Guía para la desparasitación del ganado vacuno

Guía para la desparasitación del ganado vacuno

Los parásitos continúan siendo uno de los mayores problemas en el bienestar y producción animal alrededor del mundo. Los efectos que tienen sobre los animales como reducción de la ganancia de peso, retardo en el crecimiento, fertilidad reducida y en algunos casos mortalidad generan grandes pérdidas económicas (1).

Es importante saber qué parásitos tratamos de controlar con el fin de plantear y aplicar el programa de control adecuado. Este control consiste no solamente en el tratamiento antiparasitario sobre el animal, sino también en la reducción de la exposición del ganado a los parásitos (2).

Parásitos externos

Moscas

La mosca del establo (Stomoxys calcitrans) y la mosca doméstica (Musca domestica) son problemas mayores principalmente en ganado estabulado en alta densidad y con acumulaciones de desechos orgánicos. Las moscas del establo normalmente no entran a las construcciones a diferencia de las moscas domésticas, pero si persiguen a la vaca para alimentarse, especialmente en las piernas. La mosca doméstica no pica, pero es portadora de agentes infecciosos y causa incomodidad continuamente al ganado (2).

La mosca de los cuernos (Haematobia irritans) es importante debido a que se alimenta de sangre y en grandes poblaciones pueden consumir una gran cantidad de sangre de la vaca, lo que afecta su salud y disminuye su producción (2).

Cochliomyia hominivorax es una especie de mosca cuya larva es conocida como gusano barrenador, el cual es una plaga importante en el ganado. Esta mosca coloca sus huevos en la periferia de las heridas que pueda tener el animal y al eclosionar, estos gusanos infestan y se alimentan de la carne viva del huésped para completar su desarrollo, lo que puede llevar a la muerte de no tratarse este problema. La miasis que provocan es responsable de un gran impacto económico en la industria ganadera como consecuencia del gasto en el tratamiento y prevención de esta infestación (3).

Manejo y tratamiento

Para el manejo y tratamiento se debe aplicar insecticidas en las áreas de descanso de las moscas, como las paredes del establo y las cercas, así como cebos para las moscas en lugares estretégicos. Estos cebos pueden estar hechos a base de neonicotenoides como tiametoxan y dinotefuran y pueden encontrase en forma de pintura o en gránulos.

El uso de piretroides y piretrinas proporciona protección sobre el ganado ante las moscas. Sin embargo, algunas poblaciones de pueden presentar resistencia a estos compuestos. Otras opciones que también se suelen usar son el etión, Butóxido de Piperonilo y diazinón, principalmente si no se han usado en los últimos 2 años.

La aplicación de lactonas macrocíclicas como la doramectina, eprinomectina, ivermectina o moxidectina por vía subcutánea o como pour-on tienen un efecto protector que puede durar hasta más de 2 semanas contra la mosca de los cuernos y las miasis (2).

El uso de productos para el control de las moscas debe ir acompañado de la limpieza constante de los establos para que no se acumulen desechos orgánicos y ayudar en la reducción de las poblaciones de moscas presentes. Para el control de larvas también se pueden usar inhibidores del desarrollo como metopreno, los cuales estimulan la hormona juvenil del insecto impidiendo su maduración (2).

Piojos

Los piojos se alimentan del ganado donde pasan toda su vida, lo cual hace su control relativamente fácil. La mayoría de los endedocticidas inyectables, en spray o pour-on son útiles en el tratamiento de los piojos. El uso de ivermectina se ha extendido bastante debido a su gran efectividad para el control de piojos, ya que con una sola aplicación se puede controlar la infestación. Sin embargo, es importante recalcar que el continuo uso del mismo antiparasitario promueve la resistencia por parte de los parásitos. Por lo que, en algunas poblaciones, puede existir resistencia a ciertos principios activos (2).

Ácaros

La sarna sarcóptica causada por el Sarcoptes scabiei se produce casi siempre solo en el ganado lechero y está asociada con la dermatitis por hendidura de la ubre. La sarna corióptica producida por el Chorioptes bovis puede causar molestias considerables, aunque solo causa enfermedad en un pequeño porcentaje del ganado de crianza extensiva. En estos casos donde las vacas lecheras son las afectadas, un tratamiento adecuado sería el uso de eprinomectina debido a su eficacia y su seguridad en el ganado lechero al no dejar residuos en leche (2).

Garrapatas

Las garrapatas son un peligro importante en el ganado debido a las enfermedades que pueden transmitir, la pérdida de gran cantidad de sangre cuando la infestación es grave y a la parálisis por garrapata en terneros (2). Las garrapatas también pueden llevar a la pérdida de carne por decomiso y alteración de la piel (3).

Para el tratamiento de garrapatas se pueden usar lactonas macrocíclicas como abamectina, doramectina, eprinomectina, ivermectina y moxidectina, así como los baños de inmersión con piretroides como la cipermetrina, permetrina, alfacipermetrina, deltametrina y flumetrina (4).

Parásitos internos

Los animales de pastoreo están más expuestos a los parásitos internos que los animales estabulados, por lo que se reinfestan constantemente. El tratamiento continuo del ganado que reinfestado conlleva a mayores gastos y al desarrollo de resistencia al tratamiento por parte de los parásitos (5).

Helmintos

El ganado puede infestarse por una gran cantidad de especies de helmintos, siendo los más importantes los gusanos pulmonares, los nematodos y cestodos gastrointestinales y la Fasciola hepatica (6). Los terneros son los más afectados, sobre todo en los primeros 4 meses, por lo que se les debe prestar mayor cuidado para evitar una infestación (2).

Gusano pulmonar

El gusano pulmonar Dictyocaulus viviparus, es uno de los parásitos más peligrosos que puede adquirir el ternero en el pastoreo con un 10% a 40% de mortalidad. Los bencimidazoles y las lactonas macrocíclicas son altamente efectivos en el control de estos parásitos. El tratamiento antes de la aparición de los signos clínicos previene la aparición de la enfermedad conocida como bronquitis verminosa y permite la inmunidad protectora (2).

Nematodos y cestodos gastrointestinales

Los nematodos y cestodos gastrointestinales generalmente producen diarrea, debilidad, hemorragias y deshidratación. Los nematodos se conocen como gusanos cilíndricos, de los cuales algunos pueden succionar sangre, produciendo anemia además de los signos gastrointestinales. Las familias más importantes son Ancylostomidae, Ascarididae, Trichuridae, Trichostrongylidae y Strongyloididae.

Los cestodos se conocen como gusanos con forma de cinta o tenias que no causan una sintomatología clínica grave como los nematodos, pero pueden obstruir el intestino de los bovinos, facilitando la acumulación de gases. Las familias más importantes de cestodos en el ganado son Taeniidae y Anoplocephalidae (7).

Tratamiento y control

El uso de antihelmínticos con efecto residual permite matar a las larvas a medida que el ganado las va recolectando del pasto mientras se alimenta, por lo que se considera una herramienta útil cuando las pasturas tienen una alta carga de parásitos. Sin embargo, si persiste durante un periodo prolongado puede ser una desventaja a largo plazo, ya que podría permitir la aparición de parásitos resistentes (2).

Los antihelmínticos normalmente usados en la desparasitación del ganado son los benzimidazoles (albendazol, fenbendazol y oxfendazol), imidazotiazoles (levamisol), los cuales son efectivos contra nematodos y cestodos (2).

Las lactonas macrocíclicas (doramectina, eprinomectina, ivermectina y moxidectina) tienen acción sobre los nematodos mientras que el praziquantel tiene efecto contra cestodos y algunos trematodos (2).

Estos antihelmínticos tienen efecto contra adultos y larvas principalmente. Además, pueden ser administradas de manera oral, tópica o parenteral dependiendo de las características fisicoquímicas del activo, metabolismo del ganado, así como la especie y etapa de desarrollo de los parásitos (2). De estos altihelmínticos, la moxidectina tiene la mayor duración, la cual puede encontrarse en forma de inyectable de acción prolongada, la cual otorga una protección de hasta 120 días (8).

Si bien originalmente se recomendaba la rotación anual de antiparasitarios, no se ha encontrado evidencia de la eficacia de este método. Por el contrario, puede generar un alto nivel de resistencia a largo plazo. Por lo que se sugiere utilizar un medicamento hasta que deje de ser efectio, para luego usar uno distinto (9)

Fasciola hepatica

La Fasciola hepatica es un trematodo plano que parasita el hígado y son frecuentes en zonas húmedas done habitan los caracoles que cumplen el papel de hospedero intermediario. Posteriormente abandonan al caracol en forma de metacercarias y se alojan en las hojas de los pastos que consumen los bovinos (2), donde una vez adultos se alojan en los conductos biliares del hígado (10).

Esta parasitosis no solo causa pérdidas económicas en la industria ganadera, sino que también es una zoonosis importante. Generalmente producen anemia, pérdida de peso y edema en la región submandibular y abdominal. Además, al beneficio el hígado será decomisado debido al daño que presenta y a la presencia de parásitos visibles (3).

Tratamiento y control

La recuperación del animal puede demorar luego del tratamiento, por lo que lentamente recuperan su condición corporal y producción. Sin embargo, tratar al ganado infestado disminuye la población de Fasciola, así como la tasa de infección en los caracoles. Esto permite que los animales que aun no se infestaron tengan menos probabilidades de hacerlo y su producción no se vea afectada (2).

Dentro de las drogas que se usan para el control de la fasciolasis en el ganado se encuentran clorsulón, nitronixil y oxiclozanida el cual es efectivo contra las formas adultas e inmaduras mayores a 8 semanas. Albendazol, el cual es efectivo contra las formas adultas (2) y triclabendazol, el cual es altamente efectivo contra los estadios tempranos inmaduros, inmaduros y maduros (11).

Coccidias

La primera enfermedad parasitaria más probable de adquirir por parte del ternero es causada por Cryptosporidium parvum, el cual se aloja principalmente en las microvellosidades de las células del intestino y causa una diarrea profusa. Sin embargo, el ternero puede desarrollar resistencia a la infección y la enfermedad puede presentarse cuando su sistema inmune se vea debilitado (2).

El lactato de halofunginona ha demostrado ser eficaz en el tratamiento y prevención de la enfermedad en terneros. Se puede reducir el nivel de exposición de los terneros mediante corrales individuales, o separando los recién nacidos de otros terneros de distinta edad (2).

Los parásitos del género Eimeria también infectan al ganado, principalmente a los terneros que se encuentran confinados (2). Aunque, al encontrarse en muchos lugares, la mayoría del ganado está expuesto a infectarse en algún momento de su vida. El animal infectado puede presentar diarrea, disentería, deshidratación, debilidad o muerte dependiendo del momento de la infección, la cantidad de parásitos y el estado del sistema inmune (12).

Toltrazuril es altamente efectivo para el tratamiento y prevención de Eimeria en el ganado bovino, y su uso se da principalmente en terneros para evitar que desarrollen la enfermedad (12).

Manejo para la prevención de enfermedades parasitarias

Manejo de las instalaciones

Los animales que se encuentren en buenas condiciones de vida tienen mayor tolerancia a los parásitos internos que los animales en malas condiciones de alojamiento. El área donde viven los animales debe estar bien ventilada e iluminada para mantener los niveles de humedad y ventilación adecuados, ya que cuando la humedad es alta y la iluminación baja, la población de helmintos crecerá rápidamente. En caso de infestaciones de ectoparásitos es recomendable realizar la fumigación respectiva de las instalaciones adicionalmente a la aplicación de ectoparasiticidas sobre los animales (13).

No debe haber una sobrepoblación de animales por corral, los animales deben alimentarse de comederos y no del suelo y el agua debe estar limpia. Se puede apilar el estiércol recolectado para que el calor del compostaje mate los huevos y larvas de los parásitos internos y moscas (13).

Manejo nutricional

La disponibilidad de vitaminas, minerales y otros nutrientes en la dieta influye en la susceptibilidad del ganado a los parásitos. Las vitaminas A, D y el complejo B son esenciales para el desarrollo del sistema inmune, lo que permite una mayor inmunidad contra los parásitos. Los minerales como el zinc, hierro, cobalto, sodio, potasio, fósforo, etc. son esenciales para el correcto funcionamiento del sistema inmune, lo que otorgará protección contra las parasitosis (13).

Manejo de pasturas

Un correcto manejo de las pasturas ayuda a controlar los parásitos internos en el ganado en pastoreo. Una práctica común es la rotación de pasturas para que los animales no pasen tanto tiempo en la misma parcela mientras aumenta la carga parasitaria y vuelvan cuando el riesgo haya disminuido (Figura 1) (13).

La mayoría de las larvas de los parásitos se mueven hacia la punta de las pasturas cuando la luz del sol se encuentra baja al amanecer, atardecer y cuando el cielo se encuentra nublado, por lo que se debe evitar que los animales pastoreen en esas situaciones. Además, el 80% de los parásitos viven en los primeros 5 cm de vegetación (desde el suelo), por lo que se puede minimizar la exposición a los parásitos rotando hacia las pasturas secas donde puedan alimentarse a 10 cm del suelo, ya que mientras más seca esté la pastura, la mayoría de los parásitos se quedarán en la base de las plantas (13).

Guía para la desparasitación del ganado vacuno - Image 2

Figura 1: Esquema de rotación de pasturas

La susceptibilidad de los animales contra los parásitos varía con la edad, por lo que se recomienda que los animales más jóvenes pastoreen en diferentes campos que los adultos (13) o de no poder hacerlo, que sean los primeros en alimentarse de la hierba cuando está más alta para que las probabilidades de infectarse sean menores que la de los adultos (3).

Conclusiones

Antes de utilizar un antiparasitario es importante conocer el tipo de parásito que está afectando al ganado. La prevención mediante el uso de antiparasitarios es ideal ya que evita la aparición de la enfermedad y los gastos que conlleva el tratamiento.

El tratamiento antiparasitario en el ganado debe ir acompañado de un adecuado manejo de las instalaciones, alimento y animales para un correcto funcionamiento de su sistema inmune y una mayor tolerancia a las parasitosis, así como una reducción de la exposición a los parásitos.