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Enteritis Necrótica, Diagnóstico y control

Publicado: 31 de mayo de 2021
Por: Dr. Gino Lorenzoni. College of Agricultural Sciences, The Pennsylvania State University (Traducción: Dr. Dorian Dominguez)
Resumen

La enteritis necrótica es una enfermedad del intestino de la aves de corral, caracterizada por lesiones necróticas en el epitelio intestinal. Esta enfermedad puede causar alta mortalidad principalmente en pollos jóvenes.

La enteritis necrótica es una enfermedad del intestino de la aves de corral, caracterizada por lesiones necróticas en el epitelio intestinal. Esta enfermedad puede causar alta mortalidad principalmente en pollos jóvenes.
El agente causal de la enteritis necrótica es un bacilo Gram negativo llamado Clostridium perfringens (tipo A y C); esta bacteria es un habitante normal del tracto digestivo, de respiración anaeróbica y formador de esporas. El C. perfringens se puede encontrar comúnmente en explotaciones avícolas, pero su presencia no es necesariamente un indicativo de la enfermedad. Muchos otros factores deben combinarse para que se desarrolle una enteritis necrótica, incluyendo factores nutricionales y la coinfección por coccidias. Anteriormente, el uso de antibióticos como promotores de crecimiento mantenían la enteritis necrótica bajo control, pero con las últimas tendencias de reducir el uso de antibacterianos, el control de esta enfermedad ha tomado un nuevo rumbo. Las estrategias actuales se enfocan en la reducción de factores predisponentes, en vez de tratar de eliminar el microorganismo.
Enteritis Necrótica

Signos Clínicos
Las aves se observan deprimidas y con aspecto desaliñado, la presencia de diarrea, deshidratación e inapetencia es común. La mortalidad es variable, pudiendo alcanzar hasta 30% en aves no tratadas; en la enfermedad subclínica, se puede llegar a observar algunos signos muy leves (de aquí el término “subclínica”), resultando en una disminución de la producción, afectando tanto la ganancia de peso, como la conversión alimenticia.

Prevalencia

La enteritis necrótica (clínica y/o subclínica), es una enfermedad multifactorial, es decir, varios componentes deben suceder simultáneamente para que el Clostridium se pueda multiplicar a gran escala y produzca toxinas bacterianas (toxina A, NetB) que son las causantes del daño al intestino. Esta enfermedad se produce normalmente en las aves luego de una infección por coccidias del género Eimeria (E. máxima) principalmente, sobre todo si las aves son alimentadas con granos que incrementan la viscosidad intestinal, por ejemplo: el trigo, la cebada, y el centeno. Altos contenidos de proteínas y grasas de origen animal en las dietas de las aves, han sido asociados con la alta incidencia y severidad de la enteritis necrótica.
El exceso de producción de moco intestinal y la perdida de proteínas asociada con la infección por E. maxima, junto a otros factores nutricionales, crea un ambiente beneficioso para la replicación del Clostridium y la producción de endotoxinas. Estados de inmunosupresión causados por patógenos virales también han sido relacionados a la enteritis necrótica. Esta enfermedad tiende a afectar más a pollos de engorde en explotaciones de tipo intensivo, siendo muy frecuente en aves jóvenes entre 2 y 4 semanas de edad; asimismo, durante este periodo ocurre también el pico de infección de las coccidias (en aves criadas en piso), dependiendo claro está, del programa anticoccidial, calidad de la cama y la densidad de aves. En aves de línea liviana (aves de postura), la enteritis necrótica tiene baja incidencia, pero puede presentarse en aves de edad avanzada. Algunas cepas de C. perfringens son más patogénicas que otras y la enfermedad puede permanecer en una explotación avícola hasta que los factores predisponentes sean efectivamente eliminados.

Transmisión
C. perfringens se encuentra habitualmente presente en las heces de algunas aves, por lo tanto, el consumo de material de cama representa un vía importante de propagación dentro de la parvada; sin embargo, siendo una bacteria comensal del intestino, solo bajo ciertas circunstancias esta puede producir la toxinas causantes de la enfermedad.

Diagnostico
La presencia de lesión son un buen indicativo de la enfermedad. Bajo el microscopio, es evidente la necrosis del epitelio intestinal y la infiltración de células inflamatorias. Se observan microorganismos en proximidad de las lesiones y adheridos a restos celulares. El aislamiento de Clostridium de animales sin la presencia de las lesiones necróticas, no debe ser interpretado como presencia de la enfermedad; altos números de bacterias (1 x 105 UFC/g) pueden ser encontradas en el contenido intestinal de aves sanas, y cantidades aún mayores (1 x 108 UFC/g) pueden ser encontradas en aves enfermas.
En la enteritis necrótica, el epitelio del yeyuno y/o íleon se encuentra necrótico. Porciones de la mucosa pueden estar desprendidas de la lámina basal, asimismo, el epitelio aun adherido puede observarse irregular, descrito frecuentemente como apariencia de “toalla turca” (Figura 1). Abundante presencia de moco, líquido y descamación celular son hallazgos comunes en la luz intestinal. También, olor nauseabundo producto de tejido descompuesto y hemorragias en la membrana serosa (Figura 2) son frecuentes. En la presentación subclínica de la enfermedad, es característica la presencia de focos necróticos en el epitelio del intestino delgado (Figuras 3-4). Estas lesiones son mas frecuentes en el yeyuno, pero pueden extenderse hasta la porción caudal del duodeno y porción proximal del íleon; es común encontrar exceso de moco y descamación celular junto a los focos necróticos. Cabe destacar que el hallazgo de congestión, moco, y/o descamación celular sin la presencia de lesiones necróticas características, corresponden a enteritis general y no debe ser erróneamente diagnosticada como enteritis necrótica.
Figura 1. Intestino delgado en un pollo de engorde con daño severo de la mucosa, por enteritis necrótica. Fotografía por: Dr. Lorenzoni.
Figura 1. Intestino delgado en un pollo de engorde con daño severo de la mucosa, por enteritis necrótica.  Fotografía por: Dr. Lorenzoni.
Figura 2. Intestino delgado de un pollo de engorde infectado experimentalmente con E. maxima y C. perfringens. La hemorragia es evidente desde la superficie serosa del intestino. Fotografía por: Dr. Lorenzoni.
Figura 2. Intestino delgado de un pollo de engorde infectado experimentalmente con E. maxima y C. perfringens. La hemorragia es evidente desde la superficie serosa del intestino. Fotografía por: Dr. Lorenzoni.
Figura 3. Intestino delgado de un pollo de engorde con ulceras necróticas en la mucosa, lesiones típicas de enteritis necrótica subclínica. Fotografía por: Dr. Lorenzoni.
Figura 3. Intestino delgado de un pollo de engorde con ulceras necróticas en la mucosa, lesiones típicas de enteritis necrótica subclínica. Fotografía por: Dr. Lorenzoni.
Figura 4. Intestino delgado de un pollo de engorde con ulceras necróticas en la mucosa, lesiones típicas de enteritis necrótica subclínica. Fotografía por: Dr. Lorenzoni. 
Figura 4. Intestino delgado de un pollo de engorde con ulceras necróticas en la mucosa, lesiones típicas de enteritis necrótica subclínica. Fotografía por: Dr. Lorenzoni.
Control
Por décadas, el uso de antibióticos como promotores de crecimiento como, por ejemplo: BMD, enramicina y avilamicina, han sido usados ampliamente para prevenir la enteritis necrótica. Hoy en día, debido a la presión para disminuir el uso de los promotores de crecimiento, este tipo de medicación no representa una estrategia sostenible para el control de enteritis necrótica.
Los vapores de peróxido de hidrogeno pueden ser usados para inactivar la esporas de C. perfringens. En granjas avícolas, el compost de la cama húmeda es un buen método para disminuir el número de esporas bacterianas, posiblemente debido a los vapores de amoniaco liberados por la cama, más que por el efecto del calor generado durante este proceso. No obstante, la limpieza y desinfección de las casetas no debe ser sobreestimado, pues el Clostridium es un germen bastante resistente y se encuentra normalmente presente en el intestino de las aves. Por esta razón, es mas recomendable controlar los factores ambientales que el microorganismo necesita para generar la enfermedad.
El control de Coccidia debe ser uno de los pilares para el control de la enteritis necrótica, pues manteniendo este parasito en bajos niveles disminuirá la incidencia de enteritis necrótica, y un buen manejo de la cama es de gran ayuda en el control de coccidiosis. Es importante mencionar que los anticoccidiales del tipo ionóforos, son además efectivos contra C. perfringens. En algunos lugares, los ionóforos no son considerados antibióticos, por lo que aun son usados en la profilaxis de enteritis necrótica.
Puesto que el trigo, el centeno, la cebada, junto a las grasas y proteínas animales aumentan la incidencia de enteritis necrótica, es recomendable reducir la inclusión de este tipo de ingredientes en las dietas de las aves. El uso de probióticos y de acidificantes han sido ampliamente comercializados para reducir esta enfermedad, pero los resultados de este tipo de productos son muy variables.

Tratamiento
Antibióticos como la bacitracina, lincomicina, oxitetraciclina y virginiamicina entre otros, han sido eficaces en el tratamiento de la enteritis necrótica. Una estrategia agresiva en contra los factores predisponentes y contra el mismo Clostridium será la clave para el éxito.

Publicación de PennState Extensión. The Pennsylvania State University. EE.UU. Updated: May 28, 2021: Avian Necrotic Enteritis
  • Enfermedades de las aves, 13ra edición. D. E. Swayne. Wiley-Blackwell.
  • Manual de enfermedades de las aves. 7ma edición. Asociación americana de patólogos Aviares.
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Autores:
Gino Lorenzoni
PennState - University Pennsylvania State
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