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Control de plagas vectoras en granjas porcinas

Publicado: 8 de febrero de 2015
Por: Manual de Buenas Prácticas Pecuarias para la producción y comercialización porcina familiar. INTA. Argentina
1. Introducción
Control de plagas vectoras Los cerdos son animales monogástricos que se alimentan de dietas balanceadas concentradas ricas en grasa, proteínas e hidratos de carbono y poseen altos contenidos en nitrógeno y azufre. Los excrementos de estos animales se descomponen inmediatamente luego de ser evacuados. Durante este proceso de degradación se generan compuestos volátiles que, en determinadas concentraciones, resultan ser tóxicos. Producto de la descomposición aeróbica y anaeróbica de estos residuos producidos, se liberan gases como el dióxido y el monóxido de carbono, metano, amoníaco y sulfuro de hidrógeno, estos dos últimos responsables de los malos olores y de la atracción de insectos vectores. También se producen emisiones de olores debido a la generación de compuestos orgánicos volátiles (COV´s). Existen cerca de 150 compuestos COV´s en los excrementos porcinos (Zhu & Jacobson, 1999). Distintas especies de bacterias como Streptococcus, Peptostreptococcus, Eubacterium, Lactobacilli, Escherichia, Clostridium, Propionibacterium, Bacteroiedes y Megasphare, producen ácidos como el fórmico, acético, propiónico, butírico e índoles, fenoles y aminas volátiles que son potenciales compuestos olorosos. La temperatura y humedad ambiente elevada, sumadas a la falta de ventilación dentro de los galpones, favorecen aún más la concentración de olores y plagas y aumentan el riesgo ambiental del establecimiento.

2. Desarrollo de distintas plagas en las granjas de producción porcina.
Los olores que se generan durante los procesos fermentativos son una fuente de atracción para algunas plagas. Muchas de ellas son vectoras de enfermedades y parasitosis peligrosas para la salud pública y veterinaria.
Las principales plagas son:
• Insectos: moscas.
• Roedores: ratas y ratones de distintas especies.
• Aves silvestres.
En los sistemas de producción porcina de pequeña y mediana escala se debe realizar un manejo integrado para lograr un control sustentable de las poblaciones de plagas, en su mayorías inantrópicas. No existen tablas con umbrales de daño para estas plagas actuando en distintos sistemas animales.
2.1. Insectos
a- Características de las moscas
Dentro del grupo de los insectos las moscas ocupan un lugar de relevancia. En las sistemas de producción porcinas los dípteros de mayor importancia son: mosca doméstica (Musca domestica), pequeña mosca casera (Fannia canicularis) y distintas especies pertenecientes a las familias de los califóridos y sarcofágidos. Estas moscas están involucradas en la transmisión de enfermedades, como la colibacilosis, la salmonelosis o la disentería porcina, enfermedades que causan enormes pérdidas a la porcicultura.
-Mosca doméstica
La especie más frecuente y abundante es la mosca doméstica (Foto 11.1) (Musca domestica L.).
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Es un insecto de metamorfosis completa como todos los dípteros, con un tórax prominente y vellosidades en todo su cuerpo. El adulto de la especie tiene un largo de 6 a 8 mm, un aparato bucal en esponja, un solo par de alas y el tórax surcado por 4 bandas longitudinales. Es prominente y le permite volar hasta 5 km del lugar de generación.
El adulto de la mosca se alimenta de excrementos, desperdicios y otros materiales. Resulta ser vector forético y mecánico de enfermedades y parasitosis a través de sus patas, cuerpo y canal alimenticio. Los adultos tienen el hábito de defecar, regurgitar y limpiar sus cuerpos en los lugares donde se posan desde alimentos que luego serán ingeridos hasta orificios con secreciones; de esta forma aumentan las posibilidades de dispersión de las enfermedades.
El ciclo biológico de huevo adulto dura entre 8 y 11 días en pleno verano. Los adultos vuelan y las hembras de la especie, una vez fecundadas, colocan sus huevos en los residuos orgánicos húmedos en grupo, ya que la especie tiene hábitos gregarios. Una hembra adulta coloca hasta 40 huevos/día y suelen vivir hasta 30 días en pleno verano (Crespo et al,1998). Los huevos tienen forma elíptica, son de color blanco y miden 1 mm. De cada huevo eclosiona una larva a las 8 y 24 horas de haber sido puestos. Las larvas son blancas y cilíndricas, tienen un aparato bucal masticador, no poseen patas y son ciegas. Se alimentan en los desechos por espacio de 5 a 7 días. La mosca doméstica tiene tres estadios larvales. Al finalizar el último estadio, la larva completa su desarrollo y migra a lugares más secos para empupar. La pupa es de color castaño, similar a un grano de arroz, de 5 a 6 mm. A los 4/7 días de la pupa emergerá el adulto de la mosca que reinicia el ciclo biológico de la especie (Figura 11.1).
Pequeña mosca casera
Otra mosca similar a la mosca doméstica, pero de tamaño más pequeño, es la especie Fannia cannicularis. Aparece a comienzos de la primavera y luego a mediados del otoño, principalmente en la región cuyana y pampeana (Foto 11.2). El adulto mide entre 5-6 milímetros de largo y es de un color un poco más oscuro que la doméstica. Las larvas son de color marrón, aplanadas dorso-ventralmente y de superficie áspera. El ciclo biológico es ligeramente más prolongado que el de la mosca doméstica (entre 15-20 días). Los adultos vuelan lentamente en círculos y es típico observarlos circundando sobre los corrales o las jaulas de animales.
Esta especie vehiculiza protozoarios, parásitos, nemátodos y tenias. Uno de los mayores problemas es que Fannia puede transportar foréticamente huevos de la especie Dermatobia hominis, productora de forunculosis en animales y el hombre. (Oliva, 1997).
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Complejo de artrópodos cadavéricos.
Otras moscas frecuentes de encontrar son las que se desarrollan a expensas de los animales muertos. Si los cadáveres son recientes, durante las primeras horas, se dirigen especies de la mosca doméstica, atraídas por el olor a sangre y a fluidos que salen de las heridas y orificios naturales.
A las 24-48 horas estas moscas son desplazadas por otros dípteros de la familia Calliphoridae. Estas moscas comienzan a invadir el cadáver del animal rápidamente. La especie dominante es Phaenicia sericata (mosca verde) (Foto 11.5), que está presente cuando ya empieza el período cromático de la putrefacción.
También resulta ser la especie más compleja de manejar, ya que su presencia es peligrosa para el hombre y los animales en producción porque producen miasis. Esta especie encuentra en los cadáveres un lugar apropiado para desarrollarse y luego desde allí, migrar a los galpones. Estos califóridos ponen sus huevos sobre las heridas y áreas con secreciones olorosas de los animales. Los huevos son de color beige y tiene un aspecto granuloso. De los huevos nacen las larvas que comienzan a alimentarse de los tejidos. Al principio, son muy pequeñas, pero con alta actividad metabólica, realizan dos mudas de piel. Finalmente, empupan antes de llegar a ser adultas.
En la fase final del período reductivo del cadáver, comienzan a aparecer unas avispas de la familia Vespidae, conocidas vulgarmente como chaqueta amarilla (Foto 11.6) y arácnidos de la familia Lycosidae. Asimismo, se observan escarabajos pequeños color verde azulado de la especie Necrobia rufipes (Foto 11.7) y otros de color oscuros del género Dermestes.
Los animales muertos deberán disponerse de inmediato en lugares de disposición final.
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b- Manejo Integrado de Insectos Plaga (MIP). Recomendaciones.
El MIP es el arte de combinar el conocimiento de la biología y el comportamiento de las plagas, con la experiencia en la utilización de las distintas herramientas disponibles y la habilidad de adaptarse a la multiplicidad de circunstancias en las que se presentan las plagas. Es la última tendencia en control de plagas.
El MIP requiere de tiempo y esfuerzo para inspeccionar y monitorear la actividad de las plagas, conocer las costumbres de las personas afectadas a la actividad diaria de cada granja, modificar el hábitat de los insectos, realizar sugerencias para eliminar los puntos de ingreso y detectar potenciales riesgos asociados a la salud humana y/o veterinaria.
El principal objetivo es disminuir los factores de riesgo que posibilitan la proliferación de roedores e insectos, a través de mejoras ambientales, culturales y de infraestructura y, paralelamente, reducir la aplicación de productos, a fin de prevenir su exposición al contacto humano y evitar intoxicaciones.
Hoy en día, en la mayoría de los países desarrollados, la implementación del MIP es obligatoria y se encuentra regulado por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Los requisitos básicos para el MIP de la mosca doméstica
son (Crespo y Lecuona, 1996):
-Empleo de tácticas culturales. Para ello se deberán extremar las medidas de limpieza y orden en el predio. Resulta importante realizar retiros de residuos orgánicos (estiércoles, basura domiciliaria, restos de alimento balanceado ardidos, etc.) y tratar de mantenerlos lo más secos posible. Si los residuos se mantienen secos la probabilidad de desarrollo de las moscas es muy baja. Por eso es importante realizar un uso eficiente del agua de lavado y de bebida en el predio, con la finalidad de evitar que las moscas coloquen huevos en los residuos húmedos. Si los residuos están húmedos pueden ser secados empleando productos como la cal viva o aserrín de madera. En el caso de la cal viva, en condiciones de humedad (más de un 50%) genera una reacción exotérmica que puede elevar la temperatura de la masa hasta los 70° C, siendo esta condición aprovechada para la destrucción de las larvas por acción del calor (acción larvicida).
-Empleo de tácticas químicas. Comercialmente se cuenta con distintas formulaciones, algunas de acción adulticidas (pinturas/cebos/pulverizaciones) y otras larvicidas. Para el control de focos larvarios, se pueden aplicar productos denominados IGR (reguladores del crecimiento) que producen un envejecimiento prematuro del insecto en sus estados juveniles. Existen distintos principios activos en base a cyromacima, triflumuron, diflubenzurón, entre otros (Crespo et al, 2002 y Crespo y Lecuona 2002). Los IGR son compatibles con el control biológico y no producen daño a la fauna benéfica que degrada los residuos y en otros casos se alimenta de los estados juveniles de estos insectos (Crespo, D. et al, 2003).
Sin embargo, el uso continuo, unidireccional y abusivo de estos productos lleva a acelerar los procesos de resistencia genética de manera inexorable (Crespo y Lecuona, 2002).
-Empleo de tácticas biológicas. Las liberaciones estacionales e inundativas con parasitoides benéficos es una práctica que se realiza exitosamente en la Argentina, desde 1992. El empleo de distintas especies de himenópteros de los géneros Spalangia spp. y Muscidifurax spp., han sido llevadas a cabo para el control de la mosca doméstica. Estas microavispas de acción benéfica destruyen las pupas de las moscas, ya que
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cumplen su ciclo de vida en el interior de las mismas, evitando la emergencia de los adultos de la plaga.
Los parasitoides se liberan en bolsas que se colocan en los lugares de mayor formación de focos larvarios de las moscas. Las bolsas contienen en su interior las pupas de la mosca doméstica próximas a emerger.
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Los productos químicos merecen un tratamiento aparte dentro de este capítulo de plagas. Es importante reconocer que si bien el uso de estos productos contribuye a la reducción de plagas, el riesgo de almacenarlos y aplicarlos representa una fuente de contaminación química importante que puede poner en riesgo la inocuidad alimentaria de los productos que se producen en la granja, como también la salud de las personas vinculadas a la producción porcina.
Estos productos deben almacenarse en lugares cerrados, frescos, oscuros y bien ventilados, lejos del alcance de niños y animales. Las formulaciones comerciales deberán permanecer siempre bien cerradas y deberán ser eliminadas cerca de la fecha de vencimiento.
Se recomienda que la eliminación de envases de agroquímicos se realice conforme a las especificaciones del protocolo CASAFE (disponible en www.casafe.org).

C- Seguimiento del programa MIP para mosca doméstica
Para verificar la eficacia de la marcha de un programa MIP, es necesario llevar adelante un monitoreo de la dinámica poblacional de la plaga, a efectos de establecer e implementar acciones correctivas y preventivas.
Los monitoreos son dirigidos y no al azar, dado que las moscas tienen hábitos gregarios. Se puede cuantificar la cantidad de focos larvarios existentes o bien medir la cantidad de moscas adultas presentes. En general, el monitoreo de focos larvarios, particularmente en granjas de cerdos con sistemas slats, resulta más complejo de realizar. Lo más usual en estos sistemas es cuantificar el nivel de abundancia de moscas adultas. Existen distintos métodos de muestreo, se mencionan:
Método de Scudder-grid modificado. Se emplea una parrilla o grid construida en madera. La misma es de 45 x 45 cm y está compuesta por varillas de 2 cm de ancho, distanciadas a igual distancia entre una y otra (Foto 11.12). Este grid se coloca en lugares soleados, donde hay gran concentración de moscas. Se cuentan las moscas adultas que se posan sobre la parrilla por espacio de 1 minuto; se deben realizar 5 a 7 lecturas/galpón, se toman los 3 valores más altos y se promedian. Estas lecturas se deben realizar siempre a la misma hora y al menos 1 vez por semana. Cuando los valores promedios están en el entorno de las 15-20 moscas/grid, la presencia de moscas dentro de las 
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instalaciones será bajo. Valores superiores, implicarán llevar adelante distintas tácticas de control, con el fin de reducir los niveles de abundancia de este insecto (Crespo y Lecuona, 1996). Los datos deben registrarse en planillas similares a Tabla 11.1.
Método de tarjetas. Aquí se emplea una tarjeta de 35 cm de largo x 12 cm de ancho. La misma se coloca en lugares donde hay alta concentración de adultos a una altura que no supere el 1,80 m. Estas trampas se dejan allí por espacio de 3 a 5 días, luego se recogen y se mide la cantidad de puntos negros por unidad de superficie. (Foto 11.13) (Geden, 2005). Los puntos representan la cantidad de regurgitados y/o excrementos de las moscas. Con 150 puntos/tarjeta la cantidad de moscas dentro de las instalaciones será bajo.
• Método de trampas con atractivos alimenticios (Victor fly)
En base a hormonas sexuales (Fotos 11.14 a 11.16).
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2.2. Roedores: ratas y ratones de distintas especies.
a- Característica de los roedores
Los roedores son mamíferos con capacidad de aprendizaje, que viven en comunidades y se caracterizan por el desarrollo de sus dientes incisivos que les sirven para alimentarse y construir sus madrigueras. La proximidad de hábitat entre el hombre y los roedores es muy estrecha, de manera que la convivencia pone en riesgo la vehiculización de enfermedades de tipo zoonóticas.
Estos animales poseen muchas habilidades físicas ya que pueden: roer, nadar, trepar, cavar, correr y saltar. Existen distintas especies de roedores: sin embargo, las más frecuentes de encontrar en granjas porcinas son la rata noruega o gris (Rattus norvergicus) (Foto 11.17), la rata negra (Rattus rattus) (Foto 11.18) y la laucha de campo (Mus musculus) (Foto 11.19).
Estas especies se adaptan exitosamente en todos los ambientes que colonizan, comparten distintos alimentos y el éxito adaptativo se explica, en parte, gracias a que tienen una baja especialización. Poseen un gran desarrollo de su olfato y oído. Son ágiles y tienen alta tasa reproductiva y características generales que deberán ser tenidas en cuenta para llevar adelante planes racionales y sustentables de control (Tabla 11.2).
Estos animales ingieren el 10% de su peso corporal en alimento, salvo R. norvergicus que puede ingerir hasta 1/3 de su peso corporal por día.
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Las pérdidas de alimento a nivel mundial son muy elevadas. Se estima que las ratas y ratones contaminan y destruyen alimentos suficientes como para dar de comer a más de 200 millones de personas/año. Las pérdidas no son sólo por consumir los alimentos, sino por la contaminación directa debido a la exposición con heces, orina y pelos.
Los roedores causan graves daños que comprometen la inocuidad y seguridad agroalimentaria, producen deterioros de las instalaciones porque excavan, roen y además generan un impacto negativo en la salud pública y veterinaria, ya que son portadoras de enfermedades que afectan al hombre y a
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los animales. Entre las principales se mencionan: salmonelosis, peste bubónica, toxoplasmosis, triquinosis, leptospirosis, disentería, fiebre tifoidea.
b- Manejo Integrado de roedores. Recomendaciones
Un exitoso programa de control de roedores debe realizar:
• una detenida inspección para identificar las especies presentes, refugios y factores que faciliten su desarrollo.
• determinar la presencia de roedores, estableciendo la naturaleza e importancia de la infestación, identificando las áreas y/o lugares frecuentados por éstos, observando algunos de los siguientes signos:
• presencia de excrementos y orina de ratas y ratones.
• tamaño y densidad de los excrementos.
• daño de roedores en granos almacenados,
• recorrido y tipo de huellas, presencia de madrigueras y materiales roídos, por ejemplo: madera.
• niveles de higiene, disponibilidad de alimento y refugio para roedores.
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• control de acceso de los roedores, eliminación física de los puntos de entrada de ratas y ratones a los edificios.
• reducción de la población de roedores, aplicación de rodenticidas u otros mecanismos. Por ello, resulta esencial buscar las evidencias que presumen la existencia de roedores:
• tipo de excremento
• cantidad de huellas
• tipos de nidos
• marcas de senderos sobre el suelo.
• manchas de orines.
• presencia de roedores muertos o vivos.
• intensidad de los ruidos.
• olores característicos de estos animales.
Se deberá evitar el crecimiento de las poblaciones de roedores, principalmente durante el período primavero-estival, en cualquier zona del país. Existen una serie de tácticas que se recomiendan implementar con la finalidad de lograr el éxito en el programa de manejo integrado de estas plagas.
Tácticas de Control Cultural
Estas tácticas tienen por objeto reducir o impedir que los roedores se refugien, se reproduzcan y desarrollen en un hábitat apropiado. Las tácticas culturales son de acción preventiva y tienden a lograr un óptimo ordenamiento predial y llevar adelante medidas drásticas de exclusión. Por ello será necesario:
• eliminar la posibilidad de accesos a instalaciones y/o galpones donde se guardan los alimentos, tratando de mantener ventanas y puertas cerradas, principalmente durante las horas nocturnas.
• realizar limpieza de los restos de alimentos y colocar los desperdicios en lugares con cierres herméticos.
• realizar orden frecuente de las bodegas y galpones.
• eliminar maquinaria, neumáticos y restos de la construcción para reducir sitios de refugio de estos roedores.
• mover con frecuencia sacos con virutas, heno y granos.
• prevenir la entrada a la casa de roedores obturando los orificios por donde ingresen cañerías de teléfono, gas, agua, etc.
• disminuir la entrada de luz en las puertas y ventanas.
• eliminar malezas en un radio de 30 metros alrededor de los galpones, oficinas, depósitos de alimentos y en el perimetral de las lagunas de efluentes.
• emplear trampas pegajosas, mecánicas y por golpe.
• sellar los sistemas de desagüe en las rejillas.
Tácticas de control físico
Este método es empleado en áreas restringidas en superficie (oficinas, casas habitación y laboratorios). Son métodos inocuos pero suelen ser usualmente costosos.
En el mercado se dispone de pegamentos, trampas de ultrasonido y barreras eléctricas. Los primeros son inapropiados en lugares donde hay mucho polvillo, ya que reduce la superficie de captura, Los segundos son costosos y los roedores tienden a acostumbrarse al mismo sonido y se pierde eficacia en el control rápidamente. En cuanto a las trampas eléctricas pueden ser peligrosas si no están bien identificadas y el personal puede sufrir accidentes.
Tácticas de control químico.
Tienen por objeto reducir drásticamente las poblaciones de roedores y evitar que la granja se colonice rápidamente. Estos productos se venden formulados en bloques (para uso externo), pellets y cebos en grano coloreados (uso interno). Los más empleados son los rodenticidas en forma de cebos alimenticios.
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Existen dos grupos, según su modo de acción: agudos (rápidos) y crónicos (lentos). Los rodenticidas de acción rápida son en base a estricnina o fosfuro de zinc o aluminio. Los roedores se mueren en forma inmediata, el resto de la población aprende y dejan de comerlo. Los más difundidos por su seguridad y mecanismo de acción, son los rodenticidas de acción crónica (anticoagulantes). El roedor al consumirlos dispara fenómenos de interferencia sobre los mecanismos de coagulación de la
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sangre. La consecuencia directa, es un cuadro de hemorragia interna, seguida de la muerte del animal. La muerte ocurre a los 3 o 4 días después de la ingesta del cebo.
Existen anticoagulantes de 1ª y 2ª generación. Los de 1a se denominan también de dosis múltiples. Se mencionan entre los más importantes: warfarina, coumatetralyl, clorofacinona y difacinona. Los roedores para morir deben ingerir varias veces estos productos. Los de 2ª generación son de una única dosis, los principios activos más difundidos son: brodifacoum, bromadiolone, flocoumafen y difethialone.
Elección del rodenticida
La selección del rodenticidas está sujeta al tipo de sistema de producción (confinada o campo). En todos los casos, se debe optar por los productos que brinden mayor seguridad y eficiencia. Los cebos en bloques convienen que sean colocados dentro de las madrigueras y luego deberá procederse al sellado de las entradas con cemento, papel o viruta de acero para evitar nuevas reinfestaciones. Es conveniente seleccionar cebos apropiados en el volumen; los muy voluminosos no son adecuados para ser acarreados y dificultan la introducción en los nidos. Las épocas de sequía ambiental son propicias para reforzar los programas de control de roedores, principalmente, en explotaciones no confinadas. Si los bloques se humedecen pueden llenarse de hongos, perdiendo atracción para ser consumidos por los roedores.
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En sistemas de producción porcina de mediana a gran escala, el control de roedores, especialmente, debería tercerizarse, dado que las rutinas de control y cambio de trampas requieren un tiempo considerable. En granjas con poco número de animales, el control lo pueden implementar los propietarios. Sin embargo, en ambos casos los interesados deberán tener y seguir el registro de la evolución de las poblaciones de roedores.

2.3 - Aves silvestres.
a- Características de las aves
Las palomas se alimentan de basuras, excrementos, granos, etc. De esa forma se contaminan de enfermedades y parasitosis peligrosas para el hombre y los animales. Su presencia entraña el mismo riesgo sanitario que los roedores. Transmiten más de 40 enfermedades zoonóticas (salmonelosis, colibacilosis e histoplasmosis) y más de 60 ectoparásitos externos (piojos, garrapatas, vinchucas, etc.).
El contacto directo con sus excrementos y la inhalación de los mismos. en forma de polvo microscópico son suficientes para ocasionar graves trastornos a la salud. En los nidos de palomas y en los lugares para trasnochar, se desarrollan una multitud de artrópodos y es desde este lugar de refugio, donde muchas veces eligen su camino para migrar a las casas y galpones donde vive y trabaja el hombre rural, causándole enfermedades y alergias graves.
Además, la acción química de los excrementos (gran contenido en ácido úrico y ácido fosfórico), desintegra materiales como cementos, hormigón, piedra caliza y deteriora gravemente
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el resto de materiales. En galpones y depósitos de alimentos provocan pérdidas económicas directas a través del excremento, que puede contaminar productos y materiales. Las palomas picotean materiales, revoques de fachadas, cementos de tejados, algunas protecciones externas para cañerías de agua para cubrir los aportes de minerales de los que son deficitarios en su dieta alimentaria y que, a su vez, sirven para moler los alimentos en su molleja.
Una de las peores consecuencias es que sobre los edificios suelen acumular excrementos en desagües que terminan por provocar su taponamiento con la consiguiente inundación de techos o goteras internas. Asimismo, producen obturaciones de las salidas de gas y ventilaciones, en general, en las cabreadas de las construcciones rurales. Las estructuras de madera también pueden verse afectadas debido al desarrollo de flora fúngica y plagas entomológicas (xilófagos) que tienen su origen en sus nidos y excrementos.
b - Manejo Integrado de aves. Recomendaciones.
Se debe tener en cuenta que existen diferentes leyes y reglamentos que protegen a las palomas, con lo cual es necesaria la utilización de productos no tóxicos; se sugiere revisar la legislación de cada provincia.
Los métodos de control de aves no deben ser cruentos. Se debe evitar la nidación tratando que las poblaciones no prosperen.
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Tácticas físicas
Púas
Son un conjunto de puntas de acero galvanizado templado que se proyectan hacia fuera en todos los ángulos. Existen distintos diseños (Foto 11.25). Las púas están sujetas a una base sólida que puede ser instalada en los marcos de las ventanas, repisas, aleros, alféizares. Estos alambres con puntas redondeadas (no filosas) infringen molestias en las aves, evitando que aterricen sobre estas superficies. Las superficies anchas pueden requerir de dos o más filas o hileras de púas paralelas. Controlan palomas, gorriones, caranchos, gaviotas y otras aves.
Geles pegajosos
Se trata de materiales gelatinosos que se aplican en lugares con presencia de palomas. Su finalidad es dificultar que las aves caminen en estos lugares por la acción del pegamento. Vale aclarar que el ave no se queda pegada en el lugar sino que, al sentir una sensación de inestabilidad, se aparta del mismo.
Aplicar geles pegajosos en superficies libres de polvo o cualquier desprendimiento, excremento o suciedad de las aves. Estos geles se aplican sobre maderas, mampostería, chapa, vidrio, cerámica y cualquier clase de superficie.
Redes mosquiteras
Se recomienda espacios de entrada protegidos con telas mosquiteras para evitar el ingreso de aves en las instalaciones.
Enfermedades relacionadas con las palomas
Histoplasmosis:
La histoplasmosis es una enfermedad causada por un hongo que crece en los excrementos de las palomas. También crece en la tierra y se encuentra en todo el mundo. Cuando una persona limpia excrementos puede respirar algo del hongo, lo cual en casos de alta exposición puede causar infección. Actividades comunes, tales como limpiar repisas de ventanas, no resultarán en altas exposiciones.
Criptococosis:
La criptococosis es otra enfermedad por hongos asociada con los excrementos de las palomas y también crece en tierra de todo el mundo. Es muy poco probable que las personas sanas resulten infectadas aún a niveles altos de exposición. Un riesgo importante de infección es tener el sistema inmunológico debilitado.
Psitacosis:
La psitacosis (también conocida como ornitosis o fiebre del loro) es una rara enfermedad infecciosa que afecta principalmente a los loros y a las aves parecidas a los loros tales como las cacatúas y los periquitos, pero también puede afectar a otras aves, tales como las palomas. Cuando los excrementos de las aves se secan y son transportados por el aire la gente puede inhalarlos y enfermarse. En los humanos, esta enfermedad bacteriana se caracteriza por: fatiga, fiebre, dolor de cabeza, sarpullido, escalofríos y a veces neumonía. Los síntomas se presentan aproximadamente 10 días después de la exposición. La psitacosis se puede tratar con un antibiótico común.
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Trampas de shock eléctrico.
El shock eléctrico intermitente es molesto, pero no lastima a las aves, simplemente las acostumbra a mantenerse alejadas del lugar.
Espantado o repelencia
Otros métodos de tipo físico que pueden ser empleados son: gritos de aves depredadoras, sonidos estridentes, espantapájaros, cintas reflectoras iridiscentes, ojos ahuyentadores etc. Los métodos químicos con función repelente no están registrados en la actualidad en la Argentina.
c- Registro de control de aves.
Se deben registrar en inspecciones quincenales dentro de los galpones:
1- presencia y cantidad de nidos vacíos.
2- cantidad de nidos con polluelos vivos
3- cantidad de nidos con polluelos muertos
Las aves muertas se deben recolectar y disponer en bolsas plásticas para su disposición final. Los polluelos vivos deben ser sacados del recinto y colocados fuera del establecimiento.

Documento extraido del Manual de Buenas Prácticas Pecuarias (BPP) para la producción y comercialización porcina familiar: Capítulo XI, Higiene y MIP, elaborado por el Instituto Nacional de tecnologia Agropecuaria (Argentina)

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