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Enfermedades en Trigo

Manejo de las enfermedades en Trigo

Publicado: 31 de julio de 2007
Por: Jesús Pérez Fernández y Andrés Corro Molas, INTA Anguil. Argentina
En los últimos años, las enfermedades que afectan al cultivo de trigo han incrementado su severidad debido a la difusión de cultivares de trigo susceptibles, el incremento del área de siembra directa sin rotación, uso de semilla infectadas que ayudaron a diseminar el inóculo en algunas manchas foliares y en especial a condiciones ambientales favorables a manchas foliares, hongos de suelo y de espiga que tienen el potencial de limitar los rindes y calidad del cultivo de trigo.

Entre las enfermedades con mayor impacto sobre la productividad (Tabla Nº 1 ) se destaca el grupo de las enfermedades foliares como Septoriosis de la hoja (Septoria tritici) Roya de la hoja (Puccinia recondita) y mancha amarilla (Pyrenophora tritici-repentis). Estas manchas tiene una alta incidencia en todas las regiones trigueras de la Argentina. Otra enfermedad que se datacó en las últimas campañas es el pietin de los cerales (Gaeumannomyces graminis), esta es un hongo de suelo que como no se cuenta con germoplasma resistente su manejo se basa en las rotaciones de cultivo. Otra enfermedad que ha causado alarma entre los productores es la Fusariosis de la espiga (Fusarium graminearum), la cual puede provocar importantes daños, pero dado sus estrictos requerimientos climáticos para la infección su aparición resulta ocasional (Grafico Nº 1).


Tabla Nº 1. Estimaciones de pérdidas de rendimiento de los principales patógenos en trigo.

Manejo de las enfermedades en Trigo - Image 1


Manejo de las enfermedades en Trigo - Image 2

Grafico Nº 1. Severidad promedio en los cultivares de trigo de patógenos de hoja y espiga en las 6 últimas campañas en La Pampa.


Manejo de las enfermedades en trigo

Una de las herramientas más importantes con que cuentan los productores de trigo para manejar las enfermedades es la aplicación de medidas preventivas. A este grupo de prácticas la podemos dividir en dos: 1. medidas adoptadas antes de la siembra del cultivo y tendientes a prevenir que la enfermedad se establezca en el cultivo o alcance niveles de daño económico y 2. medidas que se adoptan luego de que se han establecidos los patógenos en el cultivo.

Entre las primeras se destacan las siguientes:


A. Siembra de cultivares de trigo de buen comportamiento a la roya de la hoja. Se debe disponer de la información generada por los criaderos y por la evaluación fitosanitaria de las estaciones del INTA. Dicha información sirve para elegir cultivares que combinen buen rendimiento con buen comportamiento frente a las enfermedades. Esta medida es de mucha importancia para patógenos obligados como las royas y oidios que no tienen capacidad de sobrevivir en los rastrojos. Se debe tener en cuenta que el uso reiterado y difundido de un mismo cultivar en una gran superficie puede causar la pérdida de esa resistencia debido a un cambio en la virulencia del patógeno. En estas últimas campañas tenemos algunos ejemplos de este problema.

B. Rotaciones de cultivos para el control de manchas foliares y pietin de los cereales. Estas mediadas afectan a un grupo de patógenos llamados necrotróficos que acumulan inóculo en los rastrojos especialmente en condiciones de monocultivo. La remoción o enterrado del rastrojo tiene un impacto directo en disminuir la cantidad del inóculo y la severidad de la enfermedad de una campaña a otra. Por el contrario, la acumulación y permanencia del rastrojo proveniente de un cultivo enfermo en el lote garantiza la presencia de la enfermedad en el cultivo.


Tabla Nº 2. Efecto del monocultivo sobre las lesiones de mancha amarilla C. Uso de fungicidas curasemillas. Algunos patógenos tienen la particularidad de asegurar su diseminación via semilla y esto constituye una excelente forma de introducción en lotes donde antes no existian.

Manejo de las enfermedades en Trigo - Image 3


Tradicionalmente los curasemilla apuntaban a eliminar el carbón volador y caries del trigo, sin embargo el aumento de patógenos causantes de manchas foliares justifica, previo analisis de semilla, el uso de fungicidas curasemilla que controlen patógenos como mancha amarilla bajo condiciones de rotaciones


Tabla Nº 3 . Fungicidas curasemilla para controlar mancha amarilla.

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En caso de que el nivel de resistencia genética, o bien el tratamiento de semillas y las prácticas culturales no fueran suficientes para evitar pérdidas económicas el control químico vía pulverización en la parte aérea es una técnica rápida a pesar de que aumenta el costo de producción. Como en lasúltimas campañas la presencia de enfermedades deprimieron los potenciales de rendimiento por pérdidas de área foliar o daño en las espigas.

Sobre la base de un cuidadoso seguimiento durante los diferentes períodos de crecimiento y desarrollo del cultivo, el productor puede oportunamente aplicar funguicidas que minimicen o anulen las posibilidades de pérdida.

Durante el período que abarca macollaje - encañazon a inicios de espigazón, es indispensable estar atento y cuantificar la presencia de enfermedades foliares como roya de la hoja y mancha amarilla. La importancia de las pérdidas por afecciones de estas enfermedades, depende de cuan temprano e intensamente se muestren los síntomas sobre la hojas del cultivo.


Tabla Nº 4: Evolución de la roya de la hoja (RH) y Mancha amarilla (MA) hasta el momento de aplicación de los fungicidas (severidad %) en el cultivar K. Pegaso.

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Esta tabla muestra la importancia de realizar monitoreos frecuentes en cultivares susceptibles para definir el mejor momento de aplicación.

Debido a cuestiones básicamente económicas, la decisión de una aplicación de fungicida debe ser analizada para obtener algún beneficio económico que justifique su práctica. Por tal razón, sumado al hecho que normalmente el desarrollo importante de enfermedades en las hojas superiores de la planta de trigo ocurre a partir del estado de bota, sería conveniente asumir los problemas que implican las infecciones tempranas, orientando las aplicaciones al estado de hoja bandera desarrollada (Z 39). Es importante recordar que los fungicidas para controlar enfermedades foliares no deben aplicarse preventiva ni tardíamente, sino cuando los valores de una determinada enfermedad alcancen los umbrales de daño económico.

Las siguientes tablas muestran los resultados de aplicaciones de diferentes fungicidas foliares realizados de acuerdo a la evolución de la epidemia (Tabla Nº 5 ), en el cultivar K. Pegaso (susceptible a roya de la hoja y moderadamente susceptible a mancha amarilla)


Tabla Nº 5: Descripción de los tratamientos

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Tabla Nº 6 : Efectos de la aplicación de diferentes fungicidas sobre el rendimiento de grano y peso de 1000 granos Tratamiento Rendimiento de grano

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*Medias en columnas seguidas por la misma letra no difieren entre sí. Test de diferencias mínimas significativas al 5%.

El incremento por la aplicación de un funguicida en el estado Z 39, y con la severidad de roya de la hoja y mancha amarilla mostrada arriba estuvo entre 800 y 1600 kg/ha. Todos los tratamientos respondieron significativamente a las aplicaciones de funguicidas. El testigo sin aplicar disminuyó significativamente el peso de 1000 granos.


Tabla Nº 7: Severidad de roya de la hoja (RH) y mancha amarilla (MA) en los distintos tratamientos 19 días después de la aplicación de fungicidas. Estado de grano acuoso.
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Esta tabla muestra la efectividad de los productos aplicados donde se muestra claramente una marcada disminución del progreso de la epidemia en los tratamientos con funguicidas. En el testigo solamente quedó el 50% de la superficie de la hoja bandera con clorofila para realizar fotosíntesis.


Bibliografía
PÉREZ FERNÁNDEZ J. Enfermedades de trigo en la Región V Sur. En 8º Congreso Nacional AAPRESID, Tomo II: disertaciones y conferencias. Mar del Plata Agosto 2000.

PEREZ FERNANDEZ J. y A.CORRO MOLAS. 2001. Aplicación de fungicidas para el control de patógenos de hoja y tallo en centeno (secale cereale). Resumen V Congreso Nacional de Trigo y cereales. Carlos Paz. Córdoba. Argentina.

PÉREZ FERNÁNDEZ J. y A.CORRO MOLAS. 2001. Efecto del pietin de los cereales (Gaeumannomyces graminis) sobre el rendimiento de trigo. Resumen V Congreso Nacional de trigo y cereales. Septiembre, Carlos Paz, Córdoba. Argentina.

PÉREZ FERNÁNDEZ J. y A.CORRO MOLAS. 2001. El pietin del trigo. Forrajes y granos. Septiembre 2001.

PEREZ FERNANDEZ J., y A. CORRO MOLAS. 2002. Siembra directa y enfermedades en cereales. En:Cobertura: Aspectos del manejo en relación con la conservación de los suelos y el agua. Pág. 19-30

PÉREZ FERNÁNDEZ J. 2002. Enfermedades del cultivo de trigo. Riesgo Fitosanitario y Fungicidas. Boletines RADAR. INTA Anguil 2002
Temas relacionados:
Autores:
Ing. Agr. Jesús Pérez Fernández
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA
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Miguel Dios  Espinoza
Miguel Dios Espinoza
12 de diciembre de 2008
Felicitaciones por el artículo. Como ya es comocido en todo el mundo que el monocultivo es perjudicial y es el principal enemigo de la producción, trae muchas consecuencias devastadoras, una puede ser la perdida total del cultivo por problemas fitosanitarios, pasando por la degeneración varietal, induccion de nuevas razas de patogenos, más agresivos para el cultivo y la degradación del suelo. por mi experiencia de trabajo con gramineas mi sugerencia es que hay que establecer en la zona de influencia el ciclo biológica del patógeno, para conocer el nivel o grado de agresividad y el tiempo que tarda este en infectar los tejidos de las plantas. como sigiente punto, es establecer fechas de siembra donde se pueda establecer las variantes climáticas para que el patógeno no pueda desarrollarse facilmente. Es necesario realizar las rotaciones de cultivo para tratar de romper los ciclos biológicos de los patogenos,por que de lo contrario estaremos induciendo al incremento de costo de producción por la aplicación de pesticidas, y una disminución de utilidades. como sugerencia en los campos establecidos para el control de los problemas fuingicos les recomiendo realizar mezclas de tebuconazole más un triadimenol esta mezcla es muy buena en gramineas me ha dado resultado.
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Paulo Nicolas Doyen
Paulo Nicolas Doyen
24 de julio de 2008
Hola a todos, durantes estos día he leido varios artículos en donde recomiendan hacer aplicaciones de funguicidas en trigo en la zona central norte de la provincia de Buenos Aires con solo un 5 [percent] de severidad para enfermedades foliares, y para mi enterder ese valor es muy bajo, ¿que piensan ustedes al respecto?, pregunto porque recien me estoy introduciendo en el tema. Gracias y espero vuestra respuesta
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Mauro V. Guzman G.
18 de marzo de 2008
Buena fortuna para todos los que compartimos la actividad, mas que hacer algún comentario me gustaría si son tan amables, de ampliar un poco la información en tanto a las zonas donde se desarrollo la investigación es decir: altura sobre el nivel del mar, sistema de riego o pluviometría media, características del suelo, sistema de siembra, variedades y origen, es decir para poder hacer una analogía con problemas similares en nuestros casos, sugiero aporten esta información, muchas gracias y mis mejores de éxito en su trabajo. Ing. Mauro Guzmán Ecuador.
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Matías Luis Paino
27 de febrero de 2008
Antes que nada quería felicitarlo por el artículo y la validez de la información. Quiero hacer un aporte, he monitoreado trigos en la zona de San Miguel del Monte y es muy notable el aumento de la incidencia y su severidad de enfermedades foliares cuando los lotes vienen de monocultivo de trigo en siembra directa o cuando los lotes vienen de rotaciones pero con muchos años en directa, también hay influencia pero es menor comparada con los primeros. Algo muy importante de destacar es que las aplicaciones de fungicidas conviene hacerlo cuando hay un 35[percent] de incidencia, ese es el a partir del cual se puede llegar a tomar una decisión de aplicación. Obviamente que hay que tener en cuenta también otros factores como la tasa de reposición de hojas, las condiciones climáticas, etc. Cordialmente. Ing. Agr. Matías Paino
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