Uruguay - Proyecto para el desarrollo de inoculantes que movilicen el fósforo

Estuvieron presentes, el Ministro de Ganadería Agricultura y Pesca, Ing. Agr. Tabaré Aguerre,  el Presidente de INIA, Ing. Agr. Álvaro Roel, la Responsable del Proyecto, Ing. Agr. Nora Altier, el Presidente de la ANII, Ing. Agr, Santiago Dogliotti, la Dra. Martina Crispo del Instituto Pasteur, el Ing. Guillermo Arrospide, representante de Calister S.A. el Ing. Martín Lage representante de Lage y Cía. S.A., y el Ing. Rosendo García representante de Lafoner S.A.

El proyecto tiene como objetivo la concreción de tecnologías innovadoras para la agricultura basadas en el uso de microorganismos. Se trata del desarrollo de un nuevo inoculante en base a microorganismos con capacidad de movilización de fósforo (P) orgánico del suelo que aumente el crecimiento vegetal y el rendimiento en soja y otros cultivos. El proyecto vincula las acciones de la academia, la industria, el marco normativo y las políticas de Estado en el impulso de la investigación. La ANII financia su ejecución en un 70% y el 30 % restante está a cargo de las empresas privadas que lo integran.

Aguerre recordó los marcos normativos que permiten hoy el desarrollo de este tipo de avances de investigación que le dan soporte: la regulación de los promotores de crecimiento vegetal, el de agentes de control biológico microbiano, y la norma establecida recientemente que regula el registro y utilización de los agentes entomófagos. Subrayó la política de articulación que guía los ejes estratégicos definidos por el MGAP. "En el país de las chacras yo celebro la vocación de construcción con participación", dijo.

 Roel se refirió a las definiciones estratégicas y políticas que guían el desarrollo de soluciones basadas en investigaciones que involucran actores de la academia, públicos y privados en los procesos vinculados a los sistemas productivos más eficientes y sustentables. "Un país que estudia su biodiversidad microbiológica y entiende la importancia que tiene en los procesos vinculados a sistemas productivos, y además los utiliza eficientemente, ahorrando en el uso  de recursos que son finitos, es el camino hacia la generación del Uruguay Agro inteligente" afirmó.

Por su parte, Dogliotti afirmó que este proyecto es modelo, y recordó los objetivos de la ANII en el proceso de innovación como instrumento para establecer una estrategia de desarrollo sustentable de la agricultura con el uso de mecanismos biológicos, para reducir el impacto ambiental. Mencionó, además, la necesidad de formar  recursos humanos en estos temas.

Altier presentó los detalles de la investigación que fue planificada desde la Plataforma de Bioinsumos del Programa de Producción y Sustentabilidad Ambiental, en INIA Las Brujas.

En cuanto a los bioinsumos dijo que "son productos formulados en base a microorganismos con aplicaciones tanto en la nutrición como en el manejo sanitario de cultivos,  innovadores y con capacidad para mejorar la sustentabilidad de los sistemas de producción. Su uso permite  cumplir con la exigencia de los mercados en cuanto a alimentos inocuos, de alta calidad, y con un uso cada vez más restringido de agroquímicos".

Destacó las ventajas económicas y ambientales de estas líneas de investigación ya que las reservas mundiales de rocas fosfóricas estarán agotadas en los próximos 50 años. Remarcó, a su vez, los impactos ambientales negativos asociados al uso excesivo de fertilizantes fosfatados, los que  además son importados en su totalidad..
 

El fósforo (P) es el segundo nutriente limitante para el crecimiento vegetal, luego del nitrógeno, siendo esencial para la producción agropecuaria.

En Uruguay, los suelos presentan niveles de P disponible insuficientes para la mayoría de los cultivos y la estrategia histórica para levantar esta limitante ha sido el agregado de fertilizante fosfatado, insumo que tiene una fuerte incidencia en los costos de producción.

A nivel mundial, estos fertilizantes son elaborados a partir de roca fosfórica, recurso finito y no renovable. Asimismo, esta forma de suministro de P resulta ineficiente, dado que se vuelve rápidamente no disponible para las plantas por reacciones que lo inmovilizan en el suelo, en formas orgánicas e inorgánicas.

Debido a que los microorganismos del suelo actúan en el ciclo biogeoquímico del P, mediando en la fitodisponibilidad de este nutriente, el desarrollo de biofertilizantes de base microbiana representa una alternativa tecnológica para aumentar los niveles de P, mejorar la nutrición fosfatada en los sistemas de producción y reducir el impacto ambiental negativo asociado al uso de fertilizantes.

En este marco, el proyecto aprobado propone con un enfoque de co-innovación, el desarrollo de un inoculante basado en microorganismos del suelo capaces de incrementar la disponibilidad de P para las plantas, a partir de fuentes orgánicas de P inmovilizado en el suelo.

El proyecto reúne un consorcio académico-empresarial nacional que involucra a dos de los principales actores en investigación (INIA e Instituto Pasteur de Montevideo) y a las empresas de producción comercial de bioinsumos (Calister S.A., Lafoner S.A. y Lage y Cia S.A.), tomando como modelo la exitosa experiencia nacional de desarrollo de inoculantes en base a rizobios y el uso agronómico de la Fijación Biológica de Nitrógeno.

La eficacia agronómica del inoculante generado será evaluada en soja, en ensayos de campo, de acuerdo al protocolo de registro requerido por el MGAP.