plantaciones oscila entre las 10 y las 20 toneladas de materia seca por ha y año. La plantación de especies leñosas en tierras agrícolas produce en principio un cierto rechazo entre los agricultores ya que la recuperación futura de la tierra para los usos tradicionales, si fuera necesario, podría no ser tan inmediata como se quisiera y, en cualquier caso, siempre supondría un cierto coste la eliminación de los tocones. Entre las especies herbáceas productoras de biomasa lignocelulósica para estos fines podemos citar el cardo (Cynara cardunculus L.), especie típica del área mediterránea perfectamente adaptada a su climatología (10). En los países del Norte y del Centro de Europa se está considerando el miscanto (Miscanthus sinensis) pero en nuestro país este cultivo necesitaría riegos frecuentes en verano, por lo que no sería económicamente viable para la producción de biomasa combustible en la mayoría de las tierras de secano. También se está considerando la denominada caña de Provenza (Arundo donnax) que ya había sido utilizada anteriormente para la fabricación de pasta de papel. De todas estas especies, la más prometedora en la actualidad para España es el cardo, que podría cultivarse en cerca de un millón de hectáreas.

BENEFICIOS DERIVADOS DEL DESARROLLO DE LA AGROENERGETICA.

Entre los beneficios que puede suponer la producción de biomasa por el sector agrario, a parte del económico que pueda reportar al productor, cabe citar:

Socio-económicos
  • La agroenergética permite la continuidad de la actividad del sector agrícola evitando el abandono de superficies productivas y manteniendo la actividad de los sectores industriales relacionados directamente con la producción agrícola tales como las industrias de fertilizantes, maquinaria agrícola o producción de semillas.
    Creación de puestos de trabajo tanto en el sector agrícola como en el de la transformación para la producción de biocombustibles.
Medio-ambientales
  • Los cultivos energéticos, para ser rentables, deben tener bajos niveles de inputs, por lo que la agricultura resultante produciría un menor impacto ambiental que la tradicional.
    Los cultivos energéticos perennes, tales como el cardo, protegen al suelo de la erosión, eliminando las labores de barbecho y la pérdida de suelo que se deriva de su práctica continuada.
    Reducción del incremento neto de anhídrido carbónico en la atmósfera, ya que el CO2 que se produce como consecuencia de la combustión de los biocombustibles habría sido previamente fijado por las plantas mediante la fotosíntesis. Este hecho contribuye a frenar el incremento del "efecto invernadero" que se está produciendo en la atmósfera principalmente por el consumo masivo de combustibles fósiles.
    Reducción de las emisiones de óxidos de azufre que se producen en la combustión del gasóleo y los carbones, lo que da origen a las nocivas "lluvias ácidas".
    En el caso del bioetanol carburante, se eliminan las emisiones de plomo que se producen al utilizar gasolinas "super" en base a tetraetilo de plomo como antidetonante.
Económicos y fiscales
  • Precio de la termia de biocombustibles sólidos para calefacción, más barata que la termia de combustibles fósiles (aproximadamente 3 kg de paja de 3,3 Mcal/kg, contienen la misma energía que 1 kg de gasóleo de calefacción de 9,9 Mcal/kg.
    Reducción de las subvenciones por desempleo por la generación de puestos de trabajo.
    Aumento del producto interior bruto y como consecuencia de la recaudación de impuestos por efecto de la producción agrícola en tierras cuya alternativa es el abandono.
    La sustitución parcial de una parte de los combustibles importados por biomasa producida en el propio país supone una gran ventaja estratégica, al reducir el grado de dependencia energética del exterior, además de un ahorro de divisas.

CONSIDERACIÓN DE LA AGROENERGÉTICA EN LA POLÍTICA ENERGÉTICA DE LA UE

Como parte de la política energética y medioambiental de la UE, la Comisión Europea, en noviembre de 1997 realizó una propuesta el “Libro Blanco de las Energías Renovables” (3), donde trató de ordenar un plan de acción para conseguir que la participación de las energías renovables en el año 2010 pasase a ser del orden del 12%, lo que representaría una producción global de 182 Mtep procedentes de las energías renovables (Tabla I). Esto permitiría, entre otros aspectos positivos, reducir las emisiones de CO2 en alrededor de 402 millones de tal año.

De entre todas las energías renovables es la biomasa la que ofrecía las mejores perspectivas de crecimiento. Según las previsiones de la Comisión (Tabla I) el aporte actual de la biomasa (incluyendo los RSU), estimado en 44,8 Mtep debería pasar a ser de 135 Mtep en el año 2010, es decir un incremento de 90 Mtep, lo que equivale al 83,8 % del incremento global de las energías renovables. Según estos datos, la biomasa debería triplicar su contribución actual para lograr el objetivo propuesto. Para conseguir alcanzar la producción de energía procedente de biomasa propuesta por el Libro Blanco, la Comisión basa su estrategia en la consecución de 45 Mtep de cultivos energéticos, 30 Mtep de residuos agrícolas y forestales y 15 Mtep procedentes de biogás.

De la energía generada mediante cultivos energéticos 18 Mtep podrían ser en forma de combustibles líquidos y los 27 restantes en forma de biomasa lignocelulósica producida mediante cultivos energéticos de tipo leñoso o herbáceos, según las posibilidades de cada país. La Comisión propone la utilización de un total de unos 10 millones de hectáreas de tierras agrícolas de la UE para esta finalidad, lo que supone un 7,1 % de las tierras potencialmente cultivables de la UE, cuya superficie global se estima en 141 millones de hectáreas. El total de las tierras de cultivo de la UE es algo más de 87 millones de hectáreas, de los que 76 son tierras de labor, por lo que la propuesta de la Comisión supone la utilización de una superficie equivalente al 13 % de la que ocupan las tierras de labor de la UE. Aparte de los 87 millones de hectáreas de tierras agrícolas hay otros 54 millones de hectáreas de tierras potencialmente cultivables, pudiéndose utilizar una parte de estas tierras junto con otra de entre las de labor, para el establecimiento de cultivos energéticos.

TABLA I.- Incremento propuesto de las Energías Renovables en la UE para el año 2010 según el Libro Blanco de la Comisión.
TIPOS DE INTERES CONTRIBUCIÓN DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES EN LA U.E. INCREMENTO 2010-1995
1995 2010
  Mtep % Mtep % Mtep %
BIOMASA 44,80 60,3 135,00 74,2 90,20 83,8
HIDRÁULICA 26,40 35,5 30,55 16,8 4,15 3,9
EÓLICA 0,35 0,5 6,90 3,8 6,55 6,1
SOLAR TÉRMICA 0,26 0,3 4,00 2,2 3,74 3,5
FOTOVOLTAICA 0,002 0,0 0,26 0,1 0,26 0,2
GEOTÉRMICA 2,50 3,4 5,20 2,9 2,70 2,5
TOTAL 74,31 100,0 181,91 100,0 107,60 100,0

CONSIDERACIÓN DE LA AGROENERGÉTICA EN LA POLÍTICA ENERGÉTICA ESPAÑOLA


Siguiendo las directrices del Libro Blanco de la Comisión Europea, el Gobierno español introdujo en la Ley del Sector Eléctrico (Ley 54/1997 de 27 de noviembre), en su disposición transitoria decimosexta, el compromiso de que para el año 2010 se cubriera como mínimo el 12% del total de la demanda energética de España con energías renovables. Para lograr este objetivo, en la reunión del Consejo de Ministros del pasado 31 de diciembre de 1999, se aprobó el Plan de Fomento de las Energías Renovables (5), elaborado por el MINER a través del IDAE en el que se realizan una serie de propuestas concretas. En conjunto se propone que para el año 2010 la energía que se consuma en España de origen renovable sea de 16,639 Mtep (millones de toneladas equivalentes de petróleo), con un incremento de 9,526 Mtep sobre la situación de 1998. De este incremento, el 74,4 % (7,086 Mtep) correspondería a energía obtenida de combustibles de origen biológico (biomasa) y el resto de las otras fuentes de energía renovable (Tabla II).. El aporte mayor de energía procedente de Biomasa sería como bioelectricidad, con un consumo de energía primaria de 5,1 Mtep proporcionados por biocombustibles sólidos obtenidos a partir de residuos agrícolas y forestales y de biomasa producida expresamente mediante cultivos energéticos (3,35 Mtep), seguido de la producción de calor, también mediante residuos sólidos de origen agroforestal, según se puede apreciar en la Tabla III.

Según estas cifras, más del 50 % de la energía esperada de la biomasa procedería de cultivos energéticos, por lo que es evidente que para la consecución de los objetivos del Plan de Fomento de las Energías Renovables es imprescindible el desarrollo de la Agroenergética a través de la implantación de este tipo de cultivos, los cuales movilizarían la utilización de los residuos agrícolas y forestales previstos en el Plan (11). Desgraciadamente, hasta ahora no ha empezado a realizarse esta actividad, por lo que está en serio peligro la consecución de los objetivos del Plan.

TABLA II.- Incremento propuesto de las energías renovables en España para el año 2010 según el Plan de Fomento de las Energías Renovables aprobado por el Consejo de Ministros el 31.12.99.
TIPO DE ENERGÍA CONTRIBUCIÓN DE ER EN ESPAÑA INCREMENTO 2010-1998
1998 2010
  ktep % ktep % ktep %
BIOMASA 3.892 54,7 10.978 66,0 7.086 74,4
HIDRÁULICA 3.019 42,5 3.271 19,7 252 2,7
EÓLICA 172 2,4 1852 11,1 1.680 17,6
SOLAR TÉRMICA 26 0,4 516 3,1 490 5,1
FOTOVOLTAICA 1 0,0 19 0,1 18 0,2
GEOTÉRMICA 3 0,0 3 0,0 -- --
TOTAL 74,31 100,0 16.639 100,0 9.526 100,0


TABLA III.- Previsiones del Plan de Fomento de las Energías Renovables en cuanto al origen del consumo anual de biocombustibles sólidos en España para el final del período 1999-2010 y el empleo de dichos biocombustibles sólidos
TIPOS Y APLICACIONES DE LA BIOMASA ktep %
FUENTE
Residuos forestales (150000 ha x 3 tep/ha)
Residuos agrícola leñosos (850.000 ha x 1,5 t/ha x
Residuos agrícola herbáceos (1.350.000 ha x 3,6 t/ha
Residuos industriales agroforestales
Cultivos energéticos (alrededor de 1 Mha)
450
350
1350
500
3.350
7,5
5,8
22,5
8,3
55,8
TOTAL 6.000 100.0
APLICACIONES
- Termicas
- Eléctricas
900
5.100
15,0
85,0
TOTAL 6.000 100.0


POSIBILIDADES DE CUMPLIMIENTO DEL PLAN DE FOMENTO DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES CON RELACIÓN A LOS CULTIVOS ENERGÉTICOS

La posibilidad real de utilización de la superficie de cultivo propuesta (1.000.000 ha de secano) para la producción de biomasa sin afectar la estructura productiva de la agricultura actual es evidente teniendo en cuenta que en la pasada década de los 90 en España se han abandonado 1,5 millones de hectáreas de tierras de cultivo de secano como consecuencia de la aplicación de la PAC, principalmente y cerca de 2 millones de hectáreas si empezamos la cuenta en 1986 (véase Tabla IV), existiendo además toda la infraestructura necesaria para realizar dichos cultivos siempre que se pueda utilizar la maquinaria convencional de que dispone el agricultor y que, como consecuencia del abandono de tierras, se encuentra infrautilizada.

TABLA IV.- Variación de las superficie ocupada por las tierras de cultivo en España durante el período 1986-1996. Fuente: Anuario estadístico del MAPA. Valores en millones de hectáreas.
AÑO SECANO REGADÍO TOTAL
1986
1990
1995
2000
17,37
16,97
15,58
15,47
3,05
3,20
3,18
3,61
20,42
20,17
18,76
19,08


Con respecto a la capacidad del agricultor español a adaptarse a los nuevos cultivos y poder crecer a un ritmo tal que se consiga implantar cerca de 1.000.000 ha de cultivos energéticos para el año 2010, existe un precedente que puede servir de ejemplo. Tal fue el caso de la introducción del cultivo del girasol en la década de los 60, que pasó de tener 11.300 ha en 1965 (como cultivo para producción de pipas para uso de boca) a 791.800 ha en 1975, habiendo llegado a ocupar 2,14 millones de hectáreas en 1993. Esto se logró gracias a la política del Ministerio de Agricultura de entonces, que decidió impulsar la industria de producción de aceite de girasol y puso los medios técnicos y económicos adecuados para lograr dicha finalidad.

Todavía se estaría a tiempo de recuperar el tiempo perdido y potenciar el desarrollo de la agroenergética pero para ello es preciso romper algunas barreas y tomar una serie de decisiones políticas sin las cuales no se podrán cumplir los objetivos del Plan. Las principales medidas a tomar, a nuestro juicio, para favorecer el desarrollo de la Agroenergética con vistas al cumplimiento de los objetivos del Plan de Fomento de las Energías Renovables serían las siguientes:

Aceptación por parte del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación de la responsabilidad que le compete en el desarrollo del sector agroenergético como una parte más de la política agrícola nacional, empleando los medios humanos y materiales necesarios para impulsar este sector emergente. Para ello debería formarse en el seno del MAPA un Organismo específico con personal especializado que trate de esta actividad, tanto en el aspecto de la producción agrícola como en el de la transformación de la biomasa en combustible o en energía térmica o eléctrica.

Campaña de Divulgación dirigida a las Organizaciones Agrarias para el fomento de la actividad Agroenergética con creación de nuevas agroindustrias que potencien el desarrollo rural.
Integración de proyectos sobre Agroenergética en Proyectos de Desarrollo Rural (tipo LIDER o PRODER) como potenciadores de la actividada agraria, en concordancia con las orientaciones de la futura PAC.
Separar la Biomasa del resto de las Energías Renovables en los Programas Públicos de I+D que se realicen para fomentar este tipo de energías y dotar a dicho Programa de un presupuesto específico acorde con la importancia esperada de este tipo de energía. En este Programa se debería potenciar la investigación sobre la producción de biomasa mediante cultivos energéticos y las tecnologías de transformación eficiente de la biomasa en combustibles sólidos para producción de calor y/o electricidad o para fabricación de biocombustibles líquidos para automoción alternativos a los combustibles fósiles.

Para el desarrollo del punto anterior se propone la creación de una Comisión Interministerial sobre Biomasa, en la que se integren representantes de los sectores implicados de la Administración (Agricultura, Industria, Energía, Medio Ambiente, Universidades y Organismos Públicos de Investigación Agraria, Economía y Hacienda) que gestione un Programa Nacional de I + D sobre Biomasa. Existe un antecedente en el Programa Nacional sobre Agroenergética, creado en el seno de la CICYT en 1981 y que finalizó en 1987 debido a la escasa atención que se prestaba entonces al potencial energético de la biomasa.
Fomento de Proyectos de Demostración sobre Complejos Agroeléctricos y de las restantes Agroindustrias para la producción de biocombustibles sólidos, líquidos o gaseosos, habilitando una línea de financiación especial para incentivar a los proyectos innovadores en este sector.


CONCLUSIÓN
La consecución de los objetivos del Libro Blanco de la UE y del Plan de Fomento de las E R, tanto en la UE como en España, se basa fundamentalmente en la energía que se puede obtener de la biomasa, y más concretamente en las biomasas producidas mediante cultivos energéticos, por lo que se puede decir sin ninguna reserva que la consecución de dichos objetivos gravitan mayoritariamente sobre el Sector Agrario.

Los cultivos energéticos representan una esperanza para la continuidad de la actividad productiva de la agricultura ya que podrían ocupar el total de la superficie que va quedando abandonada por los cultivos alimentarios por falta de mercado. Para ello sería necesario potenciar una decidida Política Agroenergética por parte de las Autoridades Agrarias europeas y nacionales.

Para la consecución de los objetivos del Plan de Fomento de las Energías Renovables es preciso potenciar la investigación y desarrollo sobre la producción de biomasa mediante cultivos energéticos y las tecnologías de transformación eficiente de la biomasa en combustibles sólidos para producción de calor y/o electricidad o para fabricación de biocombustibles líquidos para automoción. Cuanto más se tarde en acometer esta tarea con el interés y dedicación que merece, mayor será el daño que se hará al futuro del sector agrario y a sus posibilidades de supervivencia y expansión mediante la actividad agroenergética.
FUENTES DEL TRABAJO
1.- FERNANDEZ.J. (1976).- Obtención de energía a partir de los vegetales. Diario YA de Madrid del 11/07/76. p 11-15.

2.- FERNANDEZ, J. (1977).- Agroenergetica el cultivo de plantas con fines energéticos. AGRICULTURA 46. p 541 - 545 . Editorial Agrícola Española. Madrid.

3.- COMISIÓN DE Las COMUNIDADES EUROPEAS (1997).- Energía para el futuro: Fuentes de energía renovables. Libro Blanco para una estrategia y un Plan de acción Comunitarios.Documento COM(97) 599 final. ISBN 92-78-28529-3. 58 pp. Luxemburgo.

4.- COMISIÓN EUROPEA (2001).- Libro Verde . Hacia una estrategia europea de seguridad del abastecimiento energético. Documento COM(2000) 769 final. ISBN 92-894-0316-0. 109 pp. Luxemburgo.

5.- IDAE (1999) .- Plan de Fomento de las Energías Renovables en España. Fondo editorial de IDAE, serie “Difusión IDAE”. 271 pp.

6.- FERNANDEZ, J. (1980).- La agricultura como productora de energía. INGENIERIA QUIMICA Nov.80. pp 23 – 32.

7.- FERNÁNDEZ, J. (1993).- Agroenergética: una opción alternativa de la agricultura actual. El Boletín nº 17 (sept. 1993) pp 10-18. Mº de Agricultura Pesca y Alimentación. Madrid.

8.- FERNANDEZ, J. (1994).- Cultivos energéticos para la Península Ibérica. En " Los cultivos no alimentarios como alternativa al abandono de tierras". Editorial Agrícola Española, Serie Técnica n18, ISBN: 84-85441-28-1. pp 27-42. Madrid.

9.- FERNÁNDEZ, J. (1997)- Cultivos energéticos: una alternativa. En "El campo y el medio ambiente: un futuro en armonía". Monografía del BCH. pp 205-217.

10.- FERNÁNDEZ, J. (2000).- El cardo como cultivo energético. Boletín informativo del Servicio Agrario de la Caja de Burgos. Junio de 2000. pp 19- 27.

11.- FERNANDEZ, J. (2000). Presente y futuro de la biomasa como fuente de energía. Ponencia presentada a la reunión ENERNOVA-2000 organizada por el Grupo Recoletos. Madrid, mayo de 2000.
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