PPA: Signos clínicos, como prevenirla y qué hacer si se presenta

La Peste Porcina Africana (PPA) es una enfermedad viral causada por un virus de la familia Asfarviridae, que afecta los miembros de la Familia de los Suinos. Es un virus resistente, con un periodo de incubación de entre 4-15 días y que puede generar hasta un 100% de mortalidad en las granjas porcinas. Hasta la fecha no existe cura ni se conoce una vacuna efectiva contra el virus. La PPA NO afecta la salud de los seres humanos ni de otras especies animales, sin embargo, tanto los seres humanos como otros animales pueden jugar un papel importante en la propagación de esta enfermedad. Históricamente, este virus ha afectado las producciones porcinas de China, Rusia, Filipinas, Vietnam y otros países, y en julio del 2021 fueron reportados los primeros casos de PPA en República Dominicana.  

La PPA puede ser una enfermedad hiperaguda, aguda, subaguda o crónica y, junto a la alta mortalidad, sus principales signos son fiebre alta de >40°C, hemorragias en la piel y los órganos internos, enrojecimiento de la piel de las orejas, abdomen y piernas, depresión, pérdida de apetito, vómitos, sangrado de la nariz o del recto y a veces diarrea.  En las hembras gestantes el aborto puede ser el primer evento visible en un brote de PPA.

La PPA es clínicamente indistinguible de la Peste Porcina Clásica y otras enfermedades pueden presentar sintomatología similar, por lo cual debe ser diagnosticada con pruebas de laboratorio como:  aislamiento viral, detección directa de antígenos, detección de material genético (PCR), y pruebas serológicas para la detección de anticuerpos (ELISA, entre otras).

La PPA es una enfermedad altamente contagiosa, y su trasmisión se puede dar por dos vías:  Contacto Directo entre animales enfermos y sanos o a través de otras fuentes de contagio directo como lo son: secreciones nasales, saliva, orina, heces o sangre. De forma indirecta: alimentación de los cerdos con desechos de cocina que contienen carne infectada, vectores biológicos como las garrapatas del género Ornithodorus, fómites (vehículos, insumos, equipos de granja) y las personas (ropa y calzado) son factores de riesgo para la diseminación de la enfermedad.

1. Establezca protocolos de descanso sanitario, aseo y desinfección de vehículos, equipos e insumos para su ingreso a granja.
2. Utilice alimentos balanceados. No utilice carne de cerdo o sus derivados, ni desechos de cocina para alimentación porcina.
3. Defina protocolos y áreas de cuarentena para los cerdos de origen externo a su granja (remplazos, machos o cerdos de engorde) y vigile síntomas compatibles a la enfermedad.
4. Refuerce sus medidas de bioseguridad interna: Ingreso de personal, duchado o baño en seco, dotación y ropa de trabajo exclusiva de la granja, pediluvios, programa de control de plagas y roedores, así como los esquemas de aseo y desinfección.
5. Verifique y refuerce sus medidas de bioseguridad externa: Cerca perimetral, limite el acceso de animales, vehículos y personas ajenos a su explotación. Garantice que sus cerdos permanezcan confinados.
6. Realice una adecuada disposición final de la mortalidad, fetos y placentas, garantice que a ella no tenga acceso otros animales (Cerdos, animales de carroña o silvestres).
7. Capacite a su personal en la enfermedad, la importancia de la bioseguridad. Defina claramente la zona sucia, intermedia y limpia de su granja.

1. Notifique a sus autoridades locales de Sanidad Animal cualquier sintomatología compatible con la enfermedad y cumpla con las medidas sanitarias de prevención y control que ellos definan.

2. Suspenda la movilización de cerdos, equipos, fuera de su granja y no visite otras producciones pecuarias, hasta recibir la visita y las recomendaciones de la autoridad sanitaria.

3. Comunique a sus vecinos y gremio Porcicultor, ¡El control de la enfermedad es compromiso de todos!