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Aspectos a tomar en cuenta para prevenir el síndrome de infertilidad estacional en las cerdas

Publicado: 7 de diciembre de 2016
Por: Dr. Alejandro Córdova Izquierdo; y A. Emmanuel Iglesias Reyes (Depto de Producción Agrícola y Animal) .Universidad Autónoma Metropolitana) Unidad Xochimilco, México
INTRODUCCIÓN
No cabe duda de que la mejor manera de luchar frente al Síndrome de Infertilidad Estacional (SIE) en la cerda es su prevención, lo cual se puede obtener mejorando sus condiciones de vida en las Unidades de Producción Animal (UPAS) porcina, tratar de mejorar su bienestar y reduciendo el número de factores estresantes (Quiles, 2008) que inciden sobre las hembras. En este trabajo, se describen algunos aspectos a tomar en cuenta para prevenir el SIE en las cerdas, tales como manejo general, programas de luz, altas temperaturas, alimentación y tratamientos hormonales.
 
MEDIDAS PREVENTIVAS
Manejo en general Los siguientes aspectos deben tomarse en cuenta para evitar el SIE en la cerda:
  • Mejorar condiciones generales de las instalaciones: luz, aire, humedad, limpieza, ventilación, etc.
  • Aumentar la ingesta de energía de la ración (grasa e hidratos de carbono).
  • Proporcionar pulverizaciones de agua sobre los animales.
  • En la medida de lo posible, climatización de las naves: un control de la temperatura proporciona un nivel de bienestar a las cerdas y además contribuye a no perder el apetito durante las épocas calurosas (Pozzi y Rosner, 2009).
En las cerdas nulíparas se deben tomar los siguientes aspectos:
  • Seleccionar como reproductoras hembras que salen fácilmente en celo.
  • Ausencia total de verracos hasta aplicar el efecto macho cuando la hembra cumple seis meses de edad.
  • A partir de la introducción del macho hay que realizar al menos un control diario de los celos con verraco detector.
  • La alimentación debe ser adecuada pero sin intentar engordar a la hembra hasta el séptimo mes.
  • No estresar a la cerda con programas sanitarios próximos a la aparición de la pubertad habiendo finalizado la desparasitación interna y externa entre los cinco y medio o seis meses de edad y el esquema de vacunación completo antes de los seis meses y medio.
  • El uso racional de hormonas exógenas (400 UI PMSG + 200 UI hCG) puede estimular el ovario en las hembras jóvenes en anestro (Quesnel et al., 2010).
Si el anestro postdestete aparece en un elevado porcentaje de hembras de la explotación se puede disminuir con las siguientes medidas preventivas (Quesnel et al., 2010):
  • Seleccionar genéticamente líneas porcinas mejor adaptadas al ambiente.
  • Mejorar la alimentación en cantidad y calidad de las cerdas en maternidad.
  • Combinar aminoácidos, minerales y vitaminas del grupo B al destete.
  • Reducir agentes estresantes durante una semana antes, durante la cubrición y tres semanas después. • Evitar que cerdas primíparas paran en verano.
  • Sincronizar celos con hormonas (400 UI PMSG + 200 UI hCG (Quesnel et al., 2010).
 
Programa de luz
Es importante efectuar un control del fotoperiodo a lo largo del año.
Independientemente de la duración de los días (cortos o largos) si el fotoperiodo permanece constante y controlado no ejercerá una influencia negativa sobre la fertilidad.
Se aconseja mantener un fotoperiodo constante a lo largo del año de 16 horas de luz y 8 de oscuridad. 
Aspectos a tomar en cuenta para prevenir el síndrome de infertilidad estacional en las cerdas - Image 1
Aspectos a tomar en cuenta para prevenir el síndrome de infertilidad estacional en las cerdas - Image 2
 
Altas temperaturas
En los meses calurosos se ha de aumentar la circulación del aire alrededor de las cerdas. Conforme aumenta la velocidad del aire, la sensación de calor disminuye. Se considera que un aumento de la velocidad del aire de 0,1 m/seg reduce la sensación de calor en las cerdas en 1ºC. Esto parece ser válido para las temperaturas inferiores a 30ºC, ya que por encima de los 35ºC la eficacia del aumento de la velocidad del aire disminuye.
Cualquiera que sea el sistema de ventilación elegido, la velocidad del aire debería regularse, para lo cual ha de tenerse en cuenta la temperatura, la humedad y el estado fisiológico de la cerda (Quiles, 2008).
Por otra parte, una de las formas más eficaces para luchar contra las altas temperaturas en verano está basada en el principio físico del enfriamiento evaporativo, que reduce la temperatura del aire a expensas de evaporar agua. Con esta evaporación, el calor absorbido por el agua consigue enfriar el aire al mismo tiempo que aumenta el grado higrométrico de la nave. Concretamente, por cada gramo de agua evaporado en el seno de una masa de aire se retiran de la misma 590 calorías en forma de calor sensible, rebajándose así su temperatura y aumentando su humedad relativa. Esta eficacia evaporativa depende fundamentalmente del grado de humedad del aire exterior.
Esta técnica permite aumentar la pérdida de calor por intercambio con el aire ambiente que se ha enfriado, pero presenta, a cambio, el inconveniente de reducir la pérdida a través de las vías respiratorias. En efecto, cualquier exceso en los niveles higrométricos conduce a una reducción de la capacidad de evaporación pulmonar.
Contamos principalmente con dos sistemas para llevar a cabo el principio físico de la refrigeración evaporativa: los paneles húmedos o package coolers y los nebulizadores.
La refrigeración evaporativa mediante paneles húmedos es uno de los sistemas mejores para conseguir una reducción efectiva de la temperatura. Este sistema utiliza la evaporación producida en unos paneles húmedos cuando son atravesados por una corriente de aire que es impulsada a través de ellos, combinando así la ventilación con la refrigeración. El sistema no funciona en zonas húmedas (Quesnel et al., 2010).
Por su parte, los sistemas de nebulización son los de mayor rendimiento para la evaporación del agua. Consisten en la atomización de agua en el interior del edificio a alta presión (gracias a unos micronizadores especiales que trabajan a 70 kg/cm2 de presión). Se trata, pues, de un sistema que evapora el agua con enorme facilidad y, por ello, se puede adaptar a cualquier sistema de ventilación. Según la humedad relativa y velocidad del aire el cuerpo de las cerdas, tardará hasta una hora en secarse. Para que el enfriamiento por agua resulte eficaz debe existir un cierto movimiento de aire sobre la superficie de la cerda (mínimo 0,2 m/s). Se recomienda un flujo de nebulización de 35 litros de agua por hora durante 30 segundos cada 30 minutos desde las 8,00 a las 21,00 horas.
Aunque los ajustes entre la frecuencia y la duración del funcionamiento de los nebulizadores, dependen del tipo de nave, de la ventilación, de la densidad animal y de las condiciones climáticas locales.
El sistema de enfriamiento por goteo es muy útil durante la fase de lactación, ya que de esta manera refrescamos a la cerda, dejando a salvo a los lechones. El goteo se colocará sobre la espalda de la cerda (tasa de goteo: 3-4 litros/hora).
En cuanto a los sistemas extensivos al aire libre, para prevenir las quemaduras solares es necesario habilitar zonas de descanso con sombra en los parques exteriores o en el campo, donde habrá que obligar a estar allí a las cerdas durante las horas centrales del día.
El control de la dieta antes de la concepción puede mejorar la prolificidad de la camada.
Cualquiera que sea el sistema de ventilación elegido, la velocidad del aire debería regularse, para lo cual ha de tenerse en cuenta la temperatura, la humedad y el estado fisiológico de la cerda.
Para ello se puede colocar cama seca y pienso granulado. Otra forma de prevenir las quemaduras es la instalación de revolcaderos de barro, los cuales deben mantenerse llenos de agua. El barro actúa como un buen protector frente a las radiaciones solares.
 
Alimentación
El desarrollo fisiológico del complejo folículo-ovocito es muy sensible a la situación metabólica: una reducción en el consumo de alimento antes de la ovulación afecta significativamente a la capacidad de desarrollo de los ovocitos de las cerdas reproductoras.
Para luchar contra la disminución de la ingesta de pienso durante los meses de verano podemos llevar a cabo ajustes nutricionales en la ración, modificaciones en la presentación física del pienso y cambios en las técnicas de manejo de la propia alimentación (Barb et al., 2006).
En épocas de calor no conviene incrementar el aporte de proteína bruta de la ración, pensando que como las cerdas van a comer menos cantidad de pienso, este incremento cubrirá sus necesidades proteicas. Este aporte extra de proteína produce un aumento del calor metabólico, ya que las proteínas generan más calor metabólico que las grasas a lo largo de las rutas catabólicas. Podemos reducir el aporte de proteína en 1-2%.
Para que esta disminución no afecte a la producción láctea debemos aportar aminoácidos sintéticos. El aminoá- cido más limitante para la cerda reproductora es la lisina, de manera que para no variar el aporte proteico de la ración o modificarlo ligeramente a la baja, deberíamos aportar lisina sintética, basándonos en el concepto de proteína ideal. Junto con la lisina, podemos aportar triptófano, metionina, cisteina y treonina, con ello la cerda va a perder mucho menos peso durante la lactación. La reducción del nivel proteico manteniendo los niveles ideales para los aminoácidos esenciales constituye una de las mejores soluciones para hacer frente al estrés térmico.
En otro orden de cosas, el aporte de grasas a la ración constituye un medio para compensar la disminución en la ingesta energética debido al menor consumo (Barb et al., 2006).
Hemos de recordar que cuanto menor sea la energía consumida durante la lactación mayores serán las pérdidas de peso. Por tanto, en situaciones de estrés térmico, es conveniente aumentar el aporte de grasas vegetales y/o animales de buena calidad (el nivel máximo oscílará entre 4 y 6%), las cuales durante el proceso metabólico generan menos calor que los hidratos de carbono.
Por tanto, reducir el nivel de proteína bruta de la dieta, adicionando aminoácidos o complementando las raciones con grasa, permite atenuar los efectos perjudiciales del calor.
Otros ajustes nutricionales de la ración, consistirán en un menor aporte de fibra, ya que cuanto menor sea mayor será la digestibilidad del pienso y, por lo tanto, menor incremento calórico procedente del metabolismo (incluir altos niveles de fibra digestible). Así mismo, conviene incrementar los aportes de fósforo, bicarbonato y las vitaminas C, E y betaina.
La peletización del pienso mejora la digestibilidad del mismo, disminuyendo la producción de calor metabólico, con respecto a la presentación en harina. Así mismo, este proceso tecnológico permite mayores concentraciones de grasas.
Por otra parte, la alimentación húmeda mejora la ingesta de pienso en épocas de calor, a la vez que disminuye el desperdicio de pienso, mejorando el índice de conversión. Así por ejemplo, las cerdas en lactación consumen un 15% más de pienso con alimentación húmeda (Campabadal, 2007).
 
Manejo de la alimentación
Una medida muy eficaz es el empleo de comederos automáticos para que la cerda pueda ingerir pienso en las horas del día que más le apetezca, de tal manera que pueda acudir al comedero en aquellas horas del día de menos calor como la noche o la madrugada. Si no disponemos de comederos automáticos repartiremos el pienso varias veces al día, incluso por la noche. El reparto de la ración cuatro veces al día puede hacer incrementar el consumo entre un 10 y un 15%.
Se recomienda una alimentación ad libitum al menos durante las tres semanas que preceden a la inseminación o monta, con el objeto de mejorar la capacidad de desarrollo del ovocito y la supervivencia del embrión (tamaño de la camada).
 
6.4. Manejo del agua de bebida
Ante situaciones de estrés térmico, las cerdas reaccionan aumentando la frecuencia respiratoria. Esta hiperventilación de los alvéolos, necesaria para mantener la homeostasis evaporativa, conlleva un aumento de CO2 y alteraciones en el equilibrio ácido-básico-alcalosis respiratoria-. En estas condiciones es necesario un aumento del consumo de agua. Se ha de administrar a las cerdas abundante agua fresca (< 20ºC) que ayudará a disminuir la temperatura corporal en los momentos más calurosos del día, ya que actúa como receptor del calor (Campabadal, 2007).
Por otra parte, la adición de sales al agua de bebida, como cloruro potásico o bicarbonato sódico, es muy recomendable en situaciones de estrés térmico, ya que actúan como tampón del pH sanguíneo. A la vez, la adición de sales al agua de bebida altera el balance osmótico del animal, incrementando, en consecuencia, sus necesidades de agua.
Los efectos de disminuir la temperatura del agua y de añadir sales a la misma son aditivos, ya que si la temperatura del agua no es inferior a la de la cerda, la adición de sales minerales al agua no desempeña su función correctora del equilibrio acido-básico y no se observa un aumento del consumo de pienso.
Tanto para cerdas en gestación como en lactación el consumo de agua debe ser ad libitum, vigilando no sólo su temperatura sino también su calidad bioquímica y microbiológica, así como el flujo de agua en los bebederos, sobre todo si éstos son de tetina.
 
Tratamientos hormonales
El uso racional de hormonas exógenas puede ayudar a reducir el SIE, disminuyendo el porcentaje de anestro post-destete y sincronizando los celos. En este sentido los análogos de las gonadotropinas suelen ser eficaces en la inducción del celo en cerdas en anestro estacional
Para inducir el celo es necesario que la cerda esté en anestro. La inducción se realiza tras el destete y para ello se utiliza la acción combinada de 400 UI de PMSG (hormona de suero de yegua gestante) y 200 UI de HCG (hormona coriónica humana), apareciendo el celo a los 3-5 días del tratamiento. La PMSG estimula el desarrollo de los folí- culos de igual forma que lo hace la FSH, mientras que la HCG promueve la ovulación y la formación de cuerpos lúteos de forma similar a la LH (Pozzi y Rosner, 2009).
La utilización de hormonas gonadotropinas para la estimulación ovárica de ovarios inactivos, evita el riesgo de degeneración quística en cerdas en diestro, en las que la progesterona elevada puede bloquear el pico preovulatorio de LH e impedir la ovulación de los folículos en crecimiento. Este tratamiento está especialmente indicado en cerdas con anestro superficial, y, que en ocasiones, son causa de baja al considerarlas infértiles. De esta manera se pueden introducir de nuevo en el círculo productivo.
El tratamiento se puede complementar con 10-15 mg de prostaglandinas F2α inmediatamente después del parto, con lo que se mejorará el peso de la camada al destete, ya que la PGF2α favorece la eliminación del cuerpo lúteo de gestación y, por tanto, el efecto negativo que tiene la progesterona sobre la producción láctea. Así mismo, la PGF2α puede ser utilizada para tratar a las cerdas en anestro debido a la presencia de quistes ováricos de tipo luteínico o luteinizados (Riopérez y Rodríguez, 2008).
El celo inducido hormonalmente suele ser más duradero por lo que se aconseja la primera inseminación a las 24 horas de haberlo detectado.
 
BIBLIOGRAFIA
  • Barb, C.R., Kraeling, R.R., Rampacek, G.B., Hausman, G.J., 2006. The role of neuropeptide Y and interaction with leptin in regulating feed intake and luteinizing hormone and growth hormone secretion in the pig. Reproduction 131: 1127–1135.
  • Campabadal C., 2007. Alimentación de la cerda gestante. Asociación Americana de la Soya Latino América.
  • Quesnel, H., Boulot, S., Serriere, S., Venturi, E., Martinat-Botté, F., 2010. Post-insemination level of feeding does not influence embryonic survival and growth in highly prolific gilts. Anim. Reprod. Sci. 120: 120–124.
  • Quiles A. Infertilidad estacional de la cerda (Artículo de Revisión) 2008. Departamento de Producción Animal, Facultad de Veterinaria Universidad de Murcia.
  • Riopérez J. y Rodríguez L. M., 2008. Control hormonal del ciclo estral y patologías más frecuentes en la reproductora. Dto. Metabolismo y Nutrición, Instituto del Frío. Madrid, Producción Animal, Fac. Veterinaria. Madrid.
  • Pozzi S. P., Rosner A., 2009. Terapia hormonal en cerdas. The Vet Services of Israeli Ministry of Agriculture, Veterinary Clinic, Gedera (Israel). Traducción del artículo publicado en el Israel Journal of Veterinary Medicine, Volume 64 (4) 2009, “Hormonal Therapy in sows (sus scrofa domestica)”
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Autores:
Alejandro Córdova Izquierdo
Universidad Autónoma Metropolitana - UAM (México)
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