¿Cuánto personal necesito para operar mi granja de cerdos?

Una decisión estratégica en momentos de crisis y reestructuras organizacionales.

En el complejo mundo del sector porcino, la gestión de recursos humanos emerge como una preocupación central. A menudo, las crisis financieras o las reestructuras organizacionales nos plantean un dilema esencial: ¿Cuánto personal es necesario para garantizar la operatividad óptima de una granja de cerdos?

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Calidad y Cantidad: Dos Caras de la Misma Moneda

Es un hecho bien documentado que contar con personal de calidad es crucial para asegurar una crianza adecuada y obtener los rendimientos productivos esperados. Sin embargo, más allá de la calidad, es imperativo determinar el número óptimo de empleados. En épocas de turbulencia, esta cuestión puede tornarse polémica, especialmente si se atraviesa por momentos de incertidumbre financiera.

Entre los factores a considerar para determinar la plantilla adecuada para nuestra granja se debe considerar el nivel de tecnificación y automatización, gestión de procesos a realizar, estatus sanitario granja, diseño y distribución (layout) de las instalaciones, nivel de capacitación y desarrollo del personal, cultura e idiosincrasia del personal y legislación laboral y marco regulatorio vigente. A continuación, detallaremos estos factores:

Tecnificación y Automatización: Es fundamental evaluar el grado de tecnificación en nuestra granja. Hay que analizar la automatización de los equipos, determinando si esta es total o parcial. Es crucial poner énfasis en aquellos relacionados con la alimentación y la limpieza de las salas, dado que son actividades que consumen una cantidad significativa de tiempo. Además, no podemos pasar por alto el estado de conservación de estos equipos. Es esencial tener una visión clara del tiempo que se detienen por mantenimientos o fallos y con qué frecuencia ocurren estos paros. Esta información es vital ya que cualquier interrupción en el funcionamiento normal altera directamente la rutina diaria de la granja y, por ende, la eficiencia en las operaciones.
Gestión de Procesos en la Granja: Es esencial llevar a cabo un análisis exhaustivo de los procesos que debemos implementar en nuestra granja. Este análisis debería contemplar la cantidad de tareas involucradas, así como el tiempo estimado para su ejecución. Algunos de estos procesos incluyen el castrado, el descolado, el pulido de colmillos, la fijación de ombligos, muestreos de peso, igualaciones de camada, administración de tratamientos farmacológicos, programación de vacunaciones, y rutinas de limpieza y desinfección, tanto de las superficies como de los animales. Además, no hay que olvidar la importancia de mantener un registro detallado de estas actividades. Es vital asegurarse de que las herramientas y equipos utilizados sean los más adecuados para cada tarea, reduciendo así la posibilidad de tener que repetir procesos. La eficiencia en la gestión y ejecución de estos procedimientos no solo garantizará el bienestar animal sino también la rentabilidad y sostenibilidad de nuestra granja.
Estatus Sanitario de la Granja: El estado sanitario de la granja juega un papel crucial en la gestión diaria y en la asignación de recursos. Dependiendo de si el estatus sanitario es negativo, estable o en brote, las tareas y el tiempo dedicado a la gestión varían significativamente. Por ejemplo, una granja con un estatus sanitario en brote demandará hasta un 35% más de tiempo en labores específicas, debido al aumento en la administración de tratamientos farmacológicos, intensificación en los protocolos de limpieza y desinfección, y en la adecuada gestión de la mortalidad y cerdos de desecho lo cual podría necesitar de personal adicional temporal. Es imprescindible tener un monitoreo constante y protocolos claros de actuación para cada escenario sanitario, garantizando no solo la salud de los animales, sino también el estado anímico de nuestros colaboradores y la calidad del producto final y la sustentabilidad de la granja.
Diseño y Distribución de las Instalaciones: La disposición y el diseño de una granja, particularmente en aquellas que han transitado de un ciclo completo a un modelo de producción multi sitio, tienen un impacto directo en la eficiencia operativa. Es fundamental evaluar la densidad de ocupación, considerando el número de cerdos o hembras por metro cuadrado en todas las áreas, incluyendo zonas de tránsito como pasillos. Un diseño inadecuado o una alta densidad pueden duplicar el tiempo que el personal invierte en trasladarse para atender a los animales, afectando la rapidez de respuesta y la calidad del cuidado. Es esencial, por tanto, optimizar el diseño para garantizar un flujo operativo eficiente, priorizando el bienestar animal y la eficacia del equipo de trabajo. Un aspecto esencial a considerar también es el confort térmico de las instalaciones. Este no sólo es crucial para el bienestar de los cerdos, sino también para el personal encargado de su cuidado. Diversos estudios han evidenciado que las temperaturas extremas, ya sean excesivamente calientes o frías, pueden reducir la productividad en un 20% debido a la fatiga y el estrés térmico. Por lo tanto, es imperativo asegurarse de que tanto los animales como los trabajadores cuenten con condiciones térmicas adecuadas para desempeñar sus funciones de manera óptima.
Cultura e Idiosincrasia del Personal: Comprender la idiosincrasia y la cultura del equipo es fundamental para el buen funcionamiento de una granja. Factores como las creencias, costumbres e intereses personales pueden influir en la rotación de empleados y en los niveles de ausentismo, afectando directamente la productividad general. Es esencial tener un conocimiento profundo del entorno socioeconómico en el que se ubican los empleados, la oferta laboral en la región, así como las particularidades culturales o religiosas que pueden afectar la asistencia o el ambiente de trabajo. Atender a estos aspectos no solo es una cuestión de eficiencia, sino también de bienestar para los trabajadores. Un equilibrio adecuado entre las demandas de trabajo y las capacidades del equipo es crucial. Si se ignora, se corre el riesgo de sobrecargar de trabajo al personal, lo que puede resultar en tareas incompletas o mal realizadas, afectando la calidad del proceso y, en última instancia, la productividad de la granja. Es por ello que es imprescindible mantener una comunicación abierta y constante, así como realizar evaluaciones periódicas para adaptarse a las necesidades cambiantes del equipo y de la granja.
Legislación laboral y Marco Regulatorio: La legislación laboral es un pilar fundamental en la gestión de cualquier entidad, y las granjas no son una excepción. Es crucial estar al tanto de las regulaciones vigentes para garantizar un entorno de trabajo justo y legal. Esto implica tener en cuenta las horas máximas permitidas de trabajo, así como los días de descanso obligatorio, periodos vacacionales y feriados nacionales o locales. Para garantizar el cumplimiento de estas normativas, es esencial establecer una organización de turnos que no solo se adapte a las necesidades productivas de la granja, sino también a las obligaciones legales. Esta tarea puede requerir un análisis detallado y, en ocasiones, la incorporación de personal adicional para cubrir determinados turnos o tareas específicas. Además, algunas regulaciones pueden requerir procesos adicionales relacionados con la producción, tales como el manejo adecuado y la disposición de residuos y subproductos como excretas, bioles o purines. Estos procesos no solo son esenciales desde el punto de vista legal, sino que también pueden tener impactos medioambientales y de salud pública. Por lo tanto, es esencial contar con personal capacitado para gestionar estos aspectos, asegurando el cumplimiento de las regulaciones y protegiendo al mismo tiempo el entorno y la comunidad.
Capacitación y Desarrollo del Personal: Si bien todos los factores mencionados anteriormente son esenciales, es imperativo no pasar por alto la formación y preparación del personal. Trabajar con animales, especialmente en un entorno de granja, no es simplemente una labor de fuerza o rutina; implica un profundo conocimiento y sensibilidad hacia los seres vivos, y cada especie tiene sus particularidades y requerimientos específicos. La curva de aprendizaje en este campo es considerable. Dependiendo de la especialización y el nivel de responsabilidad requeridos, puede tomar meses o incluso años para que un individuo esté plenamente capacitado y pueda desempeñar sus funciones de manera óptima. Es esencial entender que, aunque un nuevo integrante del equipo muestre entusiasmo y una actitud positiva, la formación práctica y teórica es esencial para garantizar no solo la productividad y eficiencia, sino también la seguridad. El manejo inadecuado o inexperto puede dar lugar a accidentes, riesgos laborales y, en el peor de los casos, a situaciones que comprometan el bienestar animal. Por ello, es vital invertir en programas de capacitación y desarrollo continuo del personal. Esta inversión no solo se traducirá en un mejor desempeño y productividad, sino también en un ambiente de trabajo más seguro y en un trato más ético y humano hacia los animales.

Conclusión

El personal es el corazón de cualquier granja. Su adecuada gestión y formación son fundamentales para el éxito. Si bien en Latinoamérica el costo del personal representa entre un 7% y 12% del costo total de producción del cerdo en pie, su influencia es directa sobre el 90% restante, subrayando su importancia estratégica.

De la Conceptualización a la Práctica:

Te presento el siguiente enlace, el cual te brindará acceso a una matriz especializada de tiempos y movimientos. Esta herramienta te permitirá determinar con precisión la cantidad de personal necesario según los distintos procesos y sus respectivas duraciones que llevas a cabo en tu operación. ¡Espero te sea de gran utilidad!

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