Lo que sabemos del uso de DDGS en cerdos

La industria del etanol está limitando la disponibilidad de granos para alimentación animal y al mismo tiempo ofrece cantidades crecientes de subproductos como los DDGS.

En el 2008, 2.8 millones de toneladas métricas de DDGS fueron consumidas por la industria porcina en los Estados Unidos, derivado de su costo con respecto al de la pasta de soya y el fosfato inorgánico.
Las experiencias norteamericanas de los últimos años con esta materia prima indican que:

• La digestibilidad de sus nutrientes varía según la fuente utilizada.

• Como es frecuente el daño térmico a la lisina y este mismo se relaciona con variaciones en la digestibilidad de otros nutrientes, es necesario analizar la lisina en los lotes de DDGS antes de integrarlos a las fórmulas.

• No deben incrementarse los niveles de proteína regulares de las dietas al usar DDGS, sino más bien utilizar aminoácidos cristalinos para optimizar los perles de estos nutrientes.

• Se puede reducir la inclusión de fósforo inorgánico, ya que la digestibilidad del fósforo en derivados fermentados del maíz es mayor.

• Se recomienda reducir la inclusión de DDGS las últimas 3 a 4 semanas de la engorda para evitar problemas con el tipo de grasa de la canal (índice de yodo).

• Es de la mayor relevancia encontrar formas prácticas de incrementar la digestibilidad de la energía y de la materia seca de este insumo.

Comentario: Las enzimas exógenas tienen un gran potencial para mejorar de valor nutricional de los DDGS.

Tabla 1. Niveles máximos recomendados de inclusión de DDGS en dietas para cerdos

 

• Con base en las investigaciones actuales.

• Esta recomendación es válida para DDGS de alta calidad y libres de micotoxinas.

• Se deben formular las dietas con base en aminoácidos digestibles y fósforo disponible para asegurar una buena respuesta de los animales.

• Algunos engordadores que usan más de 20% de DDGS, retiran este insumo 3 a 4 semanas antes de la venta para cuidar la calidad de la grasa.

• Algunos productores aplican un periodo de adaptación antes de incluir niveles altos de DDGS en dietas de lactancia.