Uso forrajero de sorgo y maíz

Resulta necesario mantener una fuerte presencia de gramíneas en las secuencias de rotación agrícola. En este sentido, los cultivos de sorgo y maíz, se transforman en un sostén importante del sistema de producción. Por lo que resulta interesante estudiar el comportamiento y las estrategias adaptativas de estas especies a diferentes ambientes utilizando diferentes criterios de manejo, tales como el uso de bajas densidades de siembra. En la actualidad, ambas especies cuentan con híbridos más competitivos (por tener algún tipo de tolerancia o resistencia biótica) frente al control de malezas. A su vez, ambas especies resultan interesantes desde el punto de vista de su uso forrajero en la confección de silos. El objetivo de este trabajo fue evaluar la dinámica de acumulación de biomasa de sorgo y maíz para uso forrajero, bajo tres densidades de siembra (baja, media y alta) y dos ambientes de distinto potencial de producción.

El trabajo se llevó a cabo en la EEA INTA Cesáreo Naredo. Los tratamientos fueron producto de la combinación factorial: ambiente × especie × densidad. Se definieron dos ambientes productivos contrastantes (Alto vs. Bajo). El ambiente se definió en base a la topografía, textura y NDVI histórico. El ambiente de potencial Alto: textura franca y de valores elevados de NDVI; el de potencial Bajo: textura arenosa y baja capacidad de retención hídrica. Se utilizó el Sorgo IMI® 2450 (IG Advanta), resistente a Imidazolinonas y el Maíz LL (Liberty Link®), material experimental de la misma firma resistente a glufosinato de amonio. En la zona, y en particular en ambientes limitantes, resulta fundamental evaluar tecnologías por la fuerte presencia de malezas gramíneas de verano. Ambos híbridos se sembraron en 3 densidades. Sorgo: Alta: 18 pl/m2 , Media: 13,5 pl/m2 y Baja: 9 pl/m2 . Maíz: Alta: 6,1 pl/m2 , Media: 4,0 pl/m2 y Baja: 3,2 pl/m2 . Se evaluó la evolución en la producción de biomasa en función de los días desde emergencia (DDE) de los cultivos de cada tratamiento. Los muestreos de biomasa fueron a los 30, 60 y 108 DDE. El momento de finalización de la evaluación se definió cuando los cultivos alcanzaron el momento de corte para picado, en maíz: 30-40% MS y en sorgo: grano pastoso. El diseño experimental fue en bloques completos al azar y se analizó con ANOVA triple.

La producción de biomasa aérea acumulada a los 30 DDE no fue afectada por la interacción ambiente × especie × densidad (P=0,52). La biomasa acumulada en los primeros 30 DDE aumentó en respuesta al incremento de la densidad de siembra en ambas especies y ambientes (Figura. 1A, respuesta cuadrática). No se observaron diferencias significativas entre ambientes (P=0,12), y el maíz tuvo mayor acumulación de biomasa que el sorgo en ambos ambientes para 30 DDE. La acumulación de forraje en etapas tempranas de los cultivos está estrechamente relacionada con la densidad de siembra porque los mecanismos de compensación de rendimiento de biomasa aún no se expresan.

Figura 1. Biomasa acumulada a los 30 (A) y 108 (B) DDE para cada especie en estudio, sembrada a distintas densidades y en ambientes de potencial alto y bajo.

A los 60 DDE se encontraron interacciones significativas entre especie × ambiente (P=0,05) y entre especie × densidad (P=0,01). Por lo cual se puede inferir que hubo una respuesta creciente de ambas especies a medida que la densidad aumentaba para el ambiente de alto potencial hasta la densidad media, para luego estabilizarse la acumulación de biomasa en la densidad alta. En el ambiente de bajo potencial, el sorgo no fue estadísticamente afectado por el aumento de densidad (P< 0,01). El maíz en el ambiente de potencial inferior, disminuyó la acumulación de biomasa a los 60 DDE en respuesta al aumento de densidad de siembra (datos no mostrados). A los 108 DDE la interacción especie × densidad × ambiente no fue significativa (P= 0,072). La producción de biomasa fue significativamente mayor en el ambiente de alto potencial (P< 0,01). A los 108 DDE el maíz tendió a producir más biomasa que el sorgo (P= 0,079). En el ambiente de alto potencial el sorgo se comportó mejor a densidades medias a altas y el maíz no mostro diferencias a ninguna de las tres densidades ensayadas. En el ambiente de bajo potencial la acumulación de biomasa no mostro diferencias ni entre especies ni entre densidades de siembra (Figura 1B).

En ambientes de alta potencialidad la producción de maíz para forraje resulta superior que la de sorgo, tanto en etapas tempranas como a medida que avanza el ciclo del cultivo. En ambientes de baja productividad, el maíz mostró superioridad en la acumulación de forraje hasta los 60 DDE.