La adquisición de leche de mala calidad genera no sólo una competencia desleal por sus bajos precios, sino también perjudica a los niños mexicanos, pues ésta se emplea en los desayunos escolares y en fórmulas lácteas
La industria lechera mexicana se encuentra sumida hoy en una grave crisis, como consecuencia de la importación cada año de 47 mil toneladas del producto, denunció la diputada de oposición María del Consuelo Rodríguez.
Esta situación genera diariamente pérdidas estimadas en 15 millones 200 mil pesos (alrededor de un millón y medio de dólares) a los casi 400 mil productores nacionales de leche fresca, dijo la secretaria de la Comisión Especial de Ganadería del órgano legislativo.
Rodríguez advirtió que las 70 mil empresas mexicanas dedicadas a esta actividad pudieran caer en quiebra de mantenerse los actuales cupos de importación, que -dijo- favorecen sólo a los lecheros de Estados Unidos y a grandes empresas nacionales y foráneas.
La adquisición de leche de mala calidad genera no sólo una competencia desleal por sus bajos precios, sino también perjudica a los niños mexicanos, pues ésta se emplea en los desayunos escolares y en fórmulas lácteas, comentó.
Recordó que la Comisión Permanente del Congreso de la Unión aprobó un punto de acuerdo para que se prohíba temporalmente la importación de leche; sin embargo, ni la Secretaría (ministerio) de Economía, ni la de Agricultura han respondido, deploró.
En ese sentido, el director del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y también diputado, Víctor Suárez, dijo que aún cuando México tiene un déficit de un 40 por ciento en el abasto de leche, cada día en el país se desperdician un millón y medio de litros.
Atribuyó esta contradicción no sólo a los sobrecupos de importación lechera, que han generado una sobreoferta y desplazado a los productores nacionales con precios más bajos, sino también a la creciente adquisición de las llamadas fórmulas lácteas.
Estas últimas, advirtió, se elaboran a partir de los desechos de la producción de leche y no contienen proteínas; pero en México se utilizan para elaborar yogurt, queso, mantequilla y margarina, lo cual constituye un engaño a los consumidores, dijo.