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Actividad enzimática de ureasa en suelos bajo siembra directa

Actividad enzimática de ureasa en suelos de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe cultivados bajo siembra directa

Publicado: 23 de marzo de 2009
Por: Montero FA. (Rizobacter Argentina SA) y Sagardoy MA (Departamento de Agronomía, Universidad Nacional del Sur), Argentina
La ureasa cataliza la hidrólisis de urea a CO2 y NH3, lo cual es de particular interés debido a que la urea es un fertilizante nitrogenado de uso frecuente en la agricultura. Está generalmente aceptado que la ureasa en el suelo es esencialmente de origen microbiano y puede existir como una enzima extracelular adsorbida sobre partículas de arcilla o encapsuladas en complejos húmicos (Paulson, Kurtz 1969; Mulvaney, Bremner 1981).

La siembra directa (SD) es un sistema de labranza donde prácticamente no existe remoción de suelo y los residuos de los cultivos permanecen en superficie. En Argentina, desde hace unos 15 años, la producción agrícola extensiva se fue intensificando sobre la base de la SD. Sin embargo, no existe suficiente información sobre los procesos enzimáticos mediados por microorganismos en esos suelos trabajados bajo esa técnica, tales como la actividad potencial de la ureasa.

El objetivo de este trabajo fue estudiar el efecto del tiempo de manejo de suelos bajo SD sobre la actividad potencial de la ureasa así como también sus variaciones en las estaciones climáticas durante dos años (8 muestreos) y su asociación con variables ambientales en el perfil superficial (0-10 cm) de suelos que tenían establecido el sistema de SD desde hacía 1 a 9 años.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se seleccionaron cuatro sitios experimentales dedicados a la agricultura extensiva pero con características agroambientales diferentes: Fortín Olavarría (FO) (Buenos Aires), Don Cristóbal 2º (DC2) (Entre Ríos), Bengolea (B) (Córdoba), y Arequito (A) (Santa Fe). En cada sitio se investigó el suelo de dos lotes manejados con tiempos distintos bajo SD: 1 y 4 años en FO, 1 y 7 años en DC2, 3 y 5 años en B, y 6 y 9 años en A. En cada lote se aplicó un diseño de Parcelas Divididas Aleatorizadas cuyo Factor Principal fue el Sistema de Manejo asociado a los Años de SD y el Factor Secundario Tiempo vinculado a las determinaciones estacionales, trabajando por triplicado (Steel, Torrie 1997). Los cultivos realizados durante el tiempo de estudio incluyeron trigo, soja, maíz y girasol, bajo una fertilización de campo que aportó entre 62 y 108 kg de N ha-1 año-1. La actividad de la ureasa fue obtenida de acuerdo a lo reportado por Tabatabai (1994), mediante la determinación espectrofotométrica de urea residual a 525 nm (5 h, 37 °C).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En FO la actividad potencial de la ureasa varió entre 7 y 264 µg urea hidrolizada h-1 g-1 (Fig. 1). En el 75 % de los momentos de muestreo el suelo con mayor antigüedad bajo SD se diferenció estadísticamente y resultó con 6 a 652% más de actividad ureásica. En DC2 se registraron valores entre 154 y 347 µg urea hidrolizada h-1 g-1 (Fig. 2). En B la actividad potencial osciló entre 1 y 263 µg urea hidrolizada h-1 g-1 (Fig. 3), y en A se determinaron niveles de 29 a 280 µg urea hidrolizada h-1 g-1 (Fig. 4). En estos últimos tres sitios no se hallaron resultados de actividad potencial de ureasa que confirmen diferencias consistentes entre los sistemas de manejo con distinto número de años bajo SD.

En todos los suelos investigados se observaron fluctuaciones altamente significativas de la actividad de esta enzima durante el período de estudio, sin embargo las mismas no se asociaron con el patrón de las estaciones climáticas. Esta situación generalmente no coincidió con lo observado por otros investigadores, quienes determinaron comportamientos estacionales de la actividad ureásica con picos en verano (Tiwari et al., 1989; Vardavakis, 1989; Palma, Conti; 1990). A su vez, se observaron tendencias de incremento significativo de la actividad ureásica hacia el final del tiempo de estudio, tal que en el último muestreo había entre 21 y 60 % más de actividad ureásica respecto al primero.

En la mayoría de los sitios experimentales, la actividad de la ureasa fue correlacionada, en forma significativa, negativamente con el pH (-0,46 a -0,51) o el contenido de agua del suelo (-0,47 a -0,66), y positivamente con el tenor de nitratos (0,44 a 0,62). La asociación con el agua puede explicarse de acuerdo a lo propuesto por Zantua y Bremner (1977), quienes sugirieron que la pérdida de humedad de los suelos conduce a la liberación de ureasa desde sitios protegidos y que la ureasa entonces liberada es rápidamente descompuesta cuando los suelos son nuevamente humedecidos bajo condiciones aeróbicas o de saturación con agua. Un análisis global mostró tendencias de asociaciones positivas entre la actividad ureásica y el contenido de materia orgánica (Fig. 5), el tenor de arcilla (Fig. 6) o la Capacidad de Campo (Fig. 7), mientras que la relación fue negativa con el porcentaje de arena (Fig. 8). Altos niveles de materia orgánica suministraron sustrato carbonado que promovió las actividades microbianas productoras de enzima (Bergstrom et al. 1998), y buenos niveles de arcilla adsorbieron mayor cantidad de materia orgánica o enzima en los coloides (Burns et al. 1972; Galstian, 1974; Boyd, Mortland, 1990; Kandeler et al., 1999).


CONCLUSIONES

Los sistemas de SD han promovido actividades ureásicas del suelo altamente fluctuantes pero con tendencias a su incremento durante el tiempo de estudio. Los incrementos de las actividades enzimáticas pueden conducir a mayores concentraciones de nutrientes y mejorar la eficiencia de uso de los fertilizantes y la calidad del suelo.


BIBLIOGRAFIA
Kandeler E, Stemmer M, Klimanek E. 1999. Response of microbial biomass, urease and xylanase within particle siza fractions to long-term soil management. Soil Biol. Biochem. 31: 261-273

Boyd SA, Mortland MM. 1990. Enzyme interactions with clays and clay-organic matter complexes. Bollag J, Stotzky G (Eds.), Marcel Dekker, New York, Vol. 6, p. 1-20

Galstian ASh. 1974. Enzymatic activity of soils. Geoderma 12: 43-48

Burns RG, Pukite AH, McLaren AD. 1972. Concerning the location and persistence of soil urease. Soil Sci. Soc. Amer. Proc. 36: 308-311

Bergstrom DW, Monreal CM, Millette JA, King DJ. 1998. Spatial dependence of soil enzyme activities along slope. Soil Sci. Soc. Am. J. 62: 1302-1308

Mulvaney RL, Bremner JM. 1981. Control of urea transformations in soils. En: Soil Biochemistry. Paul EA, Ladd JN (Eds.), Vol. 5, p. 153-196

Paulson KN, Kurtz LT. 1969. Locus of urease activity in soil. Soil Sci. Soc. Amer. Proc. 33: 897-901

Steel RGD, Torrie JH. 1997. Bioestadística. Principios y Procedimientos. McGraw Hill, México, 622 p

Tabatabai MA. 1994. Soil enzymes. En: Methods of Soil Analysis. Part 2. Microbiological and Biochemical Properties. Weaver RW, Angle JS, Bottomley PS (Eds.), SSSA Book Series No. 5, Madison, p. 775-833

Tiwari SC, Tiwari BK, Mishra RR. 1989. Microbial community, enzyme activity and CO2 evolution in pineapple orchard soil. Tropical Ecology 30: 265-273

Vardavakis E. 1989. Seasonal variation in heterotrophic soil bacteria and some soil enzyme activities in a typical Calcixeroll soil in Greece. Revue d’Ecologie et de Biologie du Sol 26: 233-247

Palma RM, Conti ME, Saubidet MI, Rímolo M. 1997. Ubicación de fertilizante nitrogenado en maíz: impacto sobre la actividad microbiológica del suelo. Ciencia del Suelo 15: 77-80

Zantua MI, Bremner JM. 1977. Stability of urease in soils. Soil Biol. Biochem. 9: 135-140


Fig. 1. Actividad de la ureasa en dos suelos (1 y 4 años bajo SD) de Fortín Olavaria (Buenos Aires) durante dos años (Significación estadística entre suelos: ns: p> 0,05; *: p< 0,05; **: p< 0,01; prueba LSD).
Actividad enzimática de ureasa en suelos de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe cultivados bajo siembra directa - Image 1


Fig. 2. Actividad de la ureasa en dos suelos (1 y 7 años bajo SD) de Don Cristóbal 2º (Entre Ríos) durante dos años (Significación estadística entre suelos: ns: p> 0,05; *: p< 0,05; **: p< 0,01; prueba LSD).
Actividad enzimática de ureasa en suelos de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe cultivados bajo siembra directa - Image 2


Fig. 3. Actividad de la ureasa en dos suelos (3 y 5 años bajo SD) de Bengolea (Córdoba) durante dos años (Significación estadística entre suelos: ns: p> 0,05; *: p< 0,05; **: p< 0,01; prueba LSD).
Actividad enzimática de ureasa en suelos de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe cultivados bajo siembra directa - Image 3


Fig. 4. Actividad de la ureasa en dos suelos (6 y 9 años bajo SD) de Arequito (Santa Fe) durante dos años (Significación estadística entre suelos: ns: p> 0,05; *: p< 0,05; **: p< 0,01; prueba LSD).
Actividad enzimática de ureasa en suelos de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe cultivados bajo siembra directa - Image 4


Fig. 5. Relación entre el contenido de materia orgánica y la actividad de la ureasa en los suelos cultivados bajo siembra directa.
Actividad enzimática de ureasa en suelos de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe cultivados bajo siembra directa - Image 5


Fig. 6. Relación entre el contenido de arcilla y la actividad de la de la ureasa en los suelos cultivados bajo siembra directa.
Actividad enzimática de ureasa en suelos de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe cultivados bajo siembra directa - Image 6


Fig. 7. Relación entre la Capacidad de Campo y la actividad de la ureasa en los suelos cultivados bajo siembra directa.
Actividad enzimática de ureasa en suelos de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe cultivados bajo siembra directa - Image 7


Fig. 8. Relación entre el contenido de arena y la actividad de ureasa en los suelos cultivados bajo siembra directa.
Actividad enzimática de ureasa en suelos de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe cultivados bajo siembra directa - Image 8
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Autores:
Fabio Montero
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Centro Regional de Investigaciones Basicas y Aplicadas de Bahia Blanca CRIBA
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Salvador Gonzalez Carcedo
Universidad de Burgos (España)
22 de febrero de 2010
Estimado Ing. Osorio Continúo con el segundo escenario, no sin antes presentar mis excusas, pero a veces uno no dispone de todo el tiempo preciso. El segundo escenario me obliga a presentar cómo se usan esos 5 carbonos... en el suelo. En otras palabras, cómo se hace la transferencia de masa en el suelo, y se usa su energía. Para empezar diré que los aportes orgánicos que recibe un suelo son compuestos orgánicos, de los que conocemos su nombre y fórmula. Este conocimiento lo proporcionan la química orgánica, y de ciencias como la Bioquímica, la Fisiología, la Microbiología, la Fisiología Vegetal.... Por alguna extraña razón la Agronomía y la Edafología desconoce estos nombres, y a todo su conjunto le engloba bajo el de Materia Orgánica , lo que impide saber de su origen (animal, vegetal, microbiano, vírico) su estado (de seres aún vivos, si han muerto -necromasa-, si son productos intermediarios en procesos de degradación -metabolitos- si lo son de excreción metabólica -catabolitos- si han pasado por un intestino -copromasa- y un largo etc de omisiones, cuya ignorancia nos aleja de otras ciencias. La verdad es que este desconocimiento también nos impide conocer como funcionan los conjuntos que conforman la pirámide trófica de cada suelo, y como se establece su orden de presencia, sucesión y actuación dentro del mismo. También nos impide conocer y discernir los impactos que genera la aportación masiva de seres vivos diferentes y de materiales orgánicos sobre el suelo receptor, en un totum revolutum como son los compost (por poner un ejemplo). Cuando un compuesto orgánico aparece en el suelo pongamos por ejemplo un polisacárido, por distintas acciones (cae una rama, muere una bacteria o un hongo, o el agricultor la añade de forma intencionada) los seres vivos y activos del suelo ven en ese compuesto complejo un objeto nutricional. El problema es que sus constituyentes no están en forma biodisponible y hay que transformar a la molécula para que así sea. Para resolver la situación, unos seres vivos, los que tienen intestino, la captan, la degradan en lo que pueden, captan los monosacáridos que les interesan, y lo demás lo devuelven al suelo en forma de copromasa. Otros seres vivos captan la molécula nutricional, la introducen en una vacuola digestiva que está llena de enzimas con capacidad degradadora, captan lo que les interesa y el resto lo devuelve como excreción, gracias a una vacuola fecal. Finalmente otros como las bacterias, excretan al medio líquido (solución del suelo) unos enzimas degradativos, degradan lo que pueden, captan lo que pueden, y el resto reacciona con otros componentes de la solución y pueden llegar hasta la formación de ácidos fúlvicos o generar, mediante la interacción con las superficies de las arcillas un complejo órgano-mineral. Los seres vivos mencionados, mediante sus sistemas metabólicos, transforman internamente los compuestos orgánicos captados y tienen dos oportunidades, o neoforman sus compuestos orgánicos o los introducen en rutas metabólicas capaces de oxidarlos, generando potencial reductor (NAD(P) reducido y ATP. De esta forma intento decirle que los compuestos orgánicos no se degradan o transforman por si solos. Desarrollan una función nutricional, directa o indirecta, cuando su masa molecular es transferida a un ser vivo propio del suelo, en cuyo seno se libera la energía para que el ser vivo desarrolle su actividad. Y cuando una molécula orgánica no es captada por los seres vivos del suelo, también tiene su oportunidad abiótica generando nuevos compuestos químicos, que se entienden son acumulados por el suelo, y desarrollando funciones propias que caracterizan al mismo. Como supongo que esto abrirá nuevas discusiones, espero de los amigos foristas y curiosos su participación- Saludos cordiales desde Burgos Salvador González Carcedo
Salvador Gonzalez Carcedo
Universidad de Burgos (España)
19 de febrero de 2010
Estimado Ing. Osorio: Sin querer plantea dos situaciones o escenarios diferentes. Empezaré por el mas sencillo Quién produce la ureasa. En parte ya ha sido contestada: los microorganismos con capacidad ureolítica. ¿Quienes son los seres vivos que inducen a la acción microbiana defensiva para evitar la acción osmótica de la urea? Los seres ureotélicos, es decir, aquellos seres vivos que eliminan el N excedentario en forma de urea. Si nos situamos en muy distintas escalas animales, uno de ellos somos nosotros, los hombres. Si nos acercamos a la producción animal, las vacas, los cerdos, los corderos... Si nos acercamos al mundo edafológico y buen ejemplo son las hormigas (en los hormigueros, la actividad ureásica es muy elevada)... El segundo escenario es mas complicado (la pentosa tiene 5 carbonos....y eso es bueno para el suelo) su respuesta hay que encontrarla en lo que llamamos transferencia edáfica de masa y de energía. Como no tengo tiempo material, mañana continuaré. Saludos desde Burgos Salvador González Carcedo
Salvador Gonzalez Carcedo
Universidad de Burgos (España)
17 de febrero de 2010

Estimado Daniel Pitaioli:

Su comentario sobre la rotación intensiva de ganado y el aporte de excrementos plantea distintos escenarios. Veamos.

En primer lugar, personalmente no creo que tenga un interés relevante el nivel de ureasa en suelos. En general será bajo y en momentos concretos se elevará. Analicemos mi criterio:

En este ámbito, y según mi experiencia, el nivel de ureasa de un suelo es la consecuencia de los aportes de urea realizados, y de la cantidad de microorganismo sensibles a su presencia con capacidad para sintetizar ureasa (la defensa frente a la acción osmótica de la urea la desarrolla un grupo limitado de microorganismos, los ureolíticos, pero su actividad protege a todos los sistemas biológicos). Si esto lo entendemos así, la actividad ureásica del suelo es un índice de la capacidad de degradación de urea, formada in situ como paso final de la degradación en la ruta de los nucleótidos o aportada en forma de orina (por animales), o fertilizantes de síntesis.

Sin embargo hay otro escenario, el de hambre metabólica de N por parte de todos los conjuntos biológicos que interactúan simultáneamente en el suelo.

Esta hambre o necesidad de N puede estar determinada por otros factores que condicionan la necesidad de N tales como desarrollos globales de multiplicación celular bacteriana en competencia con procesos productivos vegetales, por poner un ejemplo.

Hay muchos otros ejemplos derivados de los conocimientos de la Química Agrícola, cuando hablamos de macro y micronutrientes que justifican este hambre de N.


En el ámbito de la aportación de residuos animales sólidos (heces) la cosa cambia si hablamos de rotación de animales sujetos a explotación intensiva.

Este aspecto abre otros foros de discusión y reflexión
- ¿De donde salen las bacterias del suelo?
- ¿Qué componentes bacterianos aportamos todos los animales que poseemos un tracto intestinal, rico en nuestras bacterias especializadas?
- ¿Que características sanitarias tienen las heces animales?
- ¿Qué tipos de protección medicamentosa se aplican a los animales, frente a sus propios patógenos?
- ¿ Como actúa en suelo frente a estos aportes microbianos?.
- ¿Qué procesos se generan en el suelo?

Como me quedo corto por razones de tiempo y ciertos objetivos se contraponen, lo dejo a la capacidad de meditación de todos los foristas.

Un cordial saludo desde Burgos

Salvador González Carcedo


Daniel Pittaioli
Organización Internacional Agropecuaria (OIA)
16 de febrero de 2010

Estimados colegas:

Y sí para aumentar la actividad de la ureasa en suelos nos manejamos con una rotación agrícola-ganadera, utilizando pastoreo rotativo intensivo. No tendríamos más materia orgánica, mayor actividad enzimática, mejor estructura del suelo y por ende mayor intercambio gaseoso. Y nos ahorraríamos dinero en fertilizantes y enzimas aplicadas para no tener problemas con el exceso de fertilizante aplicado, problemas en enfermedades del suelo y en nematodos, etc. Para citar un ejemplo, recordemos el efecto de Trichoderma con los nematodos.

Y también lograríamos una economía mas sostenible para el productor, al diversificar su producción, minimizar su riesgo y conservar su suelo.

Salvador Gonzalez Carcedo
Universidad de Burgos (España)
16 de febrero de 2010
Vaya, parece que si activé el tema y voy a contestar a tres de los partícipes interesados: Para D. Rafael (el apellido no me permite escribirlo el corrector de ortografía): Me alegra encontrarme con un enamorado de los enzimas del suelo. A mi me atrajo desde mis inicios en 1978. No le digo mas que hubo un tiempo en que me conocían como el profesor de la ureasa de Burgos. La propuesta que usted hace está ya recogida por el introductor del proceso de compostaje, que hacía experiencias en la India hasta con ¡16 capas de pescado estropeado¡ que las montaba en un artilugio giratorio, intercalando entre aquellas tierra empobrecida procedente de la zona. Sin embargo, y si me equivoco me perdona, al no ser conocedor de la composición de la colada de pescado, si es verdad que tiene un elevado contenido en compuestos nitrogenados, como bien dice (proteínas, y otros componentes de extraordinario interés para los conjuntos biológicos del suelo) pero como contrapartida, también presenta un elevado contenido en componentes grasos (de ahí se sacan anticongelantes... ) que pueden aportar a los suelos, a largo plazo, un cierto grado de rechazo al agua (hidrofobia). Es evidente que usted trae a colación la aportación de los nucleótidos, porque al final de su ruta de degradación aparece la ureasa, o eso creo percibir de su aportación. La verdad es que esos compuestos son de gran interés fertilizante, no solo por su aporte en amonio, sino también por la actividad de sus elementos intermedios que aparecen en su ruta de degradación. Para D. Manuel Vasallo Pensar en la importancia de la urea me retrotrae a que la síntesis química de este compuesto fue el primer eslabón en la separación de la Química Orgánica de la Bioquímica, (un poco antes de su cita de 1870). Esta memoria histórica es muy interesante. Pero desde entonces ha llovido mucho y el hallazgo de la ureasa en los suelos revolucionó el asunto pues la urea se degrada a ritmo enzimático, razón por la que aparecieron los derivados N-sustituidos de la urea y el encapsulado de la misma, para retrasar su degradación. Creo que debiéramos de recoger el guante de la historia de la urea y establecer tres criterios de discusión: La urea en solución manifiesta una capacidad osmótica elevada...que incide sobre los microorganismos con capacidad para degradar urea en el suelo y de los pelos radiculares, responsables de la captura y transferencia de nutrientes desde la solución del suelo. Ante la aparición de urea, ambos componentes biológicos se defienden dando las órdenes internas a sus sistemas de información genética respectivos, para iniciar la síntesis bioquímica y secreción del enzima ureasa, con destino en la solución del suelo, y eliminar de esta forma la amenaza osmótica. La urea se degrada por la acción de la ureasa, pero libera amonio. La evolución de este último hacia los nitratos consume oxígeno. Si la cantidad de oxígeno consumida es muy elevada, los seres que lo precisan se resienten y los pelos radiculares reducen su actividad y crecimiento, afectando a la producción. Si en el suelo no hay suficiente oxígeno, o el ritmo de renovación de gases es insuficiente, la nitrificación se frena, emergiendo dos problemas: a) acumulación de amonio que satura el complejo de cambio y la solución del suelo (modificando su pH) b) aparición de óxidos de N, que inducen a la pérdida del Ozono en la Estratosfera. Sin embargo, el exceso de amonio elimina a los nematodos... en tiempos cortos... Discutamos el tema. esto es ecología bioquímica o a la inversa, que mas da. Es un problema cuyo manejo innovador puede ser interesante. Para el Señor Montero Bueno, conseguí en un día elevar el interés de tu enzima ureasa en un 30[percent] Lee atentamente lo escrito para D. Manuel Vasallo.y seguimos hablando. La ureasa se puede conseguir semi-purificada a precios muy asequibles para el mundo agrícola (hoy todavía no industrialmente), pero todo se andará. Un cordial saludo desde Burgos Salvador González Carcedo
Salvador Gonzalez Carcedo
Universidad de Burgos (España)
11 de febrero de 2010

Veo que este articulo ha parado de recibir comentarios, quizás porque el ámbito de la empresa no acaba de ver las aplicaciones innovadoras derivadas del conocimiento de las actividad enzimáticas tales como la ureasa en suelos.

En esta segunda intervención, y para animar un poco el foro le ofrezco una acción innovadora, por si fuera de interés para Vd o para su empresa o para quien lea este comentario.

Supuestos:

Supongamos que tiene Vd. un cultivo con una enfermedad de cuarentena en el que el (los) patógenos son sensibles al amoniaco.

Supongamos que este patógeno es sensible a determinadas concentraciones de amoniaco en el suelo.

Si aplicamos urea y ureasa inmovilizada ¿podríamos eliminar la plaga y con ello reducir el tiempo de cuarentena?

Es un problema a experimentar.

Salñudos cordiales desde Burgos (España)

Salvador Gonzalez Carcedo
Universidad de Burgos (España)
29 de abril de 2009
Me parece un articulo claro, sencilo y directo y me recuerda mis primeros trabajos de investigación, allá por los años 80. Quisiera añadirle algunos comentarios por si le pueden ser de utilidad. La urea es un compuesto osmóticamente activo, que los microorganismos del suelo usan como una señal para la excreción de ureasa (pues en cantidades mayores les generaría plasmolisis). Como consecuencia, la aplicación de urea eleva esa actividad en un suelo, pues un sistema enzimático de defensa. La ureasa se fija específicamente a la parte orgánica de los complejos organo-minerales del suelo (fracciones de suelo entre 0 y 50 micras), con lo que se justifica claramente la existencia de mayor actividad en los suelos mas arcillosos y su subida espectacular. La ureasa de la fracción soluble del suelo esta sujeta a control tanto de su cantidad (por la relación entre ureolíticos y proteolíticos) como de su actividad (la ureasa se retroinhibe por acumulación del ión amonio en la propia solución. Por eso se ve mayor actividad cuanto mas nitrato detecte (paso de amonio a nitratos), pero recuerde que esta formación de nitratos puede generar temporalmente hipoxia-anoxia en el sistema suelo, con daño para las semillas o retardo del crecimiento de las semillas o de los tricoblastos. Esto lo publiqué en Anales de Edafología y en otras revistas hacia durante los años 80-90, junto con otros enzimas como la asparraginasa, fosfatasa, deshidrogenasa y b-glucosidasa. Me alegraría mucho que estos datos le sirvieran y quedo a su disposición para lo que se le ocurra o precise. Saludos cordiales desde Burgos, (España)
Maria Lopez
20 de febrero de 2015
Muchas gracias por este tipo de artículos informativos, esperemos sirvan para los agroquimicos en Guatemala, es importante que las personas sepan este tipo de información. http://nutrivesa.com/
Yule Vergara
29 de marzo de 2012
Muchísimas gracias! el segundo articulo lo había estado hojeando también! Nuevamente los felicito por su aporte con este tipo de artículos!
Fabio Montero
Rizobacter SA
27 de marzo de 2012

Yule Vergara: Gracias por el comentario.
La base de este trabajo fue publicada en congreso, según la siguiente cita:
Montero F. A. y Sagardoy M. A. 2007. Actividad enzimática de ureasa en suelos de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe cultivados bajo siembra directa. XI Congreso Argentino de Microbiología, Córdoba, Argentina.
Y en forma mucho más extendida, abarcando el estudio de otras variables microbiológicas, en este trabajo:
Montero F. A., Sagardoy M. A. and Dick R. P. 2004. Temporal variability of microbial populations and enzyme activities of no-tillage soils in Argentina. Arid Land Research and Management 18: 201-215.
Saludos cordiales.

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