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Interrelación de indicadores del manejo-fitosanidad-conservación de recursos forrajeros en sistemas silvopastoriles cubanos

Publicado: 8 de mayo de 2017
Por: O. Alonso1, J. C. Lezcano1, Yohania Sanabria1 y Moraima Suris2 1Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey” (EEPFIH), Central España Republicana, CP 44280. Matanzas, Cuba 2Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA), Apartado 10, San José de las Lajas. Mayabeque.
Resumen

El objetivo de esta investigación se basó en conocer en qué medida algunos indicadores del manejo de los sistemas silvopastoriles, y su fitosanidad, contribuyen a que perduren en el tiempo las principales especies forrajeras que conforman sus asociaciones. Para ello se muestrearon en un año, ocho sistemas silvopastoriles (SSP), seis en la provincia de Matanzas y dos en la de Mayabeque. Las mediciones realizadas fueron: la composición botánica de los pastizales, la cantidad de las arvenses presentes, y de la entomofauna asociada y su composición funcional. Los resultados indican que en los cuartones de los SSP donde hubo un adecuado manejo, el 1, 2, 4, 6 y el de doble propósito (ceba de toros-producción de semillas), se incrementó el porcentaje de especies pratenses en la composición botánica, y la densidad de árboles de leucaena por hectárea se mantuvo. Un comportamiento similar se obtuvo con la presencia de insectos fitófagos y benéficos, sobre todo de estos últimos que impidieron brotes masivos de plagas en el período evaluado. Por otro lado, en los cuartones de los SSP-4, 5, 6 y 7 donde se incrementó el porcentaje de pastos naturales, también aumento el número de arvenses, las cuales en el ámbito ganadero son indicadores de mal manejo, aunque en algunos casos sirven de refugio y/o alimentación (polen o néctar) a depredadores y parasitoides como ocurrió quizás en los SSP-4 y 6. Se concluye, que tanto los indicadores del manejo: el tiempo necesario de reposo del pasto, el de estancia de los animales, la labor de poda, así como la conservación de los enemigos naturales en el ambiente favorable que se crea para ellos en estos sistemas, que permitió mantener el equilibrio biológico (sin brotes masivos de plagas) en las áreas durante el período de evaluación, contribuyeron notablemente a la persistencia en el tiempo de los fitorrecursos forrajeros predominantes que componen estos sistemas (en su mayoría), y por ende a la tendencia de sostenerse económica y ambientalmente.

Palabras clave: manejo, conservación de fitorecursos, fitosanidad, sistemas silvopastoriles

Introducción
La introducción de plantas se considera uno de los métodos de fitomejoramiento de mayor connotación científica, y a la vez, uno de los más dinámicos y económicos, al lograr resultados similares a los de un programa de mejora genética largo y costoso, en un período de tiempo relativamente corto (Machado et al. 2006). Además, contribuye al incremento y la conservación de la fitodiversidad en los diferentes agroecosistemas, lo cual es una necesidad inminente en la actualidad.
Sin embargo, lo referente a la conservación in situ de esos recursos no siempre se cumple rigurosamente, como ocurre cuando están incluidos en los sistemas de producción ganadera, por ejemplo los silvopastoriles, que de manera reiterada no se efectúa un manejo adecuado teniendo en consideración la mayor cantidad de indicadores posibles, tales como: la respuesta de los pastos a la carga animal en pastoreo; la disponibilidad y calidad de las especies empleadas; el tiempo de reposo; la persistencia de las especies pratenses y forrajeras en pastoreo; y la altura, momento y frecuencia de poda de la arbórea, entre otros de los que relacionan Milera et al. (2014). A esto se le adiciona que según informes de la FAO en el año 2006, el 90 % de los alimentos de origen vegetal en el mundo se basaba sólo en 20 cultivos, lo que reafirma las deficiencias en el manejo de los fitorecursos (Agüero 2009), pues ese número no debe haber variado consecuentemente en los últimos años. 
Por tal motivo, el objetivo de esta investigación se basó en conocer en qué medida algunos indicadores del manejo de los sistemas silvopastoriles, y su fitosanidad, contribuyen a que perduren en el tiempo las principales especies forrajeras que conforman sus asociaciones. 
 
 
Materiales y Métodos
Los ocho sistemas de producción que se evaluaron durante un año tuvieron las características que se describen a continuación:
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Tres de las cuatro variedades de L. leucocephala que se evaluaron coinciden con las registradas como comerciales en el país según CNSV (2012), aunque en la versión del 2006, también se reconocía como variedad cultivada CNIA-250. En cuanto a la localización de los sistemas productivos, todas las plantaciones se encuentran asentadas en zonas y empresas representativas del sector ganadero cubano, los tres primeros y el último en la EEPFIH, el cuarto en la Empresa Pecuaria (EP) Genética de Matanzas y el quinto en la EP “José Martí”, todos de la misma provincia, Matanzas. Mientras el sexto está ubicado en la EP “Nazareno” y el séptimo en la EP “Valle del Perú”, ambas pertenecientes a la provincia Mayabeque. Los indicadores del manejo de los SSP que se consideraron fueron: la labor de defoliación (poda o corte), el tiempo de reposo de los cuartones después del pastoreo y la persistencia de las especies pratenses y forrajeras en pastoreo. En el caso de la poda se efectuó solo al 50 % de las plantas a una altura entre 1,0 y 1,5 m en el PPLl (de marzo a inicios de mayo) en cinco de las plantaciones de leucaena, correspondientes a los SSP-1, 3, 5 y 6 y en el SSPDP; mientras que en el SSP-2 y en el SSP-4 no se hizo por no existir necesidad de alimento para los animales en ese período, y en el SSP-7 tampoco se realizó debido a un manejo inadecuado de la plantación; mientras el tiempo de reposo osciló de 28 a 45 días en el PLl y de 49 a 66 en el PPLl. Además, que no se realizaron labores de fertilización inorgánica u orgánica ni se aplicaron plaguicidas químicos o biológicos.
Las mediciones realizadas se correspondieron con: la composición botánica de los pastizales, la cantidad de las arvenses presentes, y de la entomofauna asociada y su composición funcional. En el caso de la primera y la segunda medición se realizaron al inicio del experimento, y las dos últimas en los meses de mayor presencia de insectos (marzo, mayo, octubre y noviembre), determinados en un estudio previo realizado durante tres años en el SSP-1 y en el SSPDP. La composición botánica se determinó por el método de los pasos (teniendo en cuenta de manera diferenciada el porcentaje de las especies de pastos predominantes), y la densidad de árboles por hectárea, por regla de tres (tomando en consideración el largo de los surcos y la cantidad de plantas presentes en estos); mientras que las arvenses se determinaron utilizando un marco de un m2 en cinco puntos del campo (método del sobre). 
Los insectos se cuantificaron cada 15 días antes de que entraran los animales a pastorear, acorde con la propuesta de Nielsen (2003), después de ser capturados por medio de la red entomológica tanto en el estrato arbóreo como en el herbáceo realizando 100 pases de la red en cinco puntos de los campos evaluados (método del sobre), lo que equivale a unos 25 m2 según Faz (1990). En tanto los grupos funcionales (fitófagos y benéficos) de la comunidad de insectos, se definieron a partir de la identificación de cada especie, y su función se determinó según las observaciones realizadas y la información que ofrece la literatura acerca de su hábito de alimentación principal, específicamente se tuvo en cuenta el criterio de Ruiz y Castro (2005). Tanto los insectos como las arvenses, se trasladaron  al laboratorio de protección de plantas de la EEPFIH para su identificación a través de claves taxonómicas y con la contribución de otros especialistas. 
 
 
Resultados y Discusión 
Según la información que se presenta a continuación en la tabla 1, en los cuartones de los SSP-1, 2, 4, 6 y el SSPDP, donde se cumplimentó el tiempo de reposo del pasto y de los días de estancia de los animales en el cuartón; se incrementó el porcentaje de especies pratenses predominantes (pasto base) en la composición botánica, y la densidad de árboles de leucaena por hectárea se mantuvo. Mientras en el SSP-3 con similar manejo, disminuyó tanto el porcentaje de pastos base como la densidad y el número de árboles de leucaena debido a la mortalidad de las plantas por las inundaciones prolongadas antes y durante el período experimental. En tanto en el SSP-6 también disminuyó la densidad y el número de plantas de leucaena, pues no se podó correctamente según lo establecido; y en el SSP-7 hubo un incremento de la arbórea ya que no se efectuó la labor de poda y los animales no rotaron correctamente por problemas con la cerca perimetral, lo que contribuyó a que la leucaena manifestara su condición de invasora como la denominan varios especialistas en botánica en Cuba y a nivel mundial. Por otro lado, en el caso de los insectos, de manera general también tuvieron un comportamiento similar en cuanto al incremento de las especies en los cuartones que se manejaron adecuadamente, sobretodo en el SSP-1, el SSP-4 y el SSPDP donde la presencia de depredadores y parasitoides, fueron los encargados de que no hubieran brotes masivos de plagas durante el período evaluado. Destacándose que en el SSP-5, 6 y 7 su presencia pudo haberse incrementado porque fue donde mayor cantidad de arvenses aparecieron, ya que éstas les sirven de refugio y/o alimentación (polen o néctar para los adultos) a estos agentes benéficos como plantean Altieri y Nicholls (2007) (tabla 2). 
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Entre los insectos que aparecieron en todas las áreas muestreadas se citan: un taquínido parasitoide sin identificar, el depredador Wasmamnia auropunctata (Roger) y los fitófagos del orden Hemiptera: Heteropsylla cubana Crawford (Psyllidae), Empoasca sp. (Cicadellidae) y Rhinacloa sp. (Miridae), de los cuales sobresale el sílido como la plaga más importante a nivel mundial según Shelton (1996) y en Cuba acorde con lo planteado por Barrientos et al. (1991) quienes señalan que puede producir daños hasta de un 95% en la porción apical de las ramas.
También es importante señalar que en los cuartones de los SSP 4, 5, 6 y 7 donde se incrementó el porcentaje de pastos naturales, también se encontró un mayor número de arvenses, las cuales en el ámbito ganadero son indicadores de mal manejo según Milera et al. (2014), de ahí que de manera general pudieron incidir en la disminución de los pastos predominantes, fundamentalmente de las gramíneas herbáceas, como sucedió en el segundo y el último sistema de los mencionados inicialmente. Las arvenses que más se encontraron en las áreas muestreadas (con excepción del SSP-1 y el SSPDP) fueron: la dormidera Mimosa pudica L. (Mimosaceae) y la malva de cochino Sida rhombifolia L. (Malvaceae), seguidas el marabú Dychrostachis cinerea (L.) Wight & Arn. (Mimosaceae), las cuales son típicas de los pastizales en el país según informes del sector ganadero en el país. Estos resultados obtenidos en este experimento coinciden con los estudios realizados en los SSP por otros autores, quienes señalan que estos sistemas han demostrado su importancia para la conservación de los fitorrecursos y de la fauna asociada (Wick et al. 2000; Ramírez y Enríquez 2003), siempre que se realice un manejo adecuado de los mismos. 
 
 
Conclusiones
Se concluye que tanto los indicadores del manejo: el tiempo necesario de reposo del pasto, el de estancia de los animales, la labor de poda, así como la conservación de los enemigos naturales en el ambiente favorable que se crea para ellos en estos sistemas, que permitió mantener el equilibrio biológico (sin brotes masivos de plagas) en las áreas durante el período de evaluación, contribuyeron notablemente a la persistencia en el tiempo de los fitorrecursos forrajeros predominantes que componen estos sistemas (en su mayoría), y por ende a la tendencia de sostenerse económica y ambientalmente.
 
 
Referencias 
Agüero, Teresa. 2009. La importancia de los recursos genéticos vegetales y animales en el desafío de convertir a Chile en una potencia alimentaria y forestal. Gobierno de ChileMinisterio de la Agricultura-Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA). Santiago de Chile, Chile. 5p.
Altieri, M. A. y Nicholls, Clara Inés 2007. Biodiversidad y manejo de plagas en agroecosistemas. Perspectivas agroecológicas No. 2. Icaria Editorial. Barcelona. 245 p.
Barrientos, A.; Ruiz, T.E.; Febles, G.; Castillo, E. y Mora, C. 1991. Una nota sobre la utilización de tres insecticidas en el control de Heteropsylla cubana Crawford (Hom.: Chermidae) en Leucaena leucocephala. Revista cubana de Ciencia agrícola. 25:207.
CNSV. 2012. Lista oficial de variedades comerciales. Registro de variedades comerciales de certificación de semillas. Ministerio de la Agricultura/Centro Nacional de Sanidad Vegetal. La Habana, Cuba. p. 30.
Faz, A.B. de. 1990. Principios de protección de plantas. Editorial Ciencia y Técnica. Segunda reimpresión. Ciudad de La Habana, Cuba. 601 p.
Hernández, A.; Ascanio, M.; Cabrera, A.; Morales, M.; Medina, N. y Rivero, L. 2003. Nuevos aportes a la clasificación genética de suelos en el ámbito nacional e internacional. Instituto de Suelos. Ministerio de la Agricultura. AGRINFOR. La Habana, Cuba. 145 p. 
Machado, R.; Seguí, Esperanza; Olivera, Yuseika; Toral, Odalys y Wencomo, Hilda. 2011. Capítulo I. Fundamentación teórica y resultados del programa de introducción. En: Recursos Forrajeros Herbáceos y arbóreos. Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”.
Milera, Milagros de la C.; López, O. y Alonso, O. 2014. Principios generados a partir de la evolución del manejo en pastoreo para la producción de leche bovina en Cuba. Pastos y Forrajes. 37 (4):382-391.
Nielsen, Vanessa. 2003. Métodos para colectar insectos. Rev. Agron. Trop. 33: 59.
Ramírez, M. y Enríquez, M.L. 2003. Importance and diversity of ants in silvopastoral systems in the Cauca Valley, Colombia. Livestock Research for Rural Development. 15(1):1. 
Ruiz, Lorena y Castro, Adriana. E. 2005.  Riqueza y distribución de grupos funcionales de insectos en parcelas de maíz en Los Altos de Chiapas. En: Diversidad biológica en Chiapas. (Coordinadores M. González; Nepaltí Ramírez y Lorena Ruiz). Editorial Plaza y Valdés S.A. de C.V. México. p. 441.
Shelton, H.M. 1996. El género Leucaena y su potencial para los trópicos. En: leguminosas forrajeras arbóreas en la agricultura tropical. (Ed. T. Clavero). Centro de Transferencia de Tecnología en Pastos y Forrajes. Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela. p. 17.
Wick, B.; Tiessen, H. y Menezes, R.M.C. 2000. Land quality changes following the conversion of the natural vegetation into silvo-pastoral systems in semi-arid NE Brazil. Plant and Soil. 222:59. 
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Autores:
Osmel Alonso
Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”
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