La cadena de restaurantes, que nació en Guatemala, se extendió a Centroamérica y desde su llegada a LA se convirtió en un fenómeno de ventas y rápida expansión
En el mundo de los negocios el más fuerte no siempre es el que más vende. A veces una fórmula original y una estrategia de mercado dirigida a ciertas etnias puede más que los grandes capitales. Prueba de ello es el Pollo Campero, una cadena de comida rápida originaria de Guatemala que ha logrado triunfar en el mercado de Estados Unidos, donde operan grandes franquicias como Kentucky Fried Chicken, El Pollo Loco, Popeyes Chicken & Biscuits, entre otras.
A casi tres años de la inauguración de su primer restaurante en Los Angeles, cuando las filas de centroamericanos esperando ser los primeros en comprar su orden del popular Pollo Campero se extendían por más de tres cuadras, la cadena que nació en Guatemala en 1971 tiene ya 18 locales a nivel nacional y anunció la apertura de seis más en Los Angeles antes de que finalice 2005.
“Parte del éxito del Pollo Campero es su producto. El pollo en sí es excelente. La manera de prepararlo y su sabor son muy especiales. Aunque no tenemos granjas en EU, sólo servimos pollo fresco que nunca ha sido congelado. El pollo es marinado y le inyectamos la salsa para que tenga más sabor, por lo que nuestro pollo es campero hasta los huesos. El empanizado es fino y lo que queda es un pollo tierno y muy sabroso”, sostiene José Cofiño, presidente y director de operaciones del Pollo Campero Zona Oeste.
La cadena Kentucky Fried Chicken, una subsidiaria de Yum! Brands Inc., con base en Louisville, Kentucky, es la más grande de venta de pollos para llevar en el país y la más popular en el mundo, con 11 mil restaurantes en más de 80 países.
En Estados Unidos, sus ventas anuales hasta noviembre del año pasado habían bajado en un 0.3%, a 129.18 millones de dólares.
Algunos analistas creen que las ventas de pollo frito de KFC están sufriendo conforme los consumidores están buscando más opciones de comida que perciben como saludable.
