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Parasitos intestinales: ascaris (Toxocariosis)

Publicado: 28 de junio de 2012
Por: Merial, Departamento Tecnico
Qué son y cómo se contagian a las mascotas. Consecuencias para la salud de los animales y del hombre (síndrome de larva migrante). Síntomas de la enfermedad. Prevención y control del parásito.
 
¿Qué son los áscaris?

Los áscaris pertenecen a un grupo de parásitos que se conocen comúnmente como gusanos redondos. Son parásitos internos de los perros y de los gatos, entre otras especies animales, que se localizan en el intestino delgado de estas mascotas provocando distintos trastornos sobre su salud, en particular diarrea, desnutrición, retraso en el crecimiento de los cachorros y, en casos extremos, llegan a ocasionar la muerte de los animales, sobretodo de los más pequeños.

Dentro de los parásitos que integran este grupo se destaca el Toxocara que afecta tanto a los perros (en particular cachorros de menos de 6 meses) como a los gatos, pero que al mismo tiempo representa un serio riesgo para la Salud Pública ya que puede enfermar a las personas y en particular a los niños. Debido a esta posibilidad de contagio de los animales al hombre esta parasitosis, conocida como toxocariosis, es considerada una zoonosis de importancia.

Una vez dentro del organismo, algunas de las formas juveniles o larvas del parásito tienen la propiedad de desplazarse dentro del cuerpo migrando a través de distintos órganos y tejidos (hígado, pulmones, músculos, etc.) lo que ocasiona daños de diversa gravedad. En estas partes del cuerpo las larvas pueden permanecer enquistadas (“dormidas”) por muchos años para volver a “activarse” luego y contagiar la enfermedad.

Se trata de una de las especies de parásitos más frecuentemente hallada en la materia fecal de las mascotas de compañía y en el suelo de lugares públicos, según varios estudios realizados en parques, plazas, balnearios y veredas de distintas ciudades de la Argentina y de otros países vecinos.

Las larvas adultas de Toxocara miden entre 4 a 18 centímetros de longitud, las hembras son más largas que los machos, y tienen apenas 2 a 3 milímetros de diámetro (semejan a pequeños fideos).

¿Cómo se contagian las mascotas?


Los animales de compañía pueden contagiarse con el Toxocara a partir de cuatro vías posibles. Una de ellas es la ingestión de los huevos del parásito que son eliminados junto con la materia fecal de una mascota infestada. Una sola hembra de Toxocara puede depositar hasta 200 mil huevos por día. Al mismo tiempo se estima que un cachorro infestado puede contener cientos de larvas de Toxocara en su intestino, lo que significa la posibilidad de contaminar el ambiente con millones de huevos en pocos días. Estos a su vez son muy resistentes a las condiciones ambientales por lo que tienen la capacidad de sobrevivir en el medio durante varios meses e incluso años. Tal como son eliminados por la mascota con su materia fecal, los huevos de Toxocara no son aún infestantes. Pero cuando las condiciones de humedad y temperatura son propicias, se transforman en larvas que tienen la capacidad de contagiar la enfermedad.

Otras dos formas de contagio de Toxocara están relacionadas con la transmisión del parásito de una perra infestada tanto a sus fetos, a través de la placenta, como a sus cachorros recién nacidos por medio de la leche.

La restante forma de contagio de una mascota es por la ingestión de algún otro animal, como roedores, aves e incluso hasta lombrices, que puedan contener al parásito en su interior.

De todas estas, la principal vía de contagio para los perros sucede antes de su nacimiento, a través del pasaje de formas juveniles o larvas de Toxocara del útero materno a los fetos. Las perras parasitadas pueden permanecer por muchos años con larvas enquistadas en sus músculos sin tener ningún tipo de manifestación clínica ya que se encuentran en estado latente o “dormidas”. Pero cuando estas mascotas quedan preñadas las larvas “se activan” y pasan a los fetos a través de la placenta, en particular durante las dos últimas semanas de gestación. Las larvas enquistadas pueden transmitirse en forma prenatal durante varias camadas seguidas de cachorros sin necesidad que la madre vuelva a reinfestarse. Por el contrario, en las gatas esta última forma de contagio no pudo ser comprobada hasta el momento.

¿Cómo afectan estos parásitos a la salud de las mascotas?


En los cachorros de menos de 6 meses de edad, que nacen ya infestados con Toxocara por el contagio a través de la placenta materna, las larvas se localizan en el hígado, pasan luego a los pulmones desde donde remontan las vías respiratorias altas hasta que son tragadas junto con la saliva y, una vez en el aparato digestivo, llegan finalmente al intestino. Cuando la infestación intestinal es masiva se produce una importante reacción inflamatoria local y hasta puede ocasionar la obstrucción completa de la luz del órgano junto con su perforación seguida de muerte por peritonitis, lo que sucede con mayor frecuencia entre la primera y la tercera semana de vida de los cachorros.

En los perros de más de 6 semanas de edad la mayor parte de las larvas infestantes atraviesan las paredes del intestino, y desplazándose por la circulación sanguínea llegan al hígado y a los pulmones. Pero en este caso no realizan el camino ascendente por las vías respiratorias sino que continúan en el torrente circulatorio y de esta forma se distribuyen por todo el organismo: pulmones, hígado, riñones, útero, glándulas mamarias, músculos, etc. donde permanecen enquistadas por años. La migración de las larvas del parásito a través de los órganos del animal produce distintas lesiones traumáticas e irritativas que dan paso a una respuesta inflamatoria en cada uno de los lugares donde se produce el daño.

¿Qué síntomas presentan los perros parasitados?

Cuando la infestación es moderada los animales no presentan ningún tipo de manifestación clínica. En cambio en las intensas, las mascotas parasitadas pueden manifestar tos, aumento de la frecuencia respiratoria, flujo nasal (por la presencia de larvas en las vías respiratorias); también se observan alteraciones digestivas como diarrea, con abundante mucosidad y a veces sangre. A causa de la presencia de gran cantidad de larvas en el abdomen, éste se ve muy dilatado y el animal manifiesta dolor al palpar esta región. A veces la mascota puede eliminar algunos parásitos con la materia fecal o por medio de vómitos.

Los trastornos digestivos ocasionados por las lesiones parasitarias provocan el menor aprovechamiento de los nutrientes de la dieta con el consiguiente adelgazamiento, anemia, retraso en la velocidad de crecimiento y pérdida del estado general.

¿La toxocariosis puede contagiarse a las personas?


Sí. Las personas pueden contagiarse con este parásito al llevarse a la boca algún elemento contaminado con huevos de Toxocara. Debido a que el parásito se encuentra con frecuencia en el suelo y areneros de plazas y otros paseos públicos, el grupo de mayor riesgo de contagio está integrado por los niños más pequeños que en estos lugares suelen estar en contacto directo con la tierra y además se llevan distintos objetos a la boca. Pero también los adultos están expuestos al contagio, en particular debido a la costumbre de tomar sol en las plazas acostados directamente en el suelo. La ingesta de frutas y verduras mal lavadas que están contaminadas con huevos del parásito es otra fuente de contagio.

Luego de que un huevo de Toxocara ingresa en el cuerpo de una persona a través de la boca llega a su intestino donde madura la forma infestante, atraviesa las paredes del órgano y se distribuye por todo el cuerpo a través de la sangre. Los médicos llaman a esta enfermedad síndrome de larva migrante visceral y sus manifestaciones clínicas dependen del órgano afectado.

Las larvas del parásito también pueden llegar hasta los ojos de las personas parasitadas, tanto niños como adultos, provocando allí lesiones de distinta gravedad que dejan secuelas de importancia para la visión, incluso la pérdida total del sentido de la vista en el ojo afectado. Según datos del servicio de Oftalmología del Hospital de Niños de la ciudad de La Plata todas las semanas se detectan allí entre uno a dos casos de toxocariosis ocular.

¿Cómo se previene esta parasitosis?


Existen distintos lugares de responsabilidad desde donde se puede abordar la prevención tanto de esta como de otras parasitosis internas.

Los propietarios de las mascotas deben asumir una actitud de tenencia responsable de sus animales lo que implica, entre otras acciones, realizar periódicamente consultas veterinarias, los tratamientos antiparasitarios pertinentes y además mantener la higiene del ambiente (tanto en su vivienda particular como en los espacios públicos) donde su animal pudiese defecar. Es importante recoger inmediatamente del suelo las heces eliminadas por la mascota ya que los huevos del parásito que pudiese contener, aún no tienen capacidad de contagio. En este caso los paseadores de perros deberían cumplir las disposiciones municipales que existen desde hace tiempo en varias ciudades respecto a la disposición de este tipo de residuos.

Desde las autoridades sanitarias se deberían incrementar las campañas de educación para la salud informando a la población acerca de los riesgos de la toxocariosis y cómo prevenir su contagio.
Desde el punto de vista del control veterinario existen distintos tipos de antiparasitarios que son efectivos para prevenir esta parasitosis.
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