Un aragüeño busca reivindicar a esta ave como una fuente nutritiva y no como pasapalo de los trasnochados.
En la población de Chivacoa, estado Yaracuy, se encuentra Codornitos Vipraca, empresa agropecuaria especializada en la cría de la codorniz, un ave minúscula que brinda muchos beneficios tanto al consumidor como al productor. Víctor Prato, su fundador, habla de su oficio como un arte. Lo que en principio fue un hobby es hoy su principal sustento. Hace 20 años, cuando aún estaba activo como oficial de la Fuerza Armada Nacional, Prato centró su atención en la producción de aves. Primero comenzó un pequeño negocio que consistía en la cría de pollos de engorde, pero luego se interesó en la codorniz. Motivado por el profesor Vasco Asís, quien le enseñó las características, construyó un criadero pequeño. Prato aspira que su empresa se convierta en una de las principales compañías productoras de alimentos derivados de esta ave.
Muchos no lo saben, pero la carne de la codorniz equivale en calorías, proteínas y vitaminas a 100 gramos de leche y es una fuente rica de vitaminas A, C, D, E, B1, B2, B6, revela la página web de la empresa (www.codornizvipraca.com) a manera de presentación del producto. Vipraca obtiene de sus crías carne (que vende en empaques de doce unidades, huevos fértiles, huevos para el consumo e incluso huevos pelados y empaquetados."Muchas personas se abstienen de comprar los huevos por lo tedioso del proceso de pelado, pero nosotros tenemos la capacidad de pelar 7 mil huevos por hora y ofrecerlos directo a la mesa", afirma Prato.
Vipraca distribuye sus productos en todos los supermercados, areperas y restaurantes. Poco a poco la marca comienza a distinguirse entre los anaqueles. Pero no sólo se dedica a la cría y comercialización de codornices, también conjuntamente con el Instituto de Producción Animal, adscrito a la Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela, imparte talleres de cría y comercialización de esta ave a productores nacionales e internacionales. Inclusive en las instalaciones de la granja se realizan investigaciones en el área de genética y nutrición.
La labor educativa que desarrolla la compañía en torno a la codorniz ha llegado a los salones de educación preescolar y básica, donde casi nadie, o nadie, conoce el valor nutritivo de esa ave. Prato hace algunas comparaciones: un huevo de codorniz contiene 14 % de proteínas, mientras uno de gallina sólo posee 12 %. La codorniz, aunque es más pequeña, contiene 24% más proteínas que el pollo. Son razones que animan la cruzada de Prato para diversificar la usual manera de consumir el producto: como relleno de las arepas que devoran los trasnochados, o bañados en salsa rosada ensartados en un palillo. El camino es largo.