Influenza aviar: Desde una mirada 360º, por ahora la vacuna es “la solución”

Desde una mirada que va más allá de técnico-científico queremos compartir con Ustedes nuestra preocupación por lo que viene sucediendo con la Influenza Aviar de
Alta Patogenicidad (IAAP) a lo largo y ancho del planeta.
Mucho se habla, mucho se hizo, mucho se está estudiando, mucho de todo, y así y todo hasta hoy no tenemos una vacuna para aves de ciclo largo que nos de garantía de cobertura en más del 99%, que permita una o solo dos dosis en todo el período productivo y que permita distinguir un positivo de campo de un positivo vacunal.
Trataremos de compartir una mirada
360º.
Prácticamente, en los últimos 2 años, la Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP) llegó a todos los rincones del mundo.
El daño es cuantioso y todavía no está justipreciado a ciencia cierta, ya que como el virus sigue vigente, las determinaciones económicas terminan siendo obsoletas día a día.
Así y todo podemos decir que iniciado el 2022 a la fecha los daños, solamente, por sacrificio de aves superan los US$2.500 millones de dólares (1). Reiteramos, solamente por sacrificio, sin cálculo de lucro cesante y daños colaterales.
Dejando de lado la determinación monetaria adentrémonos a la situación que estamos enfrentando los productores de huevo, particularmente en los países donde no se vacuna:

1. La pérdida de las unidades productivas
2. La no reposición de los lotes sacrificados
3. Generación de desempleo
4. Dejar de abastecer la demanda
5. Dificultad para sectores de medios y bajos recursos al acceso a esta proteína
6. Potencial de daño ambiental por mal manejo de cadáveres

Ahora sabiendo lo anterior, no quiero de dejar pasar dos cuestiones.
La Primera desde la ética y moral profesional y la segunda desde una mirada humanística.

Sobre la primera.
Sabemos que las vacunas de hoy, no son la solución, pero sí sabemos que son un paliativo importante que desde sanitario, desde lo productivo y principalmente desde lo ético, ya que evitarían millones de sacrificios de animales. Por eso entiendo que moralmente no debería existir resistencia al uso de la misma, al menos por los profesionales veterinarios.
Insisto, moralmente, evitar sacrificios debe ser una constante, mucho más cuando el virus ha traspasado barreras de altísimos niveles de bioseguridad.
Demás esta decir que la bioseguridad debe estar siempre presente, en sus más altos niveles sabiendo que más allá de que esos niveles se alcancen nada quita que el virus ingrese a nuestras granjas.

Segundo, la mirada humanística.
Esto me provoca varias miradas:

Desde una mirada 360º, por ahora la vacuna es “la solución” Por Javier Prida, coordinador del ILH

1. Alguien se preguntó que rol cumple el huevo en la dieta de los habitantes de países pobre y subdesarrollados?
2. Sabemos que en los países donde no está permitida la vacunación no hay reposición de lotes, entonces nos preguntamos a cuanto ascendería el precio del huevo a nivel mundial si merman los niveles productivos en torno al 10% en los próximos dos o tres años?
3. Habiendo una herramienta que nos daría gran parte de la solución es justo exponer a los animales a un sacrificio?
4. No le estamos dando argumentos a los animalistas y a los veganos para que continúen esquilmando a nuestra industria?
5. Y que pasa si pasa de los animales a los humanos en forma masiva y provocamos una nueva pandemia?
6. Sabemos que actualmente el virus en humanos es mortal en más del 50% de los casos? (2)

Estas son algunas de las preguntas que no hacemos y sabemos que hay múltiples miradas y respuestas para cada una de ellas, es segura que no hay un criterio único, lo que si sabemos que la VACUNA hoy en la solución a este problema que sabemos que comenzó hace unos años y no sabemos cómo va a seguir ni cuándo va a terminar.

Para salir de esa incertidumbre, caminemos sobre lo que sabemos que puede ayudar a estar mejor, tengamos una mirada más allá de los técnicocientífico y logremos una mirada comunitaria de 360º y seguramente nos podremos a vacunas pronto.