6 factores críticos para el manejo exitoso de las cerdas jóvenes

Las cerdas jóvenes desempeñan un papel primordial en la rentabilidad de la granja. Junto con las cerdas primíparas, representan el mayor grupo de un inventario. El desarrollo de las cerdas jóvenes está directamente vinculado al rendimiento productivo en la vida posterior; constituyen los vehículos para introducir la evolución genética en una granja. A continuación se presentan seis factores críticos para la producción exitosa de cerdas jóvenes.

La producción de cerdas jóvenes es diferente a la producción de cerdos de engorde. Esto es especialmente cierto en la actualidad, cuando son menos las granjas que compran cerdas jóvenes y más las que las crían en la granja. Las cerdas jóvenes tienen diferentes requisitos en el manejo, la nutrición y el alojamiento; se requiere de alojamiento, manejo y mano de obra dedicados. Esto puede resultar complicado cuando el número de cerdas jóvenes no justifica una unidad separada. El espacio de corral por cada cerda joven, el tipo de piso y la humanización (acostumbramiento de los animales a la presencia humana) son parámetros con requisitos diferentes en comparación con los cerdos de engorde.

Todo sistema de producción debe tener un lote constante y adecuado de cerdas jóvenes acorde a las necesidades y objetivos. El tamaño del lote de cerdas jóvenes debe cubrir la tasa de reposición objetivo. A fin de lograr una tasa de reposición anual de hasta 50%, el número de cerdas abuelas debe representar del 8% al 10% del inventario. La parición de la piara reproductora debe distribuirse a lo largo del año, de modo que haya cerdas jóvenes aptas disponibles para el apareamiento cada semana.

La primera inspección de los lechones debe llevarse a cabo en los primeros días de vida, durante el marcaje con orejeras.

En este punto es cuando pueden descartarse los lechones con anomalías. La selección final debe realizarse a unos 100 kg de peso. La selección debe llevarse a cabo donde haya suficiente luz y espacio para que las cerdas jóvenes se muevan libremente. Debe prestarse atención al número de pezones en funcionamiento y a las puntuaciones de crecimiento, conformación y estructura de las patas. Una persona debe calificar cada animal y deben registrarse todas las mediciones. Considere la calidad del lote y los requisitos para el tamaño del siguiente lote. Decida la densidad de selección con base en la calidad del lote de cerdas jóvenes, el tamaño del siguiente lote y los objetivos de inseminación futuros.

Factores ambientales como el mezclado, la exposición al verraco y otros factores de estrés desencadenan el inicio de la pubertad actuando en la última parte de la consecución de ésta. Para lograr un celo más sincronizado en un lote de cerdas jóvenes, la exposición al verraco no debe comenzar antes de los 140 a 150 días.

La respuesta de las cerdas jóvenes a la exposición al verraco podría constituir un indicio de fertilidad. Si la exposición al verraco no es suficiente para desencadenar la aparición del celo en las cerdas jóvenes, se pueden utilizar técnicas artificiales, pero se espera que estas cerdas sean menos productivas y que tengan una menor tasa de retención y una primera camada más pequeña (Figura 1). Cabe esperar que un cuarto del lote de cerdas jóvenes no responda a la estimulación del verraco, pero parte de este subgrupo debe conservarse como reserva.

El contacto directo con el verraco es más efectivo que a través de una cerca; se necesitan menos días para la aparición del celo y el mismo se distribuye mejor (Figura 2). La luz también desempeña un papel importante (Cuadro 1)

El mantenimiento de registros es la herramienta más importante en el manejo de las cerdas jóvenes. Una vez seleccionadas las cerdas jóvenes e iniciada la exposición al verraco, el celo de las cerdas debe registrarse individualmente. A partir de estos registros se puede estimar el siguiente celo. Si el siguiente celo no es regular, puede separarse a la cerda del lote ya que un animal con ciclo irregular daría lugar a un menor desempeño reproductivo. Para las cerdas jóvenes de ciclo regular, estimar el siguiente celo con 21 días de anticipación deja tiempo para la planificación. Saber qué cerdas entrarán en celo facilita la toma de decisiones para la inseminación y la agrupación para el refuerzo alimenticio (flushing). Además, pueden no incurrirse en costos de sincronización.

Al optimizar los objetivos de inseminación, se optimiza el desempeño reproductivo, la longevidad de las cerdas y la rentabilidad general. Sin embargo, es poco probable el logro simultáneo en la inseminación de la tasa de crecimiento óptima, la edad óptima y la profundidad de grasa dorsal óptima en las cerdas, ya que estos parámetros están interrelacionados.

Las cerdas jóvenes con bajas tasas de crecimiento necesitan más días de alimentación para alcanzar su peso de inseminación objetivo, lo que resulta en más días no productivos. Por el contrario, si la tasa de crecimiento es demasiado alta, podría tener un impacto negativo en la longevidad al causar problemas locomotores futuros y un impacto negativo en la productividad a través de una pérdida excesiva de peso corporal en primera lactancia, lo que causa un retraso en la reaparición del celo.

El análisis de los objetivos de inseminación y el trabajo de investigación llevado a cabo por diversas compañías de genética indica que el peso de inseminación, con un óptimo de 140 ± 5 kg, parece ser la primera prioridad. El servicio en un segundo o tercer ciclo maximizaría el número de óvulos y el tamaño de camada en la primera parición. Seguir las recomendaciones del objetivo con base en la genética de la piara constituye la mejor estrategia. Cada compañía de genética comparte parámetros promedio que optimizan la rentabilidad de acuerdo con su línea genética.

Los puntos anteriores no cubren todos los parámetros que deben considerarse en un plan de desarrollo de cerdas jóvenes. También son aspectos importantes la aclimatación de las cerdas jóvenes que ingresan, la nutrición, los requerimientos de nutrientes, la calidad del alimento y el programa de vacunación (preparación inmunitaria). Un plan sólido de desarrollo de las cerdas jóvenes puede afectar positivamente la posterior productividad y longevidad de la cerda, apoyando la rentabilidad de la granja.

 Artículo publicado en la revista SCIENCE & SOLUTIONS Nº 52 Cerdos de Biomin