Explorar
Comunidades en español
Anunciar en Engormix

Avances en el diagnóstico y control de la enfermedad de Glässer

Publicado: 30 de abril de 2020
Por: Virginia Aragón. IRTA, Centre de Recerca en Sanitat Animal (CReSA, IRTA-UAB), Campus de la Universitat Autònoma de Barcelona, Bellaterra, España
Haemophilus parasuis es un colonizador temprano del tracto respiratorio superior de los lechones y el agente etiológico de la enfermedad de Glässer. Esta bacteria se puede encontrar básicamente en todas las granjas comerciales. Sin embargo, el desarrollo de la enfermedad depende de varios factores, incluido el manejo de los animales, la presencia de otros patógenos en la granja o la virulencia de las cepas de H. parasuis en los animales. Las lesiones características de la enfermedad de Glässer incluyen poliserositis fibrinosa, meningitis y artritis. 
 
Para lograr un diagnóstico completo, las observaciones clínicopatológicas deben complementarse con pruebas de laboratorio para detectar el microorganismo. El cultivo bacteriano y la PCR son las pruebas más comunes paraconfirmar la presencia de la bacteria en las lesiones. El control de las infecciones por H.  parasuis puede lograrse mediante tratamiento con antibióticos o mediante vacunación. Los anticuerpos son esenciales para la protección, pero las vacunas comerciales proporcionan protección limitada, dependiente de serotipo.
 
H. parasuis es una bacteria Gram-negativa de la familia Pasteurellaceae que se encuentra exclusivamente en el cerdo. En las granjas, los lechones son colonizados por H. parasuis pronto tras su nacimiento, aunque la prevalencia máxima de colonización nasal se observa a los 2 meses de vida. Los lechones adquieren este colonizador por contacto con sus madres, a la vez que reciben protección inmunológica a través de la toma de calostro. La colonización de la cavidad nasal de cada animal puede ser debida a varias cepas de H. parasuis, que pueden presentar diferentes características antigénicas y de virulencia.
 
H. parasuis inicia el proceso de infección colonizando el tracto respiratorio superior. Este paso de la colonización inicial es común a las cepas virulentas y no virulentas y es probablemente promovido por adhesinas bacterianas. Después de la colonización inicial del tracto respiratorio superior, las cepas virulentas de H. parasuis pueden descender al pulmón y colonizar este órgano, ya que sobreviven a la fagocitosis por los macrófagos alveolares. Por otro lado, las cepas no virulentas se eliminan del pulmón mediante fagocitosis por los macrófagos alveolares, y en consecuencia quedan confinadas a la cavidad nasal. Durante la infección pulmonar, las cepas virulentas inducen un retraso en la activación de los macrófagos alveolares que, junto con la adaptación del metabolismo bacteriano y la expresión de factores de virulencia, promueven la supervivencia de H. parasuis en el pulmón. Desde el tracto respiratorio, las cepas virulentas pueden diseminarse sistémicamente e inducir la fuerte inflamación característica de la enfermedad de Glässer.
 
La infección sistémica es posible por la resistencia de las cepas virulentas de H. parasuis al complemento sérico, y su capacidad para adherirse e invadir las células epiteliales y endoteliales.
 
Los signos clínicos de la infección no son específicos de H. parasuis y pueden incluir fiebre, articulaciones inflamadas, apatía y signos nerviosos. Los animales afectados de forma aguda presentan lesiones de poliserositis fibrinosa, características de la enfermedad de Glässer. Sin embargo, la causa de estas lesiones debe ser confirmada con la detección del patógeno en las mismas. Las muestras para realizar el aislamiento bacteriano deben ser tomadas de las lesiones sistémicas de lechones que no hayan sido sometidos a tratamiento antibiótico. Las muestras de pulmón pueden ser problemáticas ya que bacterias del tracto respiratorio superior sin implicación en la enfermedad pueden ser aisladas de este órgano. En el laboratorio H. parasuis requiere medios ricos para crecer, que incluyan NAD.
 
Su crecimiento es lento, pero el aislamiento bacteriano permite la realización de pruebas complementarias, como el estudio de la susceptibilidad a antimicrobianos o el tipado de las cepas. Recientemente se han desarrollado PCRs para determinar el potencial virulento y el serotipo de las cepas. Estas pruebas moleculares son muy útiles y permiten acelerar el diagnóstico en el laboratorio.
 
Al igual que en otras infecciones bacterianas, los antibióticos se han usado comúnmente en el control de la enfermedad de Glässer. La existencia de resistencias y multiresistencias en H. parasuis hace necesaria la confirmación de la susceptibilidad de la cepa causante del brote clínico al antimicrobiano elegido. El tratamiento parenteral es el mejor para garantizar que los lechones reciben la dosis completa del antimicrobiano. Por otro lado, como la enfermedad de Glässer afecta principalmente a lechones en transición, en muchas granjas se usa antibióticos perinatales para controlar esta enfermedad. 
 
Actualmente, las instituciones públicas y privadas están presionando para reducir el uso de antibióticos debido a la aparición de resistencias a estos medicamentos, que es un importante problema de salud. Un problema adicional de los tratamientos con antibióticos es que muchos medicamentos no se dirigen específicamente a los patógenos, sino que también afectan a las comunidades bacterianas beneficiosas de la microbiota.
 
El papel de los anticuerpos en la protección contra la enfermedad de Glässer se ha demostrado y puede explicarse, al menos parcialmente, por su capacidad para opsonizar las cepas virulentas y hacerlas susceptibles a la fagocitosis. Además de garantizar la toma de calostro por los lechones, la vacunación puede usarse con el fin de que los lechones lleguen a la transición con suficiente nivel de anticuerpos. 
 
La vacunación puede realizarse tanto en cerdas como en lechones. Las vacunas comerciales son bacterinas que contienen uno o dos serovariedades de H. parasuis; normalmente los más prevalentes en las granjas. Las bacterinas no proporcionan protección frente a todas las cepas, sino que es dependiente de serovar. 
 
El uso de autovacunas es una alternativa cuando las vacunas comerciales no funcionan en un caso concreto, pero si se usan se debe garantizar un diagnóstico preciso con el fin de determinar sin duda la cepa causante del brote clínico. Gran parte de la investigación que se lleva a cabo sobre esta enfermedad está dirigida a la obtención de vacunas universales.
Temas relacionados
Autores:
Virginia Aragón Fernandez
Universitat Autònoma de Barcelona - UAB
Seguir
Únete para poder comentar.
Una vez que te unas a Engormix, podrás participar en todos los contenidos y foros.
* Dato obligatorio
¿Quieres comentar sobre otro tema? Crea una nueva publicación para dialogar con expertos de la comunidad.
Crear una publicación
Hector Ramon Sanguinetti
SENASA Argentina
30 de abril de 2020
Muy buena la introducción y descripción de la enfermedad. Falta explicar mejor como determinar si una cepa asilada es virulenta o no y que criterios deben tenerse en cuenta para elaborar una autovacuna. Seria bueno poder conocer cual es la estrategia para obtener la vacuna universal. Pero hasta que no esté disponible la misma, las autovacunas son la solución, máxime en un contexto de reducción en el uso de antibióticos. Sería muy bueno un comentario o descripción del papel que cumplen las hembras de reposición en la introducción de nuevas cepas y serotipos así como el mantenimiento del endemismo en el criadero. Muchas gracias. Conozco la seriedad y nivel técnico de la Autora el trabajo, Dra Virginia Aragón Fernández, es muy bueno.
Súmate a Engormix y forma parte de la red social agropecuaria más grande del mundo.
Iniciar sesiónRegistrate