EE.UU y la Unión Europea discuten por la carne vacuna tratada con hormonas

El Organismo sobre la Solución de diferencias de la Organización Mundial del Comercio, celebró el día 17 una reunión en la que decidió establecer dos grupos de expertos independientes, para sentenciar por separado las disputas entre la Unión Europea, EE.UU, el bloque europeo y Canadá, relacionadas al comercio de la carne vacuna tratada con hormonas. Dichas disputas vienen sucediendo desde hace mucho tiempo. Pues 15 años atrás, la Unión Europea comenzó a prohibir la importación de la carne vacuna tratada con hormonas y sus productos derivados, afectando gravemente su exportación desde los EE.UU hacia esa comunidad. EE.UU se opuso firmemente, considerando que la decisión de la UE carecía de pruebas científicas y realizó acusaciones pertinentes ante la Organización Mundial del Comercio. El año 1998, la OMC sentenció de ilegales las decisiones tomadas por la parte europea sobre la prohibición de importar la carne vacuna proveniente de los EE.UU y Canadá, y demandó a la UE a ofrecer pruebas científicas para demostrar que la carne vacuna tratada con hormonas desfavorecía a la salud de los seres humanos, siendo rechazado este fallo por la UE. Por tales motivos, desde el mes de julio del año 1999, EE.UU ha impuesto aranceles de represalias de un 100% a las carnes de cerdo, res, hígado de ganso, queso y mostasa, provenientes de Francia, Alemania, Dinamarca e Italia, por un valor de más de 100 millones de dólares. Al mismo tiempo, Canadá aplicaba sanciones por valor de 11.3 millones de dólares canadienses. Los analistas opinan que el caso de la carne vacuna tratada con hormonas es relativo a problemas técnicos muy complicados. Al respecto, el Consejo de la Comunidad Europea aprobó una decisión en la que estableció que antes del 7 de agosto de 1982, todos sus miembros debían elaborar y aplicar la ley, prohibiendo el uso de las hormonas en los piensos para criar el ganado y la venta de los productos de carne tratada con sustancias hormonales. La publicación de dicha decisión causó de manera inmediata un fuerte descontento por parte de los ganaderos del territorio norteamericano, quienes consideraban que Europa utilizaba esta decisión para realizar protecciones comerciales. Tales motivos llevaron a la UE a sostener consultas con los EE.UU y Canada sobre este problema, pero sin lograr ningun resultado. Aunque, según las normas de la OMC, cuando las consultas fracasan, los gobiernos de los Miembros tienen derecho a solicitar el establecimiento de un grupo especial para que examine el asunto. El demandado puede oponerse a la primera solicitud, y el grupo especial se establece automáticamente tras la segunda instancia. La prensa europea considera que debido a que ambas partes persisten desde hace muchos años en sus propias posiciones, sobre el problema de la carne vacuna tratada con hormonas, es muy probable que la OMC no pueda eliminar las discrepancias entre las dos partes mediante el nuevo fallo.