Salud digestiva en avicultura

Para garantizar el suministro mundial de proteínas, la mejora de la productividad y la eficiencia de los recursos son cuestiones clave. La producción intensiva de la industria avícola, además de ser la única empleada por todos los cultivos a nivel mundial, demuestra una mejor conversión en humano y carne, como principal fuente de abastecimiento de proteína animal.

La producción avícola actual tanto de carne como de puesta se enfrenta a un reto constante para mejorar su productividad, lo que incluye una mayor eficiencia de los recursos nutricionales y ambientales para mejorar su sostenibilidad y obtener una salud y bienestar animal que permita optimizar los resultados.

Al concepto clásico de productividad se le han añadido otros aspectos importantes: la salud y el bienestar animal, la calidad y seguridad de la cadena alimentaria, el impacto ambiental y las exigencias del consumidor final.

Además, en los últimos años, la competencia por ingredientes en la alimentación humana, la elaboración de carnes y la obtención de energías renovables nos obliga a buscar alternativas que mejoren la eficiencia y sostenibilidad en la producción ganadera.

Salud Digestiva o salud intestinal es un concepto muy amplio, ya que engloba todo lo que afecta al bienestar del proceso digestivo (metabolismo de la digestión y absorción de los alimentos), el equilibrio del ecosistema intestinal (microbiota) y la defensa frente a agentes ( barrera física e inmunitaria del animal).

Una buena salud del aparato digestivo se consigue con una correcta digestión de los alimentos, un tránsito intestinal óptimo, una microbiota equilibrada y una adecuada capacidad de defensa.

Hay multitud de factores que afectan a la salud digestiva de las aves en riesgo; Estos pueden deberse a un mal manejo de las condiciones ambientales y de nutrición que clasificamos como “no infecciosos” y los causados por patógenos “infecciosos”, generalmente microorganismos causantes de enfermedades.

El mantenimiento de una salud digestiva óptima desde el nacimiento y durante el ciclo productivo del animal es crucial para lograr un uso más eficiente de los alimentos.

En el caso de las aves, a partir de la eclosión del primer día de vida, cuando aún falta desarrollar el aparato digestivo tanto morfológica como microbiológicamente, se empieza a producir colonización microbiana del ambiente, alimentación, manipulación de las aves (ojo con el personal) . La colonización comienza en el buche a las 24 horas continuará hasta llegar al íleon y finalmente a los ciegos; establecimiento de la flora microbiana a las 2 semanas de edad. Algo similar sucede con el desarrollo morfológico, en las primeras horas o días maduran los primeros enterocitos y se define el borde en el cepillo de la mucosa, en 4-7 días las vellosidades intestinales están completamente desarrolladas en el duodeno y se completan las siguientes semanas. en yeyuno e ileon.

Los microorganismos presentes en el tracto digestivo de las aves incluyen diferentes grupos bacterianos, hongos, protozoos y virus. La presencia de las diferentes especies tanto en diversidad (más de 600 especies bacterianas diferentes) como en cantidad, no es algo estático, varía con la edad, a lo largo del tracto digestivo y con la forma y composición de los alimentos.

En el monte predominan los lactobacilos con capacidad en función fermentativa de granulometría y tránsito y productores de ácido láctico; actuando como la principal barrera a la contaminación microbiana. En el proventrículo y el agua se mezclan la hidrólisis ácida, el inicio de la actividad enzimática y la trituración del alimento, encontrando principalmente lactobacilos provenientes del buche. En el intestino delgado podemos encontrar bacterias de los géneros lactobacillus y enterococos como flora predominante, pero también E. coli , eubacteria, clostridios, propionibacterias y fusobacterias (esta población cambia con la edad hasta las 2 semanas). El cielo es más estable, con bacterias de crecimiento lento, dominadas por los géneros Bacteroides , Eubacteriaum, Bifidobacterium, Lactobacillus y Clostridium.

Al ser la porción más distal, es más difícil actuar sobre la flora, por lo que en el caso de contaminación por salmonella, puede convertirse en un importante reservorio difícil de erradicar.

Las bacterias intestinales forman una barrera protectora para el intestino (frente a salmonella, Campylobacter , clostridios…) mediante la exclusión competitiva de los puntos de unión, mediante la acción de los ácidos grasos volátiles (VGA) que reducen el pH del medio y la producción de bacteriocinas que inhibir el crecimiento de patógenos.

La microbiota intestinal actúa sobre la digestión del alimento, aportando AGV o liberando nutrientes para el ave; protege la morfología de la edad y favorece el desarrollo y maduración del sistema inmunológico. La modulación de la microbiota intestinal favorece la mejora de los rendimientos productivos.

La mayoría de los problemas de salud y pérdida de rendimiento productivo en las aves son el resultado de cambios intestinales. Una alteración de la microbiota intestinal provoca cambios morfológicos que afectan a la respuesta inflamatoria, la acción enzimática, la absorción de nutrientes y la pérdida de la barrera protectora.

FITOGÉNICOS obtenidos de las plantas, los hay de diferentes tipos: heterósidos, polifenoles, terpenoides y alcaloides; y con diferentes propiedades: nutricional, antimicrobiana, antifúngica, antiparasitaria, antiinflamatoria, antioxidante e inmunomoduladora. Los fitobióticos, en general, se presentan en forma de extractos o acepta.

Los principios activos presentes en los extractos y aceites vegetales o en los productos a base de hierbas son variados en cuanto a su composición y mecanismo de acción, que podrían simplificarse en las siguientes propiedades: