Todos los caminos nos llevan a Rosario

La Región central de la República Argentina, con núcleo en la ciudad de Rosario se consolida como polo agro industrial de referencia mundial.

Rosario, Santa Fe, Argentina, es mundialmente conocida como la cuna del mejor jugador de fútbol. También aportan, desde otras esferas, el Che Guevara, Luciana Aimar, Alberto Olmedo. Y la lista sigue.

Pero además de política, arte y deportes, el mundo necesita alimentos, y es allí donde Rosario adquiere la mayor relevancia internacional. Desde el puerto rosarino se exportan harinas proteicas, aceites y biocombustibles. El complejo aceitero que recorre las márgenes del Paraná, cuenta con una capacidad de molienda de soja, que la posiciona en el primer lugar del globo. Antecediendo nada menos que a Brasil y a EEUU.

Es el momento justo y Rosario está en el lugar indicado. No hay región en el planeta que cuente con las ventajas incomparables que ostenta la región centro de la Argentina.

La producción agrícola se concentra en un radio de no más de 300 km de distancia al puerto, tiene la infraestructura, la tecnología, la decisión política. La gran deuda, es sin duda, lograr una logística acorde a la magnitud del complejo. Es allí donde debe primar la racionalidad, generando consenso político, país/provincia, para construir nuevas vías de acceso a la región, obras imprescindibles para acopiar, transformar y exportar alrededor del 80% del total de la cosecha nacional.

La nueva argentina, que se comenzó a gestar hace solo meses, considera a la Región Centro como punto estratégico para el intercambio comercial global. Los puertos de la hidrovía Paraná, además de exportación, son responsables de la recepción de las importaciones de equipamiento y tecnología, indispensables para procesos productivos, que Argentina necesita incorporar a la agro industria.

Un párrafo aparte para el plan Belgrano, una de las obras más importantes de las últimas décadas. Permitirá bajar costos de fletes al NEA y NOA, región que se prepara para generar un crecimiento exponencial en producción agropecuaria, impulsando el desarrollo de las provincias y pueblos del interior.

Con una proyección de 160 millones de toneladas de granos y oleaginosas para 2020, el gran Rosario no solo enmarca la puerta de salida de más de dos tercios de la producción nacional, sino que se consolida como el complejo sojero/aceitero más importante del mundo, con proyección a ser un jugador clave en materia de biocombustibles.

Del aceite al biodiesel. “Un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad” Biodiesel es sinónimo de energía renovable, de sustentabilidad. El uso La Región central de la República Argentina, con núcleo en la ciudad de Rosario se consolida como polo agro industrial de referencia mundial. en gran escala, solo depende de la racionalidad e inteligencia de los nuevos tiempos. El cambio climático ya está entre nosotros y nos muestra en vivo y en directo, el poder que le dimos en las últimas décadas. Queda claro. No hay plan B.

Es inminente el aumento porcentual de corte obligatorio con biocombustibles, la posibilidad de exportación a países que no tienen los recursos naturales, tecnología y conocimiento para producirlo. Se necesita producir el poroto en primer lugar, industrializarlo para convertirlo en biocombustible. No todos pueden. Los países productores de alimentos y energía, tenemos la oportunidad de ser los grandes protagonistas de la etapa que viene. Argentina larga en primera fila. En el lugar indicado, Rosario también capitaliza parte del negocio desarrollado desde el complejo industrial de biocombustibles de la provincia de Córdoba, con epicentro en Villa María -Río Cuarto, las modernas plantas que producen Etanol y DDGS, con destino interno y exportación.

Energía y alimento en una sola materia prima. El paradigma resuelto. Todos los números comprados, es cuestión de tiempo y de gestión inteligente.

La región centro del país, ya puede ver los brotes verdes, ya vislumbra el cambio. A pesar de las inundaciones, a pesar de la pesada herencia, a pesar de los que no suman. Nuestro país inició un proceso virtuoso, donde la mayoría de los argentinos apostamos a la racionalidad y a la convivencia democrática. Y es la economía, sin duda, la gran aliada de la paz social y de la unidad de los pueblos. El tiempo es la herramienta que necesitan las administraciones serias para lograr resultados y consolidar sistemas y culturas.

Hay un país que entendió que la realidad siempre tiene razón. La realidad demostró una vez más, que la inclusión social, basada en la subvención del estado, genera atraso y pobreza. Y debe ser reemplazada por creación de empleos genuinos que generen desarrollo que incluya.

Ese es el camino que elegimos en diciembre de 2015. En este nuevo contexto, podemos jugar en las ligas mayores. En este escenario, Rosario es Roma, todos los caminos nos llevan a la cuna del mejor jugador del mundo. Todos los caminos, aunque con mucho por hacer, nos llevan al Gran Rosario.

Autor: Roberto Guercetti Presidente/CEO Conecar