Combinar fitogénicos en lechones lactantes

La coccidiosis neonatal porcina (cistoisosporiasis) es una enfermedad intestinal causada por Cystoisospora suis (conocido también como Isospora suis), el cual es un protozoario del Phylum Apicomplexa, y que se encuentra con mayor frecuencia en lechones lactantes a partir de la segunda semana de vida. Los animales infectados presentan diarreas de color amarillento que inicialmente son pastosas para hacerse fluidas a los dos o tres días (Lindsay et al., 1999).

En la actualidad, la coccidiosis porcina es considerada como una de las principales causas de diarrea en lechones recién nacidos, los ooquistes son altamente resistentes a la desecación y a los desinfectantes, lo que hace que su eliminación completa sea prácticamente imposible. La enfermedad muestra una morbilidad muy alta y una mortalidad baja, y no todos los lechones de una camada se encuentran igual de afectados, lo que resulta en pesos inferiores al destete y camadas desiguales y, por tanto, en pérdidas económicas considerables (Shrestha et al., 2017).

MPA ha desarrollado una alternativa, I-Cox, que es una combinación estandarizada de fitogénicos. Dichos compuestos fitobióticos alcanzan el intestino sin ser degradados y/o absorbidos, y allí son capaces de llevar a cabo importantes funciones, tales como ejercer un efecto anticoccidial, antimicrobiano (contra E. coli, Clostridium spp.), y modular así la microbiota intestinal.

El objetivo de la prueba fue evaluar el efecto de una combinación de fitoactivos (I-Cox) en lechones lactantes en una granja que presenta episodios recurrentes de coccidiosis y que administra habitualmente un anticoccidial oral en base a toltrazuril (5%).

El presente ensayo fue realizado en Chile, en las instalaciones de un importante productor porcino.

Se realizó una prueba comparativa frente a toltrazuril (también llamado toltrazurilo) en lechones lactantes. Se formaron aleatoriamente 2 grupos experimentales. Un total de 41 cerdas reproductoras (Topigs Norsvin) fueron divididas en dos grupos experimentales, las crías nacidas fueron sometidas a los siguientes tratamientos:

Grupo Control positivo: 20 mg de toltrazuril por kilo de peso (equivalente a 0,4 mL de producto comercial /kg de peso), dosis única.

Grupo I-Cox: I-Cox a razón de 2 mL/ por lechón, dosis única, utilizando un aplicador oral.

Los respectivos tratamientos se realizaron alrededor del día 3 de vida de los lechones en todos los casos.

- Todos los lechones fueron pesados al nacer. - Siguiendo el programa propio de agrupamiento de lechones al destete, se registraron los pesos al destete por sexo. Destete a los 25 días de edad. - Porcentaje de diarreas (hasta 2 semanas de edad). - Se registraron los tratamientos antibióticos administrados a los lechones afectados. - Porcentaje de mortalidad.

Se efectuó un control diario de valoración de heces. En el caso de que una camada presentara signos de diarreas compatibles con coccidiosis se realizaron los correspondientes tratamientos siguiendo las instrucciones del médico veterinario responsable de la explotación.

No se observaron diferencias significativas en el peso vivo al nacer entre los dos grupos (promedio 1,3 kg).

Cuando se considera el porcentaje de distribución por tamaño de los lechones nacidos (pequeños, medianos y grandes, Tabla 1), se observa que el grupo destinado a ser tratado con I-Cox presentaba mayor proporción en lechones grandes y pequeños y menor proporción de lechones medianos en comparación con el grupo toltrazuril.

Tabla 1. Distribución de animales por peso y por porcentaje de animales pequeños, medianos o grandes.

En la Tabla 2, podemos observar que los animales que recibieron I-Cox presentaron mejor peso al destete (+0,5 kg en promedio), mejor ganancia de peso, y menor mortalidad respecto al grupo tratado con toltrazuril.

Tabla 2. Efecto de I-Cox sobre los parámetros productivos, mortalidad y la distribución de animales por peso y por porcentaje de animales pequeños, medianos o grandes.

Basándonos en la proporción de animales pequeños, medianos y grandes (Tabla 2), podemos observar que, en el grupo I-Cox, la proporción de pequeños y medianos se vio reducida y la de animales grandes se vio mejorada en comparación con el control. Esto nos sugiere que los animales que recibieron I-Cox presentaron mejor crecimiento, estaban mejor conformados e impactó favorablemente la homogeneidad de la camada al destete.

Tabla 3. Efecto de I-Cox sobre el peso vivo al destete considerando el sexo de los animales y la distribución por tamaños.

En el presente estudio, se pudo observar que el uso de I-Cox mejoró el peso al destete, esto fue especialmente más marcado en las hembras (+0,7 kg en promedio) en comparación con el grupo que recibió toltrazuril.

Tabla 4. Efecto de I-Cox sobre el número de tratamiento adicionales aplicados a los lechones.

Un aspecto por destacar es que I-Cox redujo la mortalidad unas 7,8 unidades de porcentaje respecto al tratamiento anticoccidial convencional que la granja utiliza habitualmente. Este beneficio también se ve reflejado en la reducción de medicamentos utilizados en este periodo (34% vs 45%) (Figura 1).

Figura 1. Efecto de I-Cox sobre el número de tratamientos antibióticos requeridos.

En el presente estudio, las diarreas registradas en ambos grupos no presentaron las manifestaciones características que se pueden atribuir a la coccidiosis porcina (diarrea acuosa de color amarillento, apatía, pérdida de peso).

Hay que destacar que los animales que consumieron I-Cox presentaron menor incidencia de diarreas y patologías que requerían tratamiento antibiótico comparado con el grupo control.

I-Cox presenta diferentes vías de acción para inhibir patógenos intestinales. Además, su acción no se centra en eliminar coccidios deja una oportunidad al hospedador de generar inmunidad y disminuye la presión selectiva ejercida sobre estos microorganismos. Con I-Cox, al no favorecer la aparición de bacterias y/o protozoos resistentes a sus compuestos fitobióticos, no es necesario realizar rotación para evitar la aparición de resistencias.

El uso de I-Cox en la fase de lactancia de los lechones permitió obtener pesos promedios más altos al destete y mayor homogeneidad de las camadas.

Asimismo, el uso de I-Cox ha dado mejor respuesta comparado con los anticoccidiales convencionales como es el toltrazuril, consiguiendo menos mortalidad, una reducción de la administración de antibióticos.

La suplementación con I-Cox es una alternativa óptima para afrontar con éxito la retirada de fármacos anticoccidiales y limitar así el uso de antimicrobianos que favorecen la aparición de resistencias con repercusiones tanto en salud animal como humana, sin perder rendimiento productivo.