Balance de carbono: sistemas ganaderos de base pastoril

Es importante disponer de herramientas basadas en indicadores, relativamente simples y fáciles de estimar, para relevar y diagnosticar el estado de los balances de carbono (C) en los sistemas de producción ganadera. Se propone un índice de compensación de GEI de los vacunos (ICG) para evaluar la relación entre el balance de carbono orgánico del suelo (COS) y la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) en sistemas ganaderos de base pastoril.

Se usó el programa PastorC (Galli et al. 2022) para calcular ICG, la proporción de los GEI de los vacunos que es compensada por la captura de C en el suelo (ICG= Balance COS/Emisiones GEI*100). La valoración del ICG, fue: > 100: Muy favorable (verde oscuro); 67-100: Favorable (verde claro); 33-66: Regular (amarillo); 0-32: Desfavorable (naranja); < 0: Muy Desfavorable (rojo). Se evaluó la sensibilidad del IGC a cambios en la producción anual de biomasa (BAA, tMS/ha) y en la carga animal (CA, vientres/ha y kgPV/ha), con distintas eficiencias de aprovechamiento (EA). Se analizaron dos tipos de sistemas de producción: cría sobre pastizal natural (Scría) e invernada sobre pasturas base alfalfa (Sinv), ambos sin suplementación. En Scría se definieron vacas de 400 kg, frame 4, con destete a los 6 meses. Se evaluaron BAA de 3, 4, 5 y 6 tMS/ha, con una digestibilidad promedio (Dig.) = 53% y un rango de CA de 0,23 a 1,66 vacas/ha. En Sinv, se consideró una invernada de novillos británicos que entran con 180 kg y salen con 410 kg (295 kg promedio, frame 4) durante 365 días (aumento de peso= 0,63 kg/día). Se evaluaron BAA de 4, 6, 8, 10, 12 y 14 tMS/ha, con una Dig.= 65% y un rango de CA de 109-1371 kgPV/ha. En ambos sistemas y en cada CA, se simularon EA de 25, 50, 75 y 90%.

El ICG presentó mejoras con los aumentos de BAA de las pasturas y pastizales (Figura 1). Para un mismo nivel de BAA, este índice disminuyó a tasas decrecientes con el aumento de la CA o de la EA. En Scría, la compensación de emisiones superó el 100% con altas producciones de BAA junto con CA moderadas (0,8 a 1,0 vientres/ha) que permiten EA menores a 75%. Sin embargo, con CA altas (1,2 a 1,4 vientres/ha) se lograron compensaciones de emisiones de medias a altas cuando la BAA fue alta (5 a 6 t MS/ha/año), mientras que con bajas BAA (3 tMS/ha/año), la compensación de emisiones fue baja. En Sinv, se lograron mayores compensaciones de emisiones que en el caso de Scría. Se obtuvieron compensaciones totales de emisiones (> 100%) con CA moderadas a altas cuando la BAA fue mayor a 8 tMS/ha. Además, la fijación de COS permitió lograr altas compensaciones de emisiones (67-100%) incluso con CA mayores a 1000 kgPV/ha cuando las BAA fueron superiores a 12 tMS/ha/año. En ambos sistemas, las emisiones de GEI de los vacunos aumentaron con el aumento de la CA, pero no lo hicieron de manera directa, porque fueron sensibles a cambios en BAA y en EA, que determina diferencias en la calidad del forraje consumido por los animales. Los sistemas de cría requerirían CA medias a bajas para mejorar los balances de C. Esta reducción en la CA no implica una disminución en la productividad de carne (kg/ha), porque en muchos casos puede resultar en un aumento de la producción de los pastizales, mejoras en los índices reproductivos y una mayor capacidad de respuesta del sistema frente a sequias o inundaciones. Los sistemas de invernada presentaron una alta capacidad para actuar como sumideros de C, cuando se simularon pasturas de producción mayor a 8 tMS/ha/año.

El programa PastorC, a través del ICG, demuestra la importancia de disponer de herramientas para evaluar adecuadamente el estado de los balances de C en sistemas de cría e invernada de base pastoril. Se evidencian las limitantes que presentan, las metodologías que asumen que el COS se mantiene en equilibrio “cero” (IPCC 2019), frente a cambios en la productividad y el manejo de las pasturas.