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España - Fecundación 'in vitro' para salvar al burro zamorano-leonés

Publicado: 1 de julio de 2004
Fuente: El Mundo
Al hablar de razas en peligro de extinción en España es irremediable pensar en el elegante lince ibérico o en el gran oso pardo de la cornisa cantábrica. Sin embargo, en la misma lista se encuentran otras muchas especies, algunas tan cotidianas y tan cercanas al ser humano como los burros. En Zamora, donde todavía se conserva una raza propia, se trabaja desde el año pasado en un proyecto pionero en todo el mundo para salvar a esta simpática especie de la desaparición. Siguiendo los pasos que se emprendieron con el equino, donde la genética hace décadas que está sólidamente implantada, en la provincia zamorana se ha iniciado un proceso de reproducción asistida mediante inseminación artificial en la raza zamorano-leonesa. El objetivo de este proyecto no es otro que aumentar la cabaña asnal y facilitar una «variedad genética» que salvaguarde las características propias de la raza. El presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Raza Asnal Zamorano-Leonesa (ASZAL), Jesús de Gabriel, se muestra satisfecho con los resultados obtenidos hasta el momento, aunque, según la opinión de los técnicos, el número de burros no garantiza la supervivencia de la especie. «En la actualidad, hay unos 1.100 animales dentro del libro genealógico de la raza, cuando el límite mínimo al que habría que llegar para poder decir que el burro zamorano-leonés está salvado se sitúa en torno a los 1.500 ejemplares», asegura De Gabriel. Sin embargo, en ASZAL hay un moderado sentimiento de optimismo. El programa de inseminación artificial, en el que participa la propia asociación, la facultad de Veterinaria de Madrid y la Junta de Castilla y León, está dando sus frutos. En estas últimas semanas han nacido los primeros buches gestados mediante esta técnica. Apenas son una decena, explica el presidente de ASZAL, pero son todo un logro científico dado que lo que se ha hecho ha sido «extrapolar las técnicas del equino al asnal, algo que hasta la fecha no se había intentado nunca». El mimo con el que se está tratando de salvar la raza no se acaba en la inseminación artificial. Además, los veterinarios de la universidad hacen de las burras preñadas un completo estudio ecográfico para descartar embarazos gemelares o malformaciones. Para llevar adelante el proceso de inseminación han sido necesarias tres tesis doctorales centradas en el burro y en las posibilidades de congelar y refrigerar el semen. Este año, y fruto de la experiencia adquirida a lo largo de los últimos meses, los técnicos que participan en el programa pretenden utilizar nuevos diluyentes de semen y catéteres de diferente longitud con el objetivo de superar los porcentajes de embarazo en las burras seleccionadas para perpetuar la especie. La idea de los promotores de este programa de inseminación es conseguir que en las próximas campañas se produzca alrededor de un centenar de partos, algo imprescindible si se tiene en cuenta que quedan ya muy pocos sementales aptos para la monta natural de burras. Tanto trabajo y tanto despliegue científico no deja de resultar sorprendente entre los propietarios de los burros. Según De Gabriel, la presencia de los veterinarios, las ferias y subastas de burros que se celebran cada año en San Vitero y a las que acuden miles de personas y el empeño de las instituciones por salvar a estos simpáticos animales de la extinción, está haciendo cambiar la mentalidad de la gente. «Antes pensaban en el burro como un animal cualquiera, ahora están dándose cuenta de que tienen un tesoro que hay que cuidar y, sobre todo, salvar de la desaparición», afirma.
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El Mundo
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