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Chloris spp. Un problema en franca expansión

Publicado: 30 de octubre de 2014
Por: Marcelo Metzler(Protección Vegetal, EEA Paraná del INTA); Juan Carlos Papa (Protección Vegetal, EEA Oliveros del INTA) y Daniel Tuesca (Cátedra de malezas, Facultad de Ciencias Agrarias (Zavalla), Universidad Nacional de Rosario), Argentina
 INTRODUCCIÓN
El éxito de las malezas en los sistemas agrícolas depende de los atributos que le confieren capacidad para sobrevivir a los disturbios y ajustarse a la oferta ambiental (Cousens y Mortimer, 1995). Por ejemplo, las labranzas y la aplicación de herbicidas en los cultivos pueden provocar cambios cuali y cuantitativos en la comunidad de las malezas (Tuesca et al., 2001; Puricelli y Tuesca, 2005; Tuesca y Puricelli, 2007). En Argentina, más del 70 % de la tierra cultivada es manejada bajo siembra directa (Leguizamón, 2001; Aapresid, 2010). En dichos sistemas, las gramíneas anuales se han constituido en uno de los principales problemas de malezas (Vitta et al., 1999; Leguizamón et al., 2006). Dentro de estas,  especies de los géneros Echinocloa, Chloris y Sorghum han comenzado a adquirir importancia en los sistemas agrícolas del área central Argentina.
Importancia de los Herbicidas Residuales en los Programas de Manejo de Malezas
El uso de  los herbicidas residuales, seguido por una aplicación de glifosato luego de emergido el cultivo, puede resultar en un control de malezas más consistente, reduciendo el tamaño y número de malezas presentes en el momento de aplicar glifosato, además ofrece una mayor flexibilidad en la ventana de utilización de este (Chhokar et al., 2003) y contribuye a reducir la magnitud del banco de semillas. Una de las mayores preocupaciones que tienen numerosos productores al momento de evaluar la implementación de pre-emergentes, es el costo. Mientras que un herbicida residual puede aumentar el costo de un programa de manejo de malezas, los beneficios resultantes en el mediano y largo plazo, a menudo compensan el costo, aumentando la eficacia en el control y el rendimiento del cultivo (Malik et al., 2003).
Dependiendo de las preferencias del productor y el espectro de malezas presentes, hay  varias opciones viables y disponibles para diversificar los programas de manejo de malezas en soja. Uno de ellos, consiste en aplicar herbicidas pre-emergentes residuales, seguida por otra de glifosato en postemergencia del cultivo y la maleza; esto proporciona un mayor control de malezas que una sola aplicación post (Dirks et al., 2000). La aplicación de pre-emergentes, como sulfentrazone, puede retrasar el establecimiento de biotipos de malezas latifoliadas resitentes a glifosato (Krauz y Young, 2003). La adición del herbicida residual en el programa puede proporcionar un control más consistente de malezas difíciles de controlar, retrasar  el tratamiento de post-emergencia y reducir la presión de selección de biotipos resistentes (Walsh y Powles, 2007).
Algunos herbicidas residuales  podrían asociarse con aplicaciones en cultivos en post-emergencia para mejorar el control de malezas y aumentar la diversidad de herbicidas en el programa de manejo de malezas resistentes. Las mezclas de tanque de glifosato más s-metolacloro en algodón resistente a glifosato aumentaron el control de braquiaría (Urochloa platyphylla), pata de gallina (Eleusine indica), digitaria (Digitaria sanguinalis) y cola de zorra (Setaria spp.) en un 14 % a un 43 % en comparación con glifosato solo (Clewis et al., 2006). Además, Vanlieshout y Loux (2000) estudiaron las interacciones de glifosato con herbicidas residuales en siembra directa y observaron que la actividad foliar de herbicidas residuales puede mejorar el control de malezas emergidas cuando se asocia con glifosato.
Chloris spp.
La presencia y abundancia de especies del género Chloris está aumentando en lotes de producción; es importante destacar que dentro del género Chloris, en Argentina existen, al menos, 15 especies a las que habría que sumar las correspondientes al género Trichloris y otras especies pertenecientes a la tribu de las Chlorideas, de las cuales algunas son anuales, otras son perennes y no son homogéneas en cuanto  su distribución geográfica así como tampoco en lo referentes a  su respuesta a herbicidas, lo que complica significativamente su estudio y su manejo ya que no se cuenta con alternativas tecnológicas uniformes o estándar,  al menos, en la medida que los usuarios de la tecnología pretenden o demandan.   Su presencia, en los sistemas productivos agrícolas, no es una novedad ya que Lorenzo Parodi, en su tesis de grado, del año 1919 en la UBA, cita para la formación pampeana a Ch. ciliata, Ch. virgata, Ch. argentinensis, Spartina spp. y otras.
Dentro del género Chloris, existen especies herbáceas, de ciclo primavero-estival, cespitosas y, en algunos casos, estolonífera, de hasta 1 m de alto. Florecen de septiembre a marzo. Se reproducen fácilmente por semillas y por estolones. Se adaptan a un amplio rango de ambientes, desde zonas húmedas hasta desérticas tropicales. Son capaces de vivir con tan sólo 300 mm de precipitación anual, aunque su óptimo está en los climas tropicales y subtropicales con máximos estivales y un periodo moderado de sequía. En lo que respecta a las temperaturas, su intervalo de medias se sitúa entre 8,4 y 27,8 ºC; no soporta las heladas fuertes o prolongadas. En cuanto al suelo, se adapta a un amplio rango de pH (4,5-8,4), prefiriendo los substratos básicos y fértiles de textura franca. No obstante, prospera sin problemas en suelos ricos en sodio, arenosos o arcillosos. En algunas zonas llega a elevada altitud (en Kenia llega a los 2.400 m) (Burkart, 1969 y Clayton, 2006). En lotes con elevada infestación de este grupo de malezas, se registraron pérdidas superiores al  en distintos cultivos estivales 80%.
Chloris virgata  es una hierba anual, erecta, macolladora, de 10 a 70 cm de altura. Tallo comprimido, avece doblado en los nudos, a veces ramificado, erecto, algunos recosados sobre el suelo con las puntas ascendentes y enraizando en los nudos inferiores. Hojas alternas, sispuestas en 2 hileras sobre el tallo, con las nervaduras paralelas. La vaina, en general, más corta que el entrenudo y glabra; lámina larga, angosta y plana, a veces doblada, áspera al tacto; entre la vaina y la lámina, por la cara interna se encuentra una lígula pilosa. La inflorescencia consta de entre 5 y 15 espigas de hasta 7 cm de largo, ubicadas todas juntas formando un verticilo en la punta del tallo. Las espigas pueden ser de color verde amarillento, plateado o púrpura, son ásperas al tacto y están compuestas de numerosas espiguillas apretadamente dispuestas sobre el eje de la espiga; de 1,8 a 3 mm de largo y 0,6 mm de ancho con aristas moradas a verdosas, con dos flósculos, uno pequeño, estéril y sin pelos y otro fértil, con muchas cerdas en el borde superior. El fruto es un cariopse fusiforme  de 1,1 mm de largo, superficie casi lisa con manchas pequeñas y elípticas de color rojizo. Es una de las especies más frecuentes en el sur de Santa Fe así como en la provincia de Córdoba y sus poblaciones se encuentran en franca expansión (Fotografía 1 y 2).
Chloris gayana es una hierba perenne, estolonífera y macolladora de hasta 1,7 m de alto. El tallo es glabro, algunas veces ramificado, con nudos comprimidos. Las hojas presentan vainas de 4,5 a 14 cm de longitud, vilosas o escabrosas en el ápice, las superiores más cortas en los entrenudos, los márgenes sobrepuestos, lígulas membranosas, ciliadas, de 0,4 a 0,6 mm de longitud, vilosas en el dorso y a veces en los extremos, láminas aplanadas, escabrosas, hasta de 55 cm de longitud por 5 a 10 mm de ancho, generalmente vilosas detrás de la lígula. La inflorescencia es de 12 a 30 cm de longitud con espigas en número de 7 a 22 y de 7,5 a 10,5 cm de longitud, ascendentes, divergentes con el paso del tiempo y a veces, levemente falcadas distribuidas en uno o dos verticilos con una a varias espigas adicionales arriba o abajo. Las espiguillas son imbricadas y adpresas al ráquis con flor inferior perfecta y de 2 a 3 masculinas o estériles, ocasionalmente la segunda perfecta; glumas subiguales de 1 a 3 mm de longitud. Flor fértil en el callo Las raíces presentan estolones. Especie relativamente frecuente en el centro-norte de la provincia de Santa Fe.
El objeto de este trabajo fue evaluar  el impacto de algunas alternativas de control de Chloris virgata y Chloris gayana.
 
Fotografía 1: cultivo de soja invadido por Chloris virgata.
Chloris spp. Un problema en franca expansión - Image 1
 
Fotografía 2:  Vaina, lámina y lígula de Ch. virgata. Credito foto: http://www.grdc.com.au/Resources/Ute-Guides/Weeds/Grass?pg=3&all=0
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Figura 1. Emergencia a campo de Chloris virgata registrada durante 2013-2014.
Chloris spp. Un problema en franca expansión - Image 3
 
MATERIALES Y MÉTODOS
Los experimentos sobre Chloris virgata se ejecutaron durante la campaña 2013- 2014 en un predio sito en la localidad de Monje, propiedad de la Cooperativa Agrícola de Monje (Provincia de Santa Fe), con una elevada infestación de la maleza.   En una primera instancia se procuró identificar algunos principios activos con acción residual y con suficiente eficacia sobre esta especie a fin de impedir las primeras emergencias del mes de octubre y que suelen ser  más importantes desde el punto de vista cuantitativo (Figura 1)  y además para contribuir a reducir la magnitud del banco de semillas; los tratamientos se explicitan en la tabla 1.  En el mismo predio, se realizó un experimento para determinar la eficacia de algunos tratamientos de post-emergencia sobre plantas de esta especie en estado vegetativo. En este caso los tratamientos evaluados fueron los que se detallan en la tabla 2.
Los tratamientos se aplicaron  el  15 de octubre y el 17 de diciembre de 2013, respectivamente, empleando una equipo tipo mochila de presión constante por fuente de CO2 con una barra de 4 boquillas dotadas de pastillas Teejet 8001, que erogaban un caudal de 100 l/ha a una presión de 2 bares. Es importante destacar que al momento de aplicar los tratamientos residuales, aún no se habían registrado emergencias significativas;  en momento de aplicar los tratamientos de post-emergencia, las plantas de Ch. virgata se encontraban en estado vegetativo y con un tamaño medio de 15 cm. El impacto de los tratamientos se evaluó visualmente en porcentaje respecto al testigo sin tratar,  a los 30 y 60 días luego de la aplicación. Los resultados fueron sometidos al análisis de la Variancia y las medias se separaron a través del Test de los Rangos Mútiples de Duncan.
Los experimentos sobre Chloris gayana se efectuaron en un período similar al anterior y en lotes de producción ubicados en las localidades de San Gerónimo Norte y Sa Pereira (Santa Fe) con presencia significativa de esa maleza con dificultad histórica de manejo de la misma y baja sensibilidad a glifosato. Se evaluaron 3 principios activos graminicidas selectivos post-emergentes, inhibidores de la ACCasa, con diferentes coadyuvantes; solos y en combinación con glifosato. Los tratamientos se detallas en la tabla 3.
En todos los casos los experimentos se plantearon con diseños en bloques completos aleatoriazados con 3 repeticiones.
 
Tabla 1.  Tratamientos residuales dirigidos al control de nuevas emergencias de Chloris virgata
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Tabla 2.  Tratamientos de post-emergencia evaluados para el control de Chloris virgata
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Tabla 3. Tratamientos de post-emergencia evaluados para el control de Chloris gayana
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RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Considerando exclusivamente los tratamientos residuales, el mejor desempeño correspondió a la combinación comercial de sulfometurón metil con clorimurón etil (Ligate) la cual conservó niveles de control superiores al 80% en ambas instancias evaluatorias lo que fue un indicador evidente de una persistencia superior a los restantes tratamientos; la combinación de tiencabazone con iodosulfurón (Percutor) a los 30 días luego de la aplicación, brindó un nivel de control superior al 80% que fue estadísticamente similar al aportado por clomazone (Command) y por diclosulam (Spider), no obstante estos últimos presentaron una caída de eficacia igual o inferior al 60% como consecuencia de los nuevos nacimientos registrados, lo cual podría ser atribuido a una reducción, en el suelo, de la concentración por debajo de un nivel biológico suficientemente activos; con los tratamientos en base a cloracetamidas y a imidazolinonas los impactos logrados fueron inferiores al 80% (Figura 2). Ashigh y Schroeder (2013) obtuvieron resultados satisfactorios de control con norflurazon con un modo de acción similar a clomazone y con pendimetalina que es una dinitroanilina
Con los tratamientos de post-emergencia, esta especie se manifestó como relativamente poco sensible al glifosato, situación que no mejoró con el agregado de sulfato de amonio, o con la adición de la combinación de aceite metilado con una organosilicona o de la mezcla de ambos, tampoco la adición de imazetapir permitió revertir esta situación. Por el contrario los graminicidas selectivos post-emergentes ya sea solos o en combinación con glifosato mostraron un muy buen desempeño destacándose, en este experimento,  el quizalofop p etil, en especial, por los resultados registrados a los 60 días luego de la aplicación los que superaron estadísticamente al resto de los tratamientos con graminicidas dentro de la misma instancia evaluatoria (Figura 3). Ashigh y Schroeder  (2013) informaron sobre bajos impactos con glifosato, atribuyendo ese efecto a la tolerancia natural de la maleza a ese herbicida,  pero registraron resultados satisfactorios con fluazifop butil, con setoxidim y con cletodim; por su parte Ustarroz (2013) informó también sobre la tolerancia a glifosato de Ch. virgata pero el buen desempeño de haloxifop R metil y cletodim sobre plantas en estado vegetativo.
 
Figura 2.  Grado de control logrado a los 30 y 60 días después de la aplicación de cada uno de los tratamientos de pre-emergencia de la maleza evaluados.
Chloris spp. Un problema en franca expansión - Image 7
 
Figura 3. Grado de control logrado a los 30 y 60 días después de la aplicación de cada uno de los tratamientos  de post-emergencia evaluados.
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Chloris gayana
Cuando se analiza el comportamiento de los herbicidas en general, a los 20 DDA el mejor desempeño en términos estadísticos correspondió a haloxifop seguido por los tratamientos con fluazifop, imazetapir y cletodim (Tabla 4). A los 40 DDA continuó destacándose el haloxifop. Se registró una marcada caída en la eficacia de cletodim respecto a la evaluación anterior, como consecuencia de un rebrote incipiente. El pobre desempeño alcanzado por cletodim para el control de esta maleza ya fue reportado por otros investigadores  en especial sobre plantas avanzadas en su ciclo (Papa, comuninación personal).
 
Tabla 4. Porcentaje de control de los diferentes principios activos evaluados a los 20 y 40 DDA.
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Haloxifop
El agregado de s-metolacloro a la mezcla de haloxifop metil 53 % + MSO 1%  (Fotografía 3) no realizó ningún aporte adicional y no se diferenció estadísticamente de haloxifop metil 53 % + MSO 1%. Se estima que en evaluaciones posteriores se hubieran encontrado diferencias, ya que el agregado de un gramínicida preemergente, previene la emergencia de nuevos individuos provenientes del banco de semillas  cuando la cobertura es escasa. No se hallaron diferencias estadística en el control entre los tratamientos 3, 4 y 5, por su parte en la mezcla de haloxifop metil 53% + glifosato se observó una mayor tendencia al rebrote y la misma se podría incrementar con un mayor tamaño de maleza. El agregado de sulfato de amonio no mejoró significativamente (p≥0,05) la eficacia del tratamiento 4 (Tabla 5).
 
Tabla 5. Porcentaje de control y test de diferencia de medias de la combinación de haloxifop metil 53% con diferentes coadyuvantes a los 20 y 40 DDA.
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Fotografía 3. Eficacia en el control de Chloris gayana Kunth a los 40 DDA de la combinación de haloxifop metil 53% + MSO 1%. A la derecha de la línea roja testigo apareado sin control.
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Fluazifop
Este principio activo tuvo una menor eficacia respecto a haloxifop (Tabla 6), tanto a los 20 como a los 40 DDA. No obstante ello, se observó una mejora al agregado de ac. vegetal metilado + organosiliconado, mientras que el sulfato de amonio no mejoró el control alcanzado por el  tratamiento de Fluazifop 35% + ac. vegetal metilado + organosilicona (Fotografía 4)
 
Tabla 6. Porcentaje de control y test de diferencia de medias de la combinación de fluazifop 35% con diferentes coadyuvantes a los 20 y 40 DDA.
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Fotografía 4. Eficacia en el control de Chloris gayana Kunth a los 40 DDA de la combinación de Fluazifop 35% + ac. vegetal metilado + organosilicona. A la derecha de la línea roja testigo apareado sin control.
Chloris spp. Un problema en franca expansión - Image 13
 
Cletodim
De los tres graminicidas postemergentes analizados, cletodim fue el de menor desempeño, fundamentalmente a los 40 DDA donde el promedio de control disminuyo un 22% respecto a la evaluación realizada a los 20 DDA, por efecto de un marcado rebrote (Tabla 7). El agregado de sulfosato disminuyó significativamente la acción de cletodim (Fotografía 5).
 
Tabla 7. Porcentaje de control y test de diferencia de medias de la combinación de cletodim con diferentes coadyuvantes a los 20 y 40 DDA.
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Fotografía 5. Eficacia en el control de Chloris gayana Kunth a los 40 DDA de la combinación de cletodim + MSO 1%. A la derecha de la línea roja testigo apareado sin control.
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CONCLUSIONES
Para las condiciones en las que se realizó este experimento se puede concluir que para Chloris virgata los tratamientos residuales con mejor desempeño son los correspondientes a las combinaciones comerciales de sulfometurón metil con clorimurón etil y tiencarbazone con iodosulfurón metil así como los herbicidas clomazone y diclosulam; dentro de los tratamientos de post-emergencia los graminicidas selectivos post-emergentes superan al glifosato en sus distintas variantes de mezclas; se destaca el quizalofop P etil, no obstante, todos los graminicidas selectivos post-emergentes evaluados muestran un desempeño adecuado como para manejar eficazmente el problema y en especial, si se los articula armónicamente en una secuencia donde sucedan a un tratamiento residual.
Para Chloris gayana  los  herbicidas ariloxifenoxipropiónicos (fop’s) tienen una mejor eficacia que los ciclohexadionas (dim’s) para el control de esta maleza y dentro de los primeros, de acuerdo a lo observado, haloxifop fue más eficaz que fluazifop. Este último mejoró su respuesta cuando se combinó con sulfato de amonio o ac. vegetal metilado + organosiliconado. El impacto que brindan los graminicidas postemergentes se diluye en el mediano y largo plazo como consecuencia del rebrote.
 
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Autores:
Daniel Horacio Tuesca
Universidad Nacional de Rosario - UNR
Juan Carlos Papa
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA
Marcelo Javier Metzler
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA
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Cesar Gagliardo
16 de noviembre de 2014
Excelente trabajo. Felicitaciones!
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