El daño por insectos provoca grandes pérdidas económicas en el cultivo de maíz. Las plagas más importantes a nivel nacional pertenecen al orden de los lepidópteros, dentro de los cuales podemos mencionar, entre otras, las siguientes especies: barrenador del tallo (Diatraea saccharalis), gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) e isoca de la espiga (Helicoverpa zea).
El “barrenador del tallo” es una de las plagas más importantes del cultivo de maíz en la Argentina. Las poblaciones de esta plaga aumentan desde la siembra hasta la cosecha. Tiene entre tres y cuatro generaciones anuales, según la región. La primera generación proveniente de larvas invernantes emerge en Octubre y Noviembre infestando gramíneas silvestres y cultivadas. La segunda, de adultos, afecta al maíz en floración (siembra temprana). Durante la tercera y cuarta generación ocurren ataques generalizados afectando principalmente a lotes de siembra tardía en etapa de llenado de granos. Las disminuciones en el rendimiento son ocasionadas por los daños que provocan las larvas. Éstas ingresan a las plantas, realizan galerías, provocan el debilitamiento de los tallos, y posibilitan el ingreso de hongos, entre otros daños.
Las tecnologías de control se basan en el “manejo integrado de plagas”, es decir en un conjunto de técnicas disponibles para el manejo de poblaciones de organismos perjudiciales. Dentro de éstas encontramos el control biológico basado en los enemigos naturales que atacan diferentes estados de desarrollo del barrenador del tallo; el control químico y el control mediante prácticas culturales (siembras tempranas, rotación de cultivos, cosechas anticipadas si se encuentra más del 5% de espigas (pedúnculo) dañadas en madurez fisiológica, siembra de híbridos con buen comportamiento frente al ataque de las larvas).
La siembra de los maíces Bt, maíz transgénico resistente a Diatraea, fue autorizada a partir del año 1998, permitiendo solucionar el problema de la principal plaga limitante del desarrollo del cultivo de maíz en el país: el barrenador del tallo. Desde entonces la superficie fue en constante aumento, durante la campaña 2003/04, el uso de materiales genéticamente modificados llegó a altos niveles de difusión, superando la mitad del área implantada. Hoy un 60% de los maíces sembrados son Bt y permiten controlar hasta un 98% de esta plaga.
Los híbridos de maíz Bt son una alternativa de control surgida por medio de la biotecnología. Son cultivares transgénicos a los cuales se las ha incorporado un gen con la bacteria Bacillus Thuringiensis que le otorga resistencia genética a las larvas del barrenador del tallo (mediante la producción de altas concentraciones en sus propios tejidos de una proteína tóxica para las larvas del barrenador del tallo). Así los maíces Bt quedan protegidos, logrando una alta efectividad en el control de la mencionada plaga, responsable de provocar serias pérdidas de rendimiento en el cultivo de maíz.
El Bt (Bacillus Thuringiensis) es una bacteria de suelo que produce una proteína cristalina con propiedades insecticidas, tóxica y específica para las larvas de Diatraea (en el aparato digestivo de los lepidópteros existe un sitio de unión específico que reconoce a la proteína Bt, al unirse a este sitio, la proteína altera las paredes del aparato digestivo de la larva y provoca su muerte). De esta manera, al comer parte de la planta, las larvas ingieren la proteína Bt y mueren. Esto provoca una alta presión de selección, sobreviviendo solamente una pequeña fracción de los individuos más resistentes. Si estos insectos que sobreviven sólo se cruzan entre sí, se desarrollará a través del tiempo una población resistente, perdiendo así el maíz Bt su efectividad de control.
Sin embargo, para que la tecnología Bt siga siendo eficiente y su efecto sea perdurable en el tiempo, es condición necesaria prevenir el desarrollo de insectos resistentes a través de la siembra de “refugios” en cada lote Bt. Un refugio es una porción del lote de maíz Bt, sembrada con un maíz no Bt de similar ciclo de madurez. En el refugio, se desarrolla una población normal de barrenador del tallo, actuando como fuente de individuos susceptibles, que al cruzarse con la población resistente (sobreviviente del lote Bt) permiten mantener una población susceptible, contrarrestando los efectos de la selección. Se disminuye así la probabilidad de que dos insectos resistentes que eventualmente puedan sobrevivir en el lote y sobre los cuales el maíz Bt no tendría efecto, se crucen entre sí, ya que esto generaría una descendencia resistente, perdiendo el maíz Bt su capacidad de control.
De no ser así, los beneficios de esta tecnología desaparecerán en el corto plazo, ya que como sucede con cualquier insecticida, el uso masivo de los productos Bt sin un correcto manejo traería aparejado el riesgo de un potencial desarrollo de resistencia.
Al sembrar un refugio se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
Deben sembrarse con un maíz no Bt de ciclo similar.
Deben sembrarse en la misma fecha de siembra que el lote Bt.
El refugio debe ser el 10% de la superficie del lote.
Los refugios deben sembrarse en bloques compactos, adyacentes al maíz Bt, para permitir el desarrollo de una población susceptible.
Las semillas para sembrar el refugio no deben mezclarse, ni mezclarse surcos Bt con no Bt.
No deben quedar más de 1500 metros de maíz Bt sin un refugio: si el lote mide menos de 1500 m el refugio debe sembrarse en la punta del lote, si el lote mide más de 1.500 m de lado, el bloque de refugio deberá sembrarse en el centro del mismo, para asegurar que los insectos del refugio puedan volar y cruzarse con cualquier potencial sobreviviente del maíz Bt. La distancia entre ambas zonas del lote deberá ser menor a la máxima capacidad de vuelo de los insectos, para permitir la mezcla de ambos grupos. Por lo tanto, el tamaño y la distribución de los refugios es importante para el manejo efectivo.
No deben realizarse aplicaciones de insecticidas para el control del barrenador del tallo (Diatraea saccharalis) en los refugios.
En caso de detectarse ataque de gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) por encima del umbral de acción, pueden aplicarse insecticidas.
La introducción de híbridos Bt resistentes al “barrenador del tallo”, ha significado un gran avance para la producción de maíz en nuestro país ya que brinda la posibilidad de un fácil y alto control sobre esta plaga. Las ventajas de los maíces Bt, no sólo se reflejan en un aumento de rendimiento (entre un 10% y 35% de incremento al evitar los daños mecánicos y fisiológicos producidos por las larvas del los insectos), si no que su uso ha permitido facilitar el manejo del cultivo (ya que la mejor calidad y resistencia del tallo permite una mayor flexibilidad al momento de la cosecha y un mejor secado del grano en el campo). Es importante considerar que los maíces Bt no poseen un potencial de rinde mayor sino que esa característica de protección le permite reducir las pérdidas manifestando en forma más segura sus posibilidades de obtener altos rendimientos.
Otras consideraciones acerca de los híbridos Bt
La presencia del gen Bt asegura un altísimo control del barrenador, permitiendo reducir las pérdidas directas sobre el cultivo evitando los daños sobre tallo, espiga y granos; y las indirectas al no presentar galerías en el tallo o en el pedúnculo de la espiga reduciéndose drásticamente el quebrado o desprendimiento de las plantas de maíz, evitándose pérdidas que en zona de vientos llegan a ser importantes.
Al no presentar daño en espiga, las plantas de maíz no se ven afectadas por la incidencia de podredumbre de espiga u otros hongos, que siguen la vía de entrada del barrenador. Se reduce así la concentración de toxinas (aflatoxinas, fumosinas) causadas por los hongos en los granos, dándole mayor valor a la producción.
Permite realizar siembras tardías, el uso de estos materiales se recomienda principalmente para estos casos.
Permite reducir el uso de insecticidas convencionales.
Son altamente compatibles con los enemigos naturales (benéficos) y otros organismos no blanco de control e inocuos para vertebrados.
Esta tecnología suele ser más costosa, y este costo adicional se asume bajo cierto nivel de incertidumbre, ya que se desconoce si la intensidad de los ataques de las plagas superará el nivel de daño económico
NECESIDAD Y COMPROMISO DE UTILIZAR REFUGIOS, por parte de quienes se inclinen por la siembra de estos materiales.
