Introducción
En el sudoeste chaqueño, las precipitaciones anuales son aproximadamente de 950 mm, pero se producen en forma irregular y el 75% de las mismas se concentra de octubre a abril (Herrera, 2009). Esta distribución de lluvias provoca que en los períodos de invierno y primavera se incremente la escasez de agua en la región. A esta situación se le suma que en el Chaco como en varias otras provincias de la Argentina, la disminución de las precipitaciones desde el 2007 está provocando situaciones críticas en el campo (Carballo, 2009a y Carballo, 2009b). Además de la irregularidad en las precipitaciones a nivel zonal y de la disminución de lluvias se observa en el periodo invierno-primavera, una merma en la producción de forraje por los cambios de estaciones y las fluctuaciones anuales, que incide en la producción caprina y en la economía de los predios rurales.
Ante esta problemática, se realizó una investigación con acción participativa de pequeños productores en ganado caprino, utilizando pencas de tuna (Opuntia sp.) locales, como complemento forrajero y por la eficiencia en el uso del agua que tiene esta cactácea, permite incorporar al sistema agua y nutrientes que de otra forma no se aprovecharía (Nobel, 2003; Castagnino Acosta, 2003).
La producción de materia seca de pencas por hectárea en el cultivo de opuntia varía según la bibliografía consultada, así, los resultados encontrados fueron de 0,2 a 3,0 t ha-1 año-1 (Azócar, 2003); de 0,8 a 1,1 t ha-1 año-1 (Cordeiro dos Santos y Gonzaga de Albuquerque, 2003); de 1,6 a 4,4 t ha-1 año-1 (Felker, 2003) y de 2,1 t ha-1 año-1 (Guevara, et al. 2000, citado por Guevara, et al. 2009).
Diversos estudios comprueban en distintas especies animales, que la complementación con pencas de tuna en la dieta, no aportan ganancias de peso significativas, por su bajo aporte nutricional (Chagra, et al., 2002) (Tabla 1). Mientras que cuando se midió el consumo de agua, se observó una disminución del mismo, en los animales a los que en la dieta se les incorporaba pencas de tuna. (Castagnino Acosta, 2003; Azócar C. 2003; Gebremariam et al., 2006)
Tabla 1: Valores nutricionales de las pencas de tuna obtenidos de bibliografía consultada.
Objetivo:
Evaluar el consumo de agua y la ganancia de peso en caprinos, con y sin complementación de pencas de tuna, como alternativa productiva para el desarrollo rural.
Hipótesis:
1) Bajo complementación con pencas de tuna, disminuirá el consumo de agua del ganado caprino en el periodo inverno-primaveral.
2) El consumo de fardos de alfalfa será inferior en los tratamientos complementados con pencas de tuna.
3) La ganancia de peso de los animales no se verá afectada entre tratamientos.
Materiales y métodos:
Los ensayos se llevaron a cabo en dos predios de pequeños productores. Ubicados en el departamento General Belgrano, Chaco, República Argentina. Un ensayo fue desde mediados de Julio a mediados de septiembre del año 2009; y los otros dos ensayos en el mismo período del 2010.
Se utilizaron pencas de tuna de variedades locales provistas a los productores por la EEA Las Breñas. Los caprinos son propiedad de los productores.
Diseño y tratamiento:
Se realizó un diseño en bloques completos al azar, con 3 repeticiones y 2 tratamientos con y sin penca. En cada uno de los sitios de estudio, se seleccionaron 8 caprinos de peso similar (37 kg promedio), los mismos fueron asignados aleatoriamente en dos tratamientos: 1) Testigo; ad libitum de fardo alfalfa y 2) Experimental; similar al testigo + complementación con 3 kg de pencas de tuna fresca trozada. No habrá restricción de agua de bebida en ninguno de los tratamientos.
Manejo y mediciones:
Los cuatro animales por tratamiento permanecieron confinados en corrales durante los 60 días de cada ensayo (Foto 1). Los primeros 15 días fueron de acostumbramiento, en los cuales los primeros 5 días se dio 1 kg animal-1 día-1 de pencas frescas trozadas (Foto 2) (sobre las pencas se les distribuía un poco de sal gruesa para que el animal se acostumbre al sabor de la tuna; Foto 3), los siguientes 5 días; 2 kg animal-1 día-1 de pencas y los últimos 5 días del acostumbramiento 3 kg animal-1 día-1 de pencas. Los 45 días restantes de medición experimental se complementaron a los animales pertenecientes al tratamiento con tuna con 3 kg animal-1 día-1 de pencas. (Chagra et al., 2002; Sánchez y García de Hernández, 2006). Las pencas de tuna (kg correspondiente dependiendo de la etapa del ensayo) se pesaron diariamente antes de ingresarlas al corral al igual que la alfalfa. También, diariamente se midió la cantidad de agua consumida (con regla graduada) y se agregó agua fresca hasta llegar a la medida inicial (Foto 4). La ganancia de peso se midió al ingresar los animales al corral, y luego cada 15 días con balanza del productor (Foto 5). La comparación de medias entre tratamientos sobre el consumo de agua y de fardos de alfalfa; y la ganancia de peso en caprinos se analizaron utilizando el test de Fisher (p<0.05).
Foto 1: Cuatro caprinos confinados en cada tratamiento.
Foto 2: productor trozando las pencas de tuna para ser consumidas por los caprinos.
Foto 3. Productor aplicando sal gruesa para el acostumbramiento de los caprinos al sabor de las pencas de tuna.
Foto 4. Con regla graduada se medía en ambos tratamientos el consumo de agua diario.
Foto 5. Los animales se pesaban cada 15 días en ambos tratamientos.
Resultados:
Análisis del consumo de agua:
En la Figura 1 se muestra el consumo de agua de las chivas con y sin complementación de pencas de tuna, para el ensayo del año 2009 y en la Figura 2, los dos ensayos del 2010, en períodos de cada 5 días, sin tener en cuenta los primeros 15 días que se los toma como período de acostumbramiento de los animales. En los tres ensayos realizados, se observa a lo largo de todo el período analizado un consumo de agua significativamente superior en el tratamiento que no recibía pencas de tuna trozadas en detrimento a las que eran complementadas. Se encuentra en ambos años de ensayo una correlación positiva del consumo de agua de los animales con las temperaturas diarias de cada periodo experimental (Figura I y II del anexo).
Figura 1. Consumo de agua de las 4 chivas confinadas en el corral complementado con penca (CP) y el corral sin penca (SP) en relación al periodo experimental cada 5 días para el ensayo del año 2009.
Figura 2. Consumo de agua de las 4 chivas confinadas en el corral complementado con penca (CP) y el corral sin penca (SP) en relación al periodo experimental cada 5 días para los ensayos A y B del año 2010.
Ganancia de peso:
Si bien se observaron diferencias en las ganancias de peso de los animales (Figura 3), en el ensayo del año 2009, estas, no fueron significativas. Similarmente en los dos ensayos del 2010 (A y B) las diferencias no fueron significativas, excepto en el último período analizado (60 días), donde el tratamiento sin complementación de pencas presentó menores ganancias de peso.
Figura 3. Ganancia de peso promedio de los tres ensayos realizados (2009; 2010A y 2010B) en relación a los períodos de muestreo analizados de 15 a 30; 30 a 45 y 45 a 60 días, mencionados como 30; 45 y 60 días, respectivamente. Para los dos tratamientos estudiados complementados con penca (CP) y sin penca (SP).
Consumo de fardos de alfalfa:
En la figura que se observa a continuación, se presentan los valores promedio de los tres ensayos realizados (2009; 2010A y 2010B) sobre el consumo de fardos en los tratamientos CP y SP. Durante todo el período analizado las diferencias entre tratamientos del consumo de fardos de alfalfa fue significativamente superior en los tratamientos que no recibieron complementación con pencas de tuna.
Conclusión:
Tal como se esperaba los tratamientos complementados con pencas de tuna presentaron menor consumo de agua en relación al tratamiento que no recibió pencas (64; 40 y 31% en los ensayos 2009; 2010 A y 2010 B, respectivamente).
El consumo de fardos de alfalfa fue inferior en los tratamientos complementados con pencas (48; 39 y 39% en los ensayos 2009; 2010 A y 2010 B, respectivamente).
Si bien en el ensayo del año 2009 los valores de la ganancia de peso fueron similares entre tratamientos, en los ensayos A y B del 2010, los tratamientos complementados con pencas mostraron ganancias de peso superiores en el último período.
En conclusión, utilizando la complementación con pencas de tuna se observa un menor consumo de agua y de fardos de alfalfa por parte de los animales, logrando de esta manera un ahorro del recurso agua e incorporando a los predios un recurso forrajero natural adaptado a la zona que no se lo ha tenido en cuenta como una alternativa forrajera, principalmente en el periodo crítico invernal, presentando leves aumentos de peso en caprinos.
Bibliografía:
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CARBALLO, Stella. 2009a. La sequía vuelve a golpear al agro. Por la falta de lluvias está en riesgo la siembra del trigo y se complica la ganadería. Diario La Nación.
CARBALLO, Stella. 2009b. Argentina sufre la peor sequía en 70 años. Diario C.
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CHAGRA, E. P.; VALDIVIA, C. L.; VERA, T. A.; LEGUIZA, H. D Y BAZAN, O. 2002. Suplementación invernal con zampa (Atriplex nummularia) y tuna (Opuntia ficus indica) en cabras criollas.
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CORDEIRO DOS SANTOS, D. y GONZAGA DE ALBUQUERQUE, S. 2003. Opuntia as fodder in the semi-arid northeast of brazil. En: Candelario Mondragón-Jacobo, C y Pérez-González, S. (Eds.). El nopal (Opuntia spp.) como Forraje. pp. 37-50.
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HERRERA, G. 2009. Parámetros climáticos. http://www.inta.gov.ar/lasbrenas/info/meteor/clima_eea_lb.pdf
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ANEXO
Figura I. Temperaturas (máximas y mínimas) y las precipitaciones (en barras) para el periodo experimental del año 2009.
Figura II. Temperaturas máximas y mínimas para el periodo experimental del año 2010.