Holanda - Foss en la Conferencia Mundial del Etanol

Hay al menos una cosa en la que todo el mundo puede estar de acuerdo: la importancia del etanol. El desarrollo de las tecnologías de procesos está ayudando a hacer que la promesa del etanol sea una realidad. Días atrás se realizó en Amsterdam la Conferencia Mundial del Etanol, F.O. Lichts, que se realiza anualmente, y que este año aumentado en número de delegados presentes (600), respecto del año pasado (450), lo que indica el marcado interés que ha suscitado actualmente este tema en la industria turbo-propulsada con inversiones tanto políticas como financieras. Como complemento de la conferencia se presentó una pequeña zona de exhibición para suministradores de la industria del etanol. Entre los expositores estuvo presente lña empresa Foss, en cuyo stand se presentaron los sistemas de analizador de grano, Infratec 1241 Grain Analyzer,de FOSS A. y el analizador rápido de líquidos XDS Rapid Liquid Analyser. de FOSS A. Los instrumentos atrajeron un considerable interés por su capacidad de medir las materias primas para los principales parámetros de determinación del rendimiento en la recepción y los parámetros de certificación para la destilación de grano al final del proceso de producción. Respecto de la conferencia, Phil Madsen – de los consultores de tecnología Katzen International, Inc, USA – explicó el eterno enigma para los productores de etanol: cuanto más barata sea la materia prima, más complicado y caro es de procesar, y viceversa. “El rendimiento es el mayor costo individual y sigue estando allí cada día”, comentó. En la actualidad se está realizando un enorme progreso en términos de eficiencia de planta. En los años 1990, los niveles de productividad se situaban en alrededor del 390 l por tonelada de maíz. Hoy en día esa cifra se sitúa en alrededor de 440 l por tonelada de maíz, lo que viene a contradecir las preocupaciones públicas oídas acerca del uso de la energía en la producción de etanol. En la producción de etanol no se desperdicia nada; por ejemplo, la planta de biocombustibles E3 en Mead, Nebraska, EE.UU. tiene un sistema de ciclo cerrado basado en la utilización de estiércol animal para generar combustible para la planta de etanol. Por tanto, los derivados de la producción de etanol son realimentados literalmente de nuevo al sistema como pienso de ganado. Además, parece que se están logrando progresos en lo que viene a llamarse el combustible renovable final, bioetanol de segunda generación (etanol creado a partir de biomasa del tipo astillas de madera, hierba, estufas, etc.). Dichos desarrollos eliminarían de golpe de la agenda el debate de si alimento o combustible. “La celulosa es la molécula más abundante en la tierra”, comentó Madsen. El potencial va más allá de cualquier materia prima que podamos imaginar”. Pero, por ahora, el costo de la producción es el que está reteniendo el asunto hasta que se hagan realidad los prometidos desarrollos en la tecnología lignocelulósica.