Estructura necesaria, posibilidades de uso, precauciones y factores económicos que inciden en la práctica del embolsado de granos secos.
El sistema de almacenaje vigente en la actualidad contribuye generalmente a la pérdida de identidad a través del mezclado de materiales de diferentes características. Este procedimiento impide recibir premios por mercaderías de calidad superior. La cuestión se agrava si además el empresario debe contratar fletes en los momentos en los cuales se registran las mayores tarifas. Ambos factores atentan contra la rentabilidad de la empresa agrícola.
La práctica del almacenaje en bolsas puede representar una solución viable para solucionar estos problemas. Por esta razón no es casual que la utilización del embolsado haya experimentado un marcado crecimiento en los últimos meses. Sin embargo, no abundan aún trabajos técnicos sobre el tema.
Por este motivo, los Ings. Agrs. Miguel Buero y Daniel Trasmonte, asesores de los CREA Trenque Lauquen 1 y 2 y Quemú Catriló, elaboraron un documento en el cual se recopilan los testimonios de los asesores Sandro Raspo y Marcelo Balbo y opiniones de fabricantes, volcados en una runión organizada por la zona centro de AACREA. A continuación se ofrece una síntesis del trabajo.
Estructura
La estructura necesaria para realizar el proceso es una máquina embutidora, un tractor, una bolsa y un extractor. La operación puede ser llevada a cabo por un solo operario.
Las bolsas pueden ser de 5 o bien de 9 pies de diámetro -aunque en la última Expochacra se presentaron máquinas con mayor capacidad de trabajo- y pueden tener 60 ó 75 metros de largo. Todas las bolsas son tricapa: dos capas externas blancas que reflejan los rayos infrarrojos y una interior negra que impide el ingreso de la luz.
El costo de las máquinas embutidoras oscila entre 7.500 y 10.000 pesos (IVA incluido). Una máquina para bolsas de 9 pies cuenta con una capacidad operativa de entre 150 y 200 toneladas por hora. Esta capacidad permite almacenar el grano cosechado simultáneamente por tres cosechadoras John Deere Maximizer (llenando aproximadamente 1 bolsa por hora).
Las máquinas pequeñas (para bolsas de 5 pies) funcionarían sin inconvenientes para almacenar trigo y maíz, pero no serían tan adecuadas para soja y girasol, ya que en este último caso los granos podrían sufrir partido. Por lo tanto, en el caso de soja y girasol es necesario utilizar embutidoras de mayor porte.
En el mercado existen al menos seis oferentes de este tipo de embutidoras: Martínez y Staneck (Tandil); Richiger (Rosario); Vicca (Rafaela); Rufino, Laboulaye y Profértil.
Los tractores empleados para cargar bolsas de 9 pies deben tener 45 a 60 HP en la toma de fuerza. En tanto, el extractor puede ser de distintos tipos: una posibilidad es un chimango con algunas modificaciones que provee Martínez y Staneck (3.500 pesos), una aspiradora fabricada por varias firmas (alrededor de 20.000 pesos) y otras combinaciones. La aspiradora podría comprarse entre varios productores.
Posibilidades
Muchos usuarios que probaron almacenar granos con una humedad superior a la normal, aseveran que varios meses después la mercadería fue recuperada en perfectas condiciones de calidad.
Por ejemplo: Roberto Porro Toyos, titular de Estancias Vidania (Trenque Lauquen), embolsó girasol con un 18% de humedad y a los seis meses lo recuperó sin alteraciones, mientras que el maíz embolsado con un 15-16% de humedad se cargó sin inconvenientes a los ocho meses de embolsado.
En tanto, en el CREA Mones Cazón-Pehuajó se embolsaron 1000 toneladas de maíz con un 17-18% de humedad y 150 toneladas de soja con un 16% de humedad sin registrar inconvenientes.
Por otra parte, en el CREA Washington-Mackenna se embolsaron 4000 toneladas de maíz con 18% de humedad y lo mantuvieron, en algunos casos, hasta siete meses. Si bien en el arranque tuvieron algunos inconvenientes menores (roturas en las bolsas causadas por granizadas importantes), al finalizar el período de almacenamiento no registraron problemas serios de calidad. Además embolsaron soja con un 16% de humedad sin inconvenientes.
Sin embargo, no todas las experiencias resultaron 100% satisfactorias. En embolsado de maíz se registraron algunas pérdidas no significativas por humedad condensada en la parte superior de la bolsa; esto ocurrió cuando el cereal se mantuvo almacenado más allá del mes de septiembre. Además, se observó que en el segundo verano las bolsas de maíz producen un acaramelado en los granos superiores, que adopta la forma de la bolsa. Por otra parte, en algunos casos el material parece estar algo más seco en la parte superior de la bolsa.
En cuanto al embolsado de soja para semilla, se registran casos de granos embolsados con un 16% de humedad que sufrieron pérdidas en su poder germinativo por envejecimiento prematuro. Se trata de aspectos por evaluar con un mayor detenimiento.
Precauciones
Entre las precauciones que es conveniente tomar al emplear el embolsado de grano secos, pueden mencionarse las siguientes:
La bolsa debe ser colocada sobre una superficie plana que se encuentre en una zona del campo libre de la posibilidad de sufrir anegamiento. Aplicar Glifosato sobre la superficie en la cual se ubicará la bolsa y utilizar algún tipo de repelente contra animales silvestres. En muchos casos se decidió rociar el contorno de las bolsas con una mezcla de Round Up + Atrazina y/o Arsenal + Lorsban.
No es conveniente utilizar desmalezadoras porque dejan troncos cortos que agujerean las bolsas.
La mejor vacuna contra los peludos es la limpieza. Para esto conviene aplicar Glifosato y luego repasar los rebrotes. La prolijidad en el llenado de la bolsa es igualmente importante, porque el cereal caído fuera de la bolsa actúa como atractivo de los peludos.
Para el control de roedores no es conveniente utilizar sulfuro, porque este elemento degrada prematuramente a las bolsas. Pero puede emplearse un litro por tonelada de ácido propiónico como estabilizador.
Debe evitarse la incorporación de tierra mezclada con el cereal. Además, en caso de que quede aire dentro de la bolsa, el material puede deteriorarse. En ningún caso debe superarse el límite de estiramiento de la bolsa.
Los daños leves que eventualmente sufre una bolsa pueden reparase con una cinta especial que se provee con aquélla. Estas cintas están fabricadas con el mismo material que la capa exterior de las bolsas, de modo tal que la dilatación de éstas y la de la bolsa son similares.
Los mayores riesgos en las operaciones de carga y descarga de las bolsas son los movimientos de los operarios que palean en contacto con sinfines y tomas de fuerza.
Por último, queda por analizar la importancia de ‘costos ocultos’ del embolsado, como las pérdidas producidas durante la operación o las ocasionadas por roturas habituales de las bolsas.
RECUADRO
Ventajas del sistema (título)
Permite clasificar granos con características especiales para ser comercializados como partidas independientes a precios diferenciales.
Permite desocupar completamente plantas de silos existentes para aumentar su operatividad, recibiendo el nuevo cereal cosechado sin necesidad de deshacerse del almacenado con anterioridad.
Resuelve problemas de logística en cosecha y reduce costos de fletes al distribuir mejor su requerimiento. El ahorro, dependiendo de la distancia a puerto, puede rondar los 7 a 12 pesos por tonelada.
Resulta una alternativa muy válida para situaciones en las que se deterioran los accesos para transportar la cosecha.
Distribuye la venta de la cosecha en forma escalonada en el tiempo, permitiendo acceder a mejores precios y condiciones, sin haber entregado la mercadería.
No requiere tratamientos insecticidas y también permite almacenar fertilizantes.
Para tener en cuenta
- Es necesario realizar un cerrado hermético de la bolsa. Para esto el borde de la bolsa se pliega sobre sí mismo, permitiendo que el mismo cereal se apoye sobre el borde cerrado. Esto también puede reforzarse con tierra o con maderas. Otra alternativa es plegar hacia adentro los bordes laterales de la bolsa ‘fruncida’ para luego atarlos con hilo de rollos como si fuera un envase de caramelo.
- Por otra parte, al extraer los granos de la bolsa deben evitarse los cortes longitudinales. Para esto deberá hacerse una incisión transversal, ya que si no, el corte se abre y deja grano al descubierto.
Para tener en cuenta II
“De acuerdo a los análisis realizados en la Universidad Nacional del Centro (Tandil) en 2000, en el mercado hay dos marcas que cumplen satisfactoriamente con todos los requisitos de una bolsa de buena calidad”, señala Héctor Daniel Malinarich, representante del área de ventas de Martínez y Staneck.
“Una es Siloflex, de origen canadiense y con 36 meses de garantía. La otra es Siloteno, fabricada por la firma local Ipesa y con 18 meses de garantía”, informa Malinarich.
“Durante el llenado es muy importante que se realice un tratamiento suave de la bolsa. Además la máquina debe tener el mínimo contacto posible con el cereal. Por otra parte, la prelimpieza del cereal que se embolsa no tiene ningún sentido, porque la basura del cereal no incide en la calidad de la conservación”, añade.
Extracción
Para la extracción del grano se pueden emplear tres tipos de mecanismos:
De muy baja inversión y alto gasto operativo. Al principio se utilizaba un sinfín y paleros. El inconveniente más importante de este sistema es que hay que trasladar el camión con el sinfín hasta cada bolsa. Posteriormente aparecieron los barredores que se acoplan al sinfín y finalmente las mariposas: dos alas que llevan el cereal hasta una noria similar a la de la cosechadora que lo vuelca. Con estos sistemas se puede llegar a una capacidad de trabajo de 20-25 toneladas por hora.
De alta inversión y bajo costo operativo. Este sistema está representado por las aspiradoras, como la Walinga, Repique y otras. Constan básicamente de un compresor que chupa el material por vacío y lo expulsa por presión de aire. Son cómodos pero costosos.
Hay un sistema intermedio que trabaja con turbinas impulsadas por un motor o con la toma de fuerza de tractores de 140 HP.
GRANO SECO Y HUMEDO
Diferencias entre máquinas
La máquina embolsadora de grano húmedo no sirve para almacenar grano seco porque tiene el sinfín que presiona la mercadería en posición central. Con esta máquina el grano seco no se comprime adecuadamente.
La embolsadora de grano seco, en cambio, se alimenta desde arriba, asegurando la compresión del lomo de la bolsa.
Escala y uso efectivo
En el trabajo se elaboró un modelo para evaluar los factores económicos que inciden en el embolsado realizado en una empresa agrícola promedio de la zona. El costo del embolsado es de alrededor de 2,70 pesos por tonelada, a los que hay que sumar 1,18 pesos por tonelada de costo de extracción, con lo cual el costo total del proceso en el establecimiento tipo alcanzaría 3,87 pesos por tonelada.
Sin embargo, la utilización de "paleros" y sinfines para efectuar la extracción puede reducir el costo total en el orden de los 0,6-0,7 pesos por tonelada, aunque en este caso la capacidad de carga se reduciría sensiblemente.
Aproximadamente, el 60% del costo total de embolsado (3,87 pesos por tonelada) corresponde al valor de las bolsas. Por esta razón, las variaciones en la escala de producción no modifican sensiblemente los costos del proceso. Para un establecimiento que realiza 1740 hectáreas de agricultura (dos veces más que el modelo considerado), el costo promedio desciende a 3,24 pesos por tonelada (sólo un 16% menos que el caso promedio), mientras que para un establecimiento con 435 hectáreas de agricultura (la mitad del caso considerado) el costo promedio asciende a 5,14 pesos por tonelada (un 33% más). Por otra parte, si sólo se logra utilizar una parte de la capacidad teórica de las bolsas (en el ejemplo considerado el 80% en maíz, soja y trigo, lo que resulta en un promedio de un 16% menos de capacidad aprovechada), los costos aumentan entre un 9% y un 13% en función de escala creciente.
